(El anónimo condena a Crónica de la ICL):

K. Tumenas, Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos en su artículo "Sazines laisve ir tarybiniai istatymai" (La libertad de conciencia y las leyes soviéticas) ("Tiesa" — La Verdad —, 22.XI.1974), dice:

"Hasta la mayoría de los creyentes está totalmente de acuerdo con las leyes soviéticas sobre las religio­nes. La mayor parte del clero respeta esas leyes. Empero todavía aparecen ciertos servidores del culto o creyentes, que quebrantan las leyes soviéticas relacionadas con la religión, pretenden irritar a los creyentes. Cada vez mayor cantidad de sacerdotes se desligan de los realizadores de ese pelo y, en sus notas a los dirigentes de las diócesis, condenan su accionar." (Subrayado nuestro. La Red.).

¿Quienes son dichos sacerdotes y en cuales notas condenan a los sacerdotes que quebrantan las leyes soviéticas?

En el número 12 de Crónica de la ICL fué insertada una nota anónima, dirigida contra los sacerdotes "reaccionarios" y Crónica de la ICL. Al poco tiempo, los administradores y obispos de todas las diócesis recibieron otro anónimo, más rabioso que el primero. Por ser anónimo no se le debería prestar atención, empero, por cuanto expresa los puntos de vista del gobierno soviético con respecto a Crónica de la ICL, merece consideración. Lo ofrecemos algo reducido y con pequeños comentarios.

"En primer lugar solicito perdón por interrumpir Vuestro valioso tiempo.

Soy un sacerdote de la generación mayor. Reflexio­nando sobre la actual situación que se ha formado a la Iglesia Católica de Lituania, surgió la idea de escribir esta carta. Pido que se me comprenda exactamente, no es mi deseo el de enseñaros, sino de intercambiar ideas y tocar ciertas cuestiones, que importan, tal como estoy convencido, no solamente a mí, sino también a la mayoría del clero, así como a los creyentes.

Hace ya cierto tiempo que aparece la ilegal publicación Crónica de la Iglesia Católica de Lituania. A mí también me ha tocado leer varios de sus números. Es, diría, no una publicación eclesiástica, sino una desconsiderada acción política. La informa­ción ofrecida por Crónica posee un carácter de parcialismo, frecuentemente no condice con la veracidad de los hechos (en Lituania, solamente los de la Seguridad afirman de este modo. — La Red.). Enorme indignación me provocó las afirmaciones del No. 10 de este periodicucho, de que en Lituania no hacen falta más obispos. A mi parecer, resulta ser normal en la vida de la Iglesia cuando no faltan obispos, cuando toda diócesis posee su obispo — pastor y se gobierna autónomamente. Actualmente Vilnius, Vilkaviškis y Kaišiadorys no poseen obispo (En Lituania todos saben que Vilnius y Kaišiadorys poseen sus Obispos, que actualmente están exiliados de sus diócesis. — La Red.).

En ese mismo número, ante la vista de los creyentes, se socava tan groseramente no solamente la autoridad de los obispos, los administradores y los sacerdotes, sino también la autoridad del propio Papa, quien "ya no sabe lo que hace." (Ciertos sacerdotes de Lituania destruyeron públicamente por sí mismos su autoridad, por lo cual no tiene que destruirla Crónica de la ICL. Crónica de la ICL jamás afirmó que el Papa no sabe lo que hace, únicamente piensa, que la Sede Apostólica durante mucho tiempo estuvo siendo engañada y carecía de información objetiva sobre la Iglesia Católica de Lituania. — La Red.).

¿Qué significa todo eso?

Que los editores de "Crónica" no miran los intereses comunes de la Iglesia, que ignoran el ordenamiento eclesiástico, que engañan a los creyentes y a los colaboradores de la Iglesia.

