(La lucha de la maestra contra las medallitas):

Vabalninkas. El 28-V-1973, en el Técnico, durante la clase de historia, la maestra Morkūniene, al notar sobre el cuello de Danute Kruopaite una cadenita, exigió que se la entregara. Por cuanto la niña no se la entregó, la propia maestra le quitó la cadenita con una medallita. Alguien del auditorio dijo que también

Gene Dovidonyte y Viktorija Jurginaite llevaban medallitas. Morkūniene, se acercó a Dovidonyte y le arrancó y se apoderó de la cadenita. Al notar que ella poseía otras dos medallitas más, le exigió su entrega, pero cuando la niña no se las dio, la maestra, asiéndole de la mano, se las quitó por la fuerza. Luego Morkūniene se llegó hasta Jurginaite y le arrancó la cadenita, pero no logró quitarle la medallita. Después de la lección, la maestra Morkūniene retó a las niñas porque llevaban medallitas.

Durante otra clase, Morkūniene le tomó la lección a Jurginaite. Apenas esta comenzó a dar la lección, la maestra la interrumpió, diciendo que había comenza­do incorrectamente. Tomando un libro, la maestra leyó el comienzo y ordenó que lo repitiera. Al explicarle Jurginaite que ella no poseía el libro que tenía la maestra, esta le retrucó : "Si Dios te ama, el hubiera podido, plaf, arrojarte un libro así desde el cielo". La niña intentó continuar la lección, pero la maestra le manifestó: "Dios no te salvó — te pongo un dos". A todo el auditorio le resultó claro porque le había puesto un dos.

Dovidonyte le pidió a la maestra Morkūniene que le devolviera la medallita, pero esta se burló: "Me resultará una buena cosita para el museo." Pregunta­da la niña si seguiría llevando la medallita, respondió: "La llevé y la llevaré. Me compraré otra y me la pondré."

V. Jurginaite fué llamada a la sala de los docentes, donde se le exigió la entrega de la medallita. La niña fué atacada por las maestras Ficiuniene y Sablins-kiene, empero solo consiguieron la cadenita sin la medallita.

Las maestras decidieron considerar este asunto. Jurginaite con Dovidonyte debieron abandonar el Técnico.

 

*    *    *

(Por las buenas y por las malas los maestros incitan a la juventud comunista):

Miežiškiai. En el año escolar 1972-1973, en el colegio secundario de Miežiškiai, la mitad de los estudiantes de XI año no eran jóvenes comunistas. Después de Año Nuevo, los que estaban por recibirse eran obligados especialmente a incorporarse a la juventud comunista. Frecuentemente se los dejaba 2-3 horas después de clase, se los amedrentaba que si no eran jóvenes comunistas no ingresarían en las escue­las superiores, no obtendrían nada en su vida. La "más activa" demostró ser la jefa de estudios Kabliuniene, la secretaria de la juventud comunista Bučyte y el maestro Šakalys. Este último les ordenó a los alumnos responder a la pregunta: "¿Cómo ven a esos sacerdotes, que abandonaron el sacerdocio?" Casi todos respondieron, que los que abandonaron el sacerdocio eran irrazonables o faltos de carácter.

Luego de esta respuesta de los estudiantes, comenzó una mayor persecusión. Impotentes para doblegar por la fuerza a los estudiantes, comenzaron a convencerlos por las buenas, para que se incorpora­ran a la juventud comunista. Podrían concurrir a la iglesia en otros lados, no necesariamente en Miežiš­kiai. Pretendiendo convencer a uno del undécimo año, para que se incorporara a la juventud comunista los maestros le prometieron que le anotarían una excelente característica, mientras que no estaría obligado a concurrir a las reuniones de la juventud comunista. Empero, cuando ya inscripto en la juventud comunista, faltó a una reunión, se presentó la dirección del colegio y le amenazó que, por no participar en las reuniones de la juventud comunista, sería expulsado de la juventud comunista y esto lo anotarían en la característica.

En mayo de 1973, el colegio secundario de Miežiškiai fué visitado por la secretaria del comité del

Partido de la ciudad de Panevėžys, Kalacioviene. Ella les manifestó a los estudiantes no jóvenes comunistas: "Nosotros procuraremos que los no jóvenes comunis­tas durante los exámenes obtengan las más bajas calificaciones y no tengan posibilidades de ingresar en las escuelas superiores."

La maestra B. Gabriuniene, durante una clase en el mes de octubre de 1972, ordenó que los varones salieran del aula, luego, que las niñas se desabrocha­ran los cuellos de los uniformes y mostraran si no llevaban crucecitas. Al encontrar una crucecita en una estudiante, la maestra la retó y le ordenó no presentarse más con la crucecita en el colegio.

