(Exigieron la presentación de los tipos de letras de las máquinas de escribir):

A principios de 1973, los comités ejecutivos de algunos raiones y ciudades ordenaron que todas las instituciones, establecimientos económicos y organi­zaciones, asimismo también las comunidades religio­sas, les enviaran muestras de los tipos de escritura de las máquinas de escribir. He aquí un ejemplo:

"Solicito que, hasta el 22 de marzo del cte. año, se envíen a este Comité Ejecutivo, las muestras de los tipos de escritura de las máquinas de escribir que se posee en la institución que Usted dirige (fábrica, establecimiento agrario-ganadero, organizaciones o personas privadas). Se deben imprimir dos ejem­plares originales en papel standard, de acuerdo al modelo del texto agregado.

Además, solicito se nos informe, cuantas máquinas de escribir más se cuenta en vuestra existencia, cuyos modelos de tipos no pueden enviar por motivos de inutilidad, reparación u otros motivos."

Al enviar las muestras, se debe indicar el número y la marca de la máquina de escribir.

Resulta sumamente claro para todos, que las muestras de los tipos de las máquinas de escribir, resultan necesarias para los órganos de la seguridad. ¿Por qué seguridad del Estado se interesó por las máquinas de escribir?

En los últimos años, los católicos de Lituania enviaron a las diversas instituciones gubernamen­tales, muchas«denuncias. No se debe olvidar, que toda denuncia ante las instituciones gubernamentales soviéticas por la restricción de la libertad religiosa, es considerada calumnia y "dispersión ideológica". Por lo tanto, los órganos de la seguridad pretenden aclarar quien inspira y organiza esta labor "antisovié­tica".

Además, por medio de las máquinas de escribir en Lituania se multiplica la literatura religiosa, que es utilizada por gente de diversas profesiones. De tal manera se "arruina" a los ciudadanos soviéticos . . . Se debe creer que los órganos de la seguridad desean aclarar como se aumenta la literatura, y especialmente — amedrentarlos a todos.

Los esfuerzos de los funcionarios de la seguridad del Estado para controlar hasta las máquinas de escribir privadas, recuerdan la época del culto a Stalin, cuando todas las máquinas de escribir debían estar registradas en las instituciones gubernamen­tales.