El gobierno soviético toleró silenciosamente du­rante 8 meses la actividad del Comité Católico para la DDC, pero luego que 522 sacerdotes lituanos y 2

Obispos se solidarizaron con el Comité Católico DDC, la paciencia del gobierno se quebrantó. Dos miembros del Comité Católico: el P. Alfonso Svarinskas y el P. SigitasTamkevicius fueron citados por la Procuradu­ría de la RSSL y advertidos que, por sus actividades, podía serles aplicada la responsabilidad penal de acuerdo al art. 68, inc. 1 d del CP. de la RSSL. El P. Alfonso Svarinskas fué advertido por el sustituto del procurador público — A. Novikov, mientras que al P. Sigitas Tamkevicius lo hizo el propio procurador de la República — Kairelis. Ambos sacerdotes se negaron a firmar la advertencia y enviaron a la Procuraduría de la RSSL sus respuestas a las inculpaciones manifesta­das.

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La exposición del P. Alfonso Svarinkas al Procurador de la RSSL Al: Procurador de la RSSL Administrador Apostólico de la arquidiócesis de Kaunas y la diócesis de Vilkaviškis, Obispo Liudvikas Povilonis

Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes

Exposición

del P. Alfonso Svarinkas, Párroco de la Parroquia R. C. de Vidukle

El 2 de agosto del corriente año (domingo), a eso de las 10 hs., la procuraduría del raion de Raseiniai me hizo entrega de una citación para concurrir el 3 de agosto a la procuraduría de la RSS de Lituania en Vilnius, calle Gogolio, of. 55.

A las 16 hs. del siguiente día ya me encontraba en el domicilio indicado. El procurador Bakucionis, de la inspección de los órganos de seguridad, que ya en 1961 me había juzgado en ausencia (en ese entonces me encontraba en un "lager" de Mordovia), me convirtió "en un especialmente peligroso reincidente", hacién­dome endilgar el traje a rayas de los campamentos de trabajo con todas las terribles consecuencias del régimen. Me llevó hasta el primer sustituto del procurador de la RSS de Lituania, A. Novikov. Este último me acusó en dos puntos:

1) en todas mis predicaciones el antisovietismo transita por una roja urdimbre. Y aclaró, que cuando pronuncio la palabra "ateo" entiendo al gobierno soviético,

2) que, juntamente con otros, he fundado y participo en el ilegal, así denominado, Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes, cuyos documentos preparados llegan a la prensa y la radio del extranjero, y atrae un enorme perjuicio sobre el prestigio de la URSS.

Me puede ser formulado un proceso penal de acuerdo al art. 68 del CP de la RSS de Lituania. La acusación fué formulada en una advertencia soviética "oficial".

No firmé esa acusación carente de fundamentos.

 

(Antojadizas inculpaciones de los agentes ateístas):

Tras una profunda reflexión, tengo el honor de manifestar (estimo que ello será beneficioso para la cuestión y la historia), lo siguiente:

1) La desgracia de los creyentes de Lituania y la mía, como sacerdote católico, es que todos los funcionarios soviéticos, con los cuales me toca enfrentar por una u otra cuestión, en primer lugar son representantes del ateísmo, y sólo después lo son del gobierno soviético. El sacerdote no puede triunfar contra el arbitrio de los funcionarios o los ateístas. Resulta muy fácil arreglárselas con el creyente, especialmente con el sacerdote, endilgándole la etiqueta antisoviética. En esta oportunidad, fueron víctimas el párroco deKybartai P. Sigitas Tamkevici-us y yo. Apenas transcurridas las veinticuatro horas, también fué informada la comunidad: en "Tiesa" (La Verdad) del 5 de agosto, "Valstiečiu laikraštis" (Periódico de los campesinos) del 6 de agosto, "Naujas

Rytas" (Nuevo Amanecer) del raion de Raseiniai el 8 de agosto. Pero estas comunicaciones tuvieron dife­rente efecto en Lituania y en el exterior.

