(Multa administrativa):

El 28-IX-1970 la comisión de sanciones adminis­trativas del raion de Varena sancionó al párroco de Valkininkai, P. Algimantas Keinas, a una multa de 50 rublos por infracción a las "Leyes sobre culto religioso". El P. A. Keina acusó a la comisión de sanciones de Varena ante el tribunal popular, solicitando anular la injustificada multa.

*    *    *

(Se dirigió al tribunal del raion):

El 3-XI-1970 el tribunal popular del raion de Varena consideró el caso del P. A. Keina. Presidente del tribunal fué el juez popular J. Burokas, fiscal el subrogante del presidente del comité ejecutivo del SDT, J. Visockis.

El tribunal rechazó la reconsideración por los siguientes motivos:

1."El 4-VII-1970, en la sacristía de la iglesia deValkininkai fueron preparados tres niños para laPrimera Comunión, a los cuales enseñaba colectivamente la ciudadana E. Kuraityte."

2.  "El 30-VIII-1970, el P. A. Keina anunció públicamente que se iba a oficiar una Misa por los escolares."

3.  "El 6-IX-1970, el P. A. Keina permitió que ayudaran en la Misa dos niños menores de edad."

Otros motivos son menos importantes.

(Al Tribunal Supremo):

Entonces el P. A. Keina se dirigió al presidente del Tribunal Supremo de la URSS, aclarando porque consideraba ilegal el fallo del tribunal popular del raion de Varena:

1."La ciudadana E. Kuraityte no enseño a los niños, porque trabaja como mucama de limpieza en la iglesia. Cuando los padres, al no encontrar el sacerdote en la iglesia, le preguntaron que es lo que el sacerdote les pregunta a los niños, ella les enseñó las correspondientes preguntas del catecismo. ¿Es culpa­ble el párroco por esto?

2."En el mes de agosto, en la Misa del mediodía (el domingo), a solicitud de los padres, se ofrendó la Misa por sus hijos, para que estos fueran buenos, laborio­sos, ejemplares. ¿Desde cuándo se ha comenzado a multar por orar en la iglesia por fines sublimes? Es obligación del sacerdote orar por los padres y por los hijos.

3."No existe ninguna ley que impida a losmenores ayudar en la Santa Misa. Los niños vinieronpor su propia voluntad, con la aprobación de suspadres. El párroco no tiene derecho a echar de laiglesia ni a los padres, ni a los hijos que hayanconcurrido. Todos pueden orar donde se les de gana:
junto a la puerta o junto al altar."

El subrogante del presidente del Supremo Tribu­nal de la RSSL, Capskis, respondió: "En base a los datos complementarios presentados se puede formu­lar la conclusión, que la comisión tenía derecho a condenarlo por infracción a la ley de cultos."

(Al procurador de Moscú):

El 5-XI-1971, el P. Keina se dirigió a la procuradu­ría de la URSS, quien respondió que el párroco había sido sancionado justificadamente. La procuraduría dejó escapar entre los dedos el hecho de que la comisión de sanciones administrativas del raion de Varena, procurando sancionar al párroco, hasta había falseado la fecha: en realidad el acta por la "enseñan­za" de los tres niños fué formulada el año 1968, mientras que la comisión la cambió por el año 1970, puesto que sabía que la sanción no puede aplicarse después de transcurrido un mes de la fecha de la infracción.

El 4-X-1971, la misma comisión del comité ejecuti­vo del raion de Varena, por segunda vez sancionó al párroco de Valkininkai con 50 rublos de multa, porque permitía que menores de edad secunden en la Santa Misa. En oportunidad de las deliberaciones de la comisión hasta no lefué permitido justificarse al p. Keina.

El párroco volvió a dirigirse al tribunal popular, buscando la anulación de la sanción. La primera sesión del tribunal tuvo lugar el 15-XI-1971 en Varena. El P. Keina explicó que él no había organizado a los niños, ni les había enseñado a secundar en la Santa Misa—los niños concurrían por su voluntad y con el consentimiento de los padres. El párroco puntualizó que el decreto de fecha 12-V-1966 del Presidium del Soviet Supremo de la RSSL no prohibe a los menores de edad ayudar durante los oficios religiosos y que él había sido penado en base justamente a dicho decreto. De acuerdo al art. 85 de la Constitución de la RSSL y el art. 8 del CC del PC, el tribunal debe acatar solamente la ley, y no cualesquiera instrucciones.

Por cuanto no existían pruebas por escrito de que el párroco había organizado a los niños para secundar en la Misa, fué pospuesta la sesión del tribunal.

La segunda sesión se realizó el 7-XII-1971. El tribunal recibió dos testimonios por escrito, de que el P. Keina habría organizado a los niños para ayudar junto al altar.

(Sefalsifican los testimonios):

El párroco demostró que el testimonio de Vytas Kazlauskas era apócrifo, puesto que estaba escrito por mano de J. Visockis, y la firma fué obtenida amenazando al niñocon su aplazamiento en conduc­ta.  El  propio niño, llorando,  testimonió ante el tribunal que lo habían amedrentado y por eso había firmado la nota escrita por J. Visockis.

Otro testimonio escrito fué el de la directora y dos profesores del colegio secundario de Valkininkai acusando al párroco de que se ocupaba de los niños y consecuentemente molestaba la educación ateísta. El P. Keina explicó que la acusación era fraudulenta, dado que uno de los aludidos profesores no había firmado la acusación, y su firma estaba elaborada. Además observó el párroco, que las instrucciones, basándose en las cuales había sido sancionado, no poseen fuerza legal, ya que no fueron publicadas, y en su tapa tiene escrito:"No publicar en la prensa".

El discurso del procurador, pronunciado en el juicio, se asemejó más a una conferencia de ateísmo con tintes de airadas amenazas. "¿Qué sería si los propios padres educasen a sus hijos?" añadió airada­mente, subrayando con ello la carencia de derecho de los padres en la enseñanza de sus hijos.

El tribunal confirmó que el párroco había sido sancionado justificadamente. La única "prueba" residió en el testimonio del coaccionado niño, que llorando desmintió ante el tribunal.

La sala estuvo colmada de creyentes. Durante el juicio la gente lloraba, no pudiendo soportar el quedar como dudosos testigos de la traición y el fraude. Al escuchar el fallo del tribunal, se enfadaron todos de tal manera que los funcionarios llamaron a la milicia por lo que pudiera acontecer.

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Por cuanto el párroco, después del segundo fallo del tribunal, tampoco alejó a los niños del altar, entonces le fué enviado al presidente del comité ejecutivo de la parroquia de Valkininkai una nota del raion, en la cual se amenazaba que la iglesia de Valkininkai podría ser clausurada, si el P. A. Keina en lo sucesivo seguiría infringiendo las leyes de culto.

Pero ninguna amenaza, juicio y otras persecusi-ones lograrán quebrantar a aquellos que están decididos a obedecer más a Dios, que a los hombres.