Al procurador general de la URSS Exposición

de la ciudadana Ramanauskaite Angele, hija de Miguel,

dom. en la RSS de Lituania, raion de Kaunas, Raudondvaris, calle Pakalnes, 29.

(Ataque de investigadores moralmente depravados):

El 17 de julio del presente año concurrí de visita ante los lituanos domiciliados en Bielorrusia, raion Astravas, aldea de Giriai.

El 20 de julio, mientras estaba de visita en el hogar de los Lukša y me encontraba jugando con los niños juegos lituanos, enseñándoles canciones lituanas y leyéndoles cuentos, así como dialogando con ellos cordialmente, entre otras cosas también de religión, llegaron a la casa los maestros de las escuelas de Giriai y Rimdziunai, así como diputados alcoholiza­dos, y también el procurador del raion de Astravas, Abramovich, un par de sumariantes y personal policial.

Los sumariantes y diputados irrumpieron en la habitación y me exigieron los documentos, que no llevaba conmigo. Luego comenzaron a moralizar airada einsolentemente: "Para qué vienes aquí y para que te traes esos libros lituanos, para que recoges el folklore, que no te sirve ni a tí ni a la ciencia. El idioma lituano está en vías de desaparecer en estos islotes y le es inútil a sus habitantes, pero si deseas jugar con los niños o leerles libros lituanos, concurre a la escuela y, tras de obtener el permiso del director, podrás ocuparte con los niños". Posterior­mente siguió un extenso interrogatorio de los niños con amenazas y formulación de preguntas indignas de mencionar. El procurador Abramovich, insultando airadamente a los lituanos, denominándolos nazis degenerados, golpeando con los puños sobre la mesa, exigía que los estudiantes no concurrieran allí y que recolectaran su folklore en Lituania y no en Bielorru-sia, dado que bajo el velo del folklore se estaría difundiendo el nacionalismo burqués y las superstici­ones religiosas. Por la tarde, luego de formular un acta, me trasladaron al cuartel de la milicia de Astravas para verificar mi personalidad y mi domi­cilio.

El 24 de julio, luego de haberme citado, el procurador Abramovich me inició un juicio penal, acusándome de enseñanza organizada de religión a los niños y difusión de literatura religiosa, aunque se me había encontrado de a un solo ejemplar de literatura religiosa. Durante el interrogatorio exigió persistentemente que dijera quien me había enviado allí, y cuales estudiantes estuvieron juntamente conmigo en las aldeas lituanas. Tras el interrogatorio me anunció que esa misma tarde sería enviada a la sección especial de admisión-distribución de Lyda, donde en el curso de un mes sería aclarada mi personalidad así como mi domicilo. Indicó que estaba detenida por vagancia.

De todos modos a Lyda me llevaron recién el 26 de julio. En Astravas fui alojada en una frígida y maloliente celda, junto a mujeres alcohólicas. A las observaciones por el desorden y la mala alimentación, el jefe de la milicia hizo caso omiso.

En Lyda me mantuvieron durante cuatro días con sus noches sola en una celda donde resultaba imposible el acostarse. No me dieron ropa de cama, ni había camas, siendo el piso frío y húmedo. Posterior­mente me trasladaron a otra celda en compañía de mujeres vagabundas y criminales. Allí habían lechos de madera, pero sin ropa de cama.

Desde el primer día de encarcelamiento, promovía intenso pavor la atmósfera de la denominada "casa de educación". Los utensilios estaban sucios y grasientos. Hubo ocasiones en que los guardianes no permitían se los lavase con agua caliente. A veces hubo que esperar más de veinticuatro horas el jabón y la toalla, pues dichas cosas las entregaba solamente el jefe. No existían ninguna medida de desinfección, aunque entre las detenidas se encontraban algunas enfermas de venéreas. Durante las veinticuatro horas resona­ban los más soeces insultos y denostaciones de los milicianos-guardianes. Resultaba asaz dificultoso distraerlos de la mesa de naipes y conseguir agua, medicinas o que abrieran el ventanillo, resultaba repugnante oir las conversaciones de los guardianes con las mujeres alojadas en la celda.

Se realizaban irrupciones en mi celda. Ignoro la orden de quien cumplían entonces los guardianes, especialmente J. Patorskij, quien procuraba quebran­tarme moralmente. Al exigirme que me entregara a su abrazo, me retorcía las manos, y para que no gritara — me tapaba la boca. Decíame poder violen­tarme sin que nadie se enterara. Las denuncias sobre la brutal y amoral conducta de J. Patorskij resbala­ban por los oídos de sus superiores sin interferir absolutamente para que prosiguiera gozándose en subsiguientes atormentaciones. Hasta el 5 de septiem­bre, cuando, al desmejorar mi salud, fué llamado un médico, Patorskij se atrevió, retorciéndome las manos, a arrebatarme fuera de la celda so pretexto de ordenar la oficina de guardia. A raíz de la tensión moral sufrí un ataque cardíaco, empero, apenas repuesta, Patorskij prosiguió con sus ataques sádicos.

El 17 de septiembre vino de Astravas el sumari­ante Bobrov. Puso en mi conocimiento el material preparado para el juicio y recabó firmara que mediante citación concurriría  al juicio. Al día siguiente, 18 de septiembre, se me permitió salir.

Cuando me liberaron no me entregaron la menor certificación que había permanecido detenida, por lo cual actualmente mis empleadores me amenazan con el despido por abandono del trabajo.

¿Bajo qué leyes el procurador de Astravas me quitó las llaves de mi domicilio y no me las devuelve hasta el presente? ¿Por qué me alejaron del trabajo y me mantuvieron arrestada durante 25 días, aunque mi identificación, lugar de trabajo y domicilio fueron aclarados en un par de días? ¿Por qué se permite destruir física y moralmente, calumniar y violentar a gente absolutamente inocente? ¿Por qué son justifica­dos y borrados los errores de los agentes de la seguridad soviética y de la milicia? ¿Por qué se quebrantan las leyes soviéticas y se menoscaban los más elementales derechos del hombre, por qué se pisotea el honor del hombre hasta con los pies del propio procurador y otros altos funcionarios?