En los últimos años, ciertos sacerdotes, en lugar de ocuparse de los asuntos de los fieles de su parroquia, comenzaron a interferir en los asuntos de los conventos femeninos (¿tal vez fuera mejor, si en estas cuestiones intervinieran los funcionarios del Comité de Seguridad? — La Red.). Ellos incorporan en la actividad ilegal a las monjas, así como a ciertos creyentes, recogen por su intermedio noticias para "Crónica", recogen de ellos dinero presuntamente para financiar su actividad, etc. Ellos, viajando a través de las parroquias, más de una vez recolectaron firmas de los curas párrocos sobre diversos documen­tos por ellos preparados. Gran parte de los sacerdotes firmantes lo hicieron coaccionados formalmente por ellos, debido al temor de que los tildaran de "rojos". A algunos sacerdotes, que no deseaban firmar, se les amenazó con descubrir públicamente los secretos de su vida (Este procedimiento es utilizado solamente por los funcionarios del Comité de Seguridad, pero no por los sacerdotes. — La Red.):

A mi parecer esta actividad es justamente la que provoca daño a la Iglesia y a los creyentes. Y es totalmente comprensible que el gobierno tome medidas y procure cortar esta actividad (¿Desde cuando el gobierno ateísta comenzó a tomar medidas para que no se cause daño a la Iglesia? — La Red.). De esto hablan también los hechos, cuando ciertas monjas que, hasta el presente trabajaban en reparti­ciones con cargos superiores, últimamente son separadas de esas funciones.

(Los catecismos fueron editados y difundidos en masa):

Tal vez existan pocos de aquellos que crean, que hace varios años no era de conocimiento de los órganos gubernamentales que los catecismos y libros de oraciones eran editados y difundidos en masa, empero ello había sido tolerado. En la actualidad, y gracias a "Crónica", ya se han liquidado esas imprentas y se hace difícil conseguir un catecismo o un libro de oraciones. (¿Quién es el culpable de que el gobierno soviético, desde su instauración en Lituania, haya clausurado todas las imprentas católicas, y que todo el tiempo estuviera metiendo en prisión a los que imprimían ilegalmente libros de oraciones? — La Red.).

Discurriendo sobre "Crónica", llego a la conclu­sión, que ella no nos da ni nos dará nada bueno, sino por el contrario, con su aparición nos dificulta toda nuestra labor y hace más ásperas las relaciones con el gobierno. Sin "Crónica", obrando inteligentemente y con visión de futuro, existe la posibilidad de realizar mucho más para el bien de la Iglesia, tal como se estaba haciendo antes de la aparición de "Crónica". (Trabajando así con visión de futuro, hace cinco años en el Seminario Eclesiástico podían ingresar apenas 5 candidatos. — La Red.).

El pasado demostró con hechos dolorosos que, cualesquier intromisión de los miembros de la Iglesia en las cuestiones políticas, sólo acarrea desgracias y deja profundas heridas. Por lo tanto, a algunos cofrades les resultaría provechoso aprender de los errores del pasado y extraer las pertinentes conclusi­ones. (Defender los derechos de la Iglesia y de los creyentes no es política, sino la obligación de todo católico y, tanto más, de un eclesiástico. En la actualidad, ocuparse de política significa colaborar con los órganos de la Seguridad, viajar a las diversas conferencias organizadas por los comunistas, difundir en el extranjero que los creyentes de Lituania gozan de plena libertad religiosa. — La Red.).

No podría pensar que Vos, Ordinario, no advertís todo esto.

Para nadie es un secreto, que dicho "folletito" está dirigido por sacerdotes que perdieron la responsabi­lidad y la sobriedad. Doy por descontado, que ello es para Vos sabido. Igualmente, tengo por sagrada obligación el llamar Vuestra atención sobre ello, dado que me preocupan los asuntos de la Iglesia y de los creyentes.

Por esta vez no firmo."

*   *   *

(Una delegación de eclesiásticos de la URSS en los EEUU.):

El 20 de febrero de 1975 "Tiesa" (La Verdad) anunció acerca de una excursión por América de una delegación de eclesiásticos de la URSS. Participa también de ella el administrador de la arquidiócesis de Vilnius, Mons. C. Krivaitis. "Tiesa" escribe: "Los creyentes de Lituania Soviética poseen todas las condiciones para practicar la religión. Ni ellos, ni sus hijos son perseguidos por sus convicciones. Nosotros, los eclesiásticos, tenemos todas las condiciones dadas para nuestra labor" — expresó Monseñor Česlovas Krivaitis, administrador de la arquidiócesis de Vilni­us en una conferencia de prensa en Nueva York ...

