Comité Católico para la Defensa de los Derechos de los Creyentes 30 de agosto de 1980 No. 35.
En el decreto "Optatem totius", el Concilio Vaticano II proclama "que todos los sacerdotes consideren el Seminario como el corazón de la diócesis y le presten gustosa ayuda". Por consiguiente resulta asaz comprensible el interés de todos los
Obispos y sacerdotes de Lituania por el único Seminario Eclesiástico de Kaunas. Los últimos acontecimiento en el Seminario nos obliga a todos a preocuparnos aún más por su destino.
Hace poco llegó hasta los sacerdotes de Lituania la noticia que el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos Petras Anilionis había ordenado la expulsión del Seminario Eclesiástico del seminarista del curso IV Aloyzas Volskis. Se le achaca el delito de que, durante sus vacaciones, había frecuentado a los llamados "sacerdotes extremistas". La irritación mayor de todos en este suceso es el afán del Delegado para que fuera la propia dirección del Seminario que expulsara al citado clérigo. Mediante la expulsión del seminarista Aloyzas Volskis, los ateístas gubernamentales chantajean a los demás seminaristas y a los sacerdotes activos. Tamaña conducta suya rebasa no solamente los lícitos límites de las leyes soviéticas, sino también cualesquier humanismo. Los sacerdotes de Lituania inquieren con fundamento: ¿Acaso el Delegado posee algún derecho jurídico o moral para intervenir tan groseramente en los asuntos internos del Seminario Eclesiástico, y qué valor tendría un Seminario, si obedeciendo a una injusta coacción comience a expulsar a aquellos seminaristas, en quienes la Iglesia ha cifrado sus mayores esperanzas? Si un seminarista en verdad infringió las leyes soviéticas, para eso están las Procuradurías, los tribunales, empero jamás se habrá de consentir que las funciones de procurador las realice oficiosamente el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, quien, ante el temor de dejar las huellas de su delito, coacciona al Rector del Seminario y a los Ordinarios para que sean cómplices de su falta.
El decreto "Presbyterorum ordinis" del Concilio Vaticano II estipula: "El Pastor y Obispo de nuestras almas, de tal forma constituyó su Iglesia, que el Pueblo que eligió y adquirió con su Sangre tuviera sacerdotes, siempre y hasta el fin de los tiempos, para que los cristianos nunca estén como ovejas sin pastor". En el verano del corriente año la dirección del Seminario envió al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos en Vilnius, una lista de 36 nuevos candidatos para su aprobación, de los cuales eliminó a 17 de ellos.
El año pasado a 11 candidatos se les puso trabas para su ingreso al Seminario Eclesiástico. Tamaña situación lamentable se está prolongando por el cuarto decenio sin que se aviste su cese, — el Soviet de Asuntos Religiosos impidió alcanzar el sacerdocio a centenares de los mejores candidatos. Si no fuera por esta limitación de seminaristas, inspirada por el fanatismo ateo e impuesta al Seminario, actualmente en Lituania habría varios centenares más de sacerdotes, que los que en la actualidad poseemos.
Lo más sensiblemente doloroso es que, en la admisión de los candidatos, la palabra determinante no pertenece a la Dirección del Seminario, ni a los Ordinarios, sino a los funcionarios gubernamentales con el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos a su frente. Los destructores de la Iglesia procuran que el Seminario esté integrado por la mayor cantidad de jóvenes carentes de vocación religiosa, sin excelente salud física y psíquica, y hasta los que hubieran consentido en colaborar con los órganos de la Seguridad Nacional. Hace mucho tiempo que los sacerdotes de Lituania comentan que esta situación en el Seminario Eclesiástico perjudica enormemente a la Iglesia y que todos debieran dispensar el mayor esfuerzo para revertir la situación. De ninguna manera cabe justificar que los seminaristas perniciosos desmoralicen el espíritu del Seminario, y ya convertidos en sacerdotes, lo hagan con toda la clerecía.
De acuerdo a nuestra profunda convicción, los Ordinarios de Lituania y la dirección del Seminario, a pesar de la dificultad de las condiciones, deberían defender mejor a los buenos candidatos y educandos del Seminario, y derivar hacia la vida seglar a los candidatos enviados por los órganos gubernamentales o que no resulten suficientemente convenientes. En el "decreto sobre la formación sacerdotal" del
Concilio Vaticano II se afirma categóricamente que "en la elección y prueba necesaria de los alumnos procédase siempre con firmeza de ánimo, aunque haya que lamentarse de la escasez de sacerdotes, porque Dios no permitirá que su Iglesia carezca de ministros".
Los sacerdotes lituanos se hallan convencidos que, mientras el Seminario Eclesiástico carezca de libertad de acción, los propios Ordinarios, ayudados por los sacerdotes, deberían ocuparse que todos los buenos candidatos desechados por el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos puedan estudiar, instruirse y obtener oportunamente su consagración sacerdotal.
Dando término a la consideración de varios problemas del Seminario Eclesiástico, deseamos asegurar tanto a la dirección del Seminario, cuanto a los Ordinarios, que la totalidad de los sacerdotes de Lituania habrán de apoyar sus sagrados esfuerzos para mantener el corazón de la Iglesia Católica de Lituania — el Seminario Eclesiástico — sano y apto para capacitar a trabajadores activos en la viña del Señor.
Miembros del Comité Católico DDC, sacerdotes: Jonas Kauneckas Alfonsas Svarinskas Sigitas Tamkevicius Vincas Velavicius Juozas Zdebskis
(Los fieles defienden el Seminario Eclesiástico):
Los creyentes de Kaunas han enviado al Procurador de la RSSL una exposición del siguiente tenor:
"Nosotros, los católicos de Lituania, ya nos hemos acostumbrado a la discriminación religiosa en cada paso. Pero nuestra paciencia también está limitada.
Nos hemos enterado que a fines de agosto, el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos Petras Anilionis por criterio propio ha tachado a 17 nombres
de la lista de candidatos presentada por la dirección del Seminario Eclesiástico, mientras que el 2 de septiembre ordenó a los Ordinarios que en nombre propio, expulsaran al seminarista Aloyzas Volskis del curso IV, porque presuntamente en las vacaciones de verano habría frecuentado con "sacerdotes reaccionarios".
En primer lugar la división en "reaccionarios", "extremistas", etc., es un "invento" de los ateos. La Iglesia conoce a sacerdotes activos, menos activos y desidiosos. Por consiguiente, el que un seminarista se encuentre con sacerdotes activos resulta sumamente provechoso y necesario, no pudiéndose notar en ello el menor delito.
Segundo, ¿quien le concedió derecho moral y jurídico al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos Petras Anilionis para actuar de superior indicando a quien se puede destinar en las parroquias y a quien no es posible, o sino ordenar que en las parroquias importantes se designen colaboradores de las autoridades y dirigir el Seminario Eclesiástico? Puesto que en la aceptación o rechazo de nuevos candidatos sólo los Ordinarios y la dirección del Seminario poseen tal derecho. Petras Anilionis ya más de una vez ha zaherido dolorosamente la Constitución Soviética, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la letra y espíritu del Acta Final de Helsinki.
Nosotros protestamos resueltamente contra tal grosero enseñoramiento de los ateos en la Iglesia y solicitamos se obligue el respeto de las leyes al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, así como también se permita el reingreso al Seminario del Seminarista Aloyzas Volskis". 20.X.1980. Firmaron 2816 fieles.
* * *
En numerosas parroquias de Lituania se están recolectando firmas en las protestas por la intromisión del gobierno en los asuntos internos del Seminario Eclesiástico.