El presente año es el soleado, pacífico y seguro Año del Niño, y hete aquí que no solamente los sumariantes, no solamente los diputados de la gente de trabajo, sino hasta los pedagogos osaron, con la violencia y al amedrentamiento, amenazar los inalie­nables derechos del niño!

¿Con que finalidad y bajo la orden de quien se prohibe visitar a los lituanos de Bielorrusia a los estudiantes, científicos y recolectores de folklore? ¿Por qué se exige que los libros lituanos sean enviados a los lituanos del exterior, y no se permite llevarlos a los lituanos de Bielorrusia? ¿Por qué en territorios totalmente habitados por lituanos se obstaculiza la enseñanza del idioma lituano, por qué la enseñanza del lituano, en calidad de idioma extranjero, se implanta solamente desde el tercer grado? Si los lituanos son ciudadanos de iguales derechos a los rusos, entonces se les deben abrir no solamente las clases de lituano, donde todas las materias son expuestas en idioma lituano, sino que, en las poblaciones habitadas por los lituanos, tales como Giriai ir Rimdžiunai, también escuelas lituanas. 22 de agosto de 1979.

A. Ramanauskaite (La exposición está abreviada — La Red.)

EL JUICIO DE ASTRAVAS

(Los ateístas le cargan una cruz):

El 18 de seeptiembre de 1979 se reunió una extraordinaria cantidad de gente en la sala del tribunal de Astravas. La mayoría de ella provenía de Vilnius, Kaunas y otras localidades de Lituania y apenas había ocho enviados por el Partido y la Seguridad. El salón del tribunal es una habitación totalmente pequeña: tres bancos para el público, en los que se sentaron unas 30 personas. Otro tanto, o más aún, se apretujaba tras los bancos, en los laterales de "la sala del tribunal" y el frente. Al entrar los funcionarios en la sala exigieron que la totalidad de los parados abandonara la sala, empero nadie quiso salir: se había viajado 100 o más kilómetros no para permanecer puertas afuera, mientras se procedía al juicio de una persona muy próxima y querida por todos. Alguien sugirió que abandonaran la sala los representantes del Partido o de la Juventud Comunista, por cuando la enjuiciada les era completamente desconocida, empero ellos, cual solidificados a los bancos, ni se movieron. Un joven funcionario, todo sudoroso, explicaba que si la sala fuera más amplia, les permitiría permanecer a todos, pero ahora el tribunal se había establecido provisoria­mente en el "lenkomnata" (sala de Lenín) y él nada podía hacer. Alguno que otro salió, pero los demás permanecieron. El cuidador del orden del tribunal tras gritar un poco se calmó.

Entra en la sala del tribunal un hombre de mediana edad con una cigarrillo entre los labios y comienza a colocar ciertos papeles sobre la mesa. Después se conoce que es el secretario del tribunal. Se traen a la sala del tribunal un grupo de escolares, que serán los testigos. Los niños están acompañados por Luksa, maestro de la escuela de ocho gradosde Giriai.

Antes de la iniciación del juicio, el abogado de Astravas, Savich llama a Angele Ramanauskaite y trata de convencerla que lo acepte como abogado defensor. Las negociaciones resultan infructuosas. Entonces el abogado le propone que Ramanauskaiteformule un escrito denegando sus servicios. Y así se hizo.

En una habitación del tribunal se encontraba oculto de las personas un chequista proveniente de Kaunas, quien durante el lapso de instrucción del sumario, transpiraba durante todo el día educando profilácticamente a Ramanauskaite de estar inducida al error por los "cuervos" (es decir, los sacerdotes odiados por los funcionarios gubernamentales), o sea que los verdaderos culpables eran ellos: "los cuervos".

A eso de las 11 horas se inicia el juicio. Se ubican en sus lugares el procurador de Astravas Abramo-vich, el juez Chalko, los consejeros: Zeniuk (una mujer) y Volkov y el abogado Savich, a cuyos servicios renunciara Ramanauskaite.

El juez anuncia el comienzo del juicio y que estaría en consideración el proceso de Angele Rama­nauskaite, en infracción al Art. 139, inc. 1 d. del CP de la RSS de Bielorrusia. Como intérprete se había invitado a Boleslovas Ivaškevičius (?) de Kaunas, que cursara estudios superiores, es lituano y conoce perfectamente los idiomas ruso y lituano. El juez le solicita que comience a traducir.

—       Será escuchado el proceso del inculpado . . ., — comienza el intérprete y se traba continuamente. Sale a relucir que no conoce bien ni el idioma lituano, ni el ruso.

El juez verifica la presencia de todos los testigos:

—   ¿Luksa Tatiana?

—   Presente.

—   ¿Avgul Valentina?

—   Ausente.

—   ¿Ravoit María?

—   Presente.

—   ¿Kutko Irina?

—   Presente.

—   ¿Shturo Roman?

—   Presente.

—   ¿Urbanovich Rima?

—   Presente.

—   ¿Urbanovich Leonid?

—   Presente.

—   ¿Petrik Víctor?

—   Presente.

—   ¿Shturo Lilia?

—   Presente.

—   ¿Kasevich Víctor?

—   Presente.

—   ¿Syso Daría Ivanovna?

—   Presente.

—   ¿Bogachiov Nikolai Ivanovich?

—   Presente.

—   ¿Krupica Mijail Ivanovich?

—   Presente.

El juez pide que los testigos pasen del salón a una habitación especial, de la que serán llamados. Luego de la salida del los testigos, el juez inicia el interroga­torio de la acusada:

—   ¿Apellido, nombre?

—   Angele Ramanauskaite, hija de Miguel.

—   ¿Cuando nació?

—   El 11 de febrero de 1956.

—   ¿Donde nació?

—   Raion Lazdyja, departamento Kapčiamiestis.

—   ¿Nacionalidad?

—   Lituana.

—   ¿Afiliada partidaria?

—   No afiliada.

—   ¿Casada?

—   No.

—   ¿Donde trabajas?

—   Laboratorista en el instituto de perfecciona­miento de los especialistas del agro popular.

—   ¿Domicilio?

