Ante la proximidad del feliz vigésimo quinto aniversario de la asunción de Tu honorable servicio episcopal, colmados de enorme alegría espiritual, con gran predisposición Te enviamos esta carta.

En verdad que cuando escribimos, Nuestro espíri­tu vuela y se dirige hacia Tí, Honorable Hermano, hacia el lejano país de Lituania, hacia la famosa nación de ese país, que por su fe cristiana Nos resulta muy querida y extraordinariamente reconocida por la Sede Apostólica, de la cual provienes Tú, en la cual hasta el presente has vivido y sigues viviendo actualmente. Nos parece que Nosotros, escribiéndote esta carta, estaríamos Contigo y Te hablásemos y festejáramos la agradabilísima festividad que ya se aproxima.

Que lleguen hasta Tí los más agradables deseos, que surgen de Nuestro corazón, y las mejores expresiones de felicitación. También Te sea expresa­da la consideración que Te has hecho merecedor, que Te enviamos de todo corazón por la integridad de Tu fe, la constancia pastoral, las propiedades espirituales e intelectuales y los destacables méritos, que has ganado cumpliendo las obligaciones del sagrado servicio, preocupándote por la salvación de las almas de la gente. En la preparación de ese sagrado servicio y su consecuente cumplimiento, has dispensado casi toda Tu existencia, siguiendo las luminosas huellas de esos hombres que vivieron en el pasado, que procurando la mayor gloria de Dios y en beneficio de la Iglesia Católica, denodada y consecuentemente laboraron y reconocieron admirablemente a Nuestro Señor Jesu­cristo con palabras y con hechos.

Vilnius. En noviembre de 1980, acusados de proferir gritos antisoviéticos en el transcurso de las demostraciones por las festividades de octubre (aniversario de la revolución comunista rusa. El T.) y agraviado la bandera soviética, fueron detenidos los alumnos del colegio secundario No. 72 de Vilnius: Vladas Noreika y Sinkevičius. Los padres de Noreika trabajan en una fábrica, mientras que los de Sinkevi­čius son profesores de la Universidad Estatal de Vilnius. Los estudiantes fueron dejados en libertad, bajo condena condicional. Algunos parientes mencio­naron que en la Seguridad los detenidos fueron golpeados con cachiporras de goma.

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A principios del mes de febrero de 1981, el jefe seccional de la Seguridad, Baltinas, aconsejó que Irena Skuodiene preservara a sus hijas de la influencia de la gente antisoviética.

El chequista trataba de convencerla que su esposo V. Skuodis había sido condenado legalmente — de acuerdo a las leyes, y solamente en el extranjero se tergiversan concientemente los hechos. Le advirtió al mismo tiempo que, si le fuera dado encontrarse con diplomáticos extranjeros, no "tergiversara" los he­chos sobre el juicio a su esposo.

De las cartas de Petras (Pedro) Paulaitis: . . . Cuando las cartas que se me envían son dejadas pasar por Moscú, Vilnius, Magadan u otros cualesquiera grandes centros de la Unión Soviética, entonces la administración local de todos aquellos pequeños centritos de la periferia de Rusia, como Barashev (Mordovia), Lesnoi y otros lugares de tortura de gente inocente, de ningún modo pueden desprenderse de su concepto lobuno con respecto a las demás personas. Aquí priman los intereses propios, puramente personales, de cada jefe de esa adminis­tración. Todos desean una tarea liviana pero muy lucrativa. Y una de esas tareas es justamente oficiar de removedor en el crisol de los esclavos, para que los desgraciados allí incluidos puedan comunicarse lo menos posible entre sí, para que no puedan escribirse libremente con nadie sin los enredos de los ajenos: la administración, a fin de que no lleguen a enterarse de lo que sucede allí nomás . . . No me llegaron 7 cartas seguidas. ¿A dónde habrán ido? Similar cosa ocurrió con las cartas de Zoriano P. y de Česlovas Stašaitis y de algunos otros. Para todos es evidente que los "denodados defensores" de los derechos humanos retuvieron dichas cartas, para que yo, su esclavo, que he sido aprovechado de todas las maneras por ellos durante 33 años, sojuzgado y perseguido sin la menor culpa, no me pueda enterar de lo que me escriben mis más cercanos y amados connacionales. Son muy dulces en Madrid las palabras de esos "defensores" de los derechos humanos sin la menor conciencia ni honor, pero la verdad es totalmente contraria a dichas palabras, — hasta terrible. . . . Los "liberta­dores" rusos, le quitaron la vida a miles de los mejores Hijos e Hijas de nuestra Patria Lituania, a nuestra bellísima juventud, mientras que a otros, entre ellos a mí, nos quitaron la existencia humana. La pretensión fundamental rusa, especialmente en cuanto a las naciones pequeñas, es la de asimilarlas. Pero es que nosotros poseemos una bellísima historia de nuestra honrosa nación, disfrutamos de una faz propia definida. No nos hacen faltas las importaciones extranjeras, especialmente de los rusos, pues esta siempre está basada en la mentira, la crueldad, el alcoholismo, la prostitución. Mi deseo — prolongación de los deseos de mis Hermanos-Hermanas, es sobre­llevar todos los pesares por nuestra Patria y sus Hijos, para que ellos sepan con quien están tratando y donde eso los conduce . . .

