ARQUIDIOCESIS DE KAUNAS

(Fiestas patronales en Siluva, el destino de la Colina de las Cruces):

Kaunas. En el curso de filosofía del Seminario Eclesiástico de Kaunas, se incorporaron10 seminaris­tas para estudiar. Rugienis rechazó dos candidatos. En el presente año los funcionarios de la KGB atenuaron su accionar con respecto a los que se incorporaban. Empero, todos los que se registraban tuvieron una conversación con los de la seguridad.

Siluva. Del 8 al 15 de septiembre, multitudes de gente afluyen a las festividades de la Natividad de la Ssma. Virgen María. El gobierno apela a medios de acción para disminuir la cantidad de peregrinos. Este año estuvieron de guardia los milicianos en los caminos. He aquí lo que cuenta uno de los peregrinos:

— Viajábamos en autobús 61 personas. La ma­yoría, gente de edad. Unos 8-10 km. antes de Siluva nos paró la milicia, tomó nómina de la gente y se llevó al conductor. Cierto tiempo después regresó con la orden de volver atrás. Pasados varios kilómetros, la gente comenzó a pedir al chofer que los esperara, para que ellos pudieran llegar a las festividades. Un grupo de peregrinos volvió a pasar ante los milicia­nos. Las mujeres les reprochaban: "Sinvergüenzas, ¿resulta lindo hacer fatigar a gente anciana? A través de la radio y los periódicos mentir de que en Lituania la religión es libre, ¿y qué hacéis? Cristo fué torturado. Nosotros también sufriremos por Cristo. No importa que estéis de pie con las gorras rojas, de cualquier modo alcanzaremos a Siluva." Terminadas las festividades, regresamos 11 km. a pie. Recién entonces volvimos con nuestro autobús a casa.

Otra peregrina contaba así:

— Viajábamos en autobús desde Kaunas. A mitad de camino entre Raseiniai y Siluva nos detuvieron los milicianos. Se llevaron al chofer y hablaron larga­mente de algo. Un civil, seguramente uno de la seguridad, examinó nuestra máquina, sorprendién­dose de que en ella había una mayoría de gente joven. Al chofer se le ordenó no dejar salir a nadie y llevarlos a todos de vuelta a Kaunas. La habilitación del chofer y otros documentos se los quedaron los milicianos. Todos sufrimos inmensamente. Yendo a pie a Siluva, rezamos el rosario por los milicianos y todos los sin Dios, para que reflexionaran y cesaran de perseguir la fe. He visto un funcionario anotando los números de las máquinas, ciertamente que no para felicitarlos. Al pasar por la máquina "de guardia", los funcionarios soviéticos se burlaban de nosotros: "Las ovejas de Dios van a las festividades".

 

(Pasado inolvidable):

Meškuičiai. Desde antiguo la parroquia de Meškui­čiai era famosa por la colina de las Cruces, sobre la cual se erguían no menos de tres mil cruces, mientras las pequeñas eran imposible contarlas. Cada cruz tenía su propia historia.

He aquí lo que contaba un sacerdote:

"Cierta vez viajaba a la colina de las Cruces para bendecir una cruz recientemente erigida. En esos momentos llegóse hasta la colina una máquina militar. Dos aviadores rusos habían traído una cruz, y me solicitaron que la bendijera. Cumplí con su solicitud. Un aviador me contó que cuando estaba volando se le prendió fuego a su avión a reacción. Es casi imposible salvarse en tales circunstancias. Repentinamente recordó las extraordinarias referen­cias sobre la colina de las Cruces y prometió, de salir con vida, erigir allí una cruz. Se ignora el pro qué se había incendiado el avión, pero del mismo modo repentino se apagó."

Mucha gente llevaba a pie cruces y las colocaba. Buena cantidad de ellas fueron transportadas desde Letonia, Estonia, Bielorrusia, América. La gente dice: cuantos pesares, cuantas enfermedades llevó la gente sobre este monte. Como puede llegar a soportar tantos sufrimientos. Es el Gólgota lituano.

El 5-IV-1961, por la mañana temprano llegaron varias máquinas hasta la colina de las Cruces.

Hombres desconocidos comenzaron a derribar las cruces. Destruyeron la colina de las Cruces el ejército, la milicia y los presos. Quemaron en el lugar las cruces de madera, y las de piedra o cemento las destrozaron y transportaron a Šiauliai. Se cuenta que utilizaron los escombros como base del hormigonado caminero. Dos camiones de cruces llevaron a Bubniai, una parte la quemaron y la otra la arrojaron al agua. En el término de un día destruyeron todas las cruces.

En las encrucijadas de los alrededores estuvieron los milicianos cuidando de que la gente no marchara en dirección a la colina de las Cruces. Cerca de la colina estuvo apostada una guardia armada; es que se temía el movimiento del pueblo. Varios días per­maneció la guardia, para que la gente no volviera a erigir cruces.

Durante el tiempo de esta bárbara operación, Rugienis estuvo "de visita" en Šiauliai.Destruidas las cruces, citó al cuna párroco de Šiauliai, P. Mazanavi-cius, a quien preguntó:

—       ¿Has oído lo que pasó con la colina de Meškui­čiai?

— No oí.

—       Las cruces se elevaron en humo al cielo, — le explicó Rugienis y le ordenó al cura párroco que influenciara ante el pueblo para que no hubiera desmanes.

El 14-IX-1970, el P. Algirdas Močius de la parroquia de Lauksodis, descalzo, con los pies sangrantes, llevó durante 65 km una cruz de madera hasta Meškuičiai y el día de la Exaltación de la Cruz la colocó en el lugar depredado por los ateístas.