2) La prensa soviética y los propagandistas acen­túan frecuentemente el decreto de Lenín del 23.01.1918, por el cual el Estado es separado de la Iglesia, y también cita el art. 52 de la Constitución de la RSSL sobre la libertad de conciencia. Desgraciada­mente, en la práctica sucede diametralmente distinto:

a) A la Iglesia no se le reconoce el derecho de la personería jurídica. Se han quitado iglesias construi­das por los propios fieles hace más de 600 años. Se les han aplicado enormes impuestos.

b) Se prohibe a los católicos toda palabra impresa ó algún programa radial. Durante toda esta época soviética, no se ha editado ni un solo catecismo. El tiraje de los libros de oraciones fué sumamente limitado, absolutamente insuficiente y solamente para fines propagandísticos. El libro ceremonial fué editado adrede en papel de diario y ya se ha deteriorado.

c) El único Seminario Eclesiástico de Kaunas (antes de la guerra existían 4) está limitado, p. ej. en el presente año egresaron 6 nuevos sacerdotes, mientras ya fallecieron 14. Los candidatos y los docentes son seleccionados por ateos a través del delegado del Soviet de Asuntos Religiosos. Sin conocimiento del delegado un Obispo no puede concurrir a una parroquia para celebrar la Santa Misa. Y ni qué hablar sobre el suministro del sacramento de la Confirmación. Los ateos le indican al Obispo donde debe ser suministrado y cuantas veces al año. Y así a los creyentes les toca viajar hasta cientos de kilómetros, p. ej. de Zagare a Kaunas.

La situación de los creyentes y los católicos se torna diriamente más agobiante en Lituania. Y se desearía algo de libertad religiosa, por lo menos lo que es "exportado" al exterior.

d)       Los delegados del Soviet de Asuntos Religiosos durante largos años paralizaron por completo la acción de los Obispos y los Administradores. De hecho son ellos los que administran la Iglesia aunque de vez en cuando se proclame con fines de propaganda que el gobierno soviético no se entromete en absoluto en los asuntos internos de la Iglesia, ni en su esfera dogmática y canónica. Hace más de un año que el Obispo no puede designar un vicario en Vidukle. Una gran parroquia sufre las consecuencias del arbitrio ateísta. Pero ello son solamente los métodos comunes de la "guerra" ideológica ateísta. Los dirigentes de los raion, contagiados por "el ánimo" de los "de arriba", indican a los curas párrocos a quien deben invitar para oficiar la Santa Misa en las fiestas parroquiales, pronunciar las alocuciones (en Siluva y otras partes).

(Propaganda grosera y mendaz):

e)A través de la radio y la prensa (especialmente la regional), se promueve una propaganda grosera, primitiva y mendaz contra la fe y la Iglesia. Los creyentes han sido convertidos en ciudadanos de segunda clase. Por cuyo motivo no los defienden ni los Tribunales, mientras que las puertas de las redacciones de los órganos de prensa están cerradas para sus cartas.

f) Dos Obispos: Julijonas Steponavičius y Vincen­tas Sladkevičius, hace 20 años que se encuentran desterrados sin previo juicio, ignorándose por orden de quien y por cuanto tiempo. Acaso no es tiempo ya que la Procuraduría de la RSSL se interesara en esta dolorosa cuestión, que realmente no hace el menor honor al gobierno soviético, a fin de acabar con el camino del Gólgota de estos Obispos mártires, e informar a la comunidad sobre la reivindicación del delito.

g)Los estudiantes católicos son inscriptos por la fuerza en las asociaciones ateas, se les disminuye la calificación en conducta por su asistencia a la iglesia. A este respecto, tampoco Vidukle es una excepción.

h) Ya se intenta convocar en las salas de los colegios secundarios reuniones de creyentes y crear comités parroquiales de ateos (en Kirdeikiai, Daugai-liai, del raion de Utena).

i) Se procura liquidar la Iglesia mediante las "Disposiciones para la unificación de las religiones", que han sido formuladas por los ateístas, por ellos promulgadas y sirviendo para sus finalidades.

