ARQUIDIÓCESIS DE KAUNAS

Kaunas

(El gobierno soviético espera que no se presenten candidatos para los Seminarios):

En 1973 el gobierno permitió a la dirección del Seminario Eclesiástico Interdiocesano de Kaunas que recibiera 12 candidatos en el Seminario. Dos de los candidatos fueron tachados por el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos K. Tumenas. El papel más importante, en la aceptación de los candidatos en el Seminario, lo juega la Seguridad. Si por algún motivo no les gusta — no se le permite estudiar.

Para fines del año 1973, en el Seminario eclesiásti­co de Kaunas estudiaban 48 seminaristas.

El gobierno soviético espera, cuando en Lituania deje de haber candidatos para el Seminario, entonces anularán la limitación — podrán ingresar eri él todos los que lo deseen.

Se le ofreció a la dirección del Seminario tomar a su cargo la iglesia de la Santísima Trinidad. Durante una serie de años el Seminario utilizó esta iglesia, que estaba refaccionada hermosamente, empero el go­bierno se la quitó y la convirtió en depósito. Casi seguro que el gobierno pretende que el Seminario vuelva a refaccionar esta iglesia, para volver a quitársela posteriormente. El obispo se negó a refaccionar la iglesia — ¡quién la destruyó, que la refaccione!

 
(Huelga por las remuneraciones):

El 3 de octubre de 1973 en Aleksotas, estuvieron de huelga los trabajadores del combinado de la industria de la madera. En el turno matutino no trabajaron 320 obreros, y en el vespertino — unos 340. El motivo de la huelga — la reducción de los salarios.

El día de la huelga concurrieron al combinado agentes de la milicia, la seguridad y funcionarios del

 Comité Ejecutivo de la ciudad de Kaunas. Intentaron convencer por las buenas a los obreros, para que estos trabajaran. No lograron convencer a los obreros ni los funcionarios llegados del ministerio. Al otro día los salarios fueron aumentados.

Se pretendió echar la culpa de la huelga sobre la juventud, empero casi todos los huelguistas eran gente madura y hasta canosa.

 Šiauliai

(Indagatorias por la Colina de las Cruces):

Es famosa en Lituania la colina de Meškuičiai, llamada Colina de las Cruces. Allí se erigían cruces colocadas por muchos lituanos, pero los ateístas ultrajaron muchas veces este lugar sagrado, derriba­ron las cruces y las quemaron. Pero la gente nueva­mente transportaba, llevaba y colocaba cruces y crucecitas en ese monte tan caro para el corazón lituano.

 

a colina de las Cruces ya casi había curado sus heridas después de la devastación del año 1961. Desgraciadamente, a fines de abril de 1973 volvió a ser arrasada dolorosamente — no quedó ni tan solo una señal de que allí hubiera habido cruces. El triste y asolado monte observaba los alrededores, esperando cuando manos creyentes y corazones amantes volve­rían a coronar su ultrajada cabeza con el signo de .la salvación — la Cruz.

En la noche del 19 de mayo de 1973, a las 24 horas, por un costado de la ciudad de Šiauliai se presentó una extraordinaria manifestación. Un grupito de gente, formado por muchachos y muchachas, serios y reconcentrados, portaban una cruz. Caminaban en silencio, compenetrados, rezando el rosario. De tanto en tanto, otro tomaba sobre sus hombres la cruz de tres metros (9 pies y 9 pulgadas), con un peso de 45 kg. (99 lbs.). La cruz estaba adornada con ornamentos simbólicos: un corazón atravesado por dos espadas, sobre uno de los mangos — la svástica, y sobre el otro — una estrella de cinco puntas.

La juventud de Lituania llevaba esa cruz no para solicitar salud, sino como un desagravio por la profanación de la cruz, por los pecados de nuestra Nación al Salvador. En la noche del 19 de mayo la mayoría tenía conocimiento sobre la portación de esta cruz y habían destinado una hora para la oración y la adoración de la cruz. En dicha hora, con los brazos cruzados sobre el pecho muchos llevaban en su alma la Cruz de Cristo. Todos los portadores de la cruz en la víspera habían tomado la Santa Comunión.

Durante los preparativos para llevar la cruz se supo que un ciudadano había avisado a la Seguridad sobre esta marcha. Los de la Seguridad toda la noche circularon por el circuito: Šiauliai — Colina de las Cruces. El éxito de la marcha, a los portadores de la cruz les pareció un milagro. El 20 de mayo de 1973, a las 2 hs. 30 min., la Colina de las Cruces se engalanó con una nueva y hermosa cruz. A su alrededor se plantaron flores y se encendió una vela. Todos de rodillas oraban: "Cristo Rey, venga Tu reino a nuestro país."

A las 6 hs. 45 min. se escucha el ronquido de un motor. Los de la Seguridad se frotan los ojos — durante toda la noche estuvieron a la caza de la cruz y hete aquí que está elevada. Manos de maldad arrancaron la cruz y se la llevaron. Empero ya para el mediodía había otra cruz erguida. Los ateístas siempre las destruían, y las cruces crecían del propio suelo.

