RESPUESTA

(Es una nota escrita no por los sacerdotes, sino por los ateístas):

A los que en nombre de "un grupo de sacerdotes de la diócesis de Vilkaviškis", el 1 de septiembre de 1974 escribieron una nota a los obispos y administra­dores apostólicos de Lituania.

En estos días se está difundiendo ampliamente en la diócesis de Kaišiadorys una nota anónima dirigida al Obispo Matulaitis-Labukas, escrita en nombre de un grupo de sacerdotes de la diócesis de Vilkaviškis. Fueron enviadas copias al Obispo J. Pletkus, al Obispo L. Povilonis, al Obispo R. Krikščiūnas, Mons. C. Krivaitis y Can. J. Andrikonis.

El contenido político de la nota está encubierto por citas de las Sagradas Escrituras, mezcladas con la actual terminología ateísta: "sacerdotes reaccionari­os", "marcha atrás de le rueda de la historia", "justa reacción del gobierno soviético", "sacerdotes pod-polshchik". Con toda seguridad que la nota fué inspirada, o puede ser, hasta escrita no por sacerdotes sino por ateístas.

Surge el interrogante, ¿por qué aquellos, que dicen defender los asuntos de la Iglesia, no se atrevieron a firmar? ¡Es que por una nota de esta índole ellos recibirían solamente las felicitaciones del gobierno ateísta! Los sacerdotes de la diócesis de Vilkaviškis, más de una vez escribieron al obispo Labukas notas sobre asuntos vitales de la Iglesia, tuvieron valor para firmarlas aunque esperaban por ello la represión del gobierno ateísta. Y así ocurrió. El P. Vaclovas Degutis fué separado de las funciones de decano y párroco deLazdijai y relegado a un rincón, mientras que su vicario el Can. Gvidonas Dovydaitis sigue siendo odiado por el gobierno hasta el presente.

Los autores del anónimo se afligen por la falta de unidad de los sacerdotes, empero no aclaran para que fines procuran la unión de los sacerdotes: ¿para levantar o para derruir a la Iglesia? ¿O, acaso, los autores están preocupados porque, en un pasado próximo, los sacerdotes de Lituania no condenaron unidamente la acción del Papa Pío XII, sino que aparecieron apenas unos pocos sacerdotes "adaptados a las condiciones de los tiempos'??

(Quienes son esos "sacerdotes reaccionarios"):

¿Quienes son esos "sacerdotes reaccionarios" de la diócesis de Vilkaviškis? Por el contenido de la nota parecería que fueran pocos, ellos no refaccionan iglesias, calumnian a los sacerdotes laboriosos y pretenden hacerse famosos en las columnas de la prensa del extranjero, convertirse en mártires sin corona.

El grupo anónimo, si tuviera por lo menos un poco de valor ciudadano, demostraría los hechos: quien, como y cuando calumnió a los sacerdotes laboriosos. Nosotros estamos convencidos que los sacerdotes — A. Šeškevičius, P. Bubnys, J. Zdebskis — aparecieron en las columnas de la prensa extranjera a causa de que cumplían denodadamente sus obligaciones y, hacien­do caso omiso de las prohibiciones gubernamentales, enseñaban el catecismo a los niños. Los autores de la nota tendrían que conocer también los nombres de otros sacerdotes reprimidos.

Los autores de la nota anónima, pretendiendo confundir la opinión del mundo, desviando su atención de la persecusión de la Iglesia, hablan sobre las refacciones de las iglesias que actualmente se ejecutan.