—   Calle Pakalnes, No. 29, Raudondvaris, Kaunas.

—   ¿Habéis recibido el resumen del sumario del proceso penal?

—   Sí, el viernes pasado.

—   ¿El día 14?

—   Sí.

El resumen sumarial os fué enviado el 6 de septiembre, — se sorprende el juez, porque Rama­nauskaite ha recibido con tanta tardanza la copia del sumario de acusación. El intérprete traduce bestial­mente, dificultosamente, provocando incesantes risot­adas entre el público.

El procurador Urbanovich solicita que se pos­tergue el juicio, puesto que Ramanauskaiteha recibido con mucho atraso la copia del sumario de acusación. La acusada solicita que se le explique más ampliamente porque se posterga el juicio. El juez explica que el resumen sumarial debe ser entregado al acusado por lo menos 72 horas antes del juicio, y ahora se ha hecho entrega con atraso.

—       Ya han transcurrido 72 horas de la recepción del resumen inculpatorio, — manifestó Angele, — por lo que solicito que el juicio se realice hoy mismo.

El juez se interrumpe brevemente, calcula, realmente ya han pasado las setenta y dos horas y se aviene a proseguir el juicio.

Se anuncia la composición del tribunal:

—       Presidente el juez del pueblo Chalko, los consejeros del pueblo son Zeniuk y Volkov, el fiscal acusador: el procurador del raion de Astravas, Abromovich, los intereses de la acusada son defendi­dos por el abogado Savich.

El intérprete traduce:

—       El proceso penal . . . será escuchado . . . hmmm . . . Ostroved . . . ¿Cómo sería en lituano? ahaah ... el tribunal popular de Astravas . . . Presi­dente . . . Chalko, . . . consejeros populares, Zeniuk y Volkov . . . mantiene el procurador del raion de

Astravas, Abramovich ... y soporta el proceso el abogado Savich . . .

—       Renuncio a los servicios del abogado . . ., — manifiesta Ramanauskaite.

El juez la interrumpe y le aclara que posterior­mente podrá manifestar su opinión sobre el abogado.

—   Inculpada Ramanauskaite, ¿confías en los miembros del tribunal, el secretario y el procurador para que analicen vuestro proceso penal?

—   ¿Confiáis en el procurador? . . ., — traduce sudoroso el intérprete.

—   Permito su análisis, — responde Ramanauska­ite.

Interrogado el abogado sobre su confianza en estos miembros del tribunal para analizar el proceso en juicio, masculla:

—       Confío.

El juez explica los derechos de la inculpada, mientras el intérprete traduce:

—   Posees el derecho . . . protestar . . ., posees el derecho ... la última palabra . . . hm . . . hm . . .

—   ¿Ha comprendido su derechos? — inquiere el juez.

—       No lo he comprendido.

El juez explica pacientemente de nuevo, que la inculpada posee el derecho de ofrecer pruebas, explicaciones, manifestar solicitudes, participar en los debates del tribunal, dirigirse al tribunal con la última palabra. El intérprete traduce un poco mejor.

—   ¿Ha comprendido? — pregunta el juez.

—   He comprendido.

Angele Ramanauskaite renuncia al abogado. El procurador se pone de pie y explica: que el abogado posee el derecho de participar, puesto que el juicio tiene lugar por intermedio de un intérprete y en el tribunal participa el procurador.

—   Exijo que el abogado se retire, — dice la enjuiciada, pero el juez impide la retirada del abogado Savich.

—   Que se quede, — transige la inculpada, — pero no me hace falta su alegato.

El procurador demanda que en el proceso del juicio participe el acusador fiscal Klimciene. El abogado alega que tal fiscal resulta innecesario dado que el procurador está cabalmente capacitado para sostener la acusación, empero el tribunal apoya la propuesta del procurador. Junto al procurador toma asiento el maestro de la escuela de ocho grados de Giriai, Klimciene (varón).

El juez lee el acta acusatoria:

— Conclusión acusatoria, acusando a Angele Ramanauskaite, hija de Miguel, de acuerdo al Art. 139, inc. 1 d del CP de la RSS de Bielorrusia, la procuraduría del raion de Astravas, el 30 de julio de 1979 promovió un proceso penal por la enseñanza religiosa de menores de edad, infringiendo las disposiciones establecidas por las leyes.

Durante el sumario indagatorio se determinó: Angele Ramanauskaite, hija de Miguel, llegada de la RSS de Lituania a la aldea de Giriai del raion de Astravas, los días 18, 19 y 20 de julio de 1979 en la casa del ciudadano Luksa organizó a los menores de edad, alumnos de los grados inferiores de la escuela de ocho grados de Giriai, y les enseñó religión, utilizando literatura religiosa.

La incoada como acusada en este proceso, Angele Ramanauskaite, al ser interrogada no se reconoció culpable y alegó que el 17 de julio de 1979 había llegado a la aldea de Giriai proveniente de Kaunas. La finalidad de su venida era la recolección de folklore lituano. Parte de la literatura religiosa que tenía consigo pertenecía a su padre, y la restante habíale sido obsequiada por un sacerdote en su niñez. Ella llevaba los libros de contenido religioso para uso personal. La acusada se conoció en la aldea de Giriai con los niños, los congregó, dialogó con ellos sobre estudios, sobre el conocimiento del idioma lituano, les enseñaba juegos. Sobre religiones no les había enseñado. Los días 18 y 19 de julio de 1979 estuvo en la casa de Luksa, pero no había enseñado religión a los niños. Empero el material contenido en el sumario incriminatorio demuestra plenamente la culpabilidad de Angele Ramanauskaite.

La testigo T. V. Luksa testimonió que a la aldea de Giriai del raion de Astravas había concurrido varias veces una jóven, que decía ser estudiante, vivir en Kaunas y se denominaba Angele. El 17 de julio se apersonó a su casa Angele diciendo que reuniría a las chicas y los muchachos, y en el hogar de la testigo les enseñaría religión. A principios de 1979, habiendo llegado por segunda vez, Angele le entregó a la testigo un librito de índole religiosa. Angele estuvo enseñan­do religión a menores de edad los días 18, 19 y 20 de julio del cte. año. Les hablaba sobre Dios, les enseñaba oraciones. .