(Indagatorias sobre la portación de la cruz a la Colina de las Cruces en mayo de 1973):

En la tarde del 20.V.1973 los de la Seguridad concurrieron a lo del habitante de la ciudad de Šiauliai Mečislovas Jurevičius, nacido en 1927, y se lo llevaron a la sede de la Seguridad. Aquí Mečislovas fué indagado: si había llevado la cruz, que camino tomaron, cuanto gente llevó la cruz, quien organizó la portación de la cruz, quien construyó la cruz, cuales sacerdotes instaron que se llevara la cruz ... Jurevi­čius respondió que él solo había construido y llevado la cruz. Todavía Jurevičius fué interrogado por qué causa había sido condenado anteriormente.

·      Por los errores de Stalin.

·      Déjate de calumniar a Stalin, — clamaba uno de la seguridad. — Oh! ustedes ahora sí que necesitan a Stalin.

Seguidamente Jurevičius fué inquirido cuales sacerdotes conocía, quien ayudaba a las Misas en la iglesia, con cuales personas tenía relaciones, etc. Jurevičius manifestó que no respondería a más preguntas. Los sumariantes llamaron a Jurevičius fanático, lo amenazaron de que recibiría mayor condena que la primera vez, que lo llevarían bajo arresto, que le inyectarían drogas, etc. Finalmente le ordenaron pararse contra la pared. Sin amedrentarse por las amenazas, Jurevičius quedó detenido. Así pasó toda la noche.

 

Por la mañana nueva indagación: ¿quién enseñó a los niños ayudar en la Misa? ¿Con cuales sacerdotes hablas frecuentemente? ¿Quién ayuda a Misa? El procurador llegado después del mediodía, preguntó, ¿por qué callas? "De cualquier modo me aplicaréis diez años", — explicó Jurevičius.

Por la tarde permitieron que Jurevičius regresara a su casa para presentarse el 23 de mayo. Ese día fué interrogado y amenazado nuevamente, empero Mečislovas permaneció callado. Se le volvió a ordenar que regresara a la Seguridad el 29 de mayo. El de la Seguridad exigió que se anotara todo, y después explicó sobre la libertad de religión, que los sacer­dotes engañaban a la gente, etc. Jurevičius manifestó: "¡Si soy culpable, juzgadme!"

—       Lo más fácil es condenar, pero al hombre hay que ponerlo en el buen camino, — explicaba el sumariante.

Dejándolo ir, el sumariante manifestó: "Nosotros sabemos que llevabais la cruz en homenaje a Kalan­ta."

 

*   *   *

Llegados los de la Seguridad al mediodía del 20.V.1973 a lo de Zenonas Mistautas, estudiante del IV curso del Politécnico de Šiauliai, se lo llevaron a su sede. Los de la Seguridad lo mortificaban, qué había hecho la noche pasada, si ayuda a la Misa, a qué iglesia concurre, quién es el que más ayuda en la Misa, quien participa en las adoraciones, que dicen los sacerdotes durante los sermones.

A eso de las 16 hs. los de la Seguridad llevaron de regreso a su casa a Zenonas y sin la autorización del procurador realizaron un allanamiento. Durante el allanamiento se apoderaron de una película fotografi­ada y un anotador con pensamientos de índole religiosa. Devolvieron la película revelada, pero no devolvieron el anotador.

Vuelto .al comité de Seguridad — indagatoria nuevamente. Zenonas fué interrogado — cuanta gente llevó la cruz, quien construyó la cruz, por qué camino la llevaron, a que hora erigieron la cruz, etc. Por no haberle sacado nada serio por las buenas, los de la Seguridad comenzaron a amenazarlo. Cuatro sumariantes rodearon a Zenonas por todos lados, lo amenazaron con los puños, le demostraban que "chorizos" se le marcarían sobre las espaldas cuando recibiera con la "banana". Tres veces fueron a buscar la "banana". Al salir le decían: "Ahora traeremos la "banana" y, después de bajarte los pantalones, cuando te golpeemos lo dirás todo." Los indagadores dijeron toda clase de necedades sobre la Colina de las Cruces, hasta sin ahorrar palabras censurables. Finalizando el interrogatorio, los de la Seguridad trataron de amedrentar a Zenonas para que nunca más llevara cruces a la colina de Meškuičiai. A Zenonas se le ordenó que volviera a la Seguridad el 25 de mayo. Otra vez fué mortificado sobre la portación de la cruz y la ayuda en la Misa. Cuando no lograron sacarle nada, airado el de la Seguridad manifestó que informaría de todo a la escuela y que sería expulsado de ella. Dejándolo ir a su casa, el indagador le dio su número telefónico y le ordenó llamarlo el 28 de mayo. Zenonas rehusó llamarlo telefónicamente.

Iniciado el año lectivo, a Zenonas lo "tutoraba" la escuela, amenazándolo de que si seguía persistiendo tan denodadamente en sus convicciones, sería expul­sado de la escuela.

El 3 de octubre la docente le ordenó a Zenonas ir a la Seguridad, y este le exigió una citación escrita. A Zenonas se le recordó que sería expulsado de la escuela si no concurría a la Seguridad. No fué.

El 10 octube los de la Seguridad se llevaron a Zenonas a su sede. La indagatoria duró tres horas. El interrogado mayormente permanecía callado.

Hasta el presente, Z. Mistautas no ha sido expulsado del Politécnico de Šiauliai.

 

*   *   *

El 20.V. 1973, a eso de las 12 hs., junto con Z. Mistautas fué llevado a la Seguridad también Virgili­jus Ivanovas. Al principio los sumariantes hablaron tranquilamente, leyeron los artículos del Código Penal sobre delitos políticos, y después le ordenaron repetirlo todo consecuentemente, sobre lo que había hecho la tarde y la noche del sábado. Cuando Virginijus expresó que no diría nada, inmediata­mente se terminó la "amabilidad" del de la Seguri­dad. Virginijus fué llamado fanático, oscurantista. "No es lugar para tí en la escuela superior de música, puesto que, siendo director de coro, agitarías a los coristas"

Después del mediodía, Virgilijus fué llevado a su casa, donde se realizó un allanamiento (sin autoriza­ción del procurador). Durante el allanamiento los de la Seguridad su apoderaron de varios cuadernos con poesías religiosas. Después — siguió la indagatoria. Los de la seguridad hablaban por las buenas y, perdida la paciencia, prometían golpearlo, introducir­lo en el sótano. La indagatoria duró hasta el anochecer. Durante la noche le impidieron dormir. Cada dos horas llegaba uno de ía Seguridad y preguntaba sobre los sacerdotes, los sirvientes de la iglesia, los adoradores.

A eso de las 12 hs. del lunes uno de los de la Seguridad le ordenó firmar que no le diría a nadie sobre la indagatoria. Si alguien le preguntase donde estuvo, tendría que responder — no en la Seguridad, sino en la milicia.

Posteriormente Virgilijus varias veces fué citado para encontrarse con los de la Seguridad. Virgilijus no se presentó, por lo cual fue expulsado de la escuela superior de música, motivando que no asistió a los exámenes. En realidad, Virgilijus fué dispensado de los exámenes por la comisión de médicos.

En el mes de julio la madre de Virgilijus escribió una denuncia al Procurador General de Moscú:

"Cerca de Šiauliai existe la Colina de las Cruces. De antiguo es muy apreciada por los creyentes. Mi hijo de diez y seis años, con algunos amigos, la noche del 20 de mayo llevó una cruz sobre ese monte. Por tal causa los órganos de seguridad de Šiauliai por la mañana se llevaron a mi hijo a la Seguridad y lo retuvieron durante un día y una noche sin dormir ni comer. Además, mi hijo estuvo enfermo hace muy poco de encefalitis, se le dispensó de los exámenes de primavera y se le prohibieron las emociones, a fin de que la enfermedad no le repitiera. Sin embargo mi hijo fué expulsado del I curso de la escuela superior de música por el solo hecho de llevar una cruz a la Colina de las Cruces.

Solicito del Procurador General investigar minu­ciosamente estos hechos y responder si debieron comportarse de este modo los órganos de seguridad, dado que la Constitución garantiza a todos los creyentes la libertad de conciencia y de culto." Viktorija Ivanova.

A la queja se adjuntó al Procurador General la dispensa de los exámenes de la comisión de médicos.

A principios de septiembre de 1973 se recibió de la Procuraduría Republicana de Vilnius la siguiente respuesta: "Le notificamos que, al ser investigada vuestra denuncia escrita el 23 de julio, se ha determinado que el 20 de mayo los representantes del gobierno soviético hablaron con vuestro hijo menor de edad Virginijus, participando su padre Ivanovas, sobre actos no permitibles que realizara vuestro hijo conjuntamente con otras personas, con respecto al monumento arqueológico la colina de Jurgaičiai.

Acciones inconvenientes de parte de los órganos del gobierno soviético, que conversaron con vuestro hijo, no han sido halladas.

Subrogante superior del Procurador Republicano Bakucionis."

La persecusión de los de la Seguridad no sola­mente que no amedrentó sino que infundió mayor ánimo. Una de las portadoras de la cruz escribe: "¡Lituano, conoce tus fuerzas! ¡Estas residen en Cristo y en la unidad entre todos! ¡Permanece inconmovible y valiente en la guardia de lo que es sagrado, de lo que es caro para tu carozón! No permitas que tampoco se ultraje la Colina de las Cruces. No lo dejes arrasado y esperando. Lleva allí tu alegría y tu dolor, tu esperanza y tu triunfo, lleva allí tu amor y tu fidelidad a Dios — ¡lleva allí la Cruz!"

La ultrajada Colina de las Cruces promovió un nuevo pensamiento: Si resulta imposible colocar cruces sobre la Colina de las Cruces, comencemos a erigirlas junto a nuestros predios, en nuestras casas, en los corazones propios y de los demás.