Los ateos destruyen las iglesias quemándolas (Batakiai, Gaure, Siauliai, Leipalingis, Sangruda), sino se arrebata y escarnece aquello que, para los creyentes, es más preciado que la existencia misma: el Santísimo Sacramento (Upyna, Dotnuva, Zemaiciu Kalvarija, Seda, y otros lugares). Finalmente, la última depredación de la iglesia de Alsedziai la noche del 22 al 23 demostró la real faz del ateísmo. Los creyentes ya no califican a esas acciones de los ateos como actos de bandolerismo, sino que los denominan directamente de satanismo.

El verano pasado fueron enjuiciados algunos jóvenes en Druskininkai por el asalto de 4 iglesias. Desgraciadamente, la Procuraduría y la prensa no informaron de ello a la comunidad. Mientras tanto, sobre el presunto "delito" de dos sacerdotes, hasta fueron varios los periódicos que informaron. El gobierno soviético, con su silencio y su incertidum-bre, incita a la delincuencia.

Por consiguiente, ¿acaso los creyentes de Lituania pueden amar a los ateos y respetar el gobierno soviético? En el futuro, en el diccionario del idioma lituano, la palabra "ateo" figurará como insulto. ¿Acaso ello no será por culpa de los ateos?

A mí, en calidad de sacerdote, me toca bastante frecuentemente enfrentarme con los funcionarios gubernamentales. Ellos son así, como lo son sus superiores del raion. El raion de Raseiniai es, para los creyentes, uno de los peores de Lituania. Intentaré fundamentar esta mi aseveración con uno que otro hecho de la actualidad.

Ya antes de mi venida a Vidukle (17-VIII-1976), el entonces sustituto del presidente del Comité Ejecu­tivo, Z. Butkus, me desprestigiaba ante los sacerdotes del raion.

Para Z. Grimaila, secretario del Comité del raion, el cura párroco de Vidukle se convirtió en ideo fixe. Y frecuentemente, en las diversas reuniones, el primer secretario le dedica a él muchísima más atención que a los asuntos administrativos.

El presidente del Comité Ejecutivo, A. Skeiveris, en 1978 organizó el ataque a la iglesia de Vidukle, cuando el párroco estaba examinando a los niños de Primera Comunión. Por lo tanto no resulta sorpren­dente que el presidente regional A. Zigmantas pueda acusar al párroco y ser testigo en ese mismo juicio (año 1977).

Más de una vez los dirigentes de la granja amenazaron a los padres con su despido del trabajo, exigiendo que ellos mismos sacaron a sus hijos del altar y las procesiones.

Mis exposiciones por escrito, los dirigentes del raion no las responden por escrito, tal como lo estipulan las leyes soviéticas. Ya en octubre de 1977 el substituto Z. Butkus me expresó: "Nosotros jamás damos respuestas por escrito a las comunidades religiosas (!) y a vos jamás os daremos permiso para entrar en el cementerio". Los ateos pueden ir a honrar a los muertos, ya sea el día de Difuntos o la festividad de la Victoria, pero a los creyentes se les prohibe. Los creyentes pueden honrar a sus muertos solo bajo la dirección de los ateos. Por la procesión estrictamente religiosa del Día de Difuntos, los años 1976 y 1978 fui condenado a multa pecuniaria de 50 rublos. De manera similar fué condenado el párroco de la parroquia de Kybartai P. Sigitas Tamkevicius y el párroco de Palomene P. Joñas Zubrus.

(Arteros y rebuscados métodos de interferencia y coacción):

El 1.XI.1977, E. Zaikauskas, director del criadero soviético de aves de Vidukle, trató de interrumpir una procesión enviando a la calle los camiones de carga y de abono, para formar la impresión de que los propios creyentes habían interrumpido la marcha.

Además, el mismo puso en funcionamiento los altoparlantes a fin de que la gente no pudiera escuchar la alocución del sacerdote. Empero, la Procuraduría de Raseiniai, permanecía en silencio.

