LIBERTAD DE MORIR

Los periódicos regionales, en los meses de diciem­bre — enero, reprodujeron el artículo "La ley soviética y la religión" de Pranas Misutis, consejero ante el Consejo de Ministros de la RSSL. El semana­rio "Kalba Vilnius" (Habla Vilnius) publicó un amplio artículo de P. Misutis "La Iglesia y la religiosidad en nuestros días" (1974, No. 5). Durante el espacio radial "Akiratis" (Horizonte) el consejero del Consejo de Ministros estuvo convenciendo al pueblo que las leyes soviéticas, en lo que respecta a los cultos religiosos, son muy humanitarias.

¿Por qué se conmovió tanto la propaganda ateísta?

"Nuestra obligación es la de desenmascarar las intentonas de la propaganda reaccionaria extranjera y de los reaccionarios locales de ensuciar la realidad soviética, de distorsionar la situación" (1) — escribe Misutis. La propaganda de los sin Dios, a vida o muerte desea convencer que "Nuestras leyes para los cultos religiosos son democráticas". (1)

(Esta es la "libertad" de la Iglesia):

Analicemos lo que Misutis dijo sobre la "libertad" de la Iglesia y lo que calló.

"A los sacerdotes les está prohibido enseñar el catecismo a los niños, utilizar a los menores de edad para los servicios religiosos, intervenir en los asuntos ciudadanos de los creyentes, recolectar diezmos, organizar diversos grupos, reuniones, charlas en grupo, excursiones y otras congregaciones. El sacer­dote no tiene derecho a manejar los asuntos económi­cos financieros, celebrar funciones bajo cielo abierto (asimismo las procesiones de sepelio con los atributos religiosos, la bendición de cruces sin el permiso correspondiente, a excepción de los atrios y cemente­rios), a utilizar los sermones para la propaganda no religiosa (p. ej., instar a los padres para que eduquen religiosamente a sus hijos — Obs. de la Redacción), a intervenir en las cuestiones del ordenamiento de los cementerios." (1)

Estimaríamos a P. Misutis y a todos aquellos que él representa, si hubiera hecho la siguiente conclusión: "El clero y los creyentes poseen todas las condiciones, pueden utilizar plena libertad para morir!"

¿Qué hacen los sacerdotes en las actuales condi­ciones de „libertad"?

"Este último tiempo, — explica P. Misutis, — la mayoría de los sacerdotes son leales al gobierno soviético en mayor o menor grado... Ciertos religiosos actualmente son bastante pasivos por sí mismos y cuidan formalmente sus obligaciones" ...

(Como valoran a los sacerdotes "leales" los creyentes de Lituania):

En verdad existen sacerdotes "leales". A algunos de ellos los creyentes de Lituania los valoran como traidores de la Iglesia y la Nación. Son muy pocos. J. Anicas, en el artículo "En lucha con la mentira traicionera" ("Gimtasis krastas" — El país nativo —, 5 y 13-111-1973) menciona a varios sacerdotes de Lituania, que se pronunciaron públicamente sobre que en Lituania habría libertad para la Iglesia.

 

(1) P. Misutis "La ley soviética y la religión".

Pudimos escuchar, como un católico, leyendo este artículo, suspiró profundamente y exclamó: "¡Señor, misericordia!" A los que se justifican de que la prensa soviética tergiversa las respuestas de los sacerdotes, los creyentes responden: "Si la propaganda atea os adosa pensamientos no dichos, rectificadla por lo menos en las conversaciones privadas y rehusad las entrevistas."

(Qué hacen los verdaderos sacerdotes):

"Todavía hay bastantes de esos sacerdotes, — escribe Misutis — que luchan activamente por el mantenimiento de la influencia de la Iglesia sobre la gente .. . Ciertos sirvientes del culto no se limitan a la actividad religiosa prevista para ellos en las leyes, sino que intervienen en la vida social, inoculan en la gente las ideas del nacionalismo burgués, proclaman la inventada afirmación de que el ateísmo propende a desnacionalizar a los lituanos, azuzan a desconfiar del orden soviético, propalan diversas ficciones... (2)Para ayudar en las ceremonias religiosas todavía se siguen utilizando los menores de edad. Hay hechos aislados de catequesis organizada de niños. Los sacerdotes no leales en algunas partes han hecho más activo su accionar. Ellos influyen negativamente sobre los sacerdotes leales, activizan los elementos clericales, los conventos ilegales, instigan el envío de denuncias y exposiciones, pretenden que sean recti­ficadas las leyes sobre los cultos religiosos, luchan por la denominada "libertad absoluta". Los sacerdotes reaccionarios intentan provocar escándalo sobre la pretendida situación de esclavitud de la iglesia, destruyen las normales relaciones de la Iglesia con el Estado." (1)

La prensa soviética denigra a los llamados "reaccio­narios" y los amenaza. El periódico de Varena "Raudonoji vėliava" (La bandera roja) escribe sobre el cura párroco deValkininkai P. Algimantas Kleiną

(2) P. Misutis "La Iglesia y la religiosidad en nuestros días".

