El 20-IV-1972, los padres y las madres de la parroquia de Adutiškis se dirigieron al gobierno soviético. Más abajo ofrecemos el texto total de la exposición.

Al Secretario General del PCUS, compañero L. Brezhnev

Al Ministro de Educación de la URSS, com­pañera Furceva

Al Presidente del Soviet de Asuntos Religio­sos, compañero Kurojedov

Exposición — Solicitud

de los padres y madres de la Parroquia

Católico Romana de Adutiškis

Raion de Švenčionis, RSS de Lituania

Nosotros y nuestros hijos frecuentemente experi­mentamos dificultades únicamente por el motivo de que somos creyentes.

En 1971, la dirección del colegio secundario de Adutiškis ahuyentó a nuestros niños del altar. Este año promovieron un gran alboroto porque algunos niños, habiendo subido al coro, cantaban junto a los demás. Últimamente promovieron gran alboroto, a causa de que nuestros niños se ponen unas túnicas blancas.

Los interrogatorios de nuestros niños y nuestra "reeducación" nos exige mucha salud a nosotros y a nuestros hijos. Hasta termina trágicamente. La madre Alesandra Stasiūniene, que vive en Adutiškis, fué llamada a la escuela, pues su hijo Julijus concurre a la iglesia. Después de la conversación en la escuela el 7-IV-1972 resultó tan enervada y conmovi­da, que poco después sufrió un ataque y murió el 9-IV-1972. Que mal aspecto presentaba al salir de la escuela, lo puede atestiguar Birute Jukniene, que vive en Adutiškis, quien conversó con ella.

La alumna M. Skrickaite, muy callada, amable, obtuvo un cuatro en conducta. La madre averiguó por culpa de qué le rebajaron la calificación. Recibió por respuesta: "En conducta recibió un cuatro, dado que concurre a la iglesia."

Deseando pedir que se advirtiera a aquellos que enturbian la paz nuestra y de nuestros hijos, interfieren en nuestra conciencia, el 13-IV-1972 nos dirigimos a la sección educación del raion de Švenčionis. Este nos informó que los asuntos religio­sos son ordenados por el subrogante del presidente del Comité Ejecutivo del raion, compañero Sauliunas. El subrogante no quiso hablar con nosotros, a pesar de que habíamos concurrido a verlo en día de recibo y horario de trabajo. El compañero Sauliunas nos dijo que los niños hasta los dieciecho años carecen de derechos para participar en los cultos eclesiásticos. Si es así, entonces ¿por qué los niños participan en toda clase de desfiles, como por ejemplo del Primero de Mayo, las festividades de Octubre? Si los niños no pueden usar vestimentas blancas, entonces ¿por qué se les anudan corbatas rojas? Si al niño no se le puede abrochar una crucecita, que él quiere, entonces ¿por qué se le abrochan estrellas? ¿Por qué se los inscribe en los octubristas, pioneros y jóvenes comunistas y se les enseña a los hijos mentir a sus padres? ¿Porqué a los niños se les prohibe decir en la iglesia: "Jesús, yo te amo", y casi no se les prohibe insultar y denostar?

Nosotros, los padres, somos responsables por la educación de nuestros hijos ante Dios y la comunidad. Mas la vida demostró que la escuela soviética puede enseñar solamente a leer y escribir a los niños, pero es incapaz de educarlos convenientemente como deben vivir. He aquí algunos hechos. Hace un par de años, el alumno de la escuela secundaria deAdutiškis, Kazlauskas, salió de su casa para el colegio, pero no llegó al colegio, sino que se ahorcó. El ex-alumno del colegio secundario de Adutiškis, Jasiulionis, se hizo ratero y golpea a su madre. El ex-alumno Jukna, por asaltar y robar a un soldado, en 1970 fué condenado públicamente. La alumna de las escuela de ocho años, Trečiokaite, de unos 15-16 años de edad, fué a "pasar la noche" con el presidente regional, mucho mayor que ella.

Por consiguiente, las escuelas tendrían que prestar mayor atención a los niños que realizan delitos amorales y criminales, y no sobre los nuestros, que no hacen nada malo.

Les solicitamos amablemente que se den expresas indicaciones a los órganos correspondientes y a la dirección del colegio secundario de Adutiškis, para que no interfieran a nuestros hijos, para que ellos puedan ser miembros de iguales derechos de la escuela y de la iglesia, para que sin temor, puedan concurrir y escuchar las enseñanzas de la Iglesia, que son absolutamente necesarias para el hombre como el pan cotidiano. Nosotros deseamos que nuestros hijos no solamente escuchen las verdades de los ateístas, sino que también conozcan al verdadero Dios y a la Iglesia por El establecida.

Es sabido que A. Stasiūniene murió antes de tiempo, defendiendo sus derechos y los de su hijo. No penséis que nos asustaremos de la muerte y cesare­mos en defender los derechos de nuestros hijos. ¡No!

Nosotros solicitamos la libertad de conciencia para nuestros hijos, fundamentándonos en el art. 124 de la Constitución de la Unión Soviética, que asegura la libertad de conciencia para todos los ciudadanos.

Adutiškis, 20-IV-1972.

Firmaron la presentación dieciocho padres y madres.

(Respuesta a los padres, sobre lo que pueden y lo que no pueden los creyentes):

El 13-VII-1972, fué convocada en la regional una "veintena" de la parroquia de Adutiškis. V. Sauliu-nas, subrogante del presidente del Comité Ejecutivo del raion de Švenčionis, les habló así:

— Amigos, los hemos convocado para explicarles lo que es posible para los creyentes... A ustedes se les permite tener un sacerdote, un organista, un sacristán y una campanera. No es posible tener un cura vicario, puesto que hay escasez de sacerdotes. Todo tiene que ordenarlo el comité parroquial. El sacerdote no puede recolectar óbolos, sino solamente el tesorero . . .

Está prohibido a los niños servir al sacerdote durante la Misa, participar en las procesiones, arrojar flores; no es permitido a los niños decir junto con el sacerdote: "¡Jesús, yo te amo!"; no es permitido a los niños cantar en el coro y que se les enseñen cánticos . . .

Aclárenle al sacerdote lo que le está permitido: oficiar Misas, visitar los enfermos, acompañar los muertos desde la iglesia. Empero al sacerdote no le está permitido acompañar al muerto desde su casa, rezar en las casas de los creyentes. Que el sacerdote ordene a la gente que esta no entone cánticos acompañando al muerto. El sacerdote no puede enseñar a los niños para la Primera Comunión, sino solamente examinarlos . . .

V. Sauliunas preguntó a los hombres de la parro­quia:

¿Quién les dio permiso para colocar una cruz en el atrio? ¿Quién les permitió reparar la pared del atrio? Ustedes no pidieron permiso a nadie.

Yo había concurrido ante usted, — dijo el miembro del comité parroquial, Bicelis, — le solicité ladrillos y cemento, y usted respondió: "Para la iglesia no hay. Nos falta material para las construc­ciones."

Durante toda la conversación la gente de la parroquia se mantuvo muy valientemento. Povilas Burokas hasta sacó de sus bolsillos la Constitución de la Unión Soviética y pretendió leerle a V. Sauliunas sobre la libertad de conciencia, pero el representante del gobierno no se lo permitió.

El presidente de la regional les presentó a la veintena una nota, en la cual se expresaba que en la parroquia los niños servían a Misa, arrojaban flores, cantaban en el coro, etc. No la firmó nadie.