(Un profesor de ateísmo sobre el amor y el significado de la existencia):
Vilnius. A fines de 1972, en el Museo de Ateísmo se llevaron dos debates para la juventud, sobre el amor, la amistad y las cuestiones familiares. El prof. K. Daukša se refirió que el amor era un sentimiento animal, pasajero, que no podía haber matrimonios fieles. Lo importante, es que la otra parte no llegue a saberlo, y si lo supiera, debe perdonarlo. El profesor confesó que en su vida había amado cuatro veces y media . . .
Los participantes en el debate, le presentaron muchas preguntas al profesor:
"¿Es normal, si los jóvenes, antes de casarse, comienzan su vida sexual?"
"¿Y la vida sexual es o no normal? ¡Es normal! Entonces, que pregunta puede haber sobre ello", contestó el profesor.
"¿Como ve el conferenciante la virginidad de la niña?"
"Es un resabio religioso. El hombre, que busca casarse con una mujer virgen es un egoísta".
"Profesor: ¿está usted por el amor libre?"
"En el país de los soviets hay libertad: puedes vivir en casamiento legal, se puede llegar a un mutuo acuerdo y amarse."
"¿Tal vez esté usted por las casas de tolerancia?"
"Podrían existir, pero su forma tal vez sería distinta: socialista."
Una voz del salón: "¡Gratis!"
"Profesor, usted ha banalizado todo: el arte, la poesía, el amor. ¿Cuál es, entonces, la finalidad de la existencia?"
"¿Finalidad? ¿Quién lo sabe? Si hay atracción de vivir — vivimos, si esa atracción se debilita — nos ahorcamos, nos envenenamos, nos ahogamos, nos pegamos un tiro. Quien cavile demasiado sobre el significado de la existencia, será llevado al hospital psiquiátrico . . ."
En más de un participante de los debates surgió el interrogante: ¿por iniciativa de quién el prof. K. Daukša pervierte a la juventud capitalina? ¿Acaso los ateístas ya no creen que es posible ateizar a la juventud, sin destruir primero su moral?