Esta noticia provocó una oleada de indignación entre los creyentes de Lituania. No hay libros de oraciones, ni catecismos, se persigue a los alumnos por la fe, se rompen los crucifijos, se requisa la literatura religiosa, se limita la labor sacerdotal y los eclesiásticos hablan en el exterior sobre la libertad religiosa ... Algunos dudan, — tal vez el administra­dor del obispado no haya hablado de este modo. Es que los corresponsales soviéticos no solamente que saben ennegrecer los colores, sino también escribir lesas mentiras.

La delegación eclesiástica de la URSS ha sido organizada por los funcionarios del Comité de Seguridad. Su finalidad es engañar a la gente, en el sentido de que la religión no es perseguida en la URSS.

(Deseo de comprometer capciosamente radio Vaticano y "Crónica"):

En el final de este número ofrecemos un docu­mento, al pie del cual los funcionarios soviéticos obligaban a firmar a los sacerdotes. Ello ayudará a comprender hasta cuanto fueron coaccionados los sacerdotes de Lituania.

El 24 de enero de 1975 el periódico "Tarybinis mokytojas" (El maestro soviético), en el artículo "Tas melagis Vatikano ruporas" (Ese mentiroso altavoz del Vaticano) acusó a radio Vaticano, quien según el periódico, calumnia a la escuela soviética y a los maestros. En el artículo se dice:

"... la directora Stasiukaitiene del colegio secun­dario de Pažaislis, y el profesor de historia Mazeika del colegio secundario 52 de Klaipeda, pretendiendo ganarse una "medalla" por su acción ateísta, se mofaron de los alumnos que frecuentan la iglesia; la directora del colegio de Kražiai, Albina Žukauskiene, suministra información sobre la actividad ateísta al gobierno del raion de Prienai; los alumnos la denominan la beata roja.

Tales "hechos" propala Radio Vaticano. Y en realidad — no existe tal colegio secundario de Pažaislis, ni la directora Stasiukaitiene, ni en el raion de Kaunas, ni en la ciudad de Kaunas, a cuyos límites pertenece Pažaislis; dicho profesor Mazeika no trabaja en el colegio secundario 5o de Klaipeda; en el raion de Prienai tampoco existe el colegio de Kražiai, ni la directora Albina Žukauskiene. A propósito, la escuela secundaria de Kražiai se encuentra en el raion de Kelme, solo que en ella nadie sabe nada sobre una directora o profesora Albina Žukauskiene.

Quiere decir, que se ha imaginado "almas falleci­das" y todavía estas fueron calumniadas..."

La finalidad de este artículo — es comprometer no solamente a radio Vaticano, sino también a Crónica de la ICL, en cuyo No. 8 se escribió sobre el profesor Mazeika, la directora E. Stasiukaitiene y Albina

Rinkauskiene. El autor del premencionado artículo, Vytautas Mickevičius, obró deshonrosamente falsifi­cando el nombre de las localidades, y en lugar de Skriaudžiai escribió Kražiai, en lugar de Pabaiskas — Pažaislis. También modificó el nombre de Albina Rinkauskiene, llamándola A. Žukauskiene.

Radio Vaticano, en una de sus emisiones, desen­mascaró esta mentira. ¡"Las almas fallecidas" resusci-taron!

Hasta el momento, Crónica de la ICL no ha sido informada donde trabaja actualmente el profesor Mažeika.

(Es investigado el P. S. Tamkevicius):

Los días 14-15 de febrero de 1975 el vicario de la parroquia de Simnas (raion Alytus) P. Sigitas Tamkevicius fué investigado en el Comité de Segu­ridad de Vilnius. Lo interrogó el Mayor Pilelis y el Mayor Rimkus. El investigado fué interrogado sobre la detenida Nijole Sadunaite. En opinión de los investigadores, el P. S. Tamkevicius, seguramente es uno de los editores de "Crónica". Los funcionarios de la Seguridad todavía albergan la esperanza de que el P. Tamkevicius podría reformarse, pero sobre otros sacerdotes, como serRačiūnas, J. Zdebskis, A. Svarinskas, J. Buliáuskas — han perdido totalmente la esperanza. Los investigadores recordaron, que si Crónica de la ICL seguía apareciendo, entonces al P. S. Tamkevicius se le aplicaría un proceso penal.

El P. S. Tamkevicius manifestó, que la edición o suspensión de Crónica de la ICL no pertenece a su competencia.

Según opinión de los investigadores, en Crónica de la ICL hay un 50% de carácter calumnioso.