Día 15 de diciembre de 1980. En la sala de sesiones No. 101 del Tribunal Supremo de Vilnius se encuen­tran muchos espectadores, entre ellos los familiares, así como parientes cercanos, de los tres procesados — G. Iešmantas, P. Pečeliūnas y V. Skuodis. Sobre el pupitre del juez reposan 24 tomos del sumario de indagatoria. Se hace entrar a los enjuiciados. Se ven cansados, pero fuertes espiritualmente. Entran el procurador Bakucionis, el juez Ignotas, los consejeros — Didžiuliene y un hombre con apellido ruso. El juez interroga si los enjuiciados tienen observaciones sobre la composición del tribunal. Los tres procesados recusan a los abogados, puesto que les fueron designados recién el 8 de diciembre, justo en el momento en que se les presentaba el sumario de inculpación, por lo cual carecieron de suficiente tiempo para tomar conocimiento del expediente. Povilas Pečeliūnas observó, además, no haber recibi­do ninguna consulta jurídica, aunque estuvo esperan­do al abogado los días 9, 11 y 12 de septiembre. Empero al abogado Kudaba siempre le faltaba tiempo para entrevistarse con su defendido. El docente

Skuodis solicitó modificar la composición del tribunal, pues siendo ellos miembros del Partido Comunista, no podían ser objetivos en un proceso como este. El tribunal dosechó a los abogados y estos abandonaron la sala con la cabeza gacha. Por otra parte, también se consideró la solicitud de Iešmantas de no citar a su hijo para testimoniar en contra de su padre. Esta solicitud fué apoyada por Pečeliūnas y Skuodis. El tribunal rechazó esta solicitud.

Los procesados se presentan ante el tribunal: Skuodis, Vytautas, según la matrícula de registro civil Vytautas-Benedictas Scot (Scott), nacido el 21 de marzo de 1929 en Chicago, EEUUNA, ciudadano de la URSS, no enjuiciado antes, casado, instrucción: superior, empleado en la Universidad Estatal de Vilnius, Docente.

Iešmantas, Gintautas, nacido en 1930 en Lituania, ciudadano de la URSS, durante 20 años estuvo empleado como periodista en los periódicos republica­nos, posteriormente en bibliotecas, egresado del Instituto Pedagógico de la VVS, especialista en idioma y literatura lituanas.

Pečeliūnas, Povilas, nacido el 17 de mayo de 1928 en el raion de Panevėžys, ciudadano de la URSS, casado de hecho, aunque no alcanzó a formalizar su casamiento antes de su detención. Trabajaba en el Colegio Secundario Vespertino Alternado No. 14 de Vilnius. Enseñaba idioma y literatura lituanas. Se da lectura al sumario de acusación: El Docente V. Skuodis está acusado de haber escuchado sistemáticamente las trasmisiones radio­fónicas del exterior, de cuyas resultas se formaron sus puntos de vista anticomunistas; de interesarse en la literatura ilegal de índole antisoviética, denigradora del orden soviético. Las publicaciones ilegales eran reproducidas; en ocasión del allanamiento se le encontró una máquina de escribir marca "Óptima". A Skuodis se le acusa por la publicación de "Perspek­tyvos"; su participación en la publicación de "Alma Mater", en la cual aparece publicado un artículo de Skuodis titulado "La   etnología — preocupación general". La acusación más importante reside en la obra "El genocidio espiritual en Lituania" (300 páginas), que fuera reproducido en no menos de 4 ejemplares. Se acusa al Docente por las notas dirigidas al Presidente de los EEUU Cárter, a los signatarios del Acta Final de Helsinki, a los miembros del Grupo Lituano Helsinki. En esas notas se impulsa una propaganda de calumnias antisoviéticas, propi­ciando cercenar las bases del Estado soviético, se ilustran torcida y calumniosamente los hechos de la realidad soviética, se pretende enlodarla frente a los EEUU de NA, trasmitiendo allí la desinformación, etc.

Iešmantas es acusado por una poesía de índole antisoviética, un artículo de similar índole (un estudio — según afirmación de Iešmantas) y el suministro de los mismos a las redacciones de publicaciones ilegales con la finalidad de su publica­ción en las mismas. La mayor parte de sus artículos han sido publicados en "Perspektyvos". Iešmantas, al igual que Skuodis, está acusado de escuchar las trasmisiones de las radios del exterior, el interesarse por la literatura ilegal y la participación de su reproducción y difusión. Se le acusa de que en sus artículos ha promovido la idea de la separación de Lituania de la Unión Soviética, y también de las ideas suscitadas en el artículo "El Rubicón".

P. Pečeliūnas está acusado de haber escrito una serie de poesías que aparecieron en "Perspektyvos", de calumniar el orden soviético, de ensalzar en un artículo la conducta del enfermo psíquico R. Kalanta (joven patriota autoinmolado por el fuego en protesta por la tiranía ruso-comunista en Lituania. N. del T.) como protesta por el quebrantamiento de las liber­tades y derechos humanos en la Lituania soviética. Esos artículos fueron escritos con la máquina de escribir hallada en lo de D. Kersiute. También se le acusa a P. Pečeliūnas de la redacción de la publica­ción "Alma Mater".

Se estima la actividad de los tres, como antisoviéti­ca, cercenadura   de los fundamentos del orden soviético, calumniadora, dado que los acusados aseguran calumniosamente que en la Lituania soviética presuntamente no existirían libertades democráticas, que presuntamente Lituania se en­cuentra ocupada, que el gobierno soviético es de índole fascista y trata de destruir moral y físicamente a las naciones del Báltico. Todos los acusados son considerados reos de Estado, se asegura que han mantenido lazos delictuosos con las capas de los emigrados "reaccionarios" a los EEUU de NA, y haber trasmitido sus obras a la prensa y la radio del extranjero.

No hay circunstancias agravantes o atenuantes en el expediente. Se les acusa por su actividad de acuerdo al art. 68, inc. 1 d.

Ninguno de los acusados se declaró culpable.

La indagatoria del tribunal.

Se da lectura a las características de los enjuicia­dos. G. Iešmantas y P. Pečeliūnas son caracterizados como inactivos en la actividad comunitaria. El Docente Skuodis había sido activo trabajador comuni­tario.

El primero en ser indagado es G. Iešmantas. Se le formulan preguntas acerca de las situaciones en que fuera escrito cada uno de sus artículos. El acusado explica que escribe poesías desde la edad de 17 años. Tiene escritas más de 1.100, — varias selecciones. Escribe estudios teóricos desde el año 1977, parte de los cuales fué escrita en 1978-1979.

— ¿A quién le entregabais las obras?

—       Esto no lo diré, — responde firmemente el enjuiciado.

   — ¿De quién obteníais las publicaciones ilegales?

 — A esto no responderé.

El juez le recuerda que el 1 de abril Iešmantas ha reconocido haber entregado artículos a editores, posteriormente, a la redacción de "Perspektyvos". Aquí Iešmantas lee una declaración que durante la instrucción de la indagatoria previa, la mayor parte de las cosas anotadas en acta son el fruto de la fantasía de los sumariantes Urbonas y Kadys: casi totalmente está tergiversado, se han modificado renglones y frases enteras. Por consiguiente, Iešman­tas desconoce las actas del sumario de instrucción como materia de inculpación, y repudia las pruebas allí asentadas.

 — ¿Por qué escribes, que el gobierno soviético de Lituania de hecho es fascista?

 — En "Inostranaia literatura" (periódico soviético ruso. El T.) se publicaron discusiones sobre las libertades democráticas. Allí un hombre de ciencia soviético asevera que, donde se infringen las liber­tades democráticas, hay fascismo.

— ¿Donde tomasteis material para tus obras?

— El material para la poesía — de la vida, para las obras teóricas — de la prensa soviética.

— ¿Cómo entendéis la libertad de prensa?

— No existe, no se prevé a la brevedad y por lo tanto no vale la pena hablar sobre ella.

Siguen varias preguntas para provocar los puntos de vista políticos de Iešmantas. Y nuevamente:

— ¿Por qué escribistes "El Rubicón"?

— Las ideas, formadas en la creativa poética, pretendí desarrollarlas en un estudio teórico.

Y de nuevo una serie de preguntas: a quién entregó la literatura, donde y como, con qué fin. Iešmantas no respondió a esas preguntas. Respondía solamente ante aquellas preguntas que atañían a su autoría y convicciones. Firmaba con seudónimos, al igual que los poetas del siglo XIX, para evadir su arresto. Reconoció que a veces escuchaba las trasmisio­nes de las radios del exterior, — pero ello no está prohibido.

La indagatoria del Docente V. Skuodis se inició con la propuesta que relatara su ocupación en un período de 10 años. Se le inquirió donde había trabajado hasta llegar a la Universidad de Vilnius, en qué cargos, como se titulaba la disertación que defendió cuando ingresó en la Universidad de Vilnius, que funciones cumplió, cuales fueron sus obligaciones comunitarias. El Docente respondió a estas preguntas, puntualizando que había asumido numerosas obligaciones comunitarias, y de hecho cumplía otro trabajo más pero sin remuneración. Se interesaba en las cuestiones de la literatura, la historia y la religión.

 — ¿Por qué la obra, cuyo original fué tomado durante el allanamiento del 24.XI fue intitulado "El genocidio espiritual en Lituania"?

 — Hubo otras variantes también, pero este título fué el que mejor se acomodó al contenido.

El Docente V. Skuodis se negó categóricamente a contestar las preguntas acerca de otras de sus obras. Les recordó que, en el sumario de instrucción, sobre un total de 668 preguntas formuladas, sólo respondió en un 20%; se mantendría en esta táctica durante la indagatoria del juicio. Skuodis manifestó que refe­rirse irrespetuosamente sobre la prensa ilegal, resultaba amoral.

Preguntado sobre la publicación de "Alma Mater", el enjuiciado no respondió.

(La prensa soviética síndrome del genocidio espiritual):

Al acusársele que había reproducido 4 ejemplares de "Genocidio espiritual en Lituania", aclaró que se trataba de un trabajo científico, pero no propagandís­tico, además, todavía no había sido terminado y había de ser entregado para su censura. El procurador inquirió sobre el método empleado para esta obra. El Docente explicó que el método fundamental fué la estadística matemática. Y el material, que fuera trabajado con este método — había sido seleccionado de los anales de prensa. En ellos se fundamentan las conclusiones, que él mismo había escrito a máquina. Se afirma en estas conclusiones que el nivel de los artículos ateístas es asaz bajo, aunque se hagan pretensiones hacia el ateísmo "científico". La exis­tencia de Dios es muy escasamente aludida. En la comunidad soviética se teme mucho más a la religión que al alcoholismo, la prostitución, la vagancia y la drogadicción. El procurador Bakucionis llamó una especial atención a esta conclusión, considerándola calumniosa. También reprochó a Skuodis con motivo de que Skuodis se refería irrespetuosamente sobre algunos autores, llamándolos borrachínes, depravados y afirmando infundadamente que por medio de los articulitos ateistas procuran asegurarse el derecho de publicación de sus obras, como por ej. Miškinis, o una labor mejor remunerada. El Docente recalcó que hubiera cambiado algunas cosas al redactarlo, pero que, sin embargo, estas afirmaciones están bien fundamentadas. Que solamente de esa manera puede explicarse el hecho, cuando el autor ha escrito apenas un solo articulillo ateísta. Por consiguiente, las ideas de "El Genocidio espiritual en Lituania" no han sido imaginadas, sino que están basadas sobre un concretí­simo material de hechos.

Ante la pregunta por el motivo que estuvo repartiendo cuestionarios a los estudiantes, el enjuicia­do explicó que, siendo curador, tenía la obligación de aclarar los intereses de los grupos académicos estudiantiles. Quedó sumamente satisfecho por el resultado de las encuestas, pues la mayoría de la gente joven mira a la vida muy seriamente; se pronuncia contra el alcoholismo, el tabaco, la prosti­tución y otros vicios morales.

Al preguntársele si había viajado con P. Pečeliū­nas a Kernave, respondió que cuando alguien lo invitaba a viajar, no se rehusaba. Y cuando existía suficiente lugar en la máquina, no rechazaba a los que se ofrecían. Ante el interrogante, de como podía explicar que se le encontraran 7 ejemplares de "Ausra", el procesado, en calidad de excepción, respondió que se le ofreció una oportunidad de obtenerlos y los conservaba para poder cambiarlos por otras publicaciones. V. Skuodis se interesaba por la literatura ilegal por un nuevo trabajo que tenía en vista: "El concepto de calumnia y engaño en la propaganda soviética y la realidad". Todavía se le formulan preguntas sobre las siguientes notas que se le incriminan: "Al Señor James Cárter", "A los creyentes de Lituania", "Al Comité Católico de

Defensa de los Derechos de los Creyentes", y "A los signatarios del Acta Final de Helsinki". El enjuiciado aclaró que los había difundido y enviado al exterior.

En el expediente se había adosado notas tomadas de las emisiones radiales del exterior, en las que se mencionaaba a Skuodis, y recortes de periódicos extranjeros.

El procurador Bakucionis acusó al Docente V. Skuodis de haber afirmado calumniosamente que el Prof. Kazlauskas había sido asesinado. Destacó Skuodis, que en la nota no se alude el asesinato. Empero los médicos no creen en el informe del peritaje sobre la muerte del Prof. Kazlauskas, dado que en sus pulmones no se encontró agua, — lo cual significa que había muerto antes de ser arrojado al agua. Además, existen testigos que han presenciado la detención del Prof. Kazlauskas por la KGB.

Día 16 de diciembre.

Indagatoria tribunalicia de Povilas Pečeliūnas.

Son preguntas fundamentales, como, de qué modo, de donde ha obtenido los artículos: "Iniciamos una nueva etapa", "Lituania y el movimiento disidente", "Es el quinto decenio que la Humanidad vive bajo los lemas", "Problema de actualidad", etc. Pečeliūnas explicó que desconocía a los autores de esos artículos. En 1979 los hallaba en el buzón de las cartas o en un balde junto a la puerta. De tal manera recibía la demás literatura ilegal. Interrogado con qué finalidad guardaba en su casa los originales de esos artículos, respondió que con el propósito de formarse una exacta cosmovisión, no se debía ignorar nada, aún lo que escribía la prensa clandestina. Averiguando sobre cada artículo por separado, el juez trataba de obtener de Pečeliūnas la confesión que sus puntos de vista eran antisoviéticos. Por lo cual citaba algunos párrafos de los artículos, pero el enjuiciado afirmaba que las citas no demostraban nada fuera del contexto. El juez intentó aclarar allí, en el tribunal, los puntos de vista de Pečeliūnas, apelando a preguntas indirec­tas. El acusado manifestó que solamente resultaba posible explicarse las ideas políticas, tal vez en casa, con gente que fuera capaz de comprenderlas.

—       ¿Vos creéis que aquí no existen tales condici­ones? — inquirió el juez.

—       ¡No!

P. Pečeliūnas no se reconoció autor del artículo editorial de "Alma Mater", titulado "Iniciando una nueva etapa en la vida de "Alma Mater' ". Pečeliūnas manifestó haber querido aprender a escribir a máquina, por lo cual intentó escribir en la máquina de su novia D. Kersiute el artículo que se hallaba en mal estado. El enjuiciado trascribía los textos en diversidad de circunstancias, no solamente en su casa. Preguntado porque había corregido un ejemplar de "Iniciando una nueva etapa", respondió que, siendo profesor (habiendo trabajado de estilista en una redacción) se ha acostumbrado a redactarlo todo, hasta las cartas.

 — ¿Mostrasteis a alguien los artículos o revistas?

 — No, los conservaba para mí solo.

El escrito "Como conducirse durante el sumario indagatorio", interesaba a Pečeliūnas como rareza bibliográfica, al igual que todos los demás escritos que se le hallaron.

Interrogado sobre el conocimiento con los demás enjuiciados, dijo que mientras trabajada en la biblioteca había oído el apellido de Iešmantas, mientras que al Docente Skuodis lo conocía de vista, además, habían estudiado al mismo tiempo. Que se encontraran reunidos en un juicio unitario, — lo sorprendía sobremanera. Con fines de difusión de la prensa ilegal jamás se habían encontrado y no mantuvieron tamaña amistad. Al preguntársele como aparecieron en su casa 6 ejemplares y 24 tapas de "Alma Mater", respondió que nada sabía de ello.

Indagatoria de los testigos.

Dobrovolskis Bronius, hijo de Vaclovas, jefe de Departamento del Ministerio de Educación. Testimo­nió: cierta vez Iešmantas, sin desprendérselo de sus manos, le enseñó un texto, tal vez en "Perspektyvos" o en "Rūpintojėlis", sobre la decisión de la conferen­cia de Tashkent para imponer la enseñanza del idioma ruso en las escuelas desde I grado y en los jardines de infantes. B. Dobrovolskis mostróse inse­guro, confundiéndose, ante las preguntas de Iešman­tas.

Dalija Martisiute.

G. Iešmantas le había facilitado para leer una selección de poesías, y como prosa — "El Rubicón". Careció de la sufiente capacidad para leerlo en su totalidad — se trataba de una obra filosófica complica­da. Había visto otros tres números más de "Perspek­tyvos", empero ignoraba quien la publicaba.

Iešmantas le había solicitado si ella no podría escribirle algo a máquina.

El procurador procuró establecer que es lo que más le había impactado de "El Rubicón", y cómo llegó a entender que se trataba de literatura antisoviética.

D. Martisiute había comprendido que se trataba de pensamientos que no era posible expresar pública­mente.

Marcinkevičiene. Conocía a Iešmantas, quien le había pedido que pasara a máquina cierto borrador. Notando que se trataba de un texto sospechoso, se negó a mecanografiarlo.

Iešmantas Rimantas, hijo de Gintautas. (Hijo de Iešmantas). Reconoció como suyas las cartas que le mostró el juez. Había leído el artículo "¿Qué recuerdan las cartas del soldado?". Existía paralelis­mo entre sus cartas y el citado artículo.

Žvirgždys, Petras, hijo de Petras, sacristán de la iglesia de Slavikai. Conoce a P. Pečeliūnas desde el año 1968 o 1969. Trabajaban juntos y vivían en la vecindad. Entre ellos se desarrollaban charlas sobre temas políticos y sociales. En todas sus conversaciones P. Pečeliūnas estaba predispuesto antisoviéticamente, ante los contraargumentos reaccionaba con su opi­nión estable. No había visto nunca a G. Iešmantas, y nada sabía sobre sus relaciones. Respondiendo a las preguntas de los procesados, Žvirgždys se perturbó completamente.

Stoskeliuniene Milda, hija de Vaclovas. Ella conocía a Saulius Pečeliūnas, lo había visto de pasada junto a su esposo. Cierta vez había escuchado una conversación sobre la libertad religiosa. Según el decir de Saulius no habría libertad de religión, pero ella había afirmado que no era así.

Rabaciauskaite Aurelija, hija de Napoleonas. Ella conocía a Iešmantas y Pečeliūnas. El 17 o 19 de marzo encontró en un cajón "Perspektyvos", lo llevó a su casa, aunque no tuvo tiempo de leerlo. Hojeándolo rápidamente, entendió que se trataba de pensamien­tos críticos, empero no había notado ataques antiso­viéticos.

Stoskeliūnas Juozas, hijo de Jonas (de Punsk). Conocía a Pečeliūnas. Este le había mencionado algo sobre las publicaciones ilegales, pero no se las había mostrado ni le contó quién las editaba.

Klausonas Ferdinandas, hijo de Stasys. Redactor de la Sección Documentales del Estudio Cinemato­gráfico. Conoce a Saulius, y recién se entera de que es Pečeliūnas. Lo conoció en 1977 en una casa de veraneo en Nida. Se encontraron 4 ó 5 veces. Obtuvo la debida literatura.

Venclovaite Dalia, hija de Vincas, ingeniera. Conoce a Pečeliūnas. Al vivir junto con D. Kersiute había visto la máquina de escribir que utilizaba Kersiute. Nada sabía sobre las publicaciones ilegales. Las conversaciones giraban sobre la escasez de productos alimenticios y la moral de los jóvenes.

Ališauskas Vladas, hijo de Pranas, oficial de la Escuela Técnico-Profesional. Conocía a Pečeliūnas. Sobre las publicaciones ilegales recién había sabido a través del sumariante y ahora por el juez. Pečeliūnas le había ayudado a estudiar. Cierta vez escuchó en su casa trasmisiones radiales del exterior.

Kersiute Danute, hija de Vaclovas. Conoce a su novio Povilas Pečeliūnas. Obtuvo la máquina de escribir en 1975-76.

 — ¿Qué sabes sobre las publicaciones ilegales?

 — Tenía en mi poder 6 ejemplares de "Alma

Mater". Los había encontrado bajo el felpudo de entrada y los escondí en casa de P. Pečeliūnas. Día 17 de diciembre.

Se da cuenta de las pruebas materiales del juicio. Son en su mayoría "documentos" tomados durante los allanamientos, las características, las órdenes de despido de empleos, los informes de los peritos, las características de la literatura ilegal, las críticas, copia del informe del peritaje psíquico post-morten de R. Kalanta.

El discurso del procurador.

Son sumamente graves las acusaciones imputadas a los procesados V. Skuodis, G. Iešmantas y P. Pečeliūnas. Se les acusa de haber desarrollado propaganda y agitación antisoviéticas; confecciona­ban, difundían y conservaban con fines de difusión literatura ilegal de índole antisoviética. Sus activi­dades están calificadas en el art. 68, inc. 1 d del Código Penal.

Seguidamente el procurador menciona los hechos, leídos en el sumario de acusación. Todos los tres acusados están involucrados a través de la obra de Iešmantas. "Ellos establecieron lazos entre sí y comenzaron a colaborar activamente". Según el procurador, la culpabilidad está fundamentada sola­mente en pruebas materiales. Luego de su detención, tanto "Perspektyvos" como "Alma Mater" no vieron más la luz de la existencia. En "Perspektyvos" se afirma calumniosamente que Lituania está ocupada por Rusia, que se rusifica, son adulados los delin­cuentes Petkus, Gajauskas y toda una serie de nacionalistas. En la publicación "Alma Mater" se asegura que la juventud carece de fines nobles y de posibilidades de lograr sus finalidades.

El procurador pidió para V. Skuodis 6 años de lager de régimen severo y 5 años de destierro; para P. Pečeliūnas — 3 años de lager de régimen severo y 5 años de destierro, y para G. Iešmantas 4 años de lager de régimen severo y 5 años de destierro.

Alegato de defensa de Povilas Pečeliūnas.

P. Pečeliūnas, tras examinar las declaraciones de los testigos: Žvirgždys, Stoskeliūnas y Stoskeliuniene, descubrió sus contradicciones, demostró la carencia de fundamentos para basarse en ellas. Rechazó categóricamente la acusación de que 6 ejemplares los mantenía con fines de difusión, y que las tapas eran de su propiedad. Recordó que durante el sumario de instrucción había quedado sumamente agotado, tanto física como moralmente, pero que los sumariantes no habían logrado demostrar nada. El material acopiado no justifica la aplicación del art. 68. Todo lo que ha sido dicho en el sumario de acusación y en el discurso del procurador, son solamente suposiciones. No se ha probado en absoluto que él sea el autor de los textos de los borradores. Finalizando su alegato, Pečeliūnas afirmó su inocencia reclamando que así se lo declara­ra.

El alegato de defensa del Docente V. Skuodis.

El Docente habló durante 6 horas. El juez le exigió varias veces que abreviara su discurso. El Docente Skuodis afirmó, que "él no había delinquido contra el Estado. Habría allí un conflicto entre el Partido, que trataba de sobreponerse al Estado, y yo". Por dicho motivo es que él había solicitado el cambio de la composición del tribunal, dado que todos eran mienbros del Partido. Con fundamento no conside­rándose ciudadano de la URSS, el 1 de octubre había enviado una solicitud para que asumiera su defensa un abogado de los EEUU de NA. La solicitud no fué respondida.

El procesado subrayó que no se le había permitido consultar con su abogado, que después de habérsele presentado el sumario de acusación se le había quitado todo su material adicional de defensa, mientras qu el 11 de diciembre se le había quitado el alegato de defensa en preparación. No estoy total­mente descaminado, decía Skuodis, que la parte acusadora no la haya utilizado en la preparación de su discurso, como lo he podido entender al escuchar la alocución del fiscal estatal.

Seguidamente el acusado hizo un amplio comenta­rio sobre las suposiciones del sumario de acusación, fundamentándose en hechos, leyes y documentación. Entre otras cosas, destacó que la revelación de las cuestiones económicas, políticas y de libertad no puede ser tratada como un delito — la Constitución de la URSS concede a todo ciudadano el derecho de exponer opiniones y de criticar. El Docente Skuodis demostró con profusos hechos que carecían de fundamento las acusaciones del procurador, pues solo eran subjetivas, sólo suposiciones. Son culpables aquellos otros que sofocan la crítica que busca la elevación del prestigio estatal y el fortalecimiento de su base económica. Al finalizar, V. Skuodis pidió se le declarara inocente, y se girara el expediente al tribunal Constitucional.

El alegato de defensa de G. Iesmantas.

En su alegato defensivo, el procesado también rechazó todas las acusaciones, por estar infundamen-tadas, no comprobadas, subrayando especialmente que las convicciones no eran pasibles de enjuicia­miento.

El procurador renunció al derecho de réplica.

Los últimos alegatos de los enjuiciados.

Povilas Peceliunas se refirió a su trabajo, a su respeto por los libros; mencionó el grave estado de su salud, también que era un católico practicante, que jamás en toda su existencia había vendido su conciencia, a pesar de haber tenido tales posibilidades en su juventud y en la actualidad. Sea como fuere, presentía ser justo y que habría de sufrir paciente­mente su destino.

El último alegato del Docente Vytautas Skuodis.

El último alegato del Docente V. Skuodis tuvo una duración de dos horas. Ofrecemos algunos de sus pensamientos anotados de memoria:

"Por cuanto el procurador ha mencionado sobre la formación de mis opiniones, resulta menester men­cionar algunos hechos biográficos. Recuerdo que, cuando los alemanes ocuparon la región de Klaipeda (Memel), nosotros — estudiantes secundarios, nos pusimos a deliberar sobre lo que podíamos hacer en defensa de nuestra patria. En aquel entonces, en pocas horas noté que había madurado. A poco ingresó en Lituania el ejército rojo, ocupando la totalidad de Lituania con el pretexto de la defensa de sus fronteras occidentales. Este hecho nos obligó a pensar sobre el futuro de la Patria. Ninguno de los hijos de Lituania podía quedar indiferente sobre su destino. Los sufrimientos de la Patria se prolongaron durante la II guerra mundial cuando Alemania repelió el ejército ruso, y cuando este retornó en 1945. Procu­rando evitar el servicio militar en un ejército indeseable, numerosos hijos de Lituania salieron a los bosques para ocultarse de la imposición, — entonces fueron denominados bandidos. Viendo todo eso, yo no podía permanecer indiferente. Todo honesto ciudada­no debiera amar a Patria y sufrir sus padecimientos. No se trata de ningún nacionalismo. Todo miembro suyo está obligado a ser patriota. De tal manera, la acusación del procurador que en la literatura ilegal se adula a "los nacionalistas burgueses" condenados y a los enfermos psíquicos (Romas Kalanta), es una calumnia.

(Los hechos demuestran que no es calumnia):

En el sumario de acusación se repite frecuente­mente, que en la literatura ilegal se dice que Lituania "se encuentra presuntamente ocupada", "es presun­tamente rusificada" y por lo tanto resulta "calumnio­sa". Por cuanto se me acusa a mí de activa participa­ción en su publicación, multiplicación y difusión, me veo en la obligación de referirme a ello. Que Lituania, a consecuencia de la anexión, se convirtió en parte integrante de Rusia, no cabe la menor duda, aunque el juez no me haya permitido mencionar la totalidad de los argumentos. Que es rusificada, también es asaz evidente. Las decisiones de la conferencia de Tash­kent ya se ponen en práctica — el idioma ruso se enseña desde el primer grado y en los jardines de infantes. El nombre de Lituania se menciona cada vez más raramente. Uno se predispone muy desagrada­blemente, cuando escucha en el trolebús: "Shtó takoie Litva, ia znaiu, a shtó takoie Lietuva, neslycnal"

— Que es la tal Litva, yo lo sé, pero que es la tal Lietuva, no lo he escuchado. ¡Y esto sucede en la capital — Vilnius!

Conozco perfectamente la literatura ilegal. En ella me he interesado a raíz del trabajo proyectado "El concepto de calumnia y engaño en la propaganda soviética y la realidad". Ignoro cuando lo hubiera podido escribir, pues disponía de muy poco tiempo libre. Mis intereses eran sumamente amplios. Al ser Docente de la Universidad, poseía las funciones de vocal del Comité de Defensa de la Naturaleza. Dispensé abundantes esfuerzos para que fuera mantenida la ciudad antigua de Vilnius, en cuyo sector se intentaba construir garages subterráneos. Además se iban a abrir canteras en los alrededores de Marcinkonys, con lo cual peligraba la Lituania suroriental. También hube de pronunciarme en esta cuestión. Gran cantidad de tiempo y esfuerzos he debido dispensar en la organización y administración de la Seccional de la Defensa de la Naturaleza. Esta labor, comparable a las funciones de Docente, la cumplí sin la menor retribución.

Mi carrera la inicié como operario de la caldera de la Universidad, — prosiguió relatando el Docente Skuodis. — En ese entonces me habían ofrecido ya 1.000 rublos de retribución y un "excelente trabajo". Ya entonces habría podido elegir una existencia mucho más fácil, pero tomé el camino más dificultoso, por el que conducía mi conciencia.

El procurador asevera que mis opiniones antiso­viéticas se formaron sistemáticamente por escuchar las emisiones radiales del exterior. El indicar a una persona de mi edad que es lo que tengo que escuchar, y qué leer, resulta — por lo menos — ingenuo. Aparte de los ya mencionados hechos históricos, en la formación de mis opiniones ha tenido mucha influen­cia mi profunda observación de la vida. Ahondando en el materialismo histórico, he hallado en su seno muchos vacíos e incongruencias. Los estudios filosófi­cos ayudaron mi retorno a la Igleisa Católica, dado que antes de ello por espacio de 15 años había sido indiferente. Actualmente soy un miembro de la Iglesia Católica de poderosa fe. Hace ya 10 años que participo en las ceremonias religiosas sin ocultarlo. Vaya a saber por qué se guardaba cierta transigencia por ello, aunque en mi empleo se conocía perfecta­mente.

Es opinión del tribunal, — decía el inculpado, — que en "El genocidio espiritual de Lituania" se asegura calumniosamente que en Lituania existe la persecusión religiosa y que el ateísmo es de bajo nivel; asegura que el más terrible enemigo del Partido es el catolicismo, mayor que el alcoholismo; cuando la vagancia, las enfermedades venéreas, los abortos, la drogadicción son los mayores vicios de la comunidad soviética. Estas conclusiones carecerían de fundamento . . .

"El genocidio espiritual de Lituania" no es una obra propagandística, sino un estudio, un trabajo científico. Este trabajo se realizó en los años 1977-1979, y no en los años 1975-1979, como procura afirmar el fiscal.

Me dirigí al Comité de Defensa de los Derechos de los Creyentes por causa de "El genocidio espiritual de Lituania", deseando con este trabajo colaborar con la actividad del Comité, por lo que encomendé esta obra el criterio del Comité. Estimo que este estudio descubre la real situación de los católicos de Lituania en su país ocupado.

Por lo demás, he escrito una nota al Premier de la URSS L. Brezhnev acerca de mis opiniones, explicán­dole como he sido involucrado en la presente situación. Los agentes de la KGB se apoderaron de esa carta durante el allanamiento. Esta carta me justificaría, por lo que solicito se la adjunte al expediente (El juez no accedió a ello. — Obs. de la Red.).

Finalizando quiero agregar que no he infringido las leyes estatales. Tanto en "Alma Mater", cuanto en "Perspektyvos", de cuya publicación y multiplicación así como difusión se me incrimina, no existe nada de calumnioso. La totalidad de la literatura ilegal promueve ideas para mejorar la situación existente de la comunidad, por lo que critican, pero no buscan socavar las bases del orden establecido. La acusación del procurador es terrible, empero aunque escuchara hasta le pena de muerte, lo aceptaría tranquilamente, cual un hijo de Lituania cuya existencia pertenece a la Patria y a su gente. ¡Terminé!" Día 22 de diciembre.

En su último alegato, Iesmantas dijo que su alegato final es su obra "Pensamientos al margen". El procesado está convencido que habrá de soportar las consecuencias de la sentencia. Terminó sus palabras con una poesía dirigida a sus amigos.

A las 15 horas fué leída la sentencia.

Al Docente Vytautas Skuodis se le aplicó la pena más considerable — 7 años de lager de régimen severo y 5 de destierro; a Gintautas Iesmantas — 6 años de lager de régimen severo y 6 de destierro; a Povilas Peceliunas — 4 años de lager de régimen severo y 5 de destierro.

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Durante todos los días que duró el juicio, un apreciable grupo de amigos y conocidos de los enjuiciados, así como creyentes, permaneció de guardia en el vestíbulo del Tribunal Supremo. A ninguno de ellos se les permitió la entrada a la sala, puesto que continuamente montaban guardia los agentes de la Seguridad y la milicia. Los de la Seguridad vigilaban atentamente a todo el que entraba. La milicia y los de la Seguridad pretendían atemorizar de mil maneras a los llegados: ya sea que retorciéndole los brazos se llevaban a alguno, ya sea que acercándose descaradamente le tomaban fotogra­fías sin pedirle el menor permiso. El estado de ánimo de los agentes de la Seguridad puede caracterizarse perfectamente por sus réplicas a los que permanecían en el vestíbulo del tribunal: "Si dependiera de mi voluntad, a todos ustedes los metería presos", "¡En­trarás en la sala del tribunal sólo a través de mi cadáver!". Lo que más los exasperaba era el percibir una actitud reconcentrada. El de la Seguridad, de guardia ante la puerta de inmediato comenzaba a gritar drásticamente: "¡Está prohibido rezar! ¡Noto por tu actitud, que estás rezando!"

El 19 de diciembre las hijas del Docente Skuodis le entregaron un ramo de flores a su padre. Por tal motivo fueron groseramente manoseadas y al día siguiente, aunque era día de sentencia, no se les permitió la entrada a la sala del tribunal, debiendo permanecer aguardando en el vestíbulo.

Por tal causa, la gente escribió notas de protesta. Al Procurador de la RSSL Protesta

El 17 de diciembre de 1980 fueron juzgados en el Tribunal Supremo de Vilnius Povilas Pečeliūnas, Vytautas Skuodis y Gintautas Iešmantas. Aunque el proceso del juicio había sido denominado público, empero no permitieron el ingreso a la sala a los interesados y los conocidos de los enjuiciados. Karolis Kamandulis trató de penetrar a la sala, cuando un agente de la Seguridad que estaba de guardia lo golpeó con el puño, gritando: "¡Vete al diablo-¡¿Quieres estar sentado junto a los curas?" Y, retorciéndole los brazos, los milicianos, — uno de ellos con uniforme de Teniente Primero, — lo llevaron a una oficina donde lo amedrentaron para que se retirara inmediatamente a su casa, pues caso contra­rio le levantarían un acta y se vería obligado a pagar una multa.

Nosotros protestamos a causa de que en el proceso de un juicio público no se permite la entrada de la gente y que en el vestíbulo del Tribunal Superior se zamarree y amenace con castigos sin merecerlo.

Valdría mucho más elegir por lo menos en la capital a funcionarios de tal clase que no pusieran en compromiso las leyes soviéticas y respetaran a los ciudadanos soviéticos.

Firmado: R. Matulis, R. P. A. Svarinskas, O. Kavaliauskaite, A. Ragaišiene, R. P. S. Tamkevicius, J. Sadunas, Ardzijauskas, M. Jurevičius, B. Briliute,

G. Rickevičius, Dubauskaite, N. Sukeviciute, J. Judikeviciute, Kerbelyte, K. Kamandulis, R. Teresiu-te, Meskauskaite, M. Gavenaite, N. Sadunaite.

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Al Procurador de la República J. Kairelis Denuncia

Los días 15 al 19 de diciembre de 1980, el Tribunal Supremo estuvo tratando la causa penal del Docente Vytautas Skuodis, el lituanista-profesor Povilas Pečeliūnas y el periodista Gintautas Iešmantas.

Durante el curso del proceso judicial la testigo Danute Kersiute (novia de Povilas Pečeliūnas) hizo entrega de una flor a cada uno de los enjuiciados, por lo cual fué detenida, acusada de conducta inmoral y castigada con 7 días de arresto.

¿Desde cuando la entrega de una flor se ha convertido en conducta inmoral, digna de castigo?

Durante esta causa, Petras Cidzikas, quiso parti­cipar como espectador en las sesiones públicas del tribunal. La primera vez, el 16 de diciembre, mientras se encontraba sentado tranquilamente en el vestíbulo, los milicianos lo atropellaron brutalmente, de tal modo que hasta le rompieron el reloj pulsera, y lo llevaron al patio. Allí los milicianos pretendieron introducirlo en un automotor destinado al transporte de enjuiciados, pero los soldados se negaron a aceptarlo. Entonces, luego de amedrentarlo lo solta­ron. El 18 de diciembre Petras Cidzikas volvió a presentarse en el Tribunal Supremo, empero resultó detenido en las escaleras del edificio y llevado. Su destino nos es desconocido hasta el presente.

Nosotros protestamos contra las injustas detencio­nes de Danute Kersiute y Petras Cidzikas, exigimos su inmediata libertad y la advertencia al Tribunal Superior que todos los deseosos de participar puedan concurrir a los juicios de proceso público.

Estamos sumamente preocupados por el destino de los detenidos.

Firmado: A. Kerbelyte, D. Meskauskaite, E. Suliauskaite, A. Tuckus, J. Volungevičius, M. Jurevi­čius, L. Sasnauskaite, R. Kobkaite, R. Tamašauskaite, J. Bukaveckaite, V. Bogušis, S. Kelpšas, B. Maliskaite, A. Raizyte, R. P. S. Tamkevicius, O. Kavaliauskaite, A. Žilinskas, J. Judikeviciute, N. Sadunaite, Skuo­diene, G. Skuodyte, A. Skuodyte, Iesmantiene.

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