La testigo M. R. Ravoit testimonió que el 17 de julio de 1979, en la aldea de Giriai del raion de Astravas, ella conjuntamente con sus amigas se encontró con una jóven, de nombre Angele. Con esta jóven había trabado conocimiento ya en el invierno de 1979, cuando Angele llegara a la aldea de Giriai. Angele le dijo a la testigo que el 18 de julio de 1979 a las 15 horas concurriera a la casa de Luksa donde Angele les enseñaría religión. Cuando la testigo llegó a la hora indicada a la casa de Luksa, ya se encontraban allí escolares de Giriai. Angele les habló sobre Dios, les enseñó oraciones. Estas tareas se realizaron los días 18, 19 y 20 de julio de 1979.

La testigo Kutko I. E. testimonió que el 17 de julio de 1979, ella, conjuntamente con sus amigas, se encontró con una jóven desconocida. Ella les dijo que era estudiante y las invitó concurrir a las 15 horas a la casa de Luksa. También les pidió que se hicieran acompañar por sus amigas. La hora indicada se encontraban en la casa de Luksa gran cantidad de escolares de la escuela de Giriai, así como habitantes de Giriai. La jóven les habló sobre Dios, enseñó oraciones, las invitó a concurrir los siguientes días.

Además, la culpabilidad de Angele Ramanauska­ite, estipulada en la acusación, es demostrada por los testigos V. V. Avgul, Shturo R. B., Urbanovich V. B., Urbanovich L. B., Petrik V. P., Shturo L. B., Kasevich

V. G., en sus declaraciones y el acta del 20 de julio de 1979.

De acuerdo al acta de allanamiento e incautación, en lo de Angele Ramanauskaite se requisó literatura de contenido religioso.

De acuerdo al acta del 13 de agosto de 1979, la literatura requisada a Angele Ramanauskaite estaba destinada a la enseñanza de las verdades de la religión a los menores de edad.

En base al material expuesto, Angele Ramanaus­kaite, hija de Miguel, nacida el 11 de febrero de 1956 en Lituania, Kapčiamiestis, raion de Lazdija, litua­na, de instrucción secundaria, soltera, sin juicios anteriores, empleada como laboratorista en el institu­to popular de perfeccionamiento de los especialistas agrarios de Kaunas, domiciliada en calle Pakalnes No. 29, Raudondvaris, Kaunas, está acusada de que, llegada de la RSS de Lituania a la aldea de Giriai del raion de Astravas, organizó y, los días 18, 19 y 20 de julio de 1979, en la casa de Luksa enseñó religión a menores de edad, utilizando para ello literatura religiosa, es decir, con acciones cometió un delito según el Art. 139, inc. 1 d, del CP. de la RSS de Bielorrusia.

Al dar término a la lectura de la conclusión incriminatoria, y que a costa de grandes penurias el intérprete tradujo de alguna manera, el juez pregun­tó a Ramanauskaite:

—   ¿Os resulta clara la acusación?

—   No.

 

—   Usted está acusada de haber concurrido a Giriai, organizado y los días 18, 19 y 20 de julio de 1979 haber enseñado religión a los escolares menores de edad de la escuela de ocho grados de Giriai. ¿Enten­diste la acusación?

—   ¡No! Me parece que hablar sobre Dios, la religión, enseñar a rezar a los niños, no es un delito, — explicaba la procesada.

 

—   ¿Os reconocéis culpable?

—   No.

El procurador propone el siguiente orden del proceso del juicio: Primeramente interrogar a la encausada Ramanauskaite, luego a los testigos: Sizo, Krupica y demás, por último interpelar a Bogachiov. La propuesta del procurador halló el acuerdo de todos: el fiscal público del tribunal, el abogado y la enjuiciada. El juez anunció que el Tribunal había decidido escuchar primeramente a Ramanauskaite, luego a los testigos, y finalmente publicar el material documental.

El juez se dirige a Angele Ramanauskaite, ofre­ciendo que haga su relación sobre el delito cometido.

—   Todo está anotado en mis declaraciones durante los interrogatorios, ahora me niego a participar del juicio, — manifestó la procesada.

—   ¿Te niegas a formular declaraciones?

—   Me niego.

El juez anuncia un receso de 5 minutes.

Bullicio en la sala. Alguien le reprocha al intér­prete: "¿Qué clase de lituano eres, si no sabes hablar lituano?" Este aseveraba que realmente era lituano. De mano en mano circulan masitas traídas por alguien. Todos se sirven y las ofrecen a las "invita­das" enviadas por el Partido. Estas sacuden sus cabezas, asegurando que no apetecen. "No temáis, no están envenenadas! ¡Servios!", — les ofrecen a otras, algunas aceptan y comen. Durante el receso, a través de una ventana abierta ingresó a la sala un jóven de largas piernas, pues a una gran cantidad de jóvenes, llegados de Kaunas, se les impidió el ingreso a la sala. Inmediatamente uno de los jóvenes comunistas que se encontraba sentado entre el público de la sala, llamó al custodia del tribunal quien manifestó furiosamente que eso no iría a terminar bien. Empero, se presentó enviado un mayor de la milicia recabando que todos mantuvieran el orden, y con ello se finiquitó el "incidente". Por lo visto, el chequista instalado en la habitación del Tribunal, enfrió bastante a los demasiado celosos funcionarios bielor­rusos, advirtiéndoles que no valía la pena provocar a la multitud.

Declaraciones de los testigos

La primera que se hace comparecer es la presiden­ta de la región de Giriai Sizo Daría Ivanovna. El juez espeta la estereotipada advertencia, que la testigo manifieste la verdad y le ordena firmar una adver­tencia sobre la responsabilidad por negarse o eludir hacer declaraciones y por la falsedad de ellas.

