Kaunas. El 19 de agosto de 1981 a las 14,30 hs. fué convocado por la KGB de Kaunas el ingeniero Zenonas Mistautas, empleado en la Dirección de Construcciones No. 1 de Construcciones de Kaunas.

Los chequistas se interesaban por los siguientes interrogantes:

 — ¿Cuando vivías en la calle Linkuvos (hace 3 años), quién vivía junto contigo? ¿No habitaba un ucraniano? ¿Estás enterado que ha cursado un seminario clandestino y ahora ejerce el sacerdocio?

 — Sé que también vivía un ucraniano, pero ignoro algo más sobre él, — respondió el citado.

—        En el paso del año 1979 al año 1980 tú pronunci­aste un discurso político. Estedes eran 24 personas. Tú hablabas que era necesario luchar, exponer atrevida­mente su propia opinión, no temer a nada, que en este régimen existen muchas cosas para cambiar, instaste a la participación en la marcha a Siluva.

— ¡No pronuncié ningún discurso político! Seguidamente indagaron sobre Zita Veizbergaite, cómo se mantenía actualmente, cómo era su estado de ánimo, qué relaciones mantenía con ella. (Por intromisión de la KGB, a Veizbergaite le fué impedido obtener el diploma de medicina. La Red.).

 — Sobre los demás no hablo nada, y no contesto preguntas que atañen a otros, — refutó resuelta­mente Zenonas.

 — ¿Pasaste las vacaciones junto con tu esposa y cuales son sus opiniones?

 — He dicho que no habré de responder a pregun­tas que atañen a terceros, — no claudicó el interroga­do.

 — ¿Has escrito tú una nota manifestando el deseo de viajar al Congreso Eucarístico?

 — No la he escrito.

 — ¿Quién te incluyó en la lista?

 — Yo tenía muchos deseos de ir y si alguien, conociendo ese deseo mío, me incluyó en la lista, le quedo muy agradecido.

 — ¿Cual es tu opinión sobre la marcha a Siluva? ¿Cual es su intención, no podría pasarse la fe sin la marcha, no resultaría posible con la misma intención dar 20 vueltas a la iglesia? — indagaba el chequista.

Y por fin, ya sin poder refrenar su moderación, el chequista vociferó:

— ¡Pues bien, el domingo nos encontraremos en Tytuvėnai uno frente al otro a puñetazos!

Un rato después, ya calmado, osó persuadir:

— ¿No podrías colaborar en la desorganización de la marcha???

Declaró el chequista que los principales organiza­dores de la marcha eran los sacerdotes: A. Svarinskas, J. Zdebskis" y S. Dobrovolskis.

Tras un instante de silencio, volvió nuevamente:

— ¿Es cierto que Ricardas Repšys se prepara clandestinamente para el sacerdocio?

Zenonas Mistautas nada contestó.

Tras un par de circunloquios más, el chequista volvió a referirse sobre la marcha a Siluva. Al separarse dejó caer:

— Seguro que comprendiste lo que pretendemos de tí . . .

*    *    *

Klaipėda. El 20 de agosto de 1981, ante el sumari­ante Baracevicius de la Procuraduría de Klaipėda, fueron citados Irena Česnauskiene, Tekle Steponavi­čiūte e Ignas Petrauskas. En la oficina del sumariante también se encontraba cierto agente de la Seguridad.

— ¿Por qué organizas la marcha de Tytuvėnai a Siluva? — preguntó el sumariante a Černiauskiene.

Por su parte el agente comenzó a gritar:

 — ¡Nosotros tenemos mucho lugar en los lagers para tipas como tú, por consiguiente quédate tranqui­la en casa y no andes en ninguna marcha! Firma la advertencia que no habrás de participar en la marcha.

 — Primero conversaré con mi esposo, nosotros participaremos juntos, — contestó la mujer.

 — ¿Tal vez también os llevéis a vuestros hijos? — se enervaba el chequista.

 — No dejo solos a mis hijos, siempre ando con ellos, — señaló I. Cekanauskiene.

El sumariante mostró a T. Steponavičiūte dos fotografías de la marcha del año pasado.

 — ¡Fíjate en lo qué haces!

 — ¿Y cual es el mal que hago, rezo el rosario, acaso está prohibido? — inquirió la interrogada.

 — Reza tu rosario encerrada en tu casa, — se encolerizaba el sumariante.

 — La oración en común resulta más agradable a Dios, ¿no lo saben ustedes? — respondió T. Stepona­vičiūte.

 — Si el presente año participas nuevamente en una de estas marchas, te capturaremos allí mismo en la marcha, te traeremos directamente a la Procura­duría y te juzgaremos. Acaso has olvidado que el año pasado pagaste una multa de 50 rublos por enseñar a los niños las verdades de la fe? Entonces te tuvimos lástima, deberíamos haberte juzgado.

Ahora te conduciré ante el procurador, tendrás que firmar la advertencia que no participarás en la marcha, — decía el sumariante.

Podéis conducirme dondequiera, pero no fir­maré la advertencia, — afirmó terminantemente Steponavičiūte.

I. Petrauskas explicó al sumariante que él ni por asomo había estado el año pasado en la marcha, por lo cual no tenía necesidad de firmar.

El sumariante Baracevicius condujo a los tres "delincuentes" ante el procurador Musteika para explicarle que dichos ciudadanos no cumplían las leyes, participaban en marchas prohibidas. El año pasado, a causa de la marcha se habían producido varios accidentes, además, varias personas habían sufrido golpes de calor . . .

Los citados respondieron que no habían existido ninguna clase de accidentes, y por lo demás, nadie pudo haber sufrido algún golpe de calor, dado que el día se mantuvo nublado.

El procurador les preguntó si no habían leído en "Tiesa" (La Verdad) un artículo sobre la condena de los organizadores de la marcha.

T. Steponavičiūte respondió haberlo leído, pero que en "Tiesa" se publicaban mentiras. El condenado V. Vaičiūnas no había pronunciado ninguna clase de discursos antisoviéticos. Solamente recordó a los participantes de la marcha, que, desde antiguo, nuestros tatarabuelos, abuelos y padres marchaban a Siluva, por lo cual nosotros también tenemos derecho de visitar ese santuario de la Madre de Dios. Estas palabras de V. Vaičiūnas fueron escuchadas por una grandiosa multitud de gente, todos los cuales podrían testimoniarlo.

—         Firmad; he aquí una advertencia para cada uno, de que no participaréis en la marcha, por cuanto no obtuvieron el permiso, — instaba el procurador Musteika.

Empero ninguno de los citados puso su firma, aunque se les reclamó insistentemente.

*    *    *

Kaunas. El 26 de agosto de 1981, la educadora Aldona Raizyte, del jardín-cuna de infantes No. 80 de Kaunas, fué citada por el subrogante del presidente del comité ejecutivo — Petrauskas. La entrevista no se realizó por culpa de la secretaria. Al día siguiente el propio subrogante Petrauskas se presentó en el jardín-cuna de infantes No. 80. Durante la entrevista, Petrauskas acusó a la educadora por haber participa­do activamente el 24 de agosto de 1980 en la marcha religiosa de Tytuvenai a Siluva, por trabajar con la juventud y por catequizar a los niños.

Petrauskas trató de demostrar que la educadora Raizyte "sobrepasaba todos los límites". El subro­gante evitó explicar concretamente cuales límites sobrepasaba, sugiriendo que ello sería indicado por otras instancias.

Al salir, Petrauskas advirtió que por ahora A. Raizyte era puesta sobreaviso, y posteriormente sería juzgada.

En horas de trabajo, la directora I. Ustiniene frecuentemente mencionaba:

—         Cumples bien tu labor, ojalá las demás trabajen igual, pero me ordenan eliminarte.

Sin amonestaciones previas, en el libro de órdenes aparecieron advertencias inmotivadas, acusaciones, incesantes inspecciones, por medio de las cuales se procuró obligar a que la educadora A. Raizyte renunciara a su trabajo pedagógico.

Finalmente la directora I. Ustiniene no pudo aguantar más:

—         Aldute (diminutivo lituano de Aldona. El T.), ya me siento cansada, no puedo dormir por las noches.

El segundo secretario del comité del Partido — Butilkinas, hace tiempo que no me deja en paz: me ordena te despida, y si no soy capaz de hacerlo, tendría que retirarme yo. Le pedí que esperara por lo menos hasta las vacaciones . . . Ninguno colabora . . . no se avienen . . .

Incapaz de seguir soportando las incesantes lágrimas de la directora, la educadora A. Raizyte formuló la nota: "Presento la renuncia, por así solicitarlo el comité del Partido".

Esta nota fué rechazada en la seccional de Educación, mientras la directora Ustiniene recibió una amonestación por indiscreta.

El 30 de abril de 1981 A. Raizyte fué obligada a dejar el empleo.

*    *    *

Vilnius. En agosto de 1981 se presentó ante Janina Siminskaite en su lugar de trabajo (Centro de Cómputos del Ministerio de Comercio) el chequista teniente primero Antanas Bimbyris, para interrogar­la:

— ¿Qué te parece: Andrius Tuckus, Vytautas Bogušis y Algirdas Masiulionis seguirán los pasos de Julius Sasnauskas? ¿Qué ideas abrigan los miembros de la familia Sasnauskas? ¿Cómo obtiene recursos la familia? ¿Cuales son las ideas de Eleonora Sasnauskai­te? ¿Confraternizas con Eleonora Sasnauskaite? ¿La visitas? ¿Qué conversas con ella? ¿No te aprestas a cambiar de trabajo?

Tras toda una serie de preguntas, el chequista Antanas Bimbyris advirtió a Janina Siminskaite, que no se encajara en ese "pantano" . . . "¿No has visto lo que fué requisado en lo de J. Sasnauskas?"

J. Siminskaite había llegado en el momento que se procedía al allanamiento de J. Sasnauskas, quedando detenida. Ella, junto con Eleonora Sasnauskaite, egresaron de la misma escuela secundaria, estudian­do en la misma clase.

El chequista finalizó diciendo que la conversación no había resultado cordial, deberían encontrarse frente a un pocilio de café ... en "Neringa" o en "Dainava" (nombre de dos conocidas cafeterías. El T.). Janina rechazó la invitación. Fué obligada por el chequista Antanas Bimbyris a firmar una nota respecto a que no relataría a nadie sobre lo conversa­do con él.

Antes de esta conversación (un par de semanas antes) J. Siminskaite había sido citada por la milicia, que la acometió a recriminaciones porque no trabaja­ba .. . La muchacha explicó que en 1977 había cursado el colegio secundario A. Vienuolis, y ensegui­da se había empleado, dado que hacía 4 años que trabajaba en el Centro de Cómputos del Ministerio de Comercio.

 

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Vilnius. El 30 de junio de 1981, Natalia Buceviciute — esposa del preso Viktoras Petkus — fué conducida al Comité de Seguridad de Vilnius por dos chequistas que no se atrevieron a revelar sus nombres. Uno de ellos le mostró cierto papel, impidiéndole que leyera su nombre. Al exigirle se identificara, sólo murmu­ró algo vagamente.

La interrogada fué acusada de calumniar a los agentes de la Seguridad, al afirmar que por su indicación había sido despedida del empleo. (N. Buceviciute trabajó durante 20 años en el Laboratorio de Cirujía de Corazón y Aparato Circulatorio de la Universidad de Vilnius. Durante ese tiempo no tuvo ninguna sanción, se le expresaron felicitaciones, se le otorgaron premios en dinero. El 20 de marzo de 1981, por indicación de la Seguridad, la dirección de la Universidad la despidió del empleo).

El sumariante trató de explicar que la citada N. Buceviciute no cumplía ningún trabajo útil para la comunidad, pues trabajando en el hospital atendía a los sacerdotes enfermos.

    El chequista, durante el interrogatorio, la acusó de ser una monja y de imponer sus convicciones a otras personas. Lo cierto es que la propia N. Buceviciute hace una serie de años que es perseguida por sus convicciones religiosas. En 1961 se desempeñó como directora del colegio secundario de Lazdijai. Por sus convicciones había sido examinada en reuniones, en el buró del Partido, criticada en la prensa y, finalmente, despedida de sus funciones de directora. Mientras se desempeñaba en el Laboratorio de Cirugía del Corazón y Aparato Circulatorio de la Universidad de Vilnius, tampoco se la había dejado en paz: tuvo que dar explicaciones en el buró del Partido, donde Jonaitis, secretario de Organización del Partido, exigía porfiadamente que reconociera si era realmente creyente.

El interrogatorio se prolongó unas 2 horas. A. N. Buceviciute le fué quitado el pasaporte (documento de identidad de uso interno. El T.), que le devolvieron recién a las dos semanas. Al efectuarle la devolución, volvieron a exigirle una aclaración por escrito, que N. Buceviciute no hizo.

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Vilnius. El 5 de febrero de 1981, los chequistas citaron para una entrevista en el hotel "Neringa" al arquitecto V. Jasiukevicius, del Instituto Soviético de Proyectos. Los chequistas se interesaron por los extranjeros que visitaban Vilnius y de sus opiniones. Se solicitó la colaboración de Jasiukevicius: suminis­tro de informaciones necesarias, espionaje entre los colaboradores y amigos.

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