(consagrado sacerdote en 1962): "Durante varios años, también sin conocimiento de, la parroquia, el cura párroco adquirió diversos materiales de construcción para la reparación de la iglesia, por más de veinte mil rublos ... Incorpora en el cumplimiento. de las ceremonias religiosas a los niños, amenaza a los creyentes que se enfrían de la iglesia, lesiona el ordenamiento de realización de las ceremonias religiosas, etc. y similarmente. No se trata de un error ocasional, sino un reglamentado camino oscurantista. Esto, repetimos, es imposible de soportar." (10-1-1974).

(Siguen existiendo los conventos):

P. Misutis recordó los conventos ilegales. Es raro que durante todo el período de posguerra los ateístas callaban, cual si en Lituania no existiera conventos en absoluto. Y ellos existían y siguen existiendo. Suerte para los conventos, que ellos se encuentran en la clandestinidad, por lo cual el gobierno soviético poco puede controlar su actuación y los candidatos no experimentan esas penurias, que les toca soportar a los que ingresan al seminario eclesiástico. El número de vocaciones a los conventos no disminuye sino que aumenta. Mérito primordial de los conventos hay que considerar la catequesis de los niños y su labor con la juventud. Lástima es, que se preocupan demasiado poco por la literatura religiosa para los católicos seculares. La preocupación gubernamental por los conventos es una excelente señal, demostradora que no existen en balde.

(Quienes son esos elementos clericales):

¿Quienes son esos llamados "elementos clericales", a que se refiere P. Misutis?

Son los creyentes, a quienes les interesa viva­mente la existencia y el porvenir de la Iglesia. No es un secreto, que casi todos los libros de oraciones, los catecismos, la literatura religiosa, han sido producidos por estos "elementos clericales" en condiciones asaz difíciles y peligrosas. ¡Gloria a ellos por eso! Misutis amenaza: "Ahora todavía hay tales sacerdotes, especialmente creyentes 'activos', que trasgreden las leyes. Con ellos es otro hablar. A estos no se les puede hacer condescendencias, y nadie les condescenderá." (2)

"Conformando las demandas de los sacerdotes y los creyentes se ha editado "Apeigynas" (El ceremo­nial), "Maldynas" (Libro de oraciones), "Vatikano susirinkimo nutarimai" (Decisiones del Concilio Vaticano), "Sventasis Rastas" (Las Sagradas Escritu­ras) y otra literatura elemental", — prosigue expo­niendo el propagandista.

Si debemos creer a P. Misutis, entonces en Lituania durante el año 1972 tomaron la Primera Comunión 20 mil niños. ¿Entonces, cuantos niños tomaron la Primera Comunión desde el año 1945? ¿Y cuantos libros de oraciones se les editaron? Apenas varias escasas ediciones. ¿Qué texto pudieron utilizar esos centenares de miles de niños, preparándose para la Primera Comunión, si "el gobierno más democráti­co del mundo" hasta el presente no ha concedido permiso para editar por lo menos una edición del catecismo católico? Y aquellos, que desean servir a los creyentes, ¡eran martirizados y siguen sufriendo en las prisiones! Sólo queda por citar la común frase soviética: "Una de las más extraordinarias expresio­nes del triunfo en nuestro país de la democracia soviética, es el vigoroso derecho a la libertad de conciencia". ("Agitator", 1973, No. 21).

(¿Es cierto que no son ultrajadas las iglesias clausuradas?):

"La disminución de los creyentes promovió también, — expone P. Misutis, — que ciertas comunidades religiosas, especialmente en las ciu­dades, fueran engrosadas ... nadie "ultraja" las iglesias que se clausuraron". (2)

¿Acaso había disminuido la cantidad de fieles, cuando el gobierno soviético clausuró la Catedral de Vilnius, el Sobor de Kaunas, el santuario de la Reina de la Paz de Klaipeda y muchas otras iglesias? ¿Acaso es posible ultrajar más la iglesias, que como lo hizo el gobierno soviético, convirtiendo la mayoría de ellas en depósitos, salas deportivas, cinematógrafos, mu­seos del ateísmo?

