(Por qué se le prohiben sus deberes al sacerdote):

Sakiai. El vicario de esta parroquia P. Gvidonas Dovydaitis, el 4-V-1973 envió al subrogante del presidente del comité ejecutivo del raion de Sakiai, al jefe de la segundad y al secretario del Partido Comunista del raion, aclaraciones de este tenor:

El 24 de abril de 1973 fui citado por el comité ejecutivo del raion de Sakiai por la subrogante del presidente del raion, D. Noreikiene, quien, en compañía del jefe de la seguridad y el secretario del Partido, me reconvinieron ásperamente.

Al día siguiente fué citado por el comité ejecutivo del raion, el decano de Sakiai, P. J. Žemaitis, a quien se le ordenó que no me permitiera oficiar en Plokščiai, y además, lo amenazaron con que se me prohibiría pronunciar predicaciones.

Aunque obligado por los funcionarios del raion escribí apresuradamente una aclaración, esta no resultó completa, por lo cual deseo contestar más cabalmente a todas las acusaciones, que considero injustas.

1) Fui acusado porque en Plokščiai, durante el retiro espiritual del 16 de abril del cte. año, por la tarde les pronuncié una predicación a los concurrentes.

Por enfermedad de largo tratamiento del cura párroco de Plokščiai, P. J. Adomaitis, S.E. el Obispo J. Labukas, por nota No. 364, nos comisionó al decano de Sakiai y a mí, para que sirviera a la parroquia de Plokščiai. Por cuanto al propio cura párroco le resultaba más cómodo quedarse en su parroquia los domingos y otras festividades religiosas, entonces frecuentemente me enviaba a mí para cumplir los oficios religiosos en la iglesia dePlokščiai. Yo tenía que cumplir todas las celebraciones litúrgicas, por consiguiente también decir las predicaciones.

2) También fui acusado porque, durante la predicación, les leía y les aclaraba a los creyentes las leyes soviéticas sobre los cultos religiosos.

a) No leía las leyes de cualquier nación capitalista, sino las soviéticas. ¿Acaso eso es delito?

b)No leía cosas secretas o prohibidas, sino el libro de A. Vescikov "Las leyes soviéticas sobre los cultos religiosos", editado en 1963 en Vilnius, por la editorial gubernamental de literatura política y científica. ¿Acaso eso es delito?

c) Los días 23-24 de febrero del cte. año en Vilnius se realizó una conferencia científica republicana, que consideró las cuestiones sobre la educación ciudadana de las leyes. En esa conferencia, el ministro de justicia de la RSSL, A. Randakevičius subrayó, "que el futuro desarrollo de la democracia soviética condiciona el aumento del rol del derecho en la vida política, económica y cultural. Por lo tanto el Partido destina una gran importancia para el perfecciona­miento de las leyes soviéticas, para el fortalecimiento de la justicia y el orden jurídico, para la educación jurídica de los habitantes." En la conferencia se destacó, "que, fortaleciendo la conciencia jurídica de los ciudadanos y el conocimiento de las leyes, disminuye la delincuencia ciudadana." Los partici­pantes de la conferencia subrayaron, "que la propaga­ción de los conocimientos jurídicos y la educación jurídica de los trabajadores favorece el crecimiento de la responsabilidad de cada miembro de la comu­nidad por las acciones propias y de los demás" ("Tiesa", 24-11-1973).

No todos los ciudadanos conocen las leyes soviéti­cas sobre los cultos religiosos. A nosotros, los sacer­dotes, nos cabe frecuentemente experimentarlo. Mucha gente se nos queja, de que son perseguidos por sus convicciones religiosas. Ellos nos aclaran que sus superiores les prohiben cumplir los deberes religio­sos, les prohiben concurrir a la iglesia, recibir los sacramentos. Por desobediencia se les amenaza con distintas penalidades, se los quiere transformar en ateos a la fuerza, se los amedrenta con rebajarlos de categoría o con el despido del trabajo. Los educandos o sus padres, también se quejan frecuentemente, que a los alumnos se les imposibilita concurrir a la iglesia, recibir los sacramentos, rezar. Vale decir, la mayoría de nuestros ciudadanos ignoran, que entre nosotros, no existen tales leyes que prohiban la práctica religiosa. ¿Acaso es un delito si yo, durante la predicación, le expliqué esto a los creyentes? Pero si en la menciona­da conferencia, justamente se ha hablado que se deben explicar las leyes, puesto que entonces dismi­nuyen los delitos.

3) Fui acusado de que, durante la predicación, he mencionado la denuncia de los padres del colegio secundario de Luksiai al procurador de la RSS de Lituania sobre la discriminación religiosa de sus hijos.

No es un secreto, que la mayoría de nuestros superiores y maestros, realizando la propaganda ateísta, sobrepasan las leyes soviéticas. La mayoría de los superiores y maestros aterrorizan a los subalter­nos y educandos creyentes. Las leyes soviéticas prevén penalidades para tales infractores. Conocien­do esto, los padres más concientes de los alumnos del colegio secundario de Luksiai, escribieron una denun­cia colectiva al procurador de la República. Como se comprenderá, ellos procedieron legalmente. Por lo tanto yo no comprendo, ¿por qué no se puede hablar sobre ello? ¿Acaso es un delito? Si yo soy reconvenido y se me amenaza con penalidades, entonces ¿por qué no son reconvenidos ni penados los directores y corresponsales de los periódicos y revistas, que en las columnas de la prensa promueven públicamente infinidad de delitos? Mi predicación la escucharon solamente algunas decenas de creyentes, mientras que los hechos publicados por los periódicos y revistas son leídos por millares. No comprendo como se puede hablar y escribir sobre unos delitos, mientras no es posible hacerlo sobre otros. Pero si esa misma Constitución defiende los bienes sociales y la libertad de conciencia.

4) Fui acusado también porque yo habría hablado mal de esa escuela en la que yo mismo había estudiado y terminado. Siempre es mejor la verdad amarga que la mentira dulce. Es vergonzoso y bajo el no descubrir los errores, sino el ocultarlos. Es que también F. Dzerzinkis escribe: "Solamente es posible ir para adelante, cuando paso a paso buscas el mal y lo vences".

Se puede llegar a la conclusión que, entre nosotros está escrito de una manera en la Constitución, y se procede de otra. Las leyes están solamente en el papel. Ellas están bellamente formadas, pero en realidad no defienden las convicciones de los creyentes. Son solamente hermosas palabras de propaganda. Muchos ateístas delinquen contra la libertad de conciencia. Los creyentes se lamentan, se quejan, pero los cuidadores de las leyes ni tan solo una vez han condenado a esta especie de delin­cuentes.

Desearíamos que esas bellas leyes de la libertad de conciencia, no fueran meramente hermosas frases propagandísticas, sino que en realidad defendieran los sagrados sentimientos de la conciencia de los ciudadanos creyentes.

Sakiai, 4-V-1973.

Padre G. Dovydaitis.

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DIÓCESIS DE KAIŠIADORYS

(El delito de la flor):

Kuktiškes. Durante las Pascuas de 1973, las niñas arrojaron flores en esta parroquia. El director de la escuela de ocho años de Kuktiškes, Meškauskas, reprochó a las niñas por este "delito". Las caricaturas de algunos alumnos aparecieron en el periódico mural de la escuela. El presidente del koljose de

Kuktiškes, J. Ryliskis, censuró a Veronika Katiniene por haber organizado a las niñas en procesión. La amenazó con quitarle el terreno, no darle campo de pastoreo ni pastura.

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