El año pasado, l.XI, los maestros Vaicekauskas y Mockus correteaban por los alrededores del despacho parroquial molestando a las niñas que se cambiaran de traje para la marcha. Durante la marcha, el maestro Mockus (que es secretario del Partido del Colegio secundario de Vidukle) correteaba entre las filas de la gente munido de un aparato fotográfico con el cual fotografiaba de cerca al sacerdote y diversos participantes de la marcha. Los sentimientos de los creyentes indignados podían haberse manifestado de manera reprobable. Nuevamente los funcionarios del orden público no advirtieron esto, dado que ambos maestros actuaban de acuerdo a indicaciones de "arriba".

El 4 de agosto del cte. año, la sustituía del Comité Ejecutivo de Raseiniai, O. Stoniene, citó al presidente del comité parroquial, I. Paulauskas, e instó que los activos de la iglesia se pusieran de acuerdo para no obedecer al párroco y no concurrieran al cementerio durante el Día de Difuntos.

Antes de la festividad patronal de Siluva, algunos viduklianos eran citados por la regional, con otros lo hacía el jefe partidario del Comité Directivo del Desecamiento y exigía que la gente, con sus máquinas ligeras, no transportaran gente, especialmente niños, a Siluva.

Al igual que en años anteriores, también el presente año, los viduklianos viajaron por la tarde del 12 de agosto a Siluva para orar, confesarse y recibir la Santa Comunión. De tal manera pretendían honrar a la Virgen María y santificar su alma con nuevas gracias divinas. Frente a las puertas de la iglesia de Siluva estaban amontonados una serie de "civiles" que molestaban a la gente, especialmente a los niños, su paso a la iglesia. Arrebatando una mujer por los brazos, la arrastraron fuera del atrio. Recién cuando comenzó a gritar: "Socorro, me atacan los ladrones", la soltaron y se apartaron. La gente reconoció a estos "activistas" del ateísmo: Kvietkiene del comité del raion y el maestroMockus, el delegado partidario del criadero soviético de aves de Vidukle, Maciulaitis, la secretaria de la juventud comunista, Bružiene y otros. Decid, ¿acaso ellos no infringen las obligaciones internacionales de la URSS? Estos activistas, y no el Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes, son los que ofrecen gran cantidad de material para la prensa extranjera. Ellos son los únicos que arruinan el prestigio de la Unión Soviética ante la vista mundial.

Durante los festejos patronales de Siluva, diversos "civiles" deambulaban por los hogares de las mujeres piadosas y realizaban allanamientos.

El 12.IX. 1979, en el momento más trascendente de los festejos patronales, A. Skeiveris, presidente del Comité Ejecutivo del raion de Raseiniai, citó en Raseiniai al cura párroco de Siluva P. Vaclovas Grauslis y, ante la presencia de O. Stoniene, por la fuerza obtuvo la firma del párroco, prohibiendo que los sacerdotes — miembros del Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes oficiaran el 15 de agosto en Siluva la Santa Misa (la Misa Mayor). Ha llegado el momento para que la Procura­duría de la RSS de Lituania reconvenga a los ateístas de Raseiniai y los convenza, que Siluva es manejada por el Obispo y el párroco, mientras que los dirigentes del raion mejor su ocupen de las abandonadas casas natales de Maironis y Stanevičius, o por lo menos de las abandonadas calles de los poblados. Los sacerdotes — miembros del Comité Católico DDC oficiaron la Santa Misa, por lo que el ánimo del párroco quedó arruinado durante todos los festejos.

Por consiguiente, el caso de Siluva es un evidente testimonio de "la plena libertad religiosa" que poseen los católicos de Litunia.

El jefe de la subsección de Seguridad de Raseiniai, Gardauskas, inmediatamente de terminados los festejos patronales citó para interrogarlos al cura párroco de Siluva P. Vaclovas Grauslis (18.IX, lo retuvo durante 3 horas), al cura párroco de Raseiniai P. Vytautas Griganavicius (19.IX), al vicario de Raseiniai P. Antanas Urbonavicius (21.IX) y al cura párroco de Lioliai P. Joñas Racaitis (24.IX). Entre otras cosas, también interrogó sobre la predicación del P. Joñas Kauneckas el 15.IX en Siluva.

A pesar del chantage de los incrédulos y ateos, y la falta de medios para concurrir a las fiestas religiosas, el renacimiento religioso en Lituania es un hecho por demás evidente para todos: a unos los alegra, a otros los enfurece. Pero es un hecho para tenerlo en cuenta.

La totalidad de Lituania comienza su preparación para dos grandes jubileos: los 500 años de la muerte de San Casimiro (1984) y los 600 años de la instaura­ción del Cristianismo (1987). Y todos tenemos una única finalidad: ¡renovarlo todo en Cristo! Renovar la faz de la Nación, tan dolorosamente mutilada por el ateísmo a lo largo de varios decenios de postguerra.

Mientras existan hechos de discriminación de creyentes en la Unión Soviética (los que desgraciada­mente no disminuyen), seguirá siendo necesario el Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes. La supresión judicial de uno o de varios miembros del Comité, no habrá de paralizar su actividad. El Comité Católico proseguirá informando al gobierno soviético y a la dirección suprema de la Iglesia acerca de las mortificantes violaciones de los derechos de los creyentes, tanto en Lituania como en las demás repúblicas soviéticas.

Estamos profundamente convencidos que, con la bendición de Dios y el apoyo del Papa Juan Pablo II y la opinión de los hombres de buena voluntad del mundo, habremos de alcanzar la plena libertad religiosa.

— El Señor es nuestro refugio y fortaleza (S. 45,2). Vidukle, 1 de octubre de 1979.

P. Alfonso Svarinskas Cura párroco de Vidukle Miembro del Comité Católico DDC

CARTA ABIERTA DEL P. SIGITAS TAMKEVICIUS A LA PROCURADURÍA DE LA RSSL

CARTA ABIERTA AL PROCURADOR DE LA RSSL

(El P. S. Tamkevicius defiende dignamente la actividad del Comité Católico DDC):

El 29 de agosto de 1979 Vos me habíais citado en la Procuraduría de la RSSL, donde me ordenasteis firmar una advertencia sobre presuntos delitos que yo habría cometido, por los cuales podría ser condenado de acuerdo al art. 68 del CP. de la RSSL. En la nota de advertencia se había inscripto las siguientes infracciones: propagación de evidente­mente falaces patrañas en mis predicaciones, calum­niosas de la realidad soviética, de haber colaborado activamente en la formación del Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes y en la preparación de sus documentos que llegaron hasta Occidente, y de azuzar a los creyentes para que no respetaran las leyes soviéticas.

El sustituto del procurador para asuntos sumari­ales ante los órganos de Seguridad, Bakucionis, explicó cuales eran mis acciones que la Procuraduría consideraba delictuosas. Yo habría manifestado en mis predicaciones que el gobierno soviético no luchaba seriamente contra el alcoholismo, que en las escuelas eran perseguidos los alumnos creyentes, que por la mayoría de los males actuales era culpable la educación ateísta de la gente. Aunque en las predica­ciones me refiero a los ateístas, en la mente tengo presente el gobierno soviético.

El Comité Católico para la Defensa de los Dere­chos de los Creyentes no está registrado y, por lo tanto, es ilegal. Por este motivo, las instituciones soviéticas no dan respuesta a los manifiestos del Comité.

    La instigación de los creyentes para que no respetaran las leyes soviéticas se produjo a través de dos de mis juicios: el de Vilkaviškis y el de Varena.

No firmé la advertencia de la Procuraduría, por cuanto en esencia no admití las inculpaciones que se me habían formulado, y prometí enviarle una res­puesta.

Considero absurda la acusación de haber propaga­do falaces patrañas que calumniaban el Estado soviético y el orden comunitario. Que vuestros diligentes informantes demuestren aunque más no fuera un solo hecho de mis predicaciones que fueran calumnia, y no una realidad de la existencia actual. En mis predicaciones yo no calumniaba, sino que criticaba a funcionarios soviéticos por la discrimina­ción de los creyentes, y este derecho me lo confiere la Constitución de la RSSL, en la cual se dice entre otras cosas: "Se prohibe la persecusión por criticar. Los individuos que persigan por criticar, serán cuestiona­dos judicialmente", (art. 47).

