(Aflojamiento de los grillos):

El segundo semestre de 1972, para la Iglesia Católica de Lituania resultó comparativamente tranquilo—decreció la grosera persecusión de fieles y sacerdotes. No se promovió ningún juicio a los sacerdotes por la denominada "ilegal" enseñanza de las verdades de la fe a los niños, aunque, utilizando su métodos "jurídicos", los representantes del gobierno soviético habrían podido condenar fácilmente a más de un sacerdote.

Los funcionarios gubernamentales bastante ama­blemente recibieron a los regresados del campamento padres Juozas Zdebskis y Prosperas Bubnys, permi­tiéndoles que ejercieran cierto tiempo sus deberes sacerdotales en sus parroquias.

Algo totalmente distinto había sido un año atrás. En el otoño de 1971, al P. Šeškevičius, que saliera del campamento de Alytus, se le notificó que, en su calidad de delincuente contra el gobierno, no se le permitiría realizar trabajo sacerdotal y tendría que cambiar de especialidad. Solamente tras enormes esfuerzos del P. A. Šeškevičius, el delegado del soviet de Asuntos Religiosos, Rugienis, le permitió trabajar como vicario en Silale, diócesis de Teisiai.

En 1972, por primera vez en la historia de la Iglesia Católica de Lituania, el gobierno soviético comenzó a tolerar los retiros espirituales sacerdotales decanales. Rugienis permitió a S.E. el Obispo J. Labukas y S.E. el Obispo J. Pletkus que asistieran a los retiros espirituales de los sacerdotes y conferenciaran sobre cuestiones de la vida interior de los sacerdotes. Algunos obispos mencionaron que serían permitidas las conferencias decanales para cuestiones pastorales.

A principios de Adviento debía aparecer la primera edición de la nueva traducción del Nuevo Testamen­to, y algo más tarde el Catecismo.

Los órganos de seguridad demostraron mayor moderación al buscar agentes entre los seminaristas.

 

(Palabras sobre tolerancia):

La propaganda no escatimó esfuerzos para demos­trar el humanismo del gobierno soviético con respec­to a la religión y a los creyentes. "El gobierno soviético y los órganos gubernamentales no se entrometen en los asuntos internos, es decir, en su acción canónica y dogmática ... lo importante es cumplir las leyes soviéticas, que conceden sus derechos a lias comunidades religiosas y a los creyentes" (Entrevista de J. Rugienis a la redacción de "Tarybų Darbas" — Labor Soviética —, 1972, No. 9, pág. 17-18).

"Defender los derechos de los creyentes—es una de las exigencias de la justicia socialista . . . Los individuos, que discriminen a los creyentes, induda­blemente son severamente condenables", escribía algo antes el presidente del soviet de Asuntos Religiosos, V. Kurojedov (Religija ir įstatymai—La religión y las leyes—, 197-1, pág. 24-25).

Lástima que los órganos del gobierno olvidan o no desean oír, que la catequecis está ordenada por los cánones de la iglesia. Los juicios de los padres A. Šeškevičius, J. Zdebskis y P. Bubnys, demuestran el torpe entremetimiento gubernamental en la activi­dad canónica de la iglesia y destruyen las mentirosas entrevistas y exposiciones.

La cumbre del Partido Comunista recordó las palabras de Lenín, pronunciadas cierta vez en el I Congreso de trabajadores de Rusia: "Se debe luchar con extraordinario cuidado contra los prejuicios religiosos: mucho daño producen aquellos que intro­ducen en esta lucha el lesionamiento de los sentimien­tos religiosos. Se debe luchar propagando, ilustrando. Confiriéndole filo a la lucha, nosotros podemos irritar a la masa" (Lenín, Escritos, t. 28, pág. 158).

La grosera persecusión de los creyentes y de la religión, Lenín la condenaba y la denominaba "ataques de caballería". Después del memorándum de los 17.000 creyentes y los hechos de mayo en Kaunas, la cumbre del gobierno percibió que "los ataques de la caballería" ya habían "irritado bastante a la masa".

(Palabras contra el nacionalismo):

El 21 de diciembre de 1971, cuando el gobierno soviético conmemoraba el 50 aniversario de la URSS, hubo de enfrentrarse con un nuevo problema—la candente cuestión nacionalista. Gran preocupación promueven no solamente las naciones del Báltico, Ucrania, sino también las repúblicas musulmanas del Asia, cuyo crecimiento es el mayor y las cuales han mantenido sus costumbres y su religión.

El bien informado miembro de la asociación "Zinija" (Conocimiento general), A. Balsys, escribía:

— El Partido Comunista procura examinar muy minuciosamente y eliminar los motivos que pudieran despertar los residuos nacionalistas, dado que en las relaciones nacionales no puede haber menudencias" (Kur susikerta ietys—Donde chocan las lanzas—, 1972, pág. 34). El mencionado propagandista afirma que

"los errores y los desacuerdos, luchando contra las remanencias religiosas en una república dada" pueden mantener el nacionalismo (allí mismo, pág. 33).

"Tiesa" (La Verdad) en su editorial del 8 de junio, titulado "Brangiausias jausmas" (El sentimiento más preciado), demostraba a los lituanos que su patria es la Unión Soviética, que ella no fué ni será una madrasta, y por ello se la debe amar como a una madre.

La propaganda soviética aseveraba que Lituania no era rusificada, que solamente el zarismo ahorcaba a las naciones sojuzgadas y que promovía el naciona­lismo gran ruso (según A. Balsys, Donde chocan las lanzas, pág. 35).

 

(Acción contra la emigración — ¿por qué?):

Nuestra emigración, activa y fiel a los ideales de su Patria, popularizó en el mundo la dolorosa persecu-sión de la Iglesia Católica de Lituania. Los grandes diarios del mundo, la radio y la televisión, comenta­ron frecuentemente los hechos de Lituania. Todo ello perjudicaba al prestigio de la Unión Soviética. Tanto más, porque ella "lucha" hasta por los derechos de los católicos de Irlanda . . .

La propaganda soviética, como nunca, atacó e insultó a la emigración lituana. Tal vez dudando de su propia autoridad, procuraron "atraer" en su ayuda hasta a los sacerdotes. En los periódicos del extranje­ro aparecieron algunos artículos firmados por ciertos sacerdotes, denigrando a la emigración y el pasado de Lituania y exaltando el presente ("Laisve"—La Libertad—, 1972, No. 67, 68, 69).

 

("La paz" provisoria):

La actual "paz" de la Iglesia Católica de Lituania, es provisoria y falaz. Sus finalidades son las si­guientes:

1. Apaciguar el creciente descontento en la nación por los perjuicios religiosos y nacionales.

2. Comprometer los esfuerzos y trabajos de la emigración, vitalmente necesarios para la Iglesia y la Patria.

3. Recomponer el decadente prestigio de la Unión Soviética en el amplio mundo, por su persecusión de la Iglesia. Ello es especialmente actual al prepararse para la conferencia de Helsinki.

4. También es cierto, que para que apareciera "la paz" tuvieron influencia los decaídos asuntos econó­micos de la Unión Soviética—la necesidad de comprar en el exterior gigantescas cantidades de trigo. Cabe la pena recordar algunas impresiones en el Congreso de los EE UU de A. El senador Jackson prepara un proyecto de ley, que lo apoyan ya 75 senadores—los EE UU de A. no deben vender trigo a la Unión Soviética hasta que esta no haga cumplir la Declara­ción de los Derechos Humanos. Utilizando las palabras del senador Jackson, la URSS fué la primera en firmar la Declaración de los Derechos Humanos y quedó como única nación en el mundo que hasta el presente absolutamente no procuró ponerla en prác­tica.

5. Atenuando los excesos administrativos, los ateístas creen que los católicos de Lituania olvidarán y no exigirán los más elementales derechos y medios para su vida religiosa. En la Unión Soviética hasta miembros de alguna secta se hallan en mejorsituación que los católicos de Lituania. El presidente del soviet de Asuntos Religiosos, Kurojedov, escribe: "Se han registrado y habilitado muchas nuevas iglesias y grupos de creyentes (de sectas. Red.); en tiraje de millares se ha editado la Biblia y una selección de cánticos; regularmente se edita la revista "Bratskij Vestnik"; funciona en el VEKBS el curso de dos años para el estudio de la Biblia." (La religión y las leyes, p. 51).

Los católicos de lituania carecen de almanaque, periódico, catecismo, literatura religiosa y otros medios imprescindibles.

 

(Los hechos de una guerra enmascarada):

El superficial silencio no impidió a los ateístas, también en este año, luchar embozada y planificada-mente contra la Iglesia Católica de Lituania. Lo testimonian toda una serie de hechos:

La propaganda ateísta fué sumamente activada. Ella atacó despiadamente a los sacerdotes y creyentes activos. "Los más fanáticamente predispuestos sir­vientes del culto y los creyentes, procurando mante­ner la influencia de la religión, luchan por la anulación de las leyes de culto religioso, para que de ese modo sea totalmente asegurada la desembarazada propaga­ción de la religión. Tales elementos predispuestos extremisticamente, con su acción lesionan grosera­mente las leyes de las cuestiones religiosas y eclesiás­ticas, que los fanáticos tratan muy injustamente". Estos pensamientos del presidente del soviet de Asuntos Religiosos, Kurojedov, fueron ampliamente propagados por los ateístas de Lituania.

Especialmente los maestros fueron exaccionados para educar a los educandos en el espíritu ateísta. "Es el noble deber de las escuelas — defender a los niños de las influencias religiosas, educar a los educandos como luchadores ateístas." ("Tarybinis Mokytojas"— El Maestro Soviético —, 13-11-1972).

Durante la primera mitad del año escolar 1972-1973, hasta por la coacción eran impulsados a incorporarse a las organizaciones de los pioneros y la juventud comunista.

El delegado del soviet de Asuntos Religiosos, Rugienis, se quejaba de que las comisiones populares, que trabajabanjunto con los comités ejecutivos de las regiones y ciudades y que no controlaban como se ejecutaban los leyes sobre los cultos religiosos, no siempre eran activas. Aconsejó que se incorporara en ellas un activo más amplio. "Por lo tanto correspon­dería rever la composición de estas comisiones, congregando en ellas mayor cantidad de personas." (El Trabajo Soviético, 1972, No. 9, pág. 18).

Las trasmisiones de radio Roma de las 7:45 hs. eran especialmente interferidas. Por cuanto eran trasmiti­das en horario incómodo, por la mañana y fueron poderosamente interferidas, los católicos las aprove­charon muy poco. La radio Vaticana era mejor oída y muchísimos creyentes, por la noche a las 21:20 hs., escuchaban con gusto sus trasmisiones.

S.E. el Obispo J. Steponavičius, en abril de 1972 se dirigió al gobierno de Moscú exigiendo que le fuera permitido cumplir sus funciones pastorales. Rugienis le explicó, que por el momento no se le podía dar trabajo.

S.E. el Obispo V. Sladkevičius, en el verano de 1972, solicitó ser trasladado a cualquier parroquia, donde le resultara más fácil valerse de la ayuda de la medicina. Desgraciadamente, su solicitud quedó des­oída.

La edición del catecismo, parece, quedó olvidada. Además, a los católicos de Lituania en estos momen­tos ya no les satisfacerla el "Tikybos pirmamokslis" (El manual de la fe) del obispo K. Paltarokas. Si los lituanos en la emigración fueron capaces de editar en 1960 en Roma un catecismo de 265 páginas preparado por el P. P. Manelis, entonces un no menor catecismo tendrían que editar los lituanos en su Patria, donde existe "plena libertad religiosa".

Aunque el Nuevo Testamento aparecerá pronto, empero los católicos de Lituania lamentan, que el gobierno soviético antes de su aparición lograra comprometer a su traductor el p. C. Kavaliauskas, obligándolo a que escribiera una serie de artículos en un periódico comunista lituano de los EE UU de A., en los cuales se denigra la emigración lituana, los sacerdotes activos, los creyentes de Lituania, los programas de radio Vaticana y se alaba "la hermosa y floreciente" existencia en Lituania.

Al regresado del campamento P. J. Zdebskis, Rugienis trató de desterrar silenciosamente de la diócesis de Vilkaviškis a la diócesis de Teisiai. Por cuanto este plan se derrumbó, entonces la milicia de Prienai ordenó al P. J. Zdebskis que encontrara trabajo en cualquier parte en el término de 15 días.

(Los éxitos de la acción ateísta):

¿Cómo les ha ido a los ateístas no en la persecusión de los creyentes, sino en su trabajo específico?

En 1972 actuaban en Lituania 33 escuelas de instructores ateístas, en las cuales estudiaban 750 instructores. Para los propagandistas-ateístas se editaba una publicación periódica "Religija ir dabar­tis" (La Religión y la actualidad); además, se comenzó a publicar "Atsakymai tikintiesiems" (Respuestas a los creyentes).

"Tal como lo demostrara la práctica de la labor de las escuelas republicanas de instructores ateístas el año pasado, no todas las organizaciones de la asocia­ción "Zinija" fueron suficientemente atentas a esta forma de enseñanza de los instructores. Algunas de ellas enviaron para su preparación, por lo visto, no a la gente más capaz. Por lo tanto un considerable porcentaje de oyentes (subrayado por la Red.) después de 1 ó 2 ocupaciones dejó de concurrir a la escuela" ("Laikas ir ivykiai"—El tiempo y los hechos—, 1972, No. 23,pág. 11).

"La gente enviada por las organizaciones de Druskininkai, Ukmerge, Joniškis, Teilšiai y otras, tal como ellos mismos reconocieron, no fué utilizada totalmente en los raiones" (allí mismo, pág. 12).

El instructor del CC del PCL, Pr. Beniusis, se queja porque trabajaron muy mal los ateístas del raion de Silale, mientras "Tevyne" de Panevezys se interesó muy poco en la temática ateísta, etc. (El tiempo y los hechos, 1972, No. 21, pág. 19).

Nada mejor les resultó a los ateístas en la popularización de las ceremonias ateístas. "Empero hay que reconocer francamente, que en muchas partes las hermosas iniciativas comienzan a apagarse. Las cigüeñas que caminan orgullosamente y anun­cian el nombre dado al reción nacido, comienzan a desaparecer no porque cambian los tiempos de los años, sino, por lo visto, porque se apagan los buenos deseos, porque esos deseos siempre menos se ven ayudados por la actividad concreta, la iniciativa y la concepción, porque se extraña la inventiva, se transita por el más común camino estereotipado" ("Tiesa", 14-1-1973).

¿Y como parecerían los resultados del trabajo ateísta, si el gobierno soviético no los apoyara, y le diera a los creyentes libertad de acción?!

Los alumnos creyentes en la escuela ateísta

En Lituania la mayoría de los niños son educados religiosamente. Lo testimonian los siguientes hechos:

Todos los años se preparan para la Primera Comunión una gran cantidad de niños. Por ejemplo, en Anyksciai se preparan anualmente unos 150 niños, en Svencionis — unos 200 niños, en Prienai — unos 300 niños, en Marijampole — unos 500 niños. En las parroquias mayores no regionales para la Primera Comunión se preparan anualmente de 100 a 120 niños. En las parroquias más pequeñas toman la Primera Comunión 15-30 niños.

Los propios ateístas reconocen que, bajo influencia religiosa hay todavía bastante cantidad de niños y adolescentes. En 1971 se escribe en el periódico

"Lietuvos pionierius" (El pionero lituano): ". . . en este verano parte de los estudiantes del colegio de Valkininkai concurrieron a la iglesia, cumplieron los cultos religiosos. Alguno que otro ayudó al sacerdote durante los oficios. Entre estos estudiantes había hasta pioneros y jóvenes comunistas . . . Hasta los más activos pioneros y jóvenes comunistas deValkininkai estuvieron tan apaciguados, que "no percibieron en ello nada malo" . . . Otros, desgracia­damente, por sí mismos comenzaron a asegurar que ellos "creen en Dios" y no dejarán de concurrir a la iglesia. Lo más doloroso es que, entre estos "otros" había pioneros y jóvenes comunistas" (V. Grublikas, Skaudi pamoka—Lección dolorosa).

La siempre intensificada lucha por la concepción ateísta del mundo de los educandos, dice que la mayoría de los educandos son creyentes. Especial­mente en el año 1972 fué destacada la importancia de la educación ateísta. El secretario del CC del PCL, A.Baranauskas, el 26 de febrero de 1972 escribía en "Tiesa": "La finalidad de la escuela es conseguir que los conocimientos ofrecidos en el proceso de la educación se conviertan en firmes convicciones. Cultivar ateístas luchadores — es la obligación de todo colectivo de pedagogos, de todo maestro."

El ministro de Educación de la RSSL, M. Gedvilas, asegura: "Teniendo en cuenta la lucha ideológica que se desarrolla en el mundo, nosotros tenemos que buscar siempre caminos y medios para educar todavía mejor una personalidad instruida totalmente, rica espiritualmente, con una concepción materialista del mundo, con convicciones comunistas, con gran conciencia ciudadana" ("Tiesa", 18-VIII-1972).

¿Con qué métodos se les injertan a los estudiante creyentes las convicciones ateístas?

 

A los estudiantes se les enseña el ateísmo por la fuerza.

A los maestros de todas las especialidades se les obliga, cuando enseñan sus materias, p. ej. física, astronomía, que propaguen el ateísmo. Hasta en las lecciones de matemáticas debe haber elementos ateístas. En el libro de A. Gulbinskiene y V. Petronis "Mokslinis ateistinis auklėjimas mokykloje" (La educación ateísta científica en la escuela), destinado a los maestros, se dice: "Por ejemplo, en los grados III-IV se les puede ofrecer a los alumnos para que calculen los gastos innecesarios de la gente para mantener las iglesias y los sacerdotes ... Se debe demostrar fehacientemente como se puede utilizar ese dinero para mejorar la existencