La formulación del memorándum fué impulsado por las restricciones de los derechos de los católicos, y especialmente los juicios de los sacerdotes J. Zdebskis y P. Bubnys.

Las firmas fueron colectadas durante dos meses. Por cuanto el memorándum estaba destinado al gobierno de la URSS, entonces en la recolección de firmas no se guardó especial cuidado. Parte de las firmas fueron conseguidas los domingos a las puertas de las iglesias, cuando los fieles entraban al templo o salían de él, y las otras, mediante visitas domiciliarias. Sobre una hoja figuraba escrito el texto del memo­rándum para que los firmantes pudieran enterarse de su contenido. A los que no sabían leer, se los leían los colectores de firmas, o les explicaban con que motivo se dirigían al gobierno de la URSS.

Los católicos firmaban el memorándum con gran entusiasmo. Sólo unos pocos tuvieron temor de las represalias y se negaron a firmar. La recolección de firmas se realizaba estereotipadamente—unos se copiaban de los otros el texto del memorándum y se incorporaban a la tarea.

(Acciones de la KGB contra los recolectores de firmas):

Bastante pronto se defundió la noticia, de que los órganos de la KGB atrapaban a los colectores de firmas, los interrogaban sobre donde habían obtenido el texto del memorándum y les quitaban las firmas colectadas.

La recolección de firmas quedó interrumpida. Antes del envío de las firmas al gobierno de la URSS, surgió un difícil problema: ¿por qué medios enviar las firmas al Secretario General del PC de la US? Las acusaciones enviadas por correo desde el territorio de Lituania, frecuentemente eran detenidas por los órganos de la KGB. Nada mejor era la situación entregando las acusaciones en Moscú al funcionario a quien se dirigía. No hay duda, que más de una exposición, que los católicos lituanos y los sacerdotes enviaron a Moscú al Secretario General del CC, Brezhnev, al presidente del Soviet de Ministros— Kosygin, al presidente del Soviet Supremo— Podgorny, no llegaron hasta ellos. Todas habían sido reenviadas a Vilnius y cayeron finalmente en poder de J. Rugienis, el delegado del soviet de Asuntos Religiosos dependiente del Soviet de Ministros de la URSS, quien,con la ayuda de los órganos de la KGB procuraba descifrar a los organizadores de las exposiciones, para poder amedrentarlos y "aclarar" que en Lituania no son lesionados los principios de la libertad de fe y de conciencia.

Deseando evitar un destino similar para el memorándum de los católicos, se decidió solicitar la ayuda del Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim.

Por conductos impensados, el memorándum alcanzó las Naciones Unidas antes de la Pascua de 1972. A continuación ofrecemos los textos del memo­rándum de los católicos y sus agregados.

(Texto del memorándum):

Al Secretario General del CC del Partido Comunista de la Unión Soviética L. Brezhnev Moscú—Kremlin

MEMORÁNDUM

de los Católicos Romanos de Lituania

 

Terminada la Segunda Guerra Mundial, las naciones se levantaron de las ruinas y desean una paz estable. El fundamento de la verdadera paz es la justicia y el respeto de los derechos humanos. Nosotors, los católicos de Lituania, lamentamos dolorosamente porque hasta el presente en nuestra nación sigue la restricción de la libertad de los creyentes y la persecusión de la Iglesia.

Los Obispos J. Steponavičius y V. Sladkevičius, sin sentencia judicial, desde hace unos 10 años, sufren el destierro sin término, aunque no han cometido ningún delito.

En noviembre del corriente año fueron condena­dos a prisión dos sacerdotes: J. Zdebskis y P. Bubnys, a causa de que ellos, a solicitud de los padres y cumpliendo sus obligaciones sacerdotales, explicaron a los niños los fundamentos de la fe católica. Estos sacerdotes ayudaron a los niños a prepararse para la Primera Comunión no en la escuela, sino en la iglesia, y no emplearon coacción contra nadie: estudiaron los que quisieron.

Por el contrario, en la escuela los hijos de los creyentes son instruidos en el ateísmo, y hasta obligados a hablar, escribir y comportarse contra su propia conciencia, pero a estos coaccionadores nadie los reprende ni sanciona.

Los sacerdotes resultan impotentes para atender­nos a nosotros, los creyentes, pues son muy escasos. Ya en muchas partes un solo sacerdote atiende dos parroquias, y a veces tres. Están obligados a trabajar hasta los ancianos sacerdotes inválidos. Y esto es así, porque los asuntos del Seminario de Kaunas son dirigidos no tanto por el Obispo, cuanto por el delegado gubernamental. El gobierno permite la admisión anualmente en el Seminario de apenas diez seminaristas.

La designación en las parroquias también está dirigida por los funcionarios gubernamentales.

Aunque el Código Penal de la RSS de Lituania prevé penalidades por la persecusión de los creyentes, en la práctica no se le aplica a nadie. En 1970, la sección educacional de Vilkaviškis despidió del trabajo a la maestra Ona Briliene por su fe, y el gobierno del raion de Vilkaviškis no le permite ni el trabajo de barrendera en su propia ciudad. Nadie sanciona a tales funcionarios, aunque, debido a sus arbitrariedades, la intelectualidad teme practicar su fe.

Los funcionarios gubernamentales impiden a los creyentes restaurar las iglesias quemadas, aún con sus propios fondos, p. ej. en Sangrūda, Batakiai, Gaure. A costa de grandes dificultades se permite la instalación de una capilla en una vivienda particular, y de ningún modo se la puede trasladar al atrio.

Todavía podríamos indicar muchas más ocasiones de penosas persecusiones, que amargan nuestra existencia y promueven el desengaño de la Constitu­ción y leyes soviéticas. Por lo tanto solicitamos a las autoridades soviéticas nos concedan la libertad de conciencia, que está garantizada en la Constitución de la URSS, pero que no fué cumplimentada hasta el presente. No queremos hermosas palabras en la prensa y en la radio, sino serios esfuerzos guberna­mentales, que contribuyan a que nosotros, los católicos, nos sientamos ciudadanos de la Unión Soviética con iguales derechos.

Mes de diciembre de 1971.

(Agregado al memorándum):

 

Al Secretario General del CC del PCUS (Agregado de memorándum)

 

Se agregan a este memorándum 17.054 firmas. Es necesario destacar que han firmado el memorándum una ínfima parte de los creyentes de Lituania, por cuanto los órganos de la milicia y la KGB emplearon toda una serie de medidas para interrumpir la recolección en masa de firmas: en Kapsukas, Sakiai, Islauza, Kapčiamiestis fueron arrestadas las personas que juntaban firmas, mientras que las hojas con las firmas les fueron quitadas, sin tener en cuenta que el memorándum estaba dirigido al gobierno soviético.

Si los órganos gubernamentales, también en- el futuro, habrán de reaccionar ante las quejas de los creyentes del mismo modo que hasta ahora, entonces nos veremos obligados a dirigirnos a las organizaci­ones internacionales: el Papa de Roma, Cabeza de nuestra Iglesia, o sino a la Organización de las Naciones Unidas, en su calidad de Instituto compe­tente, que defiende los derechos humanos.

Además, queremos recordarle que este memorán­dum es una consecuencia de la desgracia nacional: en los años del gobierno soviético, en Lituania crecieron multiplicados por diez tales vicios sociales, como la delincuencia juvenil, la ebriedad, los suicidios, y también se extendieron peligrosamente los divorcios y el asesinato de criaturas nonatas. Y cuanto más nos alejamos del pasado cristiano, más claramente se destacan las espantosas consecuencias de la educación ateísta obligatoria, tanto más se extiende el inhumano modo de vivir sin Dios y sin religión.

Nosotoros nos dirigimos a Usted, como la suprema autoridad del partido, solicitando examine con toda seriedad y responsabilidad los hechos presentados, así como adopte las correspondientes decisiones.

Febrero de 1972.

Representantes de los católicos de Lituania.

        *    *    *

(Nota al Secretario General de las Naciones Unidas):

Al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas Kurt Waldheim

Presentación

de los católicos de Lituania

Teniendo en cuenta que Lituania no posee su representación en la Organización de las Naciones Unidas, nosotros, los católicos de Lituania, estamos obligados a dirigirnos al señor Secretario General, aprovechando conductos imprevistos.

Nos estimuló presentarnos ante Usted la circuns­tancia de que los creyentes de nuestra República no pueden utilizar esos derechos, que se encuentran estipulados en el artículo 18 de la Declaración Universal de los derechos humanos. Nuestros sacer­dotes, agrupaciones de creyentes y católicos indivi­dualmente, más una vez recurrieron por esta cues­tión ante los supremos órganos gubernamentales de la Unión Soviética, exigiendo el cese del lesionamien-to de los derechos de los creyentes. Varios petitorios de los creyentes fueron enviados a los dirigentes soviéticos, entre ellos: la exposición de los fieles de la parroquia de Santaika, raion Alytus, firmada por 1190 personas y enviada en el mes de octubre de 1971; exposición de 1334 fieles de la parroquia de Girkalnis, raion Raseiniai, enviada en diciembre de 1971. Todas estas exposiciones fueron enviadas a diversas instan­cias supremas de la URSS, pero ninguna de ellas dio respuesta oficial, aunque las reparticiones estatales tienen la obligación de responder a las presentaciones de los ciudadanos en el término de un mes. Como respuesta no oficial los creyentes experimentaron represiones más endurecidas.

Sobre su situación sin derechos, los católicos de toda Lituania decidieron recordarle a los dirigentes soviéticos mediante un memorandum al señor Brezhnev, Secretario General del PCUS, pero los órganos soviéticos de la milicia y la KGB, mediante amenazas, arrestos y la ayuda de los brazaleteados, interfirieron la recolección en masa de firmas.

Tal comportamiento gubernamental confirmó que el presente memorandum, firmado por 17000 creyentes, no lograría su finalidad, si fuera enviado por el mismo medio como lo fueron las anteriores exposiciones colectivas.

Por lo tanto, nosotros, los católicos de Lituania, nos presentamos ante el honorable Secretario General solicitando que el memorandum enviado a Usted, junto con las firmas, sea reenviado a través de los canales de la Organización de las Naciones Unidas, al Secretario General del PCUS, señor L. Brezhnev.

Con toda consideración,

Representantes de los católicos de Lituania

Febrero de 1971.

 

La prensa, la radio y la televisión del exterior difundieron ampliamente este memorándum. La opinión pública de todo el mundo estuvo con los 17000 católicos que se atrevieron a exigir públicamente sus derechos. El Papa Pablo VI en su palabra pascual, también recordó a la "iglesia del silencio."

¿Cómo reaccionaron los órganos gubernamentales soviéticos?

(De como surgió la carta pastoral):

En su opinión, dicho memorándum es una calumnia de la realidad soviética, por lo cual los órganos de la KGB buscan minuciosamente a sus iniciadores. Desgraciadamente, mientras tanto han descubierto uno que otro recolector de firmas. Los órganos gubernamentales sospechan que el memo­rándum fué organizado por sacerdotes "antisoviéti­cos."

El 11 de abril de 1972, el delegado del soviet de Asuntos Religiosos, J. Rugienis, convocó en las instalaciones de la Curia de la arquidiócesis de Kaunas a todos los obispos de las diócesis de Lituania (que cumplen sus funciones), a los administradores apostólicos y, juntamente con el representante de Moscú, Orlov, los obligó a firmar la denominada "carta pastoral a los fieles", en la cual se calumnia a los recolectores de firmas y a los firmantes:

"3. Finalmente, en estos últimos tiempos, en algunas parroquias, personas irresponsables, en nombre de los sacerdotes y los fieles, frente a las puertas de las iglesias y en el propio interior de las iglesias, colectan firmas sobre hojas con texto y hasta sin ningún texto, con el pretexto de que trasladen al párroco, que no clausuren la iglesia, que se designen sacerdotes, que no trasladen al párroco o al vicario, etc.

Esos recolectores de firmas, posteriormente modifican o escriben un texto, agregándole las firmas recolectadas. Eso es una perfidia. Nos sorprende muchísimo que aparezcan creyentes, que firman sin saber por qué y para qué, también sin pensar que consecuencias acarrearán. No debemos olvidar que la firma de escritos irresponsables perjudican en las relaciones entre la Iglesia y el Estado, provoca malos entendidos. Tales cosas no pueden traer nada bueno para la Iglesia . . ."

(De como recibieron la carta los sacerdotes):

Se ordenó que esta carta fuera leída el 30 de abril de 1972, domingo, en lugar de las predicaciones a pronunciar dicho día.

A todos los sacerdotes se les hizo claro inmediata­mente, que dicha carta había sido escrita por indicación del gobierno, dado que los obispos no habían sido informados por fuentes auténticas sobre la recolección de firmas, y, lo más importante, las afirmaciones de la carta "pastoral" sobre la recolec­ción de firmas eran claramente inexactas. Se promo­vió una discusión entre los sacerdotes, ¿qué hacer— leerla o no?

La mayoría de los sacerdotes recibió una nota del siguiente tenor:

"Honorable Padre,

Llegaron días de prueba para la Iglesia Católica de Lituania y sus sacerdotes. El 30 de abril todos los sacerdotes están obligados a leer una carta que compromete a los Obispos, sacerdotes y fieles.

1.El 11 de abril, Rugienis y el representante del gobierno de Moscú, obligaron a los ordinarios a firmar esta lamentable carta.

2.Esta carta es una calumnia, puesto que los 17.000 fieles no firmaron sobre hojas en blanco, sino al pie de un texto, que conoce todo el mundo.

3.Esta carta lesiona y compromete a los mejores hijos e hijas de la Iglesia Católica de Lituania, que tuvieron el valor de firmar el memorándum.

4.Esta carta compromete irremediablemente a los propios ordinarios.

5.Los sacerdotes están obligados a obedecer a los obispos en el marco del CIC. Nadie puede obligar al sacerdote a que lea una calumnia.

6.Los sacerdotes conscientes no leerán esta carta, aunque por ello debieran soportar cualquier sacrifi­cio.

Padre, apelamos a vuestra conciencia sacerdotal; siendo enviado de Aquel, que se denominó Verdad, no Os inclinéis ante la mentira y la coacción, no traiciones por uni plato de lentejas la cuestión de la Nación y la Iglesia."

El citado domingo fueron enviados de los raiones a las iglesias personas especiales, que debían controlar cuales sacerdotes leerían y cuales no lo harían.

(De como los agentes gubernamentales aprovecharon la carta):

Los ateístas utilizaron la carta "pastoral" del 11 de abril para su propaganda. P. ej., en Aukstoje Panemune, ya antes del 30 de abril, en la reunión de padres de la escuela secundaria, los representantes gubernamentales reprocharon a los padres a causa de que la gente firmaba diversos papeles, frecuente­mente sin saber ellos mismos para qué. Para afirmar la veracidad de sus palabras leyeron los consiguientes pensamientos de la carta de los obispos: "Si no me creéis a mí, he aquí lo que dicen vuestros obispos."

Solo una ínfima parte de los sacerdotes leyó enteramente la carta: algunos lo hicieron por no orientarse en la situación, los otros—por servilismo al gobierno civil. Parte de los sacerdotes leyó solamente las ideas religiosas, pasando por alto la falsedad. Y otros, dicho domingo pronunciaron sus predicaciones, según lo acostumbrado.

Después del 30 de abril, los órganos de la KGB procuraron verificar las noticias sobre la lectura de la carta, utilizando para este fin hasta sacerdotes que les son fieles.

Aunque la carta de los obispos fué enviada con mucho atraso—algunos la recibieron solounos días antes del 30.IV—y no quedaba tiempo para intercon­sultas, pero el examen fué dado bastante bien. Los órganos gubernamentales -se convencieron que la gran mayoría de los sacerdotes de Lituania no podrán ser utilizados para sus propósitos.