Crónica de la ICL recibió de sus lectores una carta, cuyas opiniones reflejan el ánimo de los católicos de Lituania y expresan su voluntad. Crónica de la ICL adhiere totalmente a los opiniones de dicha carta.

(El arresto de Sergio Kovalev):

Hace poco supimos sobre el arresto del doctor en ciencias biológicas Sergio Kovalev por Crónica de la ICL. Nosotros, los católicos de Lituania, rogamos a Dios por la fortaleza física y espiritual de este científico. Jesucristo ha dicho: "Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos" (Juan 15,13). Nosotros creemos que el sacrificio de S. Kovalev y otros, no son en vano.

Nosotros inclinamos nuestras frentes ante el académico Andrei Sakharov, luchador por los dere­chos humanos en la Unión Soviética, y en su personalidad — ante todos los intelectuales rusos de buena voluntad. Ellos, con su valor y sacrificio, nos obligaron a nosotros, católicos de Lituania, a mirar con nuevos ojos la nación rusa. Su sacrificio es conveniente para toda la gente soviética acosada, también es conveniente para los católicos de Lituania.

La causa penal No. 345 fué iniciada el 5 de julio de 1972, teniendo por fin arrasar "la acción antisoviética de Crónica de la ICL".

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Todavía sin que hubiera terminado el proceso judicial de P. Plumpa, V. Jaugelis, P. Petronis y J. Stašaitis, los de la Seguridad iniciaron una nueva cacería de Crónica de la ICL. Por iniciativa del Comité de Seguridad de Lituania, el 23 de diciembre de 1974 fueron relaizados muchos allanamientos en Lituania y Moscú.

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(Allanamiento en el domicilio de B. Gajauskas):

En la mañana del 23 de diciembre de 1974, a eso de las 7,30 hs., en el domicilio de Balys Gajauskas, sito en Kaunas, calle Spynu 3-8, los de la Seguridad irrum­pieron y actuaron todo el día. B. Gajauskas ya había estado durante 25 años en los lager. Su madre, apenas vio a los de la Seguridad, se desmayó y fué trasladada al hospital. Durante el allanamiento, aparte dé la literatura religiosa, se requisó una lista de presos políticos lituanos y dinero. Según opinión de los de la Seguridad, el dinero hallado en lo de B. Gajauskas estaba destinado para ayudar a los presos políticos. Después del allanamientoB. Gajauskas fué llevado a Vilnius e interrogado durante 3 días en el Comité de Seguridad.

A Jonas Petkevičius, domiciliado en Šiauliai y retenido durante 18 años en los lager, el23 de diciembre de 1974 le fué ordenado llegar al trabajo una hora y media más temprano. Llegado al trabajo, fué detenido, llevado a Vilnius e interrogado durante 3 días.

ALLANAMIENTOS EN MOSCÚ

(Allanamiento en el domicilio de Sergei Kovalev y su detención):

El 23 de diciembre de 1974, en el domicilio del moscovita Sergei Kovalev, muy temprano por la mañana fué iniciado un allanamiento, que duró 12 horas. El allanamiento fué relaizado por disposición de la Seguridad de Lituania, en relación con la causa No. 345. Durante el allanamiento se requisó: "Archi­piélago Gulag" (en idioma ruso) y ejemplares de "Crónica de los hechos corrientes (Rusa. El Trad.) y Crónica de la ICL, una lista de 135 presos políticos lituanos, manifiestos, cartas, libretas de anotaciones, etc.

Después del allanamiento, S. Kovalev y su esposa fueron interrogados. S. Kovalev se negó a declarar en los interrogatorios atingentes a la difusión de infor­mación, pues en ellos no se respetan las leyes.

El 26 de diciembre el sumariante Trofimov llamó telefónicamente a S. Kovalev y le pidió que concu­rriera a su presencia por diez minutos. El 27 de diciembre S. Kovalev concurrió a la Lubianka y quedó detenido. Inmediatamente después de la detención fué trasladado en avión a Vilnius y encarcelado en los calabozos del Comité de la Segu­ridad.