El testimonio de Sizo:

—   El 20 de julio un hombre desconocido telefoneó al consejo regional y me notificó que en la aldea de Giriai, la casa de Luksa, se realizaba una reunión infantil. Entonces yo telefoneé al presidente del koljose "Rasviet", pero él no se encontraba. Llamaron al sustituto del presidente, a quien pregunté si no habían previsto alguna reunión con los niños. El sustituto me replicó la inexistencia de tales ocupaci­ones. Entonces le dije que me esperaran, que los buscaría. Luego telefoneé al director de la escuela de ocho grados de Giriai. Le reconvine a causa de que los niños no estaban ocupados durante el verano y le ordené me esperara. Tomé conmigo al sustituto del presidente del koljose, al director, al maestro y llegamos a la casa de Luksa. Hallamos un grupo de niños, a quienes interrogamos y formulamos un acta, que firmaron los diputados del Soviet Popular de Giriai que yo había llevado.

—   ¿Cuantos niños se encontraban? — preguntó el juez.

—   Había cinco.

—   ¿Qué clase de literatura encontrasteis?

—   Sobre la mesa había distribuida literatura en idioma ruso: cuentos, poeías.

—   ¿Qué otra clase de libros había?

—   No vi de otra clase.

—   ¿Qué explicaron los niños?

—   Explicaron que esa jóven les enseñaba religión. Un niño dijo haber aprendido 2 o 3 oraciones. Explicaron los niños que hacía tres días que estaban instruyéndose.

Intervino el abogado:

—   ¿Habéis visto literatura religiosa?

—   No, — respondió la testigo. El testimonio de Krupica M. J.:

 

—   Me encontraba en la oficina del koljose. Telefo­neó la presidenta de la regional preguntando si no teníamos algunas ocupaciones con los niños. La presidente Sizo manifestó que se había entablado alguna clase de ocupación con los niños. A eso de las 14 hs. tomamos al director y nos dirigimos a la casa de Luksa. Allí nos dimos a interrogar a los niños. Al principio callaban, pero luego manifestaron que la jóven les enseñaba religión. Los niños dijeron conocer 1 o 2 oraciones. Quedó formulado un acta. Llegó la milicia: durante el allanamiento ofició de testigo.

—   ¿Había en el cuarto libros religiosos? — pregun­tó el juez.

—   Había un libro pequeño. Después en el allanamiento encontraron muchos más.

—          Testimonio de Luksa Tatiana:(nacida en 1969, domiciliada en la aldea de Giriai).

—   ¿Donde os encontrasteis con esta jóven? — señalando a Ramanauskaite pregunta el juez.

—   En nuestra casa —, — se escucha la temerosa respuesta de la menuda niña.

 

—   ¿Qué os contaba ella?

—   Nos contaba sobre Dios, nos enseñaba oraciones.

—   ¿Durante cuantos días?

—   Tres.

—   ¿Cuantos niños había?

—   Alrededor de diez.

—   ¿Cómo se hacía denominar la jóven?

—   Angele.

—   ¿Os entregó libritos?

—       Nosotros poseíamos un libro de oraciones. Ya no lo tengo (Se lo quitaron durante el allanamiento — Obs. de la Red.).

— ¿Anteriormente, donde habías obtenido ese

libro?

—       Esta jóven nos lo había entregado anterior­mente.

Testimonio de Ravoit María:

(nació en 1969, estudiante del 4 grado de la escuela de ocho grados de Giriai).

—   ¿Conoces a esta jóven?, — pregunta el juez.

—   Sí.

—   ¿Cuando la conociste?

—   Durante el verano.

—   ¿A quien visitaba esta jóven?

—   A Kutko.

—   ¿Qué os enseñaba?

—   Nos enseñaba sobre Dios, oraciones.

—   ¿Durante cuantos días os enseñó?

—   Yo estuve un sólo día.

—   ¿Cuantos de ustedes había?

—   Seis.

—   ¿Cuando os ordenó reuniros?

—   Angele nos ordenó que nos reuniéramos a las 15 hs.

—   ¿Os dijo para qué os ibais a reunir?

—   Lo dijo, enseñaría sobre Dios.

—   ¿Habíais visto anteriormente a Angele?

—   Sí.

Testimonio de Kutko Irina:

(nacida en 1968, estudia en la escuela de ocho grados de Giriai) El juez:

—   ¿Conoces a esta jóven?

—   Sí. Nos conocimos el año pasado.

—   ¿Este año estuvo ella en la aldea de Giriai?

—   Estuvo.

—   ¿Quién te invitó a la casa de Luksa?

—   Ella.

—   ¿Cuántos niños había?

—   Once.

—   ¿Qué hicisteis?

—   Nos hablaba sobre Dios.

—   ¿No os narraba cuentos?

—   No narraba cuentos.

—   ¿Entonaba canciones?

— No cantábamos. (Por lo visto los niños estaban amedrentados y mentían, puesto que durante los tres días no solamente se les hablaba de Dios, sino que también a los niños se les enseñaban poesías, canciones, cuentos, así como juegos. — La Red.).

—   ¿Os dio libritos sobre Dios?

—   Nos dio.

—   ¿Cuántos días asististe?

—   Uno. Después papá no lo permitió.

Sale la interrogada. Un miliciano hace entrar a un varoncito.

Testimonio de Shturo Román:

(nacido en 1965, estudiante del 8-0 grado de la escuela de Giriai)

El juez: — ¿Concurriste solo a lo de Luksa?

—   Fui con mi hermana.

—   ¿A qué fueron?

—   Krasevicius me había hablado sobre la llegada de cierta estudiante. Fui a verla. Hablaba sobre Dios. Mostró cuadros sobre Dios.

—   ¿Enseñaba oraciones?

—   El primer día no las enseñó.

—   ¿Os entregó libritos?

—   Nos entregó. Tenían oraciones.

—   Bien, ahora puedes salir a pasear, — despide el juez a Román. Un miliciano hace entrar a Rima Urbanovich.

El testimonio de Urbanovich Rima: (nacido en 1967, alumno de 6-o grado de la escuela escuela de Giriai) El juez:

—   ¿Cuando te conociste con esta joven?

—   Me lo dijeron mis amigos. Me contaron que enseñaría canciones.

—   ¿Os enseñó canciones?

—   No nos enseñó canciones. Angele nos contó sobre Dios.

—   ¿Cuantos días estuviste aprendiendo?

—   Yo asistí solamente el primer día.

—   ¿Os mostró libritos?

—   No nos mostró libritos.

El testimonio de Urbanovich Valentina:

(nacida en 1966, alumna de 7-o grado de la escuela de Giriai) El juez:

—   ¿Dónde te conociste con Angele?

—   La encontré en lo de Luksa.

—   ¿A qué fuiste allí?

—   Iban todas las niñas.

—   ¿Para qué?

—   Todas comentaban, que enseñarían versos.

—   ¿Cuantas veces concurriste?

—   Estuve solamente el primer día.

—   ¿Aprendisteis versos o canciones?

—       Versos no leyeron, canciones no cantamos. Nos hablaba acerca de Dios, nos enseñaba oraciones.

—   ¿Os pedía oraciones?

—   Nos pedía.

Testimonio de Urbanovich Leonid: (nacido en 1967, alumno del 6- grado de la escuela de Giriai) El juez:

—   ¿Cuantas veces concurriste a aprender?

—   Yo estuve solamente el primer día.

—   ¿Donde os instruíais?

—   En lo de Luksa.

—   ¿Quien te invitó?

—       Nos dijeron que alguien había llegado, y fuimos. Concurrimos para aprender oraciones.

—   ¿Esta es la joven que os enseñaba?

—   Sí.

—   ¿Os entregó libritos?

—   A mi no me dio. Pero a otros chicos sí.

—   ¿Cuantas veces os reunisteis?

—   Tres o cuatro veces.

—       Ahora puedes quedar en libertad, — despide el juez al muchacho.

El testimonio de Petrik Víctor: (nacido en 1968, alumno del 5-o grado de la escuela de Giriai) El juez:

—       Víctor, ¿cuando te conociste con la jóven sentada en el banquillo?

—   En lo de Luksa. No recuerdo qué día.

—   ¿Qué hacíais allí?

—   Aprendíamos oraciones.

—   ¿Quién os enseñaba?

—   Angele.

—   ¿Qué os mostraba?

—   Láminas.

—   ¿De qué clase?

—   Dios estaba representado.

—   ¿Cuanto tiempo estuviste aprendiendo?

—   Un día.

—   ¿No jugaron?

—   Jugamos un poco.

—   Está bien, ahora puedes salir a corretear. Testimonio de Shturo Lilia:

(nacida en 1967, alumna del 6-0 grado de la escuela de Giriai) El juez:

—   ¿Conoces a esta jóven?

—   Las niñas dijeron su nombre.

—   ¿Para qué fuiste a lo de Luksa?

—   Pensaba que leeríamos versos, cuentos.

—   ¿Os enseñó oraciones?

—   Nos enseñó.

—   ¿Cuantas veces estuviste?

—   Dos veces.

—       Ahora puedes ir a descansar, — permite el juez la salida de la declarante.

Testimonio de Kasevich Víctor: (nacido en 1969, alumno del 4-o grado de la escuela de Giriai) El juez:

—   ¿Qué os contó esta joven?

—   Nos contó acerca de Dios, oraciones.

—   ¿Quién más estuvo contigo?

—   Estaba Shturo Román, Shturo Lilia . . .

—   ¿Os enseñaron láminas?

—   No.

—   ¿No os enseñaron fotografías?

—   No.

Se hace comparecer de testigo al director de la escuela de ocho grados de Giriai, Bogachiov.

Testimonio de Bogachiov: (nacido en 1927, domici­liado en Giriai)

— La presidente de la región me telefoneó a casa preguntándome de qué se ocupaban los niños durante el verano. Le contesté que había un plan en la escuela. Actualmente los niños se ocupan de la corteza de las ramas de los árboles. Entonces la presidenta me ordenó la esperara, pues había que concurrir a lo de Luksa. Al llegar encontramos a los niños en una habitación entre los cuales se encontra­ba esta ciudadana (señalando a Angele). Ella enseña­ba religión.

El juez:

—   ¿Cómo sabéis que enseñaba religión?

—   Los niños lo contaron. Poseían libros de oraci­ones.

—   ¿Habéis escuchado que esta jóven haya estado anteriormente en Giriai?

—   No.

El juez anuncia un receso de 5 minutos. *    *    *

 

(El acusador sopla burbujas de jabón):

Luego del intervalo el juez da a conocer el material de proceso en poder del Tribunal: 1. Característica (certificado) del empleador: "Desde el año 1974 Angele Ramanauskaite trabajó de laborato-rista. Cumplió sus funciones concientemente, ordena­damente, reconcentrada, no participó de las ocupaci­ones de la juventud comunista ni en tareas sociales" . . .

2.       Respuesta del decano de la Facultad VVU:

En los registros de la Universidad, el nombre de Angele Ramanauskaite no figura tanto en la Facultad diurna como en la vespertina.

3.       El acta fué formulada con la participación del
sumariante Bobrov, los testigos Doner, Step y el
maestro de idioma lituano Avgul A. B. Al inspeccion-
ar los libros requisados de Ramanauskaite, Avgul explicó que uno de los libros se denomina "Padre Nuestro". Se trata de un manual para II grado. Es un librito de índole religiosa para principiantes. Otro libro es el Catecismo Católico, apto para la enseñanza religiosa de niños y adultos. En hojas separadas figuran cuestionarios para la enseñanza religiosa primaria.

La exposición del procurador Abramovich

En el Tribunal se está considerando el proceso, por el delito cometido al infringirse la ley de "Separación de la Iglesia de la Nación y la Escuela de la Iglesia". Yo deseo detenerme ante aquello, cuanto este proceso posee de importancia social-política. El gobierno soviético es sumamente cuidadoso en esta cuestión cuando afecta la religión. El artículo 50proclama que a los ciudadanos se les garantiza la libertad de conciencia, es decir, el derecho de profesar cualquier religión o no profesar ninguna, el de practicar los cultos religiosos o conducir la propaganda ateísta. Está prohibido promover la intranquilidad y el odio en relación a las creencias religiosas. A los creyentes nadie les entorpece el cumplimiento de los ritos religiosos. El gobierno soviético únicamente controla que sean cumplidas las leyes. Ante la ley todos son iguales; los creyentes son tan responsables como los no creyentes. El Estado no puede excluir a los creyentes del cumplimiento de la ley.

Angele Ramanauskaite ha infringido grosera­mente la ley de "Separación de la Iglesia del Estado y la Escuela de la Iglesia", puesto que había organizado y enseñado sistemáticamente religión a niños me­nores de edad. Las disposiciones religiosas unificadas permiten la enseñanza de la religión únicamente en las escuelas religiosas. Por disposición del PSC de la RSS de Bielorrusia del 1 de julio de 1966 "Sobre la aplicación del artículo del CP de la RSS de Bielorru­sia" ha quedado aclarado que, por infracción de la ley sobre la separación de la Iglesia del Estado y la

Escuela de la Iglesia, que implica la responsabilidad penal de acuerdo al artículo 139 del CP, se entiende la organización y la sistemática organización de la dedicación a la enseñanza religiosa de los menores de edad, quebrantando las reglas dispuestas por la ley. La enseñanza religiosa es dable comprenderla bajo cualquier forma, p. ej. la organización de círculos especiales, de grupos, las ocupaciones de enseñanza religiosa.

El 17 de julio de 1979, Angele Ramanauskaite llegóse de Kaunas a la aldea de Giriai y los días 18 al 20 de julio invitó a los niños a lo de Luksa donde les enseñó religión. Trajo consigo 14 publicaciones religiosas: "Padre Nuestro" (104 pág.), "Catecismo Católico" (252pág.), boletos, tesis religiosas. Tenía de a dos ejemplares de algunas publicaciones. Durante el interrogatorio judicial Ramanauskaite no se recono­ció culpable, empero su culpa está plenamente demostrada en base al testimonio de los testigos (nombra a los testigos y sus testimonios. La Red.), la literatura requisada y los cuestionarios preparados para examinar el conocimiento adquirido. Por consi­guiente, Ramanauskaite tenía la finalidad de enseñar religión a los niños y sus actos son calificados según el art. 139, inc. 1 d del CP.

Para finalizar queda por expresar al Tribunal mi propia opinión: Ramanauskaite es instruida, conoce las leyes sobre los cultos religiosos, nunca ha sido enjuiciada, su característica laboral es buena. Debéis reconocerla culpable, por lo cual solicito que el Tribunal la condene a una multa de 50 rublos. De este modo no solamente será condenadaRamanauskaite, sino que servirá de escarmiento para aquellos que intenten desviarse de la ley. (El discurso del procura­dor está relatado en esencia, sin desviaciones del texto original. — Observ. de la Red.).

El intérprete traducía, entrecortándose continua­mente: "Este juicio será un ejemplo . . . hm ... no solamente para Ramanauskaite . . . mmmm . . . (al­guien de la sala le apuntó: "sino también para las generaciones venideras" — Obs. de la Red.) . . . sino también para las generaciones venideras". El público bullía de risa. Frecuentemente resplandecía una sonrisa en labios del procurador. El juez vuelta a vuelta lanzaba miradas a la sala, tratando de calmar con su gesto severo el creciente murmureo. Luego del procurador, se concede la palabra al fiscal público, el maestro Klimciene.

— La acusada, aprovechándose que los maestros de Giriai se encontraban de vacaciones, enseñaba religión en lo de Luksa. Toda la comunidad de la región fué conmovida por ese comportamiento de Ramanauskaite. Cuando toda la gente soviética, dirigida por el Partido, crea el luminoso porvenir del comunismo, Ramanauskaite pretendió arrastrar los espíritus infantiles al oscurantismo. La religión paraliza el desarrollo espiritual del niño. El colectivo de pedagogos de la escuela de ocho grados de Giriai, dirigido por el meritorio maestro de la RSS de Bielorrusia, Bogachiov, hizo mucho aporte a la educación de los niños según los principios de la moral comunista, mientras que Ramanauskaite quiso des­truir todo esto. Ella pretendió injertar en la concien­cia infantil la cosmovisión idealista. Hablando en nombre de la comunidad, solicito que el tribunal le aplique a Ramanauskaite la pena a que se ha hecho merecedora. (El discurso del acusador público está referido en esencia sin desviaciones del texto original. — Obs. de la Red.).

Discurso del abogado Savich

— El delito de Angele Ramanauskaite ha sido evaluado por el procurador y el fiscal público, por lo cual hablaré brevemente.

Ramanauskaite ha dicho que está convencida que la enseñanza de Dios a los niños no es delito.

Los niños contaron que la acusada les aleccionaba en religión, aprendían oraciones, miraban láminas religiosas. Ello es una infracción al art. 139, inc. 1 d de CP de la RSSB. Empero Ramanauskaite carece de penalidades administrativas, no ha sido enjuiciada, está caracterizada positivamente por sus empleadores al cumplir debidamente sus funciones. La caracterís­tica negativa es la de ser reconcentrada, que no participó en la actividad social, no hacia caso a los requerimientos del secretariado de la juventud comunista. Este proceso, por cuanto Ramanauskaite es jóven, le habrá servir de escarmiento. Por consiguiente solicito la aplicación de la pena mínima de acuerdo al art. 139 del CP de la RSSB.

El juez hace desalojar de la sala a una concur­rente, que, a raíz de la cómica traducción del intérprete no pudo evitar la risotada.

Al término del discurso del abogado, Ramanauska­ite solicita que el tribunal permita hacer uso de la palabra a su defensor público, empero el juez le manifiesta que ahora los pedidos de la acusada no son aceptados; lo que deseaba podía haberlo expresado a comienzos del juicio.

El último alegato de Ramanauskaite

— A través de todas las acusaciones y el desarrollo del juicio, todavía no me resulta claro de qué estoy acusada. No me siento culpable. Los culpables son aquellos, que han promovido este juicio. De nada tengo que arrepentirme. Yo creo que hablar sobre Dios a los niños no es un delito y jamás consideraré ello como un delito. Tanto en Lituania, como en Bielorrusia se debe permitir la cetequización de los niños. La declaración universal de los derechos humanos y los decretos de Lenín permiten la enseñanza de la religión tanto a los adultos como a los niños. No solamente yo, sino también otros habrán de enseñar religión no solamente en Lituania, sino también en Bielorrusia, y los niños sabrán que la religión no es un cuento de abuelas, sino el funda­mento de toda la vida humana.