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(Terrorizamiento de los padres por los hijos):

El domingo de Ramos de 1973, la secretaria del Partido, Kalacioviene, en la iglesia de Miežiškiai pasó lista de los estudiantes e hizo anotaciones de la predicación del cura párroco.

El 20 de abril, en una reunión secreta de los docentes del colegio secundario de Miežiškiai, fueron consideradas las predicaciones del cura párroco de Miežiškiai. Aunque todos los participantes de la re­unión fueron conminados severamente para guardar el secreto de lo que se había considerado en dicha reunión, empero enseguida todos supieron de ello. Kalacioviene interrogó a los maestros sobre quien había descubierto el secreto.

Durante Pascua, parte del alumnado fué comisio­nado para seguir a los demás estudiantes, sobre quien asistía a la iglesia. En misión de espías por Pascua llegaron a la iglesia de Miežiškiai, varios empleados de la sección Educación de Panevėžys.

A principios del mes de mayo de 1973, llegaron a la región de Miežiškiai los funcionarios gubernamen­tales de Panevėžys: el jefe de la sección propaganda,

Kanapienis, la instructora del comité de la juventud comunista, Pukiene, Kalacioviene, el representante de los ateístas de Ramygala, médico Kristutis y otros. Fue citada gente a la regional e interrogada sobre diversos asuntos de la vida religiosa privada. Algunas personas se asustaron, dijeron que creían poco en Dios, mientras otros se mantuvieron muy valiente­mente.

    ¿Por qué no permites que tu hijo se incorpore a la Juventud Comunista? — preguantaron a Gudiene los representantes gubernamentales.

    Yo no percibo buenos ejemplos entre los comunistas. Ellos son injustos y mentirosos, puesto que ellos mismos cumplen los deberes religiosos y calumnian a los demás.

Por esta respuesta, Gudiene fué reprendida seve­ramente.

—       ¿Realmente crees que Dios existe, y ello lo enseñas a tu familia? — preguntaron los funcionarios a Murmokiene.

La mujer aseguró que realmente era creyente y que así sería siempre.

Los funcionarios del raion, visitando a los creyentes, preguntaban que clase de predicaciones decía el cura párroco, quien permitió llevar los niños a la iglesia. Según aseveraciones de los represen­tantes gubernamentales, las leyes soviéticas dan derecho a los padres a llevar sus hijos a la iglesia sólo una vez al año. Al observar cuadros religiosos sobre las paredes, los reprendían porque dañaban a los niños. Kalacioviene hasta se expresó así: "¡Llenasteis las paredes con judíos!" Amedrentaban a los jubila­dos que no cobrarían su jubilación. Kalacioviene exigía que se le enseñara los libros de oraciones, los rosarios, y cuando se los mostraban, pretendía quitárselos, pero la gente no se los dio.

     La gente se asombraba de cuan débil es el ateísmo, dado que los representantes del Partido deben andar por las casas y luchar por la fuerza contra la fe.

Los dirigentes de la chacra gubernamental comen­zaron a luchar más fuertemente contra los creyentes. Los empleados de la oficina fueron advertidos que serían despedidos del trabajo por la asistencia a la iglesia. Empero estos no se asustaron y alegaron que todavía no se habían olvidado como se ordeñaban las vacas ...

La presidenta de la regional, Smetoniene, deam­bulando los domingos en las proximidades de la iglesia, y observando a los que se dirigían a Misa, se llevaba un dedo a la sien, pretendiendo con esa burla que los creyentes eran tontos.

La superioridad del Partido del raion de Panevė­žys, le anotó un severo apercibimiento al director del sovjose, Valaitis, a causa de que habría permitido que los sacerdotes adquirieran una casa-vivienda.

El director del colegio secundario de Miežiškiai y la secretaria del Partido del sovjose, fueron apercibi­dos por el abandono del trabajo ateísta.

El 27 de junio falleció en Miežiškiai el cura párroco P. Masiokas. Tiempo antes había sido hostigado por los funcionarios gubernamentales. Por iniciativa de Kalacioviene hasta le fué desconectado el teléfono. La dirección del sovjose ordenó a los trabajadores que no participaran en el sepelio del párroco. Empero la mayoría hizo caso omiso a esta prohibición, y participaron en el sepelio muchos adultos y estu­diantes.

(Pioneros con la denominación de San Juan):

Panevėžys. En mayo de 1973, los estudiantes de VI año del colegio secundario V debieron responder a diversas preguntas. Entre otras preguntas había esta: "¿Para qué vive la gente en la tierra?" La mayoría de los estudiantes contestó esta pregunta con palabras del catecismo. Después de leídas las respuestas, la maestra echó a los niños fuera del aula.