Con toda el alma estaremos junto con todos nuestros Hermanos y Hermanas que nos recuerdan, a lo largo de todas las Festividades Navideñas, y especialmente en la Nochebuena . . .

2 de diciembre de 1980.

Al Comité Central del Partido Comunista de

Lituania

Con copias a:

Editorial "Vaga" (La Huella) de Vilnius, Redacción de "Tiesa" (La Verdad), Redacción de "Komjaunimo Tiesa" (La Verdad de la Juventud Comunista).

Mediante esta carta deseamos llamar la atención del CC del PC hacia una cosa — hecho anormal, doloroso y pernicioso, cual es la perversión que se difunde a través de la prensa soviética. Hiere no solamente el golpe de puño, sino que lo hace aún más la acusación maliciosa, la patraña y la calumnia. Pervertido no es solamente aquel que ataca y golpea al inocente, no solamente aquel que os escupe en el rostro y arroja lodo sobre vuestra ropa, — pervertido es, también, aquel que calumnia a la gente, achacán­dole toda clase de delitos falsos, inventados por él mismo, para ensuciar el nombre honrado de esta gente.

Tal perversión colma el folleto de Bronius Jauniskis "Sin ilusiones", editado hace un año por "Vaga" (La Huella), donde el autor con descarado charlatanismo arroja las más hirientes acusaciones sobre gente absolutamente inocente.

Consejo Sacerdotal de la Diócesis de Teisiai 30 de noviembre de 1980. No. 3

Denuncia al Procurador General de la URSS

Hace una serie de años que contra la Iglesia Católica de Lituania actúan tenebrosos elementos, ejecutando actos terroristas de variado perfil. Nos sorprende enormemente el hecho de que los funcio­narios de los ministerios del Interior y de Justicia de la RSS de Lituania, aún no hayan logrado descubrir a los culpables o directamente no presten la menor atención a las denuncias de los fieles.

Por ejemplo, el 25 de junio de 1970 fué incendiada la iglesia de Batakiai, raion de Taurage, construida en 1509. Hasta el presente los culpables del incendio no han sido descubiertos. Se ha formado la opinión entre los creyentes que nadie se ocupó de buscar a los culpables, mientras que ante la solicitud de los fieles para reconstruir la iglesia, no han respondido los gobiernos de la RSSL ni de la URSS. Se dirigieron al Consejo de Ministros de la RSSL con fecha 28-7-1970, mientras al Consejo de Ministros de la URSS lo hicieron 700 fieles el 17-VIII-1980, sin recibir permiso para reconstruir la iglesia. Entre la gente se expandió el rumor que la quema de las iglesias había sido planeada de antemano, puesto que, justo al cabo de un mes, — el 24-VII-1970, durante el día, fué quemada la iglesia de Gaure del mismo raion, un preciado monumento arquitectónico del año 1773. Tampoco nadie encontró a los culpables. Ante la solicitud, fechada el 14-VIII-1970 para que se permitiera su reconstrucción, el CM de la RSSL tampoco respondió y no permitió la reconstrucción del templo.

Silale. El 21 de enero de 1981 vino a Silale el delegado del SAR, Petras Anilionis. Convocó a los representantes de los comités parroquiales de todas las parroquias del raion, así como a los diputados de este, para explicarles las leyes soviéticas: no se puede impartir en grupo a los niños las verdades de la fe, a los niños menores de 18 años se les prohibe ayudar a Misa, así como hacer adoración, integrar el coro de la iglesia, etc.

Anunció públicamente que le derogaría el sacer­docio al vicario de Silale P. Vytautas Skiparis.

El maestro Uksas, de la escuela de ocho grados de Nevociai, preguntó: "¿Quién puede reprimir al vicario de Silale?" El delegado aconsejó dirigirse a los órganos judiciales.

Al Procurador de la RSSL

El 16 de diciembre de 1980 concurrí al Tribunal Supremo donde se realizaba una sesión pública del juicio a V. Skuodis, G. Iešmantas y P. Pečeliūnas. Al no tener ya cabida en la sala de sesiones, permanecí de pie en el vestíbulo conversando con uno de los testigos (un operador del estudio de televisión) sobre su lugar natal. Entonces se nos acercó un hombre alto vestido de marrón, vociferando airadamente por qué interrogaba yo a la gente, y exigió que me retirara. Respondí que el tribunal era independiente, que todo ciudadano posee el derecho de entrar allí y pregunté quién era él. Sin responderme, el hombre llamó a los milicianos para que me llevaran. Volví a repetir que el tribunal es independiente, y él carecía de todo derecho en vociferarme. El hombre de traje marrón, ordenó severamente al teniente y a tres sargentos que me arrojaran por la puerta. Los milicianos me torcieron los brazos hacia atrás, me golpearon en la espalda y me arrojaron a la calle a través de la puerta tan brutalmente, que me arrancaron la pulsera del reloj. Al exigirles que me compraran una nueva pulsera para el reloj, el teniente primero Stepanovas me amenazó: "Te lo voy a comprar de un modo que no lo querrás más".

