Documento No. 31. — dirigido al Secretario General del PCUS L. Brezhnev. Fecha de emisión — 12 de marzo de 1980. En el documento se hace una defensa del Secretario del Comité Cristiano para la Defensa de los Derechos de los Creyentes Viktor Kapitanchuik, el fundador del Seminario Religioso Ortodoxo Aleksander Ogorodnikov y otras personas detenidas por la fe.
Documento No. 32. — emitido el 21 de abril de 1980. Ofrecemos el texto íntegro del documento:
Al Comité Central del PC Lituano y al Gobierno de Lituania
El cte. año, agentes del Comité de Seguridad Nacional, bajo la acusación de denigración del orden soviético, detuvieron a cuatro luchadores por los derechos de los creyentes de Lituania: Povilas Buzas, Anastazas Janulis, Genovaite Navickaite y Ona Vitkauskiene. A los detenidos se les ha promovido proceso judicial. Se asegura plenamente que serán juzgados por la elaboración y difusión de "Crónica de la Iglesia Católica de Lituania".
¿Acaso los detenidos Buzas, Janulis, Navickaite y Vitkauskaite son delincuentes? No. Nosotros hemos interrogado a muchísimas personas que conocían perfectamente a los detenidos, y todos han asegurado que los detenidos son virtuosos lituanos y ejemplares católicos, de los que sólo cabe envidiar su nobleza moral. El acusar a esta gente de calumniar y entenebrecer el orden soviético resulta bajo e inmoral.
Si en la Lituania soviética no fueran menoscabados los más elementales derechos del hombre creyente y si no se procurase administrar la Iglesia a través de las disposiciones para Uniones religiosas y diversidad de instrucciones no publicadas, tampoco existiría Crónica, que registra los hechos discriminatorios de los creyentes y de la Iglesia.
Los creyentes de Lituania incesantemente se enfrentan con diversidad de dificultades, y es lógico, por lo tanto, que aparezcan personas, quienes, procurando defender a los creyentes y al carecer de otra clase de medios, dé estado público a los hechos reprensibles. ¿Acaso se debe poner tras las rejas a esa clase de gente, que lucha para que se cumpla la letra de la Constitución Soviética, los acuerdos internacionales ratificados por el Gobierno Soviético, y que se respete la dignidad humana? El Estado debe honrar a esas personas. Ante la verdad todos deben inclinar sus frentes. Se debe tener valor para considerar sinceramente los errores cometidos, a pesar de su magnitud. Una dolorosa ilusión es tratar de ocultar los daños que se provocan a los creyentes, es un crimen esta pretensión, haciendo sufrir a gente inocente. ¿Qué dirá sobre ello el juicio de la historia?
En nombre de Dios, de la verdad y de la nación creyente, nosotros os decimos: dejad en libertad a estas inocentes personas — Povilas Buzas, Anastazas Janulis, Genovaite Navickaite y Ona Vitkauskaite!
Los miembros del Comité Católico DDC, sacerdotes: Joñas Kauneckas, Alfonsas Svarinskas, Sigitas Tamkevicius, Vincas Velavicius y Juozas Zdebskis.
Documento No. 33. — emitido el 21 de junio de 1980. Se le puntualiza al CC del PC de Lituania numerosos hechos de la discriminación de los creyentes y se estipula que "los actuales problemas de los creyentes y sacerdotes de Lituania es imposible resolverlos desde posiciones de fuerza o sino tildando a cualquiera de extremista". Se les propone considerar los problemas presentados e informar al Comité Central de la URSS, que los sacerdotes y creyentes de Lituania aspiran a una plena libertad religiosa, cuyos principios están enunciados en "La Declaración de la Libertad Religiosa", adoptada por el Concilio Vaticano II.
Documento No. 34. — emitido el 21 de julio de 1980. Ofrecemos el texto íntegro del documento: PRESENTACIÓN a los gobiernos firmantes del Acta Final de Helsinki y a todos los hombres de buena voluntad En 1974 el Tribunal Supremo de la RSS de
Lituania condenó a Petras Plumpa-Pluira a 8 años de trabajo correctivo, cumpliendo la pena en un lager de régimen severo. Su culpa reside en que, valiéndose de la Declaración universal de los Derechos Humanos, reprodujo la publicación "Crónica de la Iglesia Católica de Lituania", en la cual se precisan los hechos de la discriminación de los creyentes.
Petras Plumpa-Pluira no es un delincuente, sino un lituano de elevada cultura moral, un católico ejemplar y padre de una familia con tres hijos. Sólo es dable enorgullecerse por tal clase de personas, y su persecusión judicial es un incalificable delito contra los derechos fundamentales del hombre.
En la actualidad Petras Plumpa-Pluira cumple su condena en el lager VS 389/35 de régimen severo de la región de Perm, donde vive en medio de condiciones inhumanas. Su esposa, fundamentándose en lo informado por los amigos de su esposo, nos ha comunicado que Petras Plumpa-Pluira a causa de su pésima saluda "resulta incapaz de cumplir las normas de producción, mientras la administración no lo cura, sino que lo castiga brutalmente": lo mantiene en el calabozo. A partir de marzo de 1979 Aldona Pluiriene no ha recibido ninguna carta de su esposo, no le fué permitido entrevistarse con su esposo ni entregarle el envío alimenticio correspondiente a los presos.
Estos hechos testimonian que Petras Plumpa-Pluira padece la prisión en condiciones imposibles, todo lo cual induce la idea que se pretende, dado la proximidad del término de su condena, quebrantar totalmente su salud.
Por consiguiente, nosotros nos dirigimos a los gobiernos firmantes del Acta Final de Helsinki y a todos los hombres de buena voluntad, solicitando: ¡auxiliad a este noble lituano!
En esta misma oportunidad os informamos que, por un delito similar, es decir por la difusión de información sobre la discriminación de los creyentes, aguardan el juicio cuatro lituanos totalmente inocentes: Povilas Buzas, Anastazas Janulis, Genovaite Navickaite y Ona Vitkauskaite. Resulta imprescindible promover el hecho de su persecusión judicial en la conferencia que tendrá lugar en Madrid para verificar la implementación de los acuerdos de Helsinki.
Los miembros del Comité Católico DDC — sacerdotes: Joñas Kauneckas, Alfonsas Sva-rinskas, Sigitas Tamkevicius, Vincas Velavi-cius y Juozas Zdebskis.
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