A otra pregunta: "¿Qué nombre le pondrías al nuevo grupo de pioneros?" algunos respondieron: "El nombre de San Juan, pues es el mejor hombre del mundo".

DIÓCESIS DE TELŠIAI

(El representante de Moscú sobre la iglesia):

Klaipėda. En julio de 1973, estuvo de visita aquí Tarasovas, del moscovita soviet de Asuntos Religiosos. Tras examinar el edificio donde rezan los católicos, dijo: "¿Qué más pretenden? Los católicos de Moscú poseen una iglesia más pequeña y están con­formes . . ."

Pero, es que se puede comparar la cantidad de católicos de Moscú con los católicos deKlaipėda?!

 

("Niños, desobedeced a vuestros padres!"):

Silale. El 15-VI-1973, la anciana Eidukaite (nacida en 1887) de la aldea de Vingininkai,a petición de los padres, enseñaba el catecismo a 16 niños. Repentina­mente irrumpió en la habitación una comisión, compuesta por el presidente del koljose — Mikutis, el jefe de brigada — Vidmantas, el agrónomo Martinkus y varios representantes del raion. Los miembros de la comisión arrebataron de manos de los niños los catecismos, los libros de oraciones, los rosarios. Los niños ocultaron los catecismos y llorando escaparon de la habitación, empero los irruptores los revisaron y les quitaron todo. También anotaron los nombres de los niños y de las madres que se encontraban. La representante de la sección Educación del raion les indicaba a los niños: "Niños, desobedeced a vuestros padres y no estudiéis el catecismo." Las madres se sintieron afectadas: "Estos son nuestros hijos, noso­tros les enseñamos y les seguiremos enseñando. Volveremos a conseguir catecismos."

El procurador del raion varias veces interrogó a la anciana Eidukaite y la amenazó con la cárcel.

—       Ser encarcelada por un pecado, es una vergüen­za, pero por la enseñanza del "Padre Nuestro" — ¡no lo temo! — respondió la anciana.

Fueron interrogados los niños y las madres. Algunos niños, del susto, no pudieron dormir en la noche.

*    *    *

En el corredor del colegio secundario de Silale se han colgado muchas pinturas ateístas mofándose de la fe y de los sacerdotes. A su lado se ha colgado una negra cruz quebrada, expresando la proximidad del fin de la religión.

Las maestras Petviene y Bendikiene, ordenaron a los estudiantes de VI año, como trabajo de clase, dibujar un sacerdote, sentado sobre las rodillas de un diablo, rodeado de jóvenes mujeres y bebiendo alcohol.

Un estudiante de octavo de Silale, he aquí lo que escribe:

—       Cuando los ateístas no pueden echar con la milicia a la gente de la iglesia, es como si un gusano royera sus almas . . . Los niños son inscriptos por la fuerza en los octubristas, los pioneros y otras organizaciones . . . Cuan doloroso es que, entre nuestros queridos lituanos haya tamaños asesinos, que matan las inocentes almas de los niños, llevándo­las por senderos erróneos ... En el stand hay esta leyenda: "La gente busca el camino del cielo, porque pierde el camino de la tierra." Los que pierden el camino de la tierra son aquellos que se embriagan, atorrantean. Los que buscan el camino del cielo, siempre dominan sus pasiones, siempre son ordena­dos, no cometen daño contra nadie y así buscan la eternidad. Los preparadores del stand demuestran su incapacidad para pensar sanamente. La idea debe ser bien pensada, para que uno no haga el ridículo . . .

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(La cruz debe ser derribada):

Veiviržėnai. En la aldea de Balsenai, en junio de 1973 Ona Strumiliene plantó una cruz frente a su ventana en su jardín. Al ver la cruz, el presidente del koljose, Daugėla y la secretaria del Partido, Bielkiene, fueron de Strumiliene y le ordenaron derribar la cruz o sino colocarla al otro lado de la casa, en el corral.

—        Yo sé como honrar la cruz y donde colocarla, — respondió la mujer.

—       Nosotros té obligaremos no solamente a derri­bar la cruz, sino también destruirla, — gritaban los funcionarios.

Varios días después llegó el jefe de la milicia del raion, Ruscenkovas, y de muchos modos amedrentó a la anciana enferma, exigiendo que derribaran la cruz.

—       La cruz permanecerá en su lugar. Mientras viva no permitiré que la destruyan. Yo no la erigí para que ustedes la destruyeran.