(Cuantos se preparan para la primera comunión):

"En el año 1972 tomaron la primera comunión unos 20 mil niños, aunque en los grados I al IV estudiaban más de un cuarto de millón". (2) Aquí Misutis dijo una mentira. En el año 1972-73 en los primeros cuatro grados estudiaban alrededor de 57.000 niños (ver "Lietuvos TSR gyventojai" — La población de la RSS de Lituania", V, 1973, pág. 175), es decir menos que un cuarto de millón. Además, anualmente se preparan para la Primera Comunión los niños de un año solamente. El 12% de los niños de Lituania no son católicos: rusos, judíos, letones y otros. Para la primera comunión anualmente tendría que prepararse unos 50 mil niños. En realidad, se preparan no menos de 44 mil de ellos. El número de 20 mil de P. Misutis es totalmente erróneo, pues el gobierno comenzó a exigir de los sacerdotes la cantidad de niños que se preparaban para la Primera Comunión a partir del año 1973. Empero, también en el futuro las estadísticas oficiales serán erróneas, dado que parte de los sacerdotes no ofrecen ningún dato sobre la catequización de los niños, mientras otros sacerdotes, para "no causar dolor de corazón a los ateístas", suministran tales datos como los apetecidos por el gobierno ateísta.

"Las observaciones demuestran que, de entre 350 mil estudiantes de los años superiores, sólo cree uno que otro por ciento," sigue diciendo Misutis.

Eso tampoco es cierto. Por ejemplo, en el mes de enero de 1974, en el año X-A del colegio secundario de

Lazdija, se les entregó a los estudiantes una planilla con el siguiente cuestionario: ¿Crees en Dios? ¿Concurres a la iglesia?, etc. De 20 jóvenes comunis­tas, 16 contestaron creer en Dios. La más irritada fué la profesora Malinauskiene, secretaria de la juventud comunista del colegio. Fué convocada una asamblea abierta de la juventud comunista. La profesora Malinauskiene comentó como vergüenza la pública manifestación de los estudiantes. El delegado de la sección educación habló también de que no es tan importante lo que pensáis, pero había que responder "como se debía". En tal oportunidad uno del décimo se expresó así: "Nos obligáis a afiliarnos a la juventud comunista. Nos decís que sobre la afiliación puede no comunicársele a los padres, que hasta se puede concurrir a la iglesia. Y hasta ahora se nos ha aconsejado, que se puede pensar de una manera y escribir de otra. ¿Cómo se comprende eso?"

En noviembre de 1973, en el X año del colegio secundario de Raudondvaris, cuando la maestra comenzó a referirse sobre la proximidad de la festividad de la juventud comunista, toda la clase se largó a reir. Por tal motivo se le disminuyó el puntaje en conducta a dos estudiantes. Cuando se les preguntó a los estudiantes de ese año: "¿Quienes asisten a la iglesia?" — se levantó un bosque de brazos.

¿Qué vale la estadística de P. Misutis?

"Nadie persigue a la iglesia, — escribe. — Sólo fueron castigados aquellos sacerdotes q«e, preten­diendo restaurar el orden burgués, trocaron el arma de la idea en arma de fuego". (2)

Es interesante saber, si el propio Misutis cree en lo que escribe. Entre 1944-62,solamente de la más pequeña diócesis de Lituania, la de Kaišiadorys, fueron condenados a prisión 41 sacerdotes. La mayoría de ellos, que en toda su vida no empuñaron un arma de fuego, recibieron 10 años de prisión, y algunos de ellos hasta 25 años. Por ejemplo, el prelado

J. Matulaitis-Labukas (actual Administrador Apostó­lico de la Arquidiócesis de Kaunas y de la Diócesis de Vilkaviškis) en 1945 fué condenado a 10 años por decir sermones, aunque, cumpliendo las funciones de vicario general, no pronunciaba sermones. Después de la muerte de Stalin, la mayoría de los sacerdotes fueron rehabilitados. ¿Acaso no lo sabe Misutis?

"Quien desee creer y honrar a Dios a su manera, cumplir las ceremonias, posee todas las posibilidades y condiciones para hacerlo", — explica P. Misutis.