El Tribunal se retira para hacer el dictamen. El intervalo dura más de una hora. Alguien opina que Ramanauskaite, después de las palabras de su último alegato, será condenada severamente, mientras que ella sonríe y, pareciera, no teme a la más severa condena estipulada en el art. 139: un año de lager (campamento de trabajo forzado. El T.).

El dictamen

En nombre de la RSS de Bielorrusia, el 18 de septiembre de 1979, el Tribunal popular del raion de Astravas, con la presidencia del juez del pueblo Chalko I. P., la participación de los consejeros: Zeniuk G. I. y Volkov V. K., el fiscal federal procurador Abromovichius A. I., el acusador fiscal Klimciene, y la defensa del abogado Savich N. I., luego de considerar en reunión abierta del Tribunal el proceso de Angele Ramanauskaite, por el delito cometido en infracción al art. 139, inc. 1 d del CP de la RSSB, dictaminó:

La acusada Ramanauskaite ha quebrantado la ley de "Separación de la Iglesia del Estado y la Escuela de la Iglesia". El delito se cometió de este modo: Ramanauskaite llegó de Kaunas a la aldea de Giriai del raion de Astravas y los días 18, 19 y 20 de julio de 1979impartió enseñanza religiosa a los niños de los grados inferiores de la escuela de ocho grados de Giriai, en la casa de Luksa, utilizando literatura religiosa.

En el transcurso del proceso Ramanauskaite se negó a ofrecer pruebas por la acusación que se le formulaba y no se reconoció culpable.

Empero la culpa de Ramanauskaite está demostra­da plenamente por las declaraciones de los testigos y el material del sumario incriminatorio.

Interrogada la testigo Sizo demostró que el 20 de julio de 1979 le comunicaron que en el hogar del cuidadano Luksa de Giriai, alguien estaba desarrol­lando una reunión con los alumnos de la escuela de Giriai. Juntamente con el director de la escuela, Bogachiov y el sustituto del presidente del koljose, Krupica, ella viajó a la aldea de Giriai. En la casa de la ciudadana Luksa estaban 6 alumnos de la escuela de ocho años de Giriai y la procesada Ramanauskaite.

Al interrogar a los niños se manifestó que durante tres días Ramanauskaie les había enseñado religión, oraciones, les mostró fotografías de índole religiosa. Análogamente testimoniaron Bogachiov y Krupica. A través de los testigos T. Lukša, M. Ravoit, J. Kutko, R. Shturo, R. Urbanovich y otros se comprobó que los días 18, 19 y 20 de julio de 1979, en la casa de Luksa, Ramanauskaite había impartido enseñanza religiosa a los niños, enseñado oraciones, mostrado fotografías de índole religiosa, entregádoles literatura religiosa.

Surge del acta del 18 de agosto de 1979, que se ha requisado a Ramanauskaiteliteratura de índole religiosa destinada a la instrucción religiosa de niños menores de edad y para aprendizaje religioso de ella misma.

Los actos de Ramanauskaite son con justicia calificados según el art. 139, inc. 1 d del CP de la RSSB. La acusada ha quebrantado la ley de "Separa­ción de la Iglesia del Estado y la Escuela de la Iglesia", por cuanto ha organizado y enseñado sistemática­mente religión a niños menores de edad.

Al considerar la amplitud de la condena, el Tribunal tuvo en cuenta que Ramanauskaiteno había sido enjuiciada anteriormente, es caracterizada positivamente por sus empleadores, por lo cual considera suficiente condenarla a una pena moneta­ria en beneficio del fisco nacional (el intérprete traducía: "Y considera . . . pena ... 50 rublos").

El Tribunal resolvió reconocer que Angele Rama­nauskaite era culpable al infringir la ley de "Separa­ción de la Iglesia del Estado y la Escuela de la Iglesia" y, de acuerdo al art. 139, inc. 1 d del CP. de la RSSB aplicar una multa monetaria de 50 rublos en beneficio del fisco. Efectivizado el dictamen, anular la obliga­ción de Ramanauskaite de no abandonar su domici­lio.

Las pruebas objetivas: literatura de índole religio­sa, entregarlas al Ministerio de Justicia de la RSS de Bielorrusia para el Museo del Crimen; los objetos no relacionados con la religión, devolvérselos a Rama­nauskaite.

El dictamen del Tribunal, en el término de 7 días de su promulgación, puede ser apelado ante el Tribunal del departamento de Gardinas a través del Tribunal popular de Astravas.

Además, el Tribunal decidió recabar de Rama­nauskaite 30 rublos por la defensa del abogado Savich.

Después de leer el dictamen, preguntó el juez:

— Ramanauskaite, ¿te resulta comprensible el dictamen?

—       No, me es incomprensible.

— ¡Multa de 50 rublos por delinquir y 30 rublos para el defensor!

Tras la lectura del dictamen, repentinamente el juez con enorme rencor exclamó:

— ¡Abandonen la sala enseguida! ¡Bystro! (Rápi­do).

Salidos al exterior, algunos felicitaban a Rama­nauskaite, otros le alcanzaban dinero para abonar la multa, mientras la milicia instaba a todos a retirarse. Reunidos en el atrio, frente a las cerradas puertas de la iglesia (la iglesia de Astravas se encuentra justo en la vecindad del edificio del Tribunal), todos los concurrentes entonaron el cántico "María, María". En los alrededores del atrio, circulaban los de la Seguridad, impregnados del temor a que se realizara alguna demostración. En la calle los concurrentes al juicio entonaron "Lituania querida, Patria mía". Los transeúntes se detenían sin comprender por qué motivo estaba resonando en su cielo una canción lituana muy remotamente escuchada.

*    *    *

El proceso de Angele Ramanauskaite es un intento para obstaculizar que el pensamiento religioso y la lituanidad alcancen a los lituanos de Bielorrusia.