DIÓCESIS DE VILKAVISKIS

 
Sakiai

(Impidieron a los estudiantes participar en la consagración de altares):

El 23 de agosto de 1973 el delegado del Soviet de Asuntos Religiosos K. Tumenas permitió a S. E. el obispo L. Povilonis que consagrara cinco nuevos altares recién instalados en la iglesia de Sakiai.

Al tener conocimiento de la venida del obispo, los funcionarios del raion de Sakiai consideraron como obstaculizar esta ceremonia. Les interesaba sobre­manera que en la ceremonia no participaran los estudiantes. Se acordó que, durante la visita del obispo en Sakiai, habría que ocupar a los estudiantes en algo. En una parte se proclamó el día del guardabosques, en otras escuelas se organizaron excursiones turísticas, etc. Se les ordenó terminante­mente a los estudiantes reunirse el domingo en el colegio y participar en las ocupaciones programadas.

Los estudiantes más conscientes comprendieron la verdadera finalidad de las excursiones programadas y no se reunieron en el colegio. Solo una parte de los estudiantes se reunió. "Los desobedientes" debieron entregar una justificación escrita de sus padres, a otros se los amenazó con llevarlos después de clase a trabajar en los koljoses. Los maestros les ordenaron llevarse alimentos: "¡Los tendremos hasta el anoche­cer!"

 La gente se burlaba, diciendo que los ateístas de Sakiai, asustados por el obispo, se escondieron en los bosques.

 
Skriaudžiai

(Interrogatorio de los alumnos por cantar en el coro):

En el mes de agosto de 1973, la directora de la escuela de ocho años de Skriaudžiai, Albina Rinkaus-kiene, durante las horas de clase citó en el salón de los docentes a los alumnos que habían cantado en el coro de la iglesia.

—       Niños, escribid quién ha organizado el coro de niños y donde y cuando se hacen los ensayos. Escribid con linda letra, pues vuestro escrito alguien habrá de leerlo. Escribid la verdad, pues si mentís, llamaré a la milicia. Graznáis como cornejos junto al órgano, — más valdría que en ese tiempo miraseis la televisión, — decía la directora.

 Después la directora se dirigió a la alumna del VIII grado Rasa Orintaite:

 —Tú, Rasa, eres una devota. Cuando hay indul­gencias en la iglesia, corres como una descocada con las flores y hasta me evitas.

 —¿Por qué fuiste a cantar, Nijolyte? — se dirigió airadamente la directora a N. Griciūte. — Qué enorme vergüenza le produjiste a la escuela. Por tal causa recibirás una mala característica. Dime, ¿quién te invitó a cantar?

 —Mamá, — respondió Nijole.

 En las hojas algunos niños escribieron que la mamá les había obligado a cantar, otros — el papá, mientras que otros — se habían unido a sus amigos. Dos niñas, temerosas de la milicia, escribieron que los niños fueron organizados por la organista. La directo­ra, encerrada en una habitación con Danute Naujoka­ite, la amedrentó diciéndole que sus padres la pasarían mal, si ella no le decía quien les enseñaba y cuantos niños había. Ahora esta niña no concurre a la escuela, dado que los niños se burlan de ella acre­mente.

 El esposo de la directora, Viktoras Rinkauskas, es el presidente del koljose de Skriaudžiai. Los domingos va.al correo y se fija quien concurre a la iglesia. Después, no deja pasar ocasión sin burlarse, especial­mente de la juventud. Mortifica a la gente, y replica malsanamente. Los koljosistas se quejan, diciendo que a Rinkauskas le interesa más denigrar a los creyentes, que dirigir el koljose. El presidente del koljose favorece más a la gente de escasa moral y mira a través de los dedos su deshonrosa labor. Y sin embargo, no tendría que olvidar que en su koljose hay una absoluta mayoría de creyentes.

 El 28 de agosto, Kaze Kairiukstiene visitó a la directora de la escuela.

 —¿Por qué y a causa de qué asustáis a mis hijos con la milicia? — preguntaba la mujer. — Una de las niñas se sobresalta en sueños y grita: "¡La milicia, la milicia!". La llevaré al médico. ¿Qué malo han cometido, para que las mortifiquéis y asustéis?

 —Piel revertida, delincuente, — bramaba la airada directora, aplicándole los más horribles epíte­tos a Kairiukstiene.

 Entonces la mujer preguntó a los niños:

 — Niños, ¿la directora los amenazó con la milicia? Los más valientes lo afirmaron, otros dijeron no

 haberlo escuchado.

 Mediante amenazas la directora logró saber los apellidos de los niños que en el verano tomaron la primera comunión. No solamente del koljose de Skriaudžiai, sino también del de Leskavos. El 28 de agosto, la directora con todos los "escritos" de los niños viajó a Prienai. En una reunión de ateístas Tefirió sobre el "delito" perpetrado en Skriaudžiai. Los participantes deliberaron como castigar a los "corrompedores" de niños.

 No tardaron en iniciarse los interrogatorios de los padres de los niños, lo cual promovió en la gente una mayor indignación en contra de "las beatas rojas". Así denomina la gente a los ateístas fanáticos.

 Kybartai

 (Todos los niños deben ser "octubristas"):

 En el colegio secundario de Kybartai, en vísperas de los días de la revolución de octubre, se estuvo procurando acrecentar la cantidad de "octubristas". Parte de los estudiantes y sus padres se opusieron a ello. La madre de Zita Mencinskaite le hizo llevar a su hija una nota al colegio, en la que se indicaba que no se inscribiera a Zita en los octubristas. La educadora del I año, sin considerar nada, inscribió toda la clase en los octubristas. Hasta les compró los distintivos a los desobedientes. Parte de los estudiantes regresó de la escuela llorando. Los padres más temerosos callaron. La madre de Jurienyte se dirigió a Ces-niene, exigiendo que borrara a su hijita de los octubristas.

 — Si desea Usted que su hija no sea octubrista, entonces llévela a los países capitalistas. Entre nosotros todos deben ser octubristas, — retrucó la educadora Cesniene.

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