Pretendiendo desligar de las prácticas religiosas, los ateístas frecuentemente hacen caso omiso de los métodos. He aquí algunos ejemplos del pasado actual y próximo.

(Descarados impedimentos):

El domingo de Ramos de 1972, una multitud de gente inundó la Catedral de Kaunas y su atrio. Al iniciarse el oficio religioso, los integrantes del club infanto-juvenil "Žilvinas"frente al edificio de la Catedral, abrieron las ventanas y las puertas y comenzaron a propalar a todo volumen música bailable de salón, mientras los participantes del baile promovían escándalo en el balcón del club. A la gente estacionada en el atrio se le hizo imposible participar de las ceremonias.

Todos los años, durante el domingo de Ramos, los fieles concurrentes a la Catedral de Kaunas tenían la posibilidad de adquirir ramos en el atrio. Los niños traían del bosque ramitas de junípero,, brotes de cinérea, agróstides. La gente se sentía agradecida a los difundidores de los ramos. En 1973 los ateístas se decidieron enturbiar la ceremonia de la festividad de Ramos. Iniciada la ceremonia, junto a la catedral se presentó la milicia y dióse a capturar a los que difundían los raidos. Algunos fueron arrestados y llevados a la milicia. En Pascuas la milicia volvió a presentarse frente a la Catedral y se dio a la captura de las vendedoras de artículos devocionales. La milicia no tuvo compasión ni por una anciana renga

— la metieron en una máquina, y la trasportaron a la seccional.

En tiempos de la era de Khrushchev el gobierno había instalado en Žiežmariai un altoparlante de radio justo al lado de la iglesia. Durante varios años los fieles sufrieron en la iglesia el bochinche produci­do por el altoparlante, resultaba dificultoso rezar. Nadie hizo caso de las solicitudes del párroco y de los fieles para que se trasladara más lejos dicho altopar­lante ...

En el primer domingo de julio de 1969, al autor de estas líneas le tocó participar en las indulgencias de Žemaičiu Kalvarija (Vía Crucis de Samogitia). Concurrieron paregrinos de toda Lituania, oraban en la iglesia y el atrio. Cuando la campana de la iglesia dio la señal de que se iniciaba la Misa, en ese mismo momento un silbato en el campo deportivo vecino dio la señal de que comenzaba un torneo deportivo. Un grupo de adolescentes semidesnudos jugaban, grita­ban, vociferaban. Resultaba dificultoso orar en el atrio. La gente se indignaba por ese estorbamiento de la función religiosa organizado especialmente por los ateístas. Comunmente, los participantes de esas reuniones o torneos ateístas son llevados por la fuerza o las amenazas. En tales ocasiones se encuentran escasos voluntarios.

Hace varios años los ateístas de Vilkija deliberaron como, durante las festividades de Santa Ana, distraer de la iglesia las grandes multitudes de gente. Se decidió que en la casa de cultura en el horario de la Misa fuera organizado un interesante espectáculo. A las12 hs. en la sala se encontraba un solo espectador

— la cuidadora de la casa de cultura. Los ateístas debieron postergar el espectáculo.

El 22 de julio de 1973 viajábamos a través de Dzūkija. En ninguno de los campos se veía gente trabajando. Solamente en la parroquia de Leipalingis vimos mucha gente en el trabajo. Se aclaró que en

Leipalingis se estaba festejando las grandes indulgen­cias de Santa Ana, y los koljosistas estaban obligados a trabajar.

Quien trabaje los domingos, a ese el gobierno le paga doble.

Al domingo siguiente, 29 de julio, en Veisejai el obispo confería el sacramento de la Confirmación. Allí la gente también fué obligada a trabajar.

El verano de 1960 me tocó visitar el raion de Anyksciai, la patria de Vaizgantas. Los koljosistas, con gran amargura se quejaban que se les había impuesto una singularmente pesada servidumbre — se les impedía descansar hasta el domingo. Si en los días festivos no se concurría a la labor, entonces el presidente del koljose anulaba parte de los jor­nales...