(Los sacerdotes de Lituania se preocupan por refaccionar las iglesias):

En verdad, los sacerdotes de Lituania, luego de transitar por el camino del Gólgota en su Patria y en Siberia y permanecido fieles a la Iglesia, dedican muchísima atención a la refacción de las iglesias, pues todas las demás esferas de acción — labor en las escuelas, en los campos de la prensa, la catequesis, etc. — están restringidas o totalmente prohibidas. En los años 1955-57 el gobierno había destinado pequeñas cantidades de material de construcción para la refacción de las iglesias. Posteriormente, la refacción de las iglesias dependió únicamente de la habilidad del cura párroco. El gobierno ateísta, no solamente que no ayudó, sino que la impedía como podía — en algunos lugares prohibiendo refaccionar, en otros hasta clausurando las iglesias, por ejemplo en Klaipėda, Kaunas, Žagare, Pasile, etc.

Los sacerdotes que trabajan en la diócesis de Vilkaviškis, no lograron oir, que los laboriosos sacerdotes restauradores o hermoseadores de las iglesias de Sakiai, Pajevonis y otras, hubieran sido considerados por alguien como ubicados por los ateístas. Esto lo inventó la fantasía del autor anónimo.

¿Acaso un sacerdote creyente, conociendo las condiciones de los tiempos, puede culpar a los sacerdotes laboriosos de afán de "dar marcha atrás a la rueda de la historia"? Es mera charla ateísta. Los autores del anónimo, conociendo el viejo principio "divide et impera", tendrían que hacer las consi­guientes deducciones.

(El candidato al Seminario Eclesiástico debe esperar 10 años):

    Es lamentable que en la nota se aluda muy superficialmente al problema del Seminario Eclesiás­tico. Algunos candidatos, por ejemplo J. Cepenas, vicario de Raseiniai, esperaron 10 años para ser admitidos en el seminario. El seminarista Vytautas Merkys, del cuarto curso de Teología, fué echado del Seminario con la ayuda de los funcionarios de la milicia. En ese entonces los autores del anónimo callaron. El nombre de los "sacerdotes reaccionarios" era menos mencionado que ahora. Por consiguiente, ¿quién hizo entonces el "servicio del oso", para que el Seminario Eclesiástico fuera tan oprimido? No habría que olvidar que, después de eso cuando los "sacer­dotes reaccionarios" comenzaron a luchar por los derechos del Seminario, el gobierno permitió que ingresara el doble de candidatos.

En la nota se menciona sobre un Seminario Eclesiástico clandestino. Hasta ahora lo mencionaban solamente los funcionarios de la Seguridad durante los interrogatorios. Nosotros estamos convencidos, que el hambriento tiene derecho al pan. Si el Seminario oficial, comprimido en el riguroso marco del gobierno ateísta, no conforma las necesidades de los creyentes — en este año ya fallecieron 16 sacerdotes, y apenas 8 seminaristas se recibieron en el Seminario — entonces los sacerdotes deben ser preparados en la clandestinidad. Hay que temer solamente una cosa, que la historia no acuse al clero de Lituania por atrasarse. Cuando los ateístas anulen todas las restricciones del Seminario oficial, el Seminario clandestino perderá la significación de su existir. En la actualidad, la Iglesia Católica de Lituania necesita vitalmente sacerdotes y este proble­ma debe ocupar a todos — obispos, sacerdotes y creyentes.

(Los sacerdotes clandestinos):

El anónimo se indigna por los sacerdotes "pod­polshchik" — clandestinos. ¿Acaso fueron a la clandestinidad por deseo propio? Hasta 1944, en Lituania no hubo sacerdotes clandestinos. ¿Donde y cuando los sacerdotes clandestinos se arrastraron bajo los cimientos de la Iglesia? ¿Acaso la colaboración de estos sacerdotes en las raleantes filas del sacerdocio, puede calificarse como arrastrarse bajo los cimientos de la Iglesia? ¿Entonces, como comprender el decreto del Concilio Vaticano II sobre el apostolado de los laicos, si el trabajo pastoral de los sacerdotes reprimi­dos es considerado destructivo para la Iglesia? Nosotros estamos convencidos profundamente, que los sacerdotes clandestinos pueden ser, para muchos, ejemplo de fe, valor y sacrificio.

(La destrucción de la Iglesia Greco-Católica de Ucrania):

Quisiéramos recordar a los "laboriosos defensores de la unidad de los sacerdotes" el no tan lejano pasado de la Iglesia Greco-Católica de Ucrania. En 1946, un grupo de sacerdotes de Lvov convocó el tristemente famoso "sínodo", que decidió anexar la Iglesia Greco-Católica de Ucrania a la Iglesia Ortodoxa Rusa. De acuerdo al Derecho Eclesiástico, el Sínodo sólo puede ser convocado por los Obispos. En este "sínodo" de Lvov no participaron los obispos ni confirmaron sus decisiones. Sin embargo, a partir de este "sínodo", 5 millones de católicos de Ucrania no tienen ni tan solo una iglesia funcionando oficialmente, mientras que todos los obispos y centenares de sacerdotes pasaron a la clandestinidad y gran parte de ellos ya se convirtieron en mártires sin corona.

Parecería que el anónimo, con levedad de corazón, si los ateístas así lo quisieran, podría convertir en podpolshchik que se arrastran bajo los cimientos de la Iglesia, a todos los apóstoles y cristianos de los primeros siglos.

(Los verdaderos sacerdotes no temen firmar):

    En la nota se indignan de que los "sacerdotes reaccionarios" calumnian y hasta enseñan a los obispos, mientras los propios anónimos exigen que el obispo J. Labukas sea "objetivo", que se pronuncie por radio Vaticano, imputan porque la Curia no reacciona ante "la política chauvinista de los sacer­dotes reaccionarios". La diferencia entre unos y otros es que, los unos, escribiendo petitorios sobre los problemas más sensibles de la Iglesia, los firman, mientras que los últimos, pretendiendo una confusa unidad — permanecen en el anonimato.

El anónimo está muy disgustado a causa de que por radio Vaticano habla Crónica de la Iglesia Católica de Lituania. No hay que olvidar, que los hechos siempre hablan; cuando ellos desaparezcan, Crónica de la ICL — convertida en inútil — callará.

Mediante la mencionada nota, los ateístas de Lituania pretendieron asestar un golpe a la Iglesia con las propias manos de los religiosos, desinformar a la opinión pública mundial y a la Santa Sede, comprometer a los sacerdotes ante los ojos de los creyentes y desarmar psicológicamente a los jóvenes sacerdotes y seminaristas. Queda por recordar las palabras de San Pedro: "¡Hermanos, sed sobrios, y estad en vela! Porque vuestro enemigo, el diablo, anda girando como león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar. Resistidle firmes en la fe."

Sacerdotes de Vilkaviškis.

25 de septiembre de 1974.

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(La respuesta de los sacerdotes de la arquidiócesis de Vilnius):

A S. E. el Obispo Dr. J. Matulaitis-Labukas Copias: A todos los Obispos y Administradores Apostólicos de Lituania

Eminentísimo Pastor

Hace poco recibisteis una nota anónima de un "grupo" de sacerdotes de la diócesis de Vilkaviškis. El autor o los autores no se atrevieron a firmar, aunque por esa nota no corrían ningún peligro tanto por parte del gobierno eclesiástico, como del civil. Los hechos y los interrogantes mencionados en dicha nota están iluminados con luz no totalmente verdadera. Por consiguiente, la justicia reclamaría verlo también del otro lado — audiatur et altera pars.

El anónimo se refiere sobre las acciones de ciertos sacerdotes, que "no edifican la Iglesia, sino la destruyen", se refiere a su acción calumniosa. Es lamentable, que no hayan fundado en hechos esta afirmación: ¿que acciones "destruyen la Iglesia" y con que calumnias se enlodan los cofrades y Ordinari­os? Acerca de esta última afirmación cabe observar, que las acciones públicas son valoradas públicamente, pero que no toda valoración es una calumnia.

 

(Quien en verdad reedifica y refacciona las iglesias):

En la nota se muestra complacencia por las iglesias reedificadas y refaccionados, así como por las bien mantenidas, y se asegura que todo ello es mérito de aquellos sacerdotes, que están considerados como "ubicados por los ateístas". Está algo demasiado inflado y auto alabado. ¿Acaso no refaccionaron las iglesias también aquellos, que el anónimo llama "reaccionarios"? La refacción de las iglesias de material o de madera todavía no asume toda la acción del sacerdote: más importante que la construcción de estas iglesias muertas, es la construcción de las "iglesias vivientes" — la catequesis, los sermones y demás labor con la gente. Desgraciadamente, este último renglón alguien lo deja en el olvido.

(La enseñanza de la religión — es el más importante deber del sacerdote):

El anónimo habla sobre los sacerdotes, que "pretenden dar marcha atrás a la rueda de la historia, aspirando solamente a la vana fama ... de satisfacer su irrefrenable amor propio y ansias de honor." No se entiende lo que aquí tiene en mente el autor: mediante quéacciones se pretende hacerse famoso y satisfacer su amor propio con ansias de honores... ¿Tal vez catequizando a los niños? Pero si este es el mandamiento de Cristo: "Id, pues y adoctrinad a todos los pueblos" (Mt. 28,19); "Dejad que los niños vengan a mí" (Mt. 19,14). Es también un mandamien­to de la Iglesia: el CIC 1329 considera a la instrucción religiosa de los niños como uno de los más impor­tantes deberes del sacerdote. ¿Acaso puede quedar tranquila la conciencia del sacerdote, si sabe que no cumple con este deber? ¿Y quien puede librarlo de este deber? ¿Tal vez el gobierno civil? Pues "es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5,29). ¿Acaso pueden ser tildados de ansiosos de honores, aquellos que desean ser leales a los dictados de Cristo y de la Iglesia y obedecen a la conciencia sacerdotal? Resulta muy triste y doloroso que haya sacerdotes que abandonen este deber: no trabajan con los niños, a veces, hasta sin examinar sus conocimientos, les permiten acercarse a los sacramentos. ¿Tal vez eso sea el "pleno cumplimiento de las obligaciones vocacionales"?

(¿Quién, en realidad, quiso dar marcha atrás a la rueda de la historia?):

¿Acaso los apóstoles, en cuyas festividades utiliza­mos la casulla morada — martirio y sangre —, fueron buscadores de honores y ansiaron satisfacer su ilimitado amor propio? ¿Acaso ellos, que decían: "¡Juzgad vosotros, si es justo el obedeceros a vosotros antes que a Dios!" (Hechos 4,19), quisieron "dar marcha atrás a la rueda de la historia"? Ellos desearon solamente ser fieles a Cristo — todo lo demás no les importaba. ¿Acaso es honroso atribuir ciertas turbias intenciones a aquellos sacerdotes que, por los niños, fueron castigados con multas en dinero o sufrieron prisión?

El anónimo dice que las acciones de ciertos sacerdotes son contrarias a la voluntad de Cristo, que no construyen Su Iglesia, sino que la destruyen. Lástima que no indicaron cuales son esas acciones — ¿tal vez la catequesis?

El anónimo observa, que los órganos del gobierno civil son más severos con respecto a la Iglesia en los últimos tiempos. Resultaría interesante saber cuando fueron menos severos, tal vez en la época de guerra. Pero si las finalidades de los ateístas no han cambia­do.

(Rígida limitación para ingresar al Seminario):

Según el anónimo, la dirección del Seminario se queja por la falta de candidatos, — también este año hubo una dura selección dé candidatos. ¿Acaso son culpables por eso, como lo asegura el anónimo, los sacerdotes reaccionarios con su "servicio del oso"? ¿Cómo no van a faltar candidatos, si hace más de un cuarto de siglo que está restringida la admisión de candidatos en el Seminario? Resultaría interesante saber, ¿en qué años el gobierno civil no hizo "una dura selección de candidatos"?

(Rumores sobre un Seminario clandestino):

El anónimo proclama sobre "un Seminario Eclesi­ástico clandestino". Por el momento son solamente rumores. Pero, ¿si eso fuera tal vez algo real, qué hubiera de malo? Ocuparse de las vocaciones — es deber de todos. ¿Por qué los Ordinarios en una circular hablan sobre el domingo del "Buen Pastor"? ¿Por qué Cristo decía que "la mies es verdadera­mente mucha; mas los obreros pocos" (Mt 9,38)? Finalmente, no habría ninguna clase de rumores sobre "un Seminario clandestino" si el gobierno civil permitiese ingresar al que lo deseara.

(Sacerdotes clandestinos consagrados secretamente):

El anónimo se refiere con ironía sobre los "sacerdotes consagrados clandestinamente por al­guien". ¿Quienes son ese "alguien"? ¿Los obispos? Las referencias deshonrosas sobre los obispos arrojan una mancha sobre la potestad sacerdotal y descubre un espíritu no eclesial: es el lenguaje de un desertor, no de un militar . ..

Se arrojan piedras sobre los sacerdotes "podpolsh-chik". ¿Acaso existirían, si el gobierno civil no les impidiese trabajar? ¿Quién sabe si estos sacerdotes no cumplen más plenamente sus deberes, si no demues­tran mayor idealismo y sacrificio, que muchos de aquellos que trabajan oficialmente y públicamente? ¿Acaso es predisposición negativa contra aquellos cofrades, quienes, haciendo caso omiso a los peligros, habiendo consumido sus fuerzas y su salud en la semana de 48 horas de trabajo, hallan energías en sí para dedicar su minúsculo tiempo libre para la pastoración, — no delata bajos sentimientos? ¿Quién de nosotros, que trabajamos oficialmente, demues­tra tanto idealismo, sacrificio y amor por las almas, como estos "sacerdotes obreros"?

(Son sacerdotes de los tiempos de persecusión de la religión):

Finalmente, en la historia de la Iglesia tamaña práctica no es una novedad. Cuando en Inglaterra los sacerdotes no podían trabajar libremente, se prepara­ban en el continente europeo y luego se trasladaban secretamente a las islas británicas, donde los esperaba la cárcel y la muerte. De la misma manera han trabajado los sacerdotes en Méjico, China y otros lados en tiempos de persecusión religiosa.

El anónimo cita un párrafo del decreto del Concilio Vaticano II sobre el trabajo del sacerdote, acomodándose a las cambiantes condiciones de los tiempos. No se sabe como el autor de la nota explica esta directiva. ¿Tal vez dentro de las nuevas formas de pastoración, habría que comprender renunciar a la catequesis, a los niños monaguillos, a los alumnos en las procesiones? ...

(¿Cuando el sacerdote es útil a la Iglesia?):

El anónimo asevera que el sacerdote es "útil a la Iglesia cuando trabaja en la misma iglesia". Resulta interesante saber, ¿cuando la labor del sacerdote, al ejecutar "el servicio de la palabra" y confiriendo los sacramentos, no es útil para la Iglesia? La historia puede testimoniar innumerables veces sobre la labor del sacerdote, cumplida no en la iglesia, sino en los pajares, los bosques, las barracas de los campamentos de concentración — inscribiéndola con letras de oro. Resulta interesante saber, en qué basaría su afirma­ción el anónimo, de que tales sacerdotes, habiendo entregado a la Iglesia todas sus fuerzas, su salud y su tiempo, "se arrastran bajo los cimientos de la Iglesia"? ¿Acaso no es una calumnia?

(¿Qué representa Crónica de la ICL?):

El anónimo alude, también, a Crónica de la ICL, que no representaría ni a la Iglesia Católica de Lituania, ni a la diócesis de Vilkaviškis. El interro­gante debe ser formulado asi: ¿los hechos mencionados en "Crónica" son ciertos o no? Jamás nadie promovió el interrogante sobre que representaba esa historia que fijó la prohibición de la prensa lituana, la matanza de Kražiai y hechos similares. Lo impor­tante es que fueron realidad.

(Sin ataques a los creyentes no habría Crónica de la ICL):

Si no hubiera brutales ataques contra los creyentes, especialmente contra los niños, no hubiera aparecido "Crónica". ¿Acaso la madre puede perma­necer en silencio si se daña a su hijo? ¿Acaso el sacerdote puede mirar tranquilamente que los ateístas, declarando la libertad de religión, practica-mente no mantienen su palabra y con salvajes actos de agresión, de los cuales una parte muy pequeña se halla anotada en "Crónica", se mofa de los "de iguales derechos" creyentes?

(¿La unidad con la Iglesia o con los ateístas?):

El anónimo apela a la unidad. ¿Pero, a qué unidad? ¿A la unidad con los cánones de la Iglesia o con las instrucciones de los ateístas? Similar interro­gante se presentó en otros tiempos para los sacerdotes de la antigua generación: la unidad con el Obispo. M. Valančius, que con todo su corazón se entregó a las almas y al pueblo y sufrió por el régimen zarista, o a la unidad con el Obispo V. Žilinskas, favorito de la zarina, a quien no le importaba la Iglesia, sino las partidas de caza y los bailes, o con el administrador de Seinai, el prelado Antanavičius, quien desde el pulpito leía los decretos del zar? A los fines ilustrati­vos, podría recordarse el Obispo francés Pierre Couchon, hechura de los ingleses y ambicioso, quien, habiendo convocado a otros religiosos similares y trasgrediendo los cánones de la Iglesia, cuando otros miembros del Capítulo se encontraban en las cárceles inglesas, condenó a Juana de Arco. Todo ello se hizo en beneficio de la Iglesia. ..Desgraciadamente, la historia miró de otra manera — Juana fué coronada, mientras que Couchon, al no haber obrado en nombre de la Iglesia, ni con la Iglesia, fué arrojado al basural de la historia.

(Dios puede ser traicionado hasta en la propia Iglesia):

Cierta vez Cristo retó al apóstol superior Pedro, hasta llamándolo Satanás, porque no meditaba las ideas de Dios, sino de los hombres (Mt. 16,23). ¿Por qué tal severa amonestación? A causa de que Pedro no deseaba que Cristo fuera a sufrir. La roca puede convertirse en piedra de escándalo, si no quiere entender que debe "tomar la cruz" (Mt.16,24). Dios puede ser traicionado en la propia Iglesia, si se va por "el camino ancho" (Mt. 7,13) — el camino de las comodidades y la tranquilidad. Pedro puede conver­tirse en Satanás, si, evitando el Gólgota, no defiende las almas, sino su cómoda vidurria. Posteriormente Pedro enmendó su error, recordando las palabras de su Maestro: "Pues quien quisiere salvar su vida, la perderá". (Mt. 16,25). El murió, porque no obedeció a Nerón, pero al morir salvó aquello que es más preciado para el hombre: ¡su conciencia!

Excelencia, todos nosotros consideremos estas cuestiones en nuestra conciencia, sintiendo la respon­sabilidad ante la Iglesia, ante Dios y ante la historia. ¡Que nos guíe el Espíritu de la Verdad y el Amor, el Espíritu del Valor y la Fortaleza!

Por motivos que resultan comprensibles para todos, los autores de esta nota, sacerdotes de la Arquidiócesis de Vilnius, por cuanto se hallan en una situación más débil que el anónimo del 1.IX.1974, no firmamos.

¡Loado sea Jesucristo! 22.IX.1974.'

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