El hijo Pranas salió en defensa de su madre. Entonces Ruscenkas le ordenó concurrir a la milicia, donde fué amedrentado. Prometieron entregarlo a la seguridad si no accedía a derribar la cruz.

—       Yo puedo levantar una cruz, pero derribarla — nunca, — replicó valientemente Strumila.

Luego visitaron a los Strumila funcionarios del Partido, exigiendo siempre que derribaran la cruz inmediatamente. El presidente del Comité Ejecutivo, Karecka, más tardeavergonzaba a Strumiliene por desobedecer a los funcionarios.

—       Si ustedes mismos no derriban la cruz, la derribaremos nosotros y ustedes tendrán que pagar los gastos, — gritaba Karecka.

— Yo no derribaré la cruz ni permitiré que ustedes lo hagan. Enséñenme esa ley que ordena derribar cruces.

Karecka se puso lívido de la ira.

No pudiendo soportar las amenazas, Ona Strumi-liene escribió una denuncia a Moscú, pero no obtuvo respuesta. Vino una comisión de Vilnius que examinó la cruz, dijo que no era artística, y exigió que se la derribara, porque "irritaba" a los vecinos.

Para que derribaran las cruces de sus propiedades, también le fué ordenado a dos vecinos de la aldea de Balsenai: Antanas e Ignas Bockas.

Laugaliai. En el asilo de ancianos inválidos no se permite llamar al sacerdote por lo cual muchos mueren sin los sacramentos, aunque solicitan un sacerdote. Por ejemplo, la dirección del asilo no concedió los pedidos de Agniete Brazauskaite de 90 años y de su hermana de 85 años de edad leva — no les permitió que fueran atendidas religiosamente por un sacerdote.

Pajuris. La maestra Valaviciene de la escuela secundaria es una famosa ateísta. Cierta vez, mofán­dose de las niñas que adoraban el Santísimo Sacra­mento, les dijo: "¿Por qué camináis de rodillas alrededor del curita?"

El 6-IV-1973, en la reunión de los padres de los alumnos, la maestra Valaviciene hablaba de que los padres no "arruinaran" a sus hijos llevándolos a la iglesia. Las mujeres comenzaron a clamar que ellas se habían reunido para escuchar sobre el comporta­miento e instrucción de sus hijos, y no para oir necedades. La exponente tuvo que abandonar la reunión de los padres.

La maestra Kulikauskiene, a los que están por recibirse, les anota en la característica que todavía no se han desprendido de los prejuicios religiosos.

(En vez de iglesia — la casa de cultura):

Lauksargis. La maestra Petkiene, de la escuela de ocho años, procura imponer fanáticamente sus conceptos a los alumnos. Cierta vez se jactaba: "¡Haré de manera que los domingos ningún alumno concu­rra a la iglesia!" Una vez al mes llevan a toda la escuela a la casa de cultura, donde Petkiene "los ilustra". En la escuela hay colgadas caricaturas que calumnian la fe, por ejemplo, una anciana arrastra un niño a la iglesia y éste se resiste. ¿No procede de la misma manera la maestra Petkiene, arrastrando por la fuerza a toda la escuela al ateísmo?

DIÓCESIS DE VILKAVIŠKIS

(Multa de 50 rublos por la enseñanza de oraciones):

Šeštokai. En el verano de 1973, la anciana O. Merkusyte enseñó el catecismo a varios niños en la iglesia de Šeštokai. Para investigar el "delito" se presentó en la iglesia una comisión, formada por el presidente de la región de Šeštokai, G. Malauskas, la directora de la escuela, Suliene y la maestra June-liene. La comisión halló en la iglesia a seis niños y comenzó a averiguar si les estaban enseñando las oraciones. A los tres días, O. Merkusyte fué citada al raion de Lazdija y sancionada con una multa de 50 rublos. En la disposición del acta administrativa No. 30, se dice: "La comisión administrativa del comité ejecutivo del SDT del raion de Lazdija (presidente Baranauskas, secretaria Kazakevičiene, vocales Rus-keviciute, Brilius, Šerkšnas, Sulinkas, Jurkevičius), tras considerar en reunión pública el juicio adminis­trativo, dispuso que la ciudadana Ona Merkusyte, domiciliada en el pueblo de Šeštokai, infringió el decreto del PSS de la RSS de Lituania de fecha 12 de mayo de 1966."

En su disposición, la comisión no se atrevió a decir que clase de delito había cometido la anciana. La comisión, despidiendo a la anciana, le advirtió que nadie debe enseñar las vedades de la fe a los niños, y si ella pretendiera hacerlo nuevamente, obtendría dos años de cárcel.