En las ocasiones de indulgencias se practica el bloqueo de los caminos. Los viajeros en camiones o caballos son hechos retornar. A veces los ateístas son muy "inventores". Por lo tanto, los viajeros que en el año 1963 viajaban de Rumsiske a las indulgencias de la Natividad de Santa María chocaron en los caminos contra barreras. Los funcionarios de guardia explica­ron a la gente que la entrada estaba prohibida a causa de la enfermedad del hocico-vasos. Los viajeros en caballos fueron hechos regresar. Todos quedaron sorprendidos — hasta las indulgencias nadie había oído nada sobre esta enfermedad. Se sorprendieron aún más, cuando después de las ceremonias religiosas Vieron las barreras levantadas — es decir, había pasado la epidema de hocico-vasos. Además, ese día en la iglesia de Rumsiske había sido prohibido cantar la Misa e ir en procesión. La gente se chanceaba: "¿Tal vez los cánticos también propagan la enferme­dad del hocico-vasos?"

En 1963, en Siluva, durante la festividad de la Natividad de la Virgen María, una multitud de gente se abarrotaba frente a los confesionarios, pero el gobierno solo permitió al párroco invitar apenas unos pocos sacerdotes ...

Tal vez lo más interesantemente se refiere P. Misutis sobre las visitas a los lugares sagrados —, según él, cada año concurre menos gente. Por ejemplo, en Siluva en 1972 — solamente unos 1.300. En verdad, solamente en la propia iglesia de Siluva cabría el triple. Quien visitara en 1973 durante las indulgencias de la Natividad de la S. V. María, habrá sido testigo de que durante cada una de las Santas Misas, la iglesia de Siluva estaba llenísima de gente. El domingo las máquinas inundaron no solamente la ciudad de Siluva, sino también sus alrededores. Los inspectores de automotores en un solo día contaron casi un millar.

"En 1972, apenas un millar visitó el Vía Crucis de Vepriai. El Vía Crucis de Vilnius ya casi no es visitado, — se alegra P. Misutis, — aunque hace varios años atraía decenas de miles de fieles".

Con extraordinario fanatismo los ateístas entorpe­cían la concurrencia de los fieles al Vía Crucis de Vilnius. En 1961 me tocó ser testigo de tales obstruccio­nes. La mañana de Pentecostés los taximetreros observaron en el garage unos anuncios, que prohibían viajar por el camino conducente al Vía Crucis. A nuestro pedido, el taxista se negó categóricamente, viajar al Via Crucis, puesto que la milicia estaba cazando a los conductores y retirándoles los registros de conductor. Nuestro taxista sugirió que los viajeros fueran a través de Antakalnis y en Valakumpiai traspusieran el Neris en bote. Desgraciadamente, llegados a Valakumpiai no pudimos trasponer el Neris, dado que la milicia de guardia allí no lo permitió. Los habitantes locales de Valakumpiai procuraron ayudar a los peregrinos. Nos instruyeron caminar a lo largo de las riberas pobladas de arbustos en dirección a Nemenčine. Allí no habría milicianos. Empero, allí también, traspuesto el Neris, el botero fué atacado por los militantes y conminado para que no siguiera transportando.

(Son dinamitados y destruidos los Via Crucis de Vilnius y Vepriai):

Las medidas de obstaculización demostraron ser inefectivas. Los fieles afluían en grupos a pie al Via Crucis de Vilnius. Los bosques de Paneriai resonaban con cánticos y letanías. En 1962 los ateístas, con la ayuda del ejército, dinamitaron los altares del Via Crucis de Vilnius, y esa misma noche se llevaron sus escombros. Los lugares, donde estuvieron los altares, fueron rellenados de tierra y alisados. Desde ese entonces las visitas a ese lugar sagrado disminuyeron, pero no desaparecieron. En Pentecostés se reúnen peregrinos de diversos rincones de Lituania y, orando, marchan 7 kilómetros por los senderos donde anteriormente estaban los altares del Via Crucis. Las manos piadosas de alguien forman crucecitas de piedritas y las adornan con flores.

El Via Crucis de Vepriai (raion de Ukmerge) también fué destruido por los ateístas, empero multitudes de peregrinos durante Pentecostés prosi­guen afluyendo a los lugares de los altares destruidos.

Se intentó destruir también las estaciones del Via Crucis de Samogitia (Žemaičiu Kalvarija). Hasta fueron quitados los cuadros. Empero los samogitianos (žemaičiai) se congregaron en grupos y durante varios días montaron guardia, decididos a defender el lugar sagrado hasta las últimas consecuencias. Así fué como quedaron sin destruir las estaciones del Via Crucis de Samogitia.

Para terminar estas breves observaciones sobre los artículos y decires de P. Misutis, queda por agregar, que estos artículos y decires no son de él mismo, sino la voz del Partido, para confundir las mentes no críticas.