(El anónimo condena a Crónica de la ICL):

K. Tumenas, Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos en su artículo "Sazines laisve ir tarybiniai istatymai" (La libertad de conciencia y las leyes soviéticas) ("Tiesa" — La Verdad —, 22.XI.1974), dice:

"Hasta la mayoría de los creyentes está totalmente de acuerdo con las leyes soviéticas sobre las religio­nes. La mayor parte del clero respeta esas leyes. Empero todavía aparecen ciertos servidores del culto o creyentes, que quebrantan las leyes soviéticas relacionadas con la religión, pretenden irritar a los creyentes. Cada vez mayor cantidad de sacerdotes se desligan de los realizadores de ese pelo y, en sus notas a los dirigentes de las diócesis, condenan su accionar." (Subrayado nuestro. La Red.).

¿Quienes son dichos sacerdotes y en cuales notas condenan a los sacerdotes que quebrantan las leyes soviéticas?

En el número 12 de Crónica de la ICL fué insertada una nota anónima, dirigida contra los sacerdotes "reaccionarios" y Crónica de la ICL. Al poco tiempo, los administradores y obispos de todas las diócesis recibieron otro anónimo, más rabioso que el primero. Por ser anónimo no se le debería prestar atención, empero, por cuanto expresa los puntos de vista del gobierno soviético con respecto a Crónica de la ICL, merece consideración. Lo ofrecemos algo reducido y con pequeños comentarios.

("Crónica" publicó el verdadero texto del alegato del P. Zdebskis):

Al Presidente del Tribunal Supremo de la RSSL

Copias a: Obispo Labukas Presidente del Comité de Seguridad

Exposición

del P. Juozas Zdebskis cura párroco de Slavantai

En 1974, en el proceso de Petronis y otros, mi alegato pronunciado en el tribunal el 11 de noviembre de 1971, fué utilizado como una de las pruebas de que Crónica de la ICL ofrece hechos fabricados, es decir, que en mi juicio habría sido pronunciado un alegato distinto.

El 29 de abril de 1972, a un grupo de sacerdotes y funcionarios gubernamentales les fué demostrada una grabación magnetofónica de mi proceso, como comprobación de que en el tribunal no fué pronunci­ada la alocución que ofrece Crónica de la Iglesia Católica de Lituania, en su No. 1. Además, pública­mente, ante toda esa reunión, fué acusado el P. S. Tamkevicius de haber fabricado mi alegato y, además, de trasmitirlo al exterior.

Ante estos hechos, hete aquí lo que tengo que manifestar: Crónica de la ICL en su No. 1 ofreció verazmente mi alegato, tal como lo había expresado por escrito, en preparación al proceso. Solamente se cometió un error: al citarse el Código del Derecho Canónico, se omitió el número "3". No salieron cánones "1329, 1330", sino "129, 130".

¿Por qué en la grabación magnetofónica no todo concuerda? En la marcha del proceso, mientras yo hablaba, el juez interrumpía mi alegato con pregun­tas, observaciones, finalmente, explicando los motivos psicológicos de mi conducta, interrumpió definitiva­mente mi alegato.

 (Al fugarse A. Jurgutis de Lituania, despidieron y sumariaron a su esposa):

Vilnius. El 16 de mayo de 1974 el docente superior del Conservatorio de Vilnius, Aloyzas Jurgutis, viajando por Europa, traspuso ilegalmente la frontera de Yugoeslavia-Italia. Actualmente habita en los EEUU.

En la segunda mitad de septiembre de 1974 la subrogante del director de la sección agitación y propaganda del CC del PC de Lituania, Lamachina, telefoneó a J. Nekrošius, presidente de "Zinija" (Noticiero) y le exigió que despidiera de su empleo a M. Jurgutiene. El 22 de septiembre Jurgutiene tuvo que dejar su empleo.