Más tarde, regresé al vestíbulo, me senté y me puse a leer el periódico. Se me acercó un hombre presentándose como un empleado del tribunal y comenzó a gritar: "¡Sal de aquí, estás echando a perder el aire, tú le mordiste un dedo al miliciano! Escribe una exposición", — señalando con el dedo se dirigió al sargento de la milicia, y prosiguió gritán­dome: "¡Sal de aquí! ¿Eres o no lituano? Si eres lituano, — vete de aquí". No pudiendo soportar esa vociferación, prometí irme a los quince minutos y lo hice.

Kaunas. En enero de 1981 el ingeniero Vytautas Vaičiūnas, domiciliado en Kaunas, calle Hipodromo No. 46, dep. 35, envió una exposición a P. Griškeviči­us, secretario del CC del PC de Lituania (copias a las redacciones de los periódicos "Naujas rytas" (Nuevo Amanecer) y "Komjaunimo Tiesa" (La Verdad de la Juventud Comunista) del raion de Raseiniai), en la que se pronuncia contra el artículo "Conversación abierta con la juventud", publicado en los menciona­dos periódicos, donde se describe la procesión-marcha de Tytuvėnai a Siluva.

En los primeros párrafos del artículo, su autora E. Skudriene afirma que "los que participaron en este desconcierto, y sobre todo a los organizadores, no les oprimía el corazón la trabajosa recolección de la cosecha en el campo. Actualmente se hallan satisfe­chos". En su exposición el ingeniero Vytautas Vaičiūnas demuestra que los creyentes conforman más de la mitad de la población de Lituania, trabajando en la producción y el agro, por lo cual las acusaciones del artículo se tornan infundadas.

Garliava. El 21 de febrero de 1981, el director del Colegio Secundario No. 1 de Garliava — Nauseda, habiendo hecho comparecer al alumno Vytautas Gluoksnis, se dio a interrogarlo si verdaderamente creía en Dios, si pertenecía al coro de la iglesia, si ejecutaba el órgano. Ante la afirmativa del alumno, el director le significó: "¡Está prohibido! ¡Tú eres un joven comunista!" "Puedo renunciar a la juventud comunista", — no se turbó el alumno del décimo año. El director le indicó que escribiera la nota.

El 26 de febrero V. Gluoksnis fué hecho compare­cer nuevamente. También había sido citada por la escuela la madre del alumno. El director estuvo conminando insistentemente que la madre influyera sobre su hijo, a fin de que este retirara la nota renunciando a la organización de la juventud comu­nista. Los intimidaba, diciendo que al no retirarla sería girada más arriba con lo que no ingresaría en ningún lado. En presencia de la madre motejaba a su hijo de necio, expresando que seguiría insistiendo mientras su hijo siguiera cantando y ejecutando en la iglesia.

Nocía. En enero de 1981 resultó saqueada la iglesia de Nocía, raion de Varanava, Bielorrusia. En el mes de febrero fué objeto de saqueo la iglesia de Rodune: profanado el tabernáculo, violentada la puerta, robadas las alfombras y los cuadros, por un total de 10.000 rublos.

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"Ausra" (La Aurora), No. 23, No. 24.

"Vytis" (El Caballero Armado — Escudo de Lituania), No. -6.

"Blaivybeje — jega" (Fortaleza en la abstinencia), No. 1. La publicación apareció en 1981 — Año de la Abstinencia. "Esta modesta publicación está destina­da para fomentar en la comunidad el fuego del entusiasmo por la abstinencia, para publicar la buena experiencia, para agrupar a los activistas de la abstinencia, para ampliar la actividad del frente de la abstinencia", — se expresa en la presentación. La publicación "Blaivybeje — jega" es el propalador y el heraldo de la abstinencia.

"Crónica de la ICL" saluda a los entusiastas, quienes, socorriendo a la Lituania inmersa en el alcohol, decidieron editar la tan imprescindible publicación "Blaivybeje — jega".

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Petras Pliumpa (cárcel de Chistopol), Petras Paulaitis (Mordovia), Serguei Kovaliov (región de Perm), Viktoras Petkus (región de Perm), Balys Gajauskas (región de Perm), Viadas Lapienis (des­tierro en Teja), Algirdas Statkevicius (hospital psiquiátrico especial de Cherniakovsk), Antanas Terleckas (región de Perm), Julius Sasnauskas (cárcel de la Seguridad de Vilnius), Povilas Pečeliū­nas (región de Perm), Vytautas Skuodis (Mordovia), Anastazas Janulis (Mordovia), Povilas Buzas (región de Perm), Gintautas Iešmantas (región de Perm), Gemma-Jadvyga Stanelyte (región de Sverdlovsk), Genovaite Navickaite y Ona Vitkauskaite (lager de Panevėžys) y otros sobrellevan los grilletes de la esclavitud, para que tú puedas vivir y creer libre­mente.