En la escuela soviética, los alumnos creyentes continuamente se enfrentan con la discriminación. Y no son solamente hechos aislados, como Vos, Procura­dor, afirmasteis, sino una expresión general en la totalidad de Lituania. En Kybartai también hay suficiente cantidad de hechos de discriminación de los alumnos creyentes, comenzando por el grosero registro público de los alumnos creyentes, la reducción del puntaje en conducta por la asistencia a la iglesia y finalizando por los interrogatorios de los varoncitos que ayudan en Misa. No era a mí que tenían que advertirme por haber promovido públicamente los hechos de la discriminación de los alumnos, sino a aquellos, quienes, haciéndose culpables no solamente contra el humanis­mo, sino también contra las leyes soviéticas, persi guieron a los estudiantes. Cuando los órganos guberna­mentales soviéticos comiencen a interesarse más en los hechos de la discriminación de los estudiantes creyentes y a condenar a los verdaderos delincuentes, entonces nosotros, los sacerdotes, no tendremos que hablar sobre ello.

¿Acaso no es verdad que los funcionarios del gobierno ateísta no luchan seriamente contra el alcoholismo? De bebidas espirituosas y vino barato están abarrotados los almacenes de las ciudades y las aldeas, crece el comercio alcohólico, la nación está inmersa en el alcoholismo, ¿y qué es lo que se hace para detener esta calamidad? Se impide la actuación autónoma de las asociaciones de templanza, los planes de la producción de alcohol no se retraen (ni se dan a conocer públicamente por medio de la prensa), sino que se amplían. Las comisiones de lucha contra el alcoholismo, legalizadas, se ocupan de la templanza de la gente, solamente en aquello de que, embriaga­dos, no se hagan pasibles de infracciones, no se contagien con enfermedades venéreas, no sean internados en casas de templanza, no provoquen ausencias de trabajo y cosas similares. Hace mucho tiempo que a los dirigentes de la RSS de Lituania les debía preocupar ¿por qué la persona soviética anualmente gasta de 170 a 180 rublos en bebida?

El procurador Bakucionis me recriminó por que yo, todos los males de actualidad, los achacaba al gobierno soviético.

Es muy lamentable que a la iglesia de Kybartai sean enviados informantes escasamente instruidos, que no distinguen los conceptos: "ateísta" y "gobierno soviético". Yo no me expreso contra el gobierno soviético en mis predicaciones, empero como sacer­dote no solamente tengo el derecho, sino también la obligación de luchar contra el descreimiento, lo cual, según mi profunda convicción, en los años de postguerra creó entre la gente un vacío espiritual, destruyó las bases morales y por lo mismo se abrieron las barreras para la mayoría de los delitos, acerca de los cuales la Lituania de preguerra y profundamente creyente ni en sueños lo soñaba.

La segunda falta que se imputa es la de la formación del presuntamente ilegal Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes y la preparación de los documentos que han llegado a Occidente y calumnian la verdad soviética.