Jurgutiene fué interrogada varias veces por la Seguridad. Los de la Seguridad exigían que Jurgu­tiene influyera sobre su marido para que él no participara en la actividad de los emigrados lituanos. Por eso le prometieron dejarla salir al exterior junto con su hija Daina.

La hija de Jurgutis, Daina, también fué interroga­da dos veces.

El proceso de Aloyzas Jurgutis en el Comité de Seguridad lo desarrollan el Teniente Coronel Baltinis y el Mayor Kovaliov. Los de la Seguridad intentan calumniar a Jurgutisante la vista de los intelectuales de Vilnius, presentándolo como una persona amoral.

(A causa de las persecusiones los niños no pueden asistir a la iglesia):

Krakes.

Al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos

Exposición

del P. Juozas Vaicekauskas

domiciliado en la aldea de Pajieslis, raion

Kėdainiai

En el colegio secundario de Krakes del raion de Kėdainiai, son perseguidos y discriminados los niños que asisten a la iglesia de Pajieslis. Los niños creyentes son objeto de toda clase de mofas, ame­drentados; hasta se los amenaza, de que serán separados de la escuela. Hace poco las alumnas: Palmyra Rybelyte, Zita Silkaityte, Albina Minionaite y otras, fueron sancionadas por su asistencia a la iglesia — en la libreta de clasificaciones se anotó, que su conducta era insuficiente. A la alumna Lione Burdaite se le hizo un severo apercibimiento. De cómo están amedrentados los niños creyentes del colegio de Krakiai —lo dice el siguiente hecho. Aunque en Krakiai existe una iglesia, los niños no pueden concurrir a ella por las persecusiones. Ellos caminan ocho kilómetros hasta la iglesia de Pajieslis, para poder confesarse. Los propios niños me cuentan llorando, de como son objeto de mofa y persecusión por sus convicciones religiosas.

La directora del colegio de Krakiai imputó a las niñas, que ellas, concurriendo a la iglesia, ensuciaban el honor del colegio. El año pasado, dos ex alumnos del colegio de Krakiai se dedicaron al saqueo, robaron también en la iglesia de Pajieslis. Ellos ensuciaron realmente el honor del colegio. Es posible compren­der el dolor de las niñas morales y honradas y de sus padres, cuando son comparadas con ladrones y saqueadores.

En los años de postguerra, los órganos guberna­mentales obligaban a los sacerdotes de Lituania a firmar el siguiente documento producido por los comunistas:

"¡Nosotros condenamos y protestamos resuelta­mente!

El papa de Roma Pío XII emitió un decreto, que el 13 de julio de 1949 fué publicado por la llamada "Congregación de la Sacra Cancillería" del Vaticano, sobre la separación de la Iglesia Católica de los católico-comunistas y sus simpatizantes. El decreto prohibe a los católicos afiliarse al Partido Comunista, o cooperar con él, prohibe publicar, difundir y leer libros, periódicos y revistas comunistas, y también, escribir en ellos; a los católicos, incluidos en los actos especificados anteriormente, el decreto ordena no suministrarles la Comunión y demás sacramentos.

La aparición de un decreto similar a los del medioevo, al que condenan muy severamente ampli­as capas de católicos, testimonia sobre la preocupa­ción de la dirección de la Iglesia Católica, emanada de la separación de millones de católicos del curso reaccionario, que con tanta pasión proclama el Vaticano. Ellos reniegan de la política reaccionaria del Vaticano, de la política de apoyo de los agresivos planes imperialistas. Los trabajadores católicos de todo el mundo siempre más y más decididamente elevan su voz por la paz, contra la guerra; con lo cual se explica su asentimiento y colaboración con las organizaciones progresistas, que se alinean por la paz y el bienestar de las naciones, y antes de todo, con los partidos de los trabajadores y los comunistas, que marchan a la vanguardia de la lucha por la paz y la democracia.

El Vaticano espera fortalecer con amenazas y represiones su menguante influencia en la masa creyente.