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(Modos para interrumpir el Sacramento de la Confir­mación):

Veisiejai.

A la Curia de la Diócesis de Vilkaviškis Exposición

del P. Albinas Deltuva,

cura párroco de la parroquia de Veisiejai.

Mientras S.E. el Obispo Pavilonis imponía en Veisiejai al sacramento de la Confirmación, el 28-29 de julio del cte. año, se produjeron varios incidentes que provocaron la indignación de los creyentes.

Motivando la cosecha del centeno, los días de la imposición de la Confirmación se decretaron días laborables. A los koljoses y sovjoses se les ordenó no facilitar ningún transporte. El domingo llovió. La cosecha se interrumpió. De todos modos, los puestos colocados en los caminos a Veisėjai solo permitían el paso de los autobuses y transporte privado. Todas las otras máquinas y carruajes eran devueltos a su origen. Por tal causa, de las parroquias de Bielorrusia vecinas a Veisėjai sólo llegaron 11 personas que deseaban recibir el sacramento de la Confirmación.

Los creyentes observaron que, de todos los sábados y domingos de la siega, solamente fueron decretados días laborables los de la imposición de la Confirma­ción.

El 28 de julio, a eso de las 16 hs., justo antes de la llegada del obispo, fui citado por el Comité Ejecutivo de la ciudad. El presidente del SDT, Vaiksnoras, junto con otros tres, aparentemente empleados de la seguridad, me exigieron que frente a la iglesia no permitiera la venta de ninguna clase de devociona­rios. Motivando que, hasta el presente no existen negocios donde se vendan artículos religiosos y que los creyentes habían sido surtidos hasta el presente de esas mercaderías por las iglesias, rechacé categórica­mente acceder a la exigencia y les advertí que la intervención de los órganos gubernamentales en esta cuestión, podía provocar dolorosas incomprensiones. Se me respondió, que nadie temía las denuncias.

Poco después, al recibir al Obispo, el compañero Petras Rekus atacó a una mujer en la iglesia, por la fuerza le quitó sus objetos de devoción y, surgido el escándolo, se escapó con ellos. Alguien asegura que los rosarios fueron rotos, las crucecitas pisoteadas, pero hasta el momento no he hallado testigos que lo hubieran visto con sus propios ojos.

(La milicia ataca hasta en la iglesia):

El 29 de julio, domingo, temprano por la mañana los milicianos Leonovas y Morkevicius le quitaron a una mujer sus objetos devocionales y la arrestaron.

Algo más tarde, a eso de las 10 hs., cuando el obispo confería el sacramento de la Confirmación, y ante el altar se daba la Santa Comunión, Vytas Karaliunas y Vytas Savukynas atacaron a cierto hombre y por la fuerza lo arrastraron fuera de la iglesia. El atacado comenzó a pedir socorro. Para ayudarlo se juntaron muchos hombres y mujeres. Aunque a los atacantes se le agregó un tercer hombre, tuvieron que dejar la víctima que habían arrastrado al atrio. Junto a la puerta del atrio los esperaba el miliciano Giedraitis, a quien se quejaron que la operación había fracasado.

A eso de las 10 hs., durante la Misa los milicianos uniformados Savonis y Giedraitis, retorciéndole los brazos, se llevaron del atrio a un anciano ciego, el cual tenía algunos rosarios y crucecitas con cadenitas. En el mismo momento, Vytas Karaliunas con otro desconocido, le quitaron a una mujer dos valijas y se las llevaron.

Inmediatamente que se despidió al Obispo, los milicianos Savonis y Giedraitis, llamando en su ayuda a una maestra del Técnico, trataron de quitar los objetos devocionales a cierto hombre, empero la multitud irritada atacó a los milicianos y los expulsó fuera del atrio. Los milicianos llamaron ayuda, pero hasta que llegó esta ayuda, la gente tuvo tiempo de dispersarse.

Esta clase de hechos no acarrea ningún beneficio a nadie, ni produce ningún honor. La curia tendrá que hacer las gestiones necesarias en las correspondientes instituciones, para que no se repitan en otras partes. Veisiejai, 3-VIII-1973.

 

Observación de la Redacción.

El 28 de julio de 1973 a las 17 hs., la parroquia de Veisiejai recibió solemnemente a S.E. el Obispo L. Pavilonis. Fué la primer visita pastoral del obispo a la diócesis de Vilkaviškis, desde que se trasladara de Teisiai a Kaunas.

Los días 28-29 de julio, en Veisiejai recibieron el sacramento de la Confirmación más o menos 2.600 creyentes. En los oficios religiosos participaron unas 10.000 personas. Se repartieron unas 3.500 Santas Comuniones.

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