Así es, yo asumo, junto con otros cuatro sacer­dotes, la responsabilidad por la creación del Comité Católico DDC y la formulación de sus documentos. Hacerlo nos indujo no el Congreso de los EEUU de NA, como Vos, procurador habéis afirmado, sino la incesantemente perseguida Iglesia Católica de Litua-nia. Intentad Vos mismo aunque más no sea en el pensamiento ser creyente por un minuto y experi­mentar "la libertad de fe" en Lituania soviética. Dos Obispos — Julijonas Steponavičius y Vincentas Sladkevičius, sin culpa alguna y sin previo juicio, hace veinte años que sufren las penurias del destierro. Los Obispos, sin previo conocimiento y consentimiento del delegado del Soviet para Asuntos Religiosos, no pueden designar sacerdotes en las parroquias. Ningún joven, sin el conocimiento y el consentimiento de la Seguridad, puede ingresar en el Seminario eclesiástico. En el corriente año a más o menos una decena se le impidió estudiar en el Seminario Eclesiástico. Se vigila y estorba la activi­dad de los sacerdotes en las parroquias. Los creyentes no pueden trabajar en las escuelas, en funciones de mando, etc. No solamente yo, sino también la totalidad de los creyentes de Lituania, quisieran conocer que es lo que la Procuraduría ha hecho para que no existiera esta persecusión de los creyentes y que realmente el Estado esté separado de la Iglesia. Indicad, si podéis, aunque más no sea un ejemplo en que el gobierno soviético haya condenado a algún ateo de Lituania que activamente discriminara a los creyentes. La discriminación de los creyentes en Lituania es una herida, que no está siendo curada, sino que se pretende ocultar. Solo por eso Vos no podéis tolerar el Comité Católico DDC, que defiende los derechos de los creyentes y de la Iglesia. En el programa de este Comité jamás hubo finalidad de luchar contra o debilitar el gobierno soviético, por lo cual no correspondería implicar a sus miembros culpas inexistentes. Vos llamáis ilegal al Comité Católico DDC porque no estaría registrado. A Vos, Procurador, os consta que nosotros no actuamos clandestinamente, sino abiertamente. El13 de no­viembre de 1978, al fundar el Comité Católico, nos dirigimos al Gobierno soviético, y si hasta el presente no lo ha registrado a nuestro Comité, no es por culpa nuestra.

Mi tercera inculpación: instigar a que la gente no cumpla con las leyes soviéticas. Se me incrimina que los creyentes hayan participado numerosamente en mis juicios de Vilkaviškisy Varena. Pero ¿qué tengo que ver si la gente respeta al sacerdote y está interesada en su destino? ¿Acaso es delito la concu­rrencia de un ciudadano soviético a una abierta sesión de un tribunal? Si aquí también fuera posible inculpar a alguien, sería solamente a los ateos de Lituania, quienes en el transcurso de 35 años no lograron separar al sacerdote de los creyentes.

Vos, Procurador, me amenazasteis con el art. 68, inc. 1 d del CP de la RSSL: por delitos similares puedo ser condenado a la supresión de la libertad hasta siete años. ¿Acaso tanto desconfía la propaganda ateísta, al temer que uno que otro sacerdote pueda destruir lo que han levantado los descreídos a lo largo de 35 años? ¿Acaso el Gobierno de la RSS de Lituania cree que con el garrote es posible vencer y detener el renacimiento religioso nacional?

En la Procuraduría se me hizo recordar que solamente los Obispos deben ocuparse de los asuntos de la Iglesia. Quiero repetir lo que dije de palabra: no olvidéis que la Iglesia Católica de Lituania no es la Iglesia Ortodoxa Rusa, donde el gobierno ateísta, por intermedio de Obispos obedientes, puede destruir la Iglesia y terrorizar a sacerdotes y fieles. En Lituania esto jamás sucederá, puesto que el Santo Padre no habita en Moscú sino en el Vaticano, y porque en los asuntos de la Iglesia deben ocuparse no solamente los Obispos, sino, además, los sacerdotes y los laicos.

Kybartai, 6.IX.1979.

Miembro del Comité Católico DDC P. Sigitas Tamkevicius N. B. Envío copias de esta carta a los Ordinarios de Lituania y a la redacción de "Tiesa" (La Verdad — periódico comunista gubernamental).

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Esta advertencia de la Procuraduría de la RSSL, Crónica la considera un común chantage del gobierno soviético, pretendiendo amedrentar no solamente a los miembros del Comité Católico DDC, sino a todos los demás sacerdotes lituanos para que no adhieran a las actividades de este Comité. Empero no es imposible que los sacerdotes advertidos puedan ser detenidos y enjuiciados. Ello dependerá de una u otra resolución del Kremlin.

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En muchas parroquias de Lituania, los fieles recolectan firmas en notas de protesta por la persecusión del P. Svarinskas y el P. Tamkevicius.