VILNIUS

(Nota de 1100 creyentes a Moscú solicitando libertades para la Iglesia):

El 16 de julio del corriente año, los católicos de Lituania volvieron a enviar a Moscú una exposición, en la cual se requiere libertad para la Iglesia Católica de Lituania.

Al Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética

Exposición

de los católicos de la RSS de Lituania

Nosotros, los creyentes de la RSS de Lituania, nos dirigimos a las supremas autoridades de la URSS, solicitando enmendar ciertas anormalidades de nues­tra existencia.

La Constitución de nuestro país asegura la libertad de religión y de conciencia, pero nuestros hijos no tienen la posibilidad de aprender religión. Carecemos de libros de enseñanza de religión, nosotros mismos tenemos pocos conocimientos religiosos, y cuando solicitamos que instruyan a nuestros hijos aquellos que bien la comprenden, resultan condenados, p. ej. hace poco la justicia condenó a la cárcel a los sacerdotes de Prienai y Girkalnis por la enseñanza religiosa de los niños. Hace poco fué condenado el sacerdote deValkininkai. Poco antes juzgaron al sacerdote de Dubingiai.

La Constitución garantiza la libertad de culto, pero a nosotros se nos impide tener suficiente cantidad de sacerdotes: se obstaculiza la admisión de candidatos en el Seminario Eclesiástico, y muchas parroquias son servidas por sacerdotes inválidos. Hay bastante parroquias sin sacerdotes. A nuestros hijos se les prohibe permanecer junto al altar—servir durante la Misa.

No existen tales restricciones en otros países, en nuestros vecinos: Polonia, Alemania democrática.

Con temor vemos como a nuestra comunidad la carcome el cáncer de la inmoralidad: el alcoholismo, el divorcio, los delitos juveniles. Anteriormente no lo había. Son los frutos de la educación sin religión: quitada la religión, en su lugar no se ofrece nada superior, puesto que el ateísmo no otorga ningún estímulo para la superación moral.

Nosotros, los creyentes, trabajamos al igual que los no creyentes, pero no nos sentimos en igualdad de condiciones—son restringidas nuestras necesidades religiosas. Y eso nos duele. Es más doloroso aún, cuando vemos progresar la depauperización moral de la gente, que solamente la religión puede detener. Por lo tanto, solicitamos que nadie sea sancionado por la enseñanza de la religión y que en el Seminario Eclesiástico pueda ingresar el que lo desee.

l-VII-1972.

Esta presentación la firmaron 1100 creyentes de Lituania, en su mayoría de la arquidiócesis de Vilnius. Para obtener la respuesta fué dada la dirección de la Curia del arzobispado de Vilnius: Vilnius, calle Kretingos No. 14.