Al Secretario General del CC del PCUS y Presidente del PSS de la URSS L. Brezhnev

EXPOSICIÓN

de los sacerdotes de Lituania

Justo recién se ha propagado ampliamente la noticia que el 1 de noviembre del cte. año, ha sido detenido en Moscú el sacerdote ortodoxo Gleb Jakunin. Se trata de un leal hijo de la Iglesia Ortodoxa, que ha dedicado muchísimos años a la defensa de los derechos de la Iglesia y de los fieles. La actividad de Gleb. Jakunin no estuvo dirigida contra el orden gubernamental y estaba plenamente adapta­da a los derechos garantizados en la Constitución de la URSS. La detención de este honorable sacerdote no puede menos que promover la indignación de toda la gente amante de la justicia, a pesar de cualesquiera sean sus convicciones. Este arresto solamente puede provocar una sola cosa: debilitar aún más el prestigio de la Unión Soviética en el mundo.

También expresamos nuestra protesta contra las detenciones de Tatiana Velikanova y Antanas Ter­leckas. Su actividad también era puramente huma­nística, en procura de que en la Unión Soviética fueran respetados los derechos y las convicciones de todos los ciudadanos.

Ya de antemano se puede pronosticar que estas tres personas: el P. G. Jakunin, T. Velikanova y A. Terleckas, habrán de ser acusados de calumniar el orden soviético gubernamental y de la comunidad. Resulta totalmente comprensible, que tal acusación es excesivamente deshonrosa e inconvincente.

Nosotros deseamos recordar, además, que tales detenciones no habrán de servir para temperar la tensión internacional y la lucha por la paz en el mundo, puesto que el fundamento de la paz universal reside en el respeto de los derechos humanos de cada uno.

Noviembre de 1979.

Firman los sacerdotes: Petras Dumbliauskas, Petras Našlėnas, Vincentas Jalinskas, Antanas Luko-saitis, Romualdas Macevičius, Juozas Zdebskis, Vaclo­vas Degutis, Gvidonas Dovydaitis, Juozas Mieldazys, Andriejus Gustaitis, Albinas Deltuva, Gintautas Steponaitis, Jonas Maskvytis, Gintautas Skučas, Juozas Kriščiūnas, Jurgis Sventickas, Boleslovas Razukas, Antanas Aleksandravičius, Ignas Plioraitis, Sigitas Tamkevicius, Boleslovas Cegelskas, Vaclovas Stakenas, Jonas Buga, Konstantinas Ambrasas, Algis Pasilauskas, Vytautas Užkuraitis, Juozas Gumauskas, Liudvikas Semaška, Jonas Rakauskas, Juozas Čepė­nas, Kazimieras Montvila, Vladas Bobinas, Juozas Adomaitis, Pranas Gaižauskas y Virgilijus Jaugelis.

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Al Secretario del CC del PC de la RSS de

Lituania Griškevičius

Al Procurador de la RSS de Lituania

EXPOSICIÓN

de los creyentes de la parroquia de Kybartai El 5 de septiembre del cte. año en "Tiesa" (periódico La Verdad. El T.) fué publicada una noticia emanada de la Procuraduría de la RSS de Lituania, acerca de que dos sacerdotes: el cura párroco de Vidukle P. Svarinskas y nuestro cura párroco Tamkevicius habían sido amonestados por la difusión de infundios mentirosos que menoscababan el orden soviético y por la incitación de los fieles a la desobediencia de las leyes soviéticas. En relación a ello, nosotros manifestamos:

Durante cuatro años, todos los domingos hemos escuchado los sermones de nuestro párroco y jamás hemos oído que haya calumniado a alguien o que no hubiera expresado la verdad. Tampoco el P. Tamke­vicius nos ha instigado a desobedecer las leyes. Siempre nos ha enseñado a creer en Dios y vivir virtuosamente.

Durante el tiempo del retiro espiritual y en ocasión del Cincuentenario de la iglesia de Kybartai, también hemos escuchado los sermones del P. Svarinskas, empero en ellos no hemos notado ningún infundio calumnioso.

Por consiguiente, estas acusaciones son injustas y creadas en base a denuncias de gente que aborrece la fe. Pedimos la reprobación de tal gente y en el futuro hacer caso omiso a sus denuncias. También exigimos que "Tiesa" desagravie públicamente las falsas acusaciones hechas a estos dos sacerdotes.

Además, hemos oído que nuestro párroco es acusado por defender los derechos de los creyentes. En nuestra opinión, ello no es un delito, sino una buena obra.

Estimado Secretario, ordena que se ponga fin a la persecusión de nuestros sacerdotes. Kybartai, 8 de septiembre de 1979.

Firman 877 fieles

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Al Primer Secretario del CC del PC de la

RSS de Lituania P. Griskevicius

Al Procurador Republicano de la RSS de

Lituania

EXPOSICIÓN

de los fieles de la parroquia de Simnas (raion de Alytus)

(Los fieles desmienten falsas imputaciones):

Nosotros, los firmantes al pie, fieles de la parroquia de Simnas, expresamos nuestra protesta en relación a una noticia aparecida el 5 de septiembre del cte. año en el periódico "Tiesa" (La Verdad), sobre la amonestación de los sacerdotes: cura párroco de la iglesia de Vidukle A. Svarinskas y cura párroco de la iglesia de Kybartai S. Tamkevicius, por haber propagado durante sus sermones infundios clara­mente mentirosos, calumniando el orden soviético gubernamental y el de la comunidad.

El P. S. Tamkevicius trabajó durante 5 años en nuestra parroquia. Nosotros lo conocimos como un sacerdote virtuoso, honrado y denodado. La Iglesia y los fieles sólo pueden enorgullecerse con razón por tales sacerdotes. El P. Tamkevicius en nuestra iglesia ha pronunciado infinidad de sermones, empero jamás hemos escuchado que él hubiera expresado alguna falsedad sobre alguien.

También muchas veces lo hemos escuchado hablar durante las fiestas patronales, los retiros espirituales y tampoco hemos oído ninguna clase de infundios mentirosos. ¿Quién es el que ha osado denunciar tan arteramente a estos dos denodados sacerdotes, respe­tados por los fieles?

Solicitamos la represión de los injustos delatores y cesar de perseguir al P. A. Svarinskas y al P. S. Tamkevicius.

16 de septiembre de 1979.

Firmaron la exposición 269 fieles de la parroquia de Simnas

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Al Secretario General del CC del PCUS L. Brezhnev

EXPOSICIÓN

de los creyentes de Prienai

El 5 de septiembre, "Tiesa" publicó una noticia de la Procuraduría de la RSSL, según la cual los sacerdotes: S. Tamkevicius y A. Svarinskas "aprove­chando la iglesia y la condición de sirvientes del culto, propagan claros infundios mentirosos, calumniando el orden soviético gubernamental y de la comunidad, infringiendo las disposiciones de las asociaciones religiosas e incitando a los creyentes".

El P. S. Tamkevicius trabajó en nuestra parroquia desde septiembre de 1967 hasta mayo de 1968, y como visitante, el 26 de agosto del corriente año, pronunció tres sermones. Durante ese tiempo hemos escuchado muchos sermones por él pronunciados, sin haber advertido la menor mentira o calumnia.

Por consiguiente, nosotros, los fieles de la parro­quia de Prienai y los que la frecuentamos, exigimos la cesación de la campaña de difamación contra este honroso sacerdote que tan bien conocemos.

Firman 1004 fieles de la parroquia de Prienai

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Al Primer Sustituto del Secretario del CC del

PC de la RSSL Dybenko N. K.

c/c. a: Procurador General de la URSS

EXPOSICIÓN

de los creyentes de la parroquia RC de Lazdija

El 5.IX.1979 en el periódico "Tiesa" (La Verdad) fué publicada una información de la Procuraduría de la RSSL — una amonestación al P. A. Svarinskas y al P. S. Tamkevicius. Fueron acusados de infundios mentirosos, que calumniaban al orden soviético y de la comunidad y por la incitación a desobedecer las leyes soviéticas.

Entre 1965-1967 el P. S. Tamkevicius ha trabajado en nuestra parroquia. Durante año y medio hemos escuchado sus sermones, en los cuales jamás hubo infundios mentirosos. Además seguimos atentamente el actual rumbo de su existencia. Jamás se ha percibido un retroceso de su cultura interior. Por lo tanto, nosotros protestamos contra la calumnia dirigida contra el P. S. Tamkevicius, publicada en las páginas de "Tiesa" y "El Periódico del Campesinado".

Asimismo estamos convencidos que las acusacio­nes dirigidas al P. Svarinskas en ese mismo número de "Tiesa", son también una calumnia. Hemos escuchado sus sermones, pronunciados en la iglesia de nuestra parroquia en oportunidad de las fiestas parroquiales o retiros espirituales. En ellos no hemos advertido ninguna clase de infundios o calumnias, fuera de encendidas palabras hacia el bien. En la actualidad, es por demás conocido en Lituania el respeto y el amor por la verdad del P. A. Svarinskas.

Nos dirigimos a Vos, camarada Dybenko, como a la persona que implica la mayor significación práctica en la dirección del rumbo de la existencia de la RSS de Lituania y la que mejor puede ayudarnos a nosotros, los creyentes.

Noviembre de 1979.

Firmaron 821 creyentes Una protesta análoga, dirigida a las autoridades soviéticas, por la persecusión del P. A. Svarinskas y P. S. Tamkevicius, fué firmada por unos 500 fieles de la parroquia de Igliauka.

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(Castigo por rezar en el cementerio):

Al Procurador de la RSS de Lituania c/c. a: el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Kaunas y la Diócesis de Vilkaviškis S. E. Obispo Liudvikas Povilonis Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes

EXPOSICIÓN

de los creyentes de la parroquia de Vidukle Vidukle, calle Šaltinio 1.

Y otra vez una nueva demostración de los incrédulos contra los creyentes de la parroquia de Vidukle.

El 19 de noviembre del cte. año, la Comisión Administrativa adjunta al Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados del Pueblo del raion de Raseiniai condenó al cura párroco deVidukle P. Alf. Svarinskas al pago de una multa de 50 rublos sólo porque el cura párroco de la comunidad religiosa de Vidukle había organizado el 1 de noviembre de 1979 a las 17,15 hs. una marcha religiosa desde la iglesia de Vidukle hasta el cementerio y regreso, sin tener permiso del Comité Ejecutivo del raion y de este modo infringido el decreto del PSS de la RSSL de fecha 12.05.1966.

¡Empero había sido del siguiente modo! Al igual que todos los años, también en el presente, la víspera de la Festividad de Todos los Santos entre las 17,00 y 18,45 horas, los creyentes de la parroquia de Vidukle juntamente con su párroco P. Alf. Svarinskas, marcharon a su cementerio para honrar a los muertos. El cura párroco, en su calidad de director espiritual de la parroquia, el 10 de octubre envió a la sustituía del presidente de Comité Ejecutivo del raion, O. Stoniene, una nota, en la cual decía entre otras cosas: "Recordando todavía la exposición a fines de octubre de 1977 del que fuera sustituto del presidente del Comité Ejecutivo del raion, Z. Butkus, de "que nosotros jamás le concederemos permiso para marchar al cementerio" y la experiencia personal durante 3 años (multas personales, comisiones admi­nistrativas, tribunales populares, alguaciles y otros) no solicito permiso, sino que me limito a notificar el hecho. Sin embargo les pido solamente una cosa: asegurad el paso libre en la calle y el cementerio de la ciudad de Vidukle. Estimo que nosotros, como creyentes y lituanos, que vivimos en nuestra Patria, podemos pedir y esperar esto".

Desgraciadamente, los dirigentes del raion jamás respondieron por escrito a las notas escritas del párroco, tal como lo estipulan las leyes soviéticas, y se ocuparon de enturbiar el hermoso ánimo festivo.

La procesión fué estrictamente religiosa y ordena­da. Iba a la cabeza una cruz y dos estandartes negros. Detrás, las niñas y las mujeres en trajes nacionales, el sacerdote, los coristas y alrededor de 2.000 fieles llevando velas en sus manos. Cuidaban el orden 15 hombres, vestidos con sobrepelliz. La procesión ocupó la acera derecha y la mitad de la calzada, pudiendo circular por la otra mitad los vehículos en ambas direcciones. Un inspector de tránsito pasó sin dete­nerse, pues la procesión estaba ejemplarmente disci­plinada.

Apenas salida la procesión de la iglesia, en la calle, bajo el letrero "Prohibido estacionar", Lembutis, sustituto del jefe de "Susivienijimas" (La Unión, establecimiento comercial. El T.), siguiendo directivas "de arriba", ordenó al chofer Andriulis que sacara a la calle un camión nuevo, levantara el capot y así lo dejara en calidad de desompuesto, y que desaparecie­ra de allí. Mientras tanto, le inspección de tránsito derivó todo el movimiento de la ruta a través de la ciudad. Dos "Zhiguli" (la marca soviética de automo­tores. El T.) Uno blanco y otro amarillo, este con matrícula No. 78-02 LLZ, perteneciente a V. Šimkus) circulaban a gran velocidad a través de la ciudad. Seguramente, tratábase de provocar algún accidente. Y entonces hubiera resultado fácil acusar a los creyentes y el párroco, aplicándoseles algún artículo más severo del Código Penal.

En la calle y a través de las ventanas del internado, diversos "civiles" fotografiaban al cura párroco y a los participantes de la marcha. Ya desde el mediodía vociferaban dos poderosos altoparlantes (anteriormente conectaban solamente uno). La gente pidió el silenciamiento de los altoparlantes, pero el director de la Casa de Cultura, Germanavičius,que montaba guardia, expresó que sería estrangulado si tuviera la osadía de acallar las frases sobre ciertas brutalidades de los fascistas. Por consiguiente, hasta en el cementerio los incrédulos entorpecieron el poder orar y que el sacerdote pronunciara su sermón.

La celebración de los ateístas estaba prevista para las 19 hs. Por lo tanto, los creyentes abandonaron con tiempo el cementerio.

Desgraciadamente, los dirigentes del raion no observaron ni prohibieron estas obstaculizacones. Surge el pensamiento de que ellos mismos hayan sido los iniciadores de todo ese desorden.

Los creyentes jamás entorpecieron a los incrédu­los la honra de sus muertos el 9 de mayo en el cementerio de los militares soviéticos y el 1 de noviembre por la tarde en el cementerio de los creyentes católicos. Los creyentes creen firmemente que en Lituania puede haber suficiente lugar para todos: tanto creyentes como incrédulos. Desgraciada­mente, nosotros tenemos problemas con impacientes enemigos ideológicos. Ello testimonia la pequenez de su cultura. ¿Es posible que no aparezca quien pueda conminar a un puñado de incrédulos, que tan descaradamente aterrorizan a los creyentes?

La Constitución soviética puntualiza sobre la libertad de conciencia y la plena igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Desgraciadamente, en la práctica de la existencia advertimos algo distinto. Los ateístas poseen espacios en la prensa, la radio y la televisión, el arte y el poder, mientras que nosotros, los creyentes, sin el permiso de los ateístas y su dirección, no podemos ir ni llegarnos hasta el cementerio el Día de los Fieles Difuntos. ¡He aquí cuantas libertades tienen los católicos y cuan dificul­tosa es la suerte del lituano creyente, que habita en su Patria!

Desearíamos recordar a los incrédulos de Raseiniai y a los dirigentes del raion, que la Unión Soviética el 10.XI.1948 ha firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en 1975 el Acta Final de Helsinki. Desgraciadamente, el primer documento no fué publicado, y del segundo aparecieron sólo 7.000 ejemplares en idioma lituano. El art. 18 de la Declaración proclama: "Todos los hombres tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión: este derecho faculta a cambiar libremente de religión, tanto personalmente, como en conjunto con otros, pública y privadamente aprender las ciencias religiosas, celebrar oficios religiosos y cum­plir el culto religioso". El Acta Final de Helsinki pregona: "Las naciones participantes habrán de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluyendo la libertad de pensamien­to, conciencia, religión y convicciones . . . En este sentido las naciones participantes reconocerán y respetarán, en conjunto con los demás, la libertad de confesar, individualmente o en conjunto con otros, la religión o la creencia, obrando de acuerdo a su propia conciencia ..."

Los incrédulos de Raseiniai obran contra los creyentes en dos sentidos: acusan en las instancias superiores al cura párroco P. Alf. Svarinskas, confian­do en alejarlo del raion y de ese modo asestar un golpe a los fieles de Vidukle. Es que luchar contra el sacerdote resulta fácil, dado que las leyes soviéticas no lo prohiben. Basta con endilgarle la etiqueta de antisoviética. En cambio discriminan a los estudiantes descreídos mientras continuamente castigan al párro­co, esperanzados en que no resistirán los nervios del hombre y se alejará por su propia cuenta del raion. Empero, tales "Métodos de la lucha ideológica" no habrán de vencer a los creyentes, sino, por el contrario, tal como sucede en Vidukle, templarán aún más a los fieles, los congregará y demostrará a todos la verdadera cara de la impiedad.

Mediante esta nota, nosotros, los creyentes de Vidukle, expresamos nuestra protesta contra el libre albedrío de los ateos. Ellos no han penado al cura párroco, sino a la parroquia de cinco millares de fieles de Vidukle conjuntamente con su párroco. Todos nosotros concurrimos al cementerio. Entonces debió haberse condenado a todos.

Protestamos contra la amenaza de la Procuraduría de ajustar cuentas con "métodos de compulsión judicial" con el cura párroco de Vidukle P. Alf. Svarinskas y cura párroco de Kybartai P. Sigitas Tamkevicius. Nosotros conocemos a ambos sacerdotes y sabemos que ellos defienden valerosamente los asuntos de la Iglesia y de los creyentes. ¡Con todos los medios posibles habremos de protegerlos y defender­los!

Cada día que pasa testimonia la bancarrota de la lucha y la educación ateístas. Estas últimas semanas han sido saqueados los almacenes de Ariogala, Raseiniai y Vidukle. El 31 de octubre, los adolescentes del internado de Vidukle fumaron y bebieron. El incendio surgido fué apagado por un bombero y el delegado de la milicia. Desgraciadamente nadie los castiga. Claro: ellos no frecuentan la iglesia.

Esperamos que el en futuro los ateos no seguirán comprometiendo más al gobierno soviético a los ojos de los creyentes y de la comunidad mundial, mientras que a nosotros se nos permitirá honrar pacíficamente a Dios y cumplir libremente las ceremonias religio­sas, tal como lo disponen las leyes de la Iglesia.

Vidukle, 25.XI.1979.

Festividad de Cristo Rey

Firmaron 1064 fieles

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