Todos los veranos millares de madres lituanas pre­paran a sus hijos para la primera confesión y la San­ta Comunión. Es una labor bastante difícil y de mu­cha responsabilidad, que requiere suma dedicación de los padres y sacerdotes. Las leyes soviéticas prohiben a los sacerdotes enseñar a los niños, para que los ateístas puedan sembrar más fácilmente sus ideas. Par­te de los sacerdotes, habiendo sobrevivido el terror de la etapa staliniana, no quieren tener conflictos con el gobierno y se limitan solamente al examen de los niños. Otra parte de los sacerdotes tiene valor y de­ciden obedecer más a Dios que a los hombres, arries­gando su libertad, enseñando a los niños los fundamen­tos de la fe.

(El por qué de su detención):

En la gran parroquia de Prienai todos los años se preparan unos 300 niños para la Primera Comunión. Así también fué en el año 1971. El 16 de julio, los niños, conjuntamente con sus madres, se reunieron en la iglesia de Prienai para su catequización. Mientras el Padre Zdebskis estaba explicando y examinando a los niños, irrumpió en el templo un grupo de funcio­narios. Estos fotografiaron a los niños, inquirieron sus nombres y formularon un acta. Se produjo la alarma en el templo. Irritados por la arbitrariedad de los funcionarios soviéticos, los padres de Prienai se diri­gieron a la Comisión de Control del CC de la URSS:

En el verano de 1971 debía llegar a Raseiniai el Obispo para imponer el sacramento de la Confirma­ción. Los sacerdotes del raion habían recibido del Obispo las instrucciones para que se verificaran los conocimientos de los que iban a ser confirmados y se les entregaran tarjetas confirmatorias.

El párroco de la parroquia de Girkalnis, P. Bubnys, notificó a los fieles que los padres llevaran a la iglesia a sus hijos para la verificación. Los padres procedieron en tal sentido, hasta que cierto día irrumpió un grupo de representantes del comité ejecutivo del raion de Raseiniai. Al hallar en la iglesia a los niños, esperando al sacerdote, los delegados comenzaron a cazarlos y arrastrarlos por el pueblo hasta la sede de los bomberos; allí, mediante intimi­daciones y amenazas los obligaron a escribir notas, de que el P. Bubnys les enseñaba las verdades de la fe. Los niños quedaron tan asustados, que hasta lloraron, y algunos se enfermaron posteriormente.

El 12 de noviembre de 1971 en Raseiniai tuvo lugar el juicio popular. El derecho de participar en el juicio lo tuvieron solamente los funcionarios y los testigos. Los fieles debieron permanecer afuera frente a las puertas. Nadie creyó que el P. Bubnys iba a ser condenado, dado que los funcionarios gubernamen­tales losorprendieron examinando a un solo chico, los demás esperaban su turno en la iglesia. 

 (Multa administrativa):

El 28-IX-1970 la comisión de sanciones adminis­trativas del raion de Varena sancionó al párroco de Valkininkai, P. Algimantas Keinas, a una multa de 50 rublos por infracción a las "Leyes sobre culto religioso". El P. A. Keina acusó a la comisión de sanciones de Varena ante el tribunal popular, solicitando anular la injustificada multa.

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(Se dirigió al tribunal del raion):

El 3-XI-1970 el tribunal popular del raion de Varena consideró el caso del P. A. Keina. Presidente del tribunal fué el juez popular J. Burokas, fiscal el subrogante del presidente del comité ejecutivo del SDT, J. Visockis.

El tribunal rechazó la reconsideración por los siguientes motivos:

1."El 4-VII-1970, en la sacristía de la iglesia deValkininkai fueron preparados tres niños para laPrimera Comunión, a los cuales enseñaba colectivamente la ciudadana E. Kuraityte."

(Cumplida la pena sigue siendo sancionado):

El P. A. Šeškevičius, por la enseñanza religiosa de los niños, el 9-IX-1970 fué condenado por el tribunal popular de Molėtai a un año de prisión en un campamento de régimen riguroso. Al terminar su condena el 9-IX-1971, se dirigió al administrador de la diócesis de Kaišiadoris solicitando se le designara en una parroquia. El delegado del SAR se negó a concederle el certificado de registración y le ordenó trabajar en otra labor especializada, motivando que no se había mantenido dentro de las leyes soviéticas. Entonces el P. Šeškevičius se dirigió al presidente del Soviet de Ministros de la RSSL:

"Si había delinquido contra las leyes soviéticas, entonces ya he cumplido la condena aplicada y hasta obtuve una excelente estipulación. Además, al libe­rárseme no fueron limitados mis derechos, entonces ¿por qué sin ningún juicio previo estoy siendo condenado nuevamente, y hasta por toda la existen­cia? Los tiranos más grandes, al condenar a la gente, estipulan el artículo de la ley y el término de la condena así como la institución de apelación. Solamente a mí se me niega el saberlo. ¿Acaso existe en el mundo Estado tal, donde se permita compor­tarse así con sus gobernados? ¿Cómo conformar esto con la declaración de los derechos humanos, que fuera firmada también por la Unión Soviética? . . .

 (Sanciones administrativas):

El 3 de diciembre de 1971, el párroco de Marginin-kai P. Petras Orlickas, fué sancionado a causa de que había infringido el artículo 143 del código penal de la RSSL:¡jugó con los niños al volley-ball!

En el dictamen de la comisión administrativa del raion de Kaunas ngura que el P. Orlickas trabajabacon los niños (hacía deporte, jugaba al volley-ball), mostraba diapositivas, etc.

    Los ateístas y los trabajadores partidarios durante largo tiempo parecieron no ver a los niños, que en la placita junto a la oficina del koljose jugaban inculta­mente, injuriaban. Esto lo observó el párroco e instaló una cancha de volley-ball. Allí no insultaban ni los mayores depravados.

¿Qué obligó a enervarse al gobierno del raion de Kaunas, a sus trabajadores partidistas y a algunos maestros? Durante el sepelio de un escolar fueron observados muchos escolares en la iglesia. Los maestros hasta intentaron sacar del brazo a los escolares de la iglesia. Además, en la Misa secundaron varios niños. La directora no consiguió alejar a los niños del altar, aunque lo intentó sobremanera. 

(Sobre el obispo J. Steponavičius):

A fines de 1971 los sacerdotes de la diócesis de Panevėžys se dirigieron a A. Kosygin, presidente del Soviet de Ministros de la URSS y al Soviet de Ministros de la RSS de Lituania. Se destaca en la exposición, que desde el año 1961 la diócesis de Panevėžys carece de obispo, quien fuera desterrado a Zagare, raion de Joniškis, por disposición de las autoridades de la RSSL. Los sacerdotes solicitan que al Obispo J. Steponavičius se le permita cumplir sus funciones en la diócesis de Panevėžys, por cuanto la Constitución de la RSSL y las leyes no prevén tal limitación de derechos a los ciudadanos condenados por la justicia. Al mismo tiempo destacan, que la carencia del obispo en la diócesis es una gran anormalidad, dado que el derecho canónico, al no haber obispo, solo permite un breve tiempo de administración por el delegado.

El gobierno soviético no respondió a la presenta­ción. El delegado del SAR reprendió a algunos sacerdotes, recordándoles que resultaba sin sentido el escribir presentaciones semejantes, puesto que no se les prestará atención.

Las autoridades soviéticas consideran a S.E. el Obispo J. Steponavičius no leal para con el gobierno, dado que él cumplía sin compromisos sus obligaciones pastorales.

(A causa de la libertad de fe proclamada por el gobierno y por la realización de la persecusión religiosa):

Al secretario general del CC de la URSS Al presidente del Soviet de Ministros de la URSS

Copias al presidente del Soviet de Ministros de la RSSL

Delegado del SAR de la RSSL

La mayor parte de la población de nuestra República la forman los creyentes. Ellos podrían resaltadamente participar más activamente en la vida social y política de nuestro país, si tuvieran condici­ones más favorables. La Constitución, el código penal, las convenciones internacionales, teóricamente ga­rantizan a los creyentes iguales derechos que a los demás ciudadanos. Acerca de esto también se expresan los programas radiales destinados al exte­rior, la prensa, los decretos postrevolucionarios de Lenín. Empero, en la realidad sucede de otro modo.

(Se restringe la preparación de sacerdotes):

Continuamente disminuye en Lituania el número de sacerdotes. Ello sucede no por culpa de los creyentes, sino por los obstáculos administrativos interpuestos por el gobierno. La actividad del único Seminario Eclesiástico de Kaunas en Lituania, está extraordinariamente restringida. El gobierno limita estrictamente la cantidad de estudiantes, por lo cual no pueden ingresar muchos deseosos. Los aspirante a estudiar en el Seminario son interrogados por diversos funcionarios, terrorizados en los lugares detrabajo. Habiendo tal situación, algunos candidatos estudian teología y se hacen sacerdotes fuera de los ámbitos del Seminario, empero el delegado del soviet de Asuntos Religiosos, dependiente del Soviet de Ministros de la URSS, impide que cumplan sus funciones (así ocurrió con el P. Vytautas Merkys y el P. Petras Naslenas).

 (Encarcelamiento por la preparación de niños para la Primera Comunión):

El 13 de enero de 1972, en Naujoji Akmene, el tribunal popular consideró la causa de la zagariana septuogenaria Kleopą Biciucaite. Ella habría infringi­do las disposiciones soviéticas, por cuanto preparaba niños para la Primera Comunión. Para comprobar su delito fueron convocados 27 testigos, en su mayoría niños de 7 a 14 años de edad. Por cuanto la propia K. Biciucaite reconoció que, durante el mes de julio de 1971, durante 6 días había enseñado oraciones a los niños, esos testigos hasta resultaban innecesarios, entorpecían la buena marcha del juicio, dado que testimoniaban controvertidamente. Notando que unos niños negaban lo que otros afirmaban, la jueza empezó a verificar la conciencia política de los niños: cuantos de ellos pertenecían a la organización de los pioneros. Solamente cuatro confirmaron ser pioneros.

El procurador recordó en su discurso, que la Constitución permite a todos los ciudadanos profesar libremente cualquier religión o ser ateos. Nadie coarta esta libertad ni realiza ninguna presión. Pero el sistema soviético lucha contra la religión y el engaño, ya que no puede tolerar que la religión engañe a los ciudadanos. De acuerdo a la Constitu­ción, La Iglesia está separada del Estado y la Escuela de la Iglesia. Por su parte la acusada Biciucaite organizadamente enseñaba tales oraciones como: Padre Nuestro, Ave María, Credo, el Ángel del Señor, los Diez Mandamientos. Esto no lo puede permitir el sistema soviético. No puede permitir que alguien enseñe a los niños, de manera distinta al de como son enseñados en la escuela.

 (Por visitar un enfermo en el hospital):

El 9 de diciembre de 1971, el P. Petras Lygnugaris de la parroquia de Akmene visitó a un enfermo grave en el hospital de Akmene. Notándolo el médico de guardia interrumpió la atención religiosa del enfer­mo, reconvino al sacerdote y lo echó del hospital. El 28 de diciembre el P. P. Lygnugaris fué llamado por el comité ejecutivo del raion de Akmene y sancionado con una multa de 50 rublos por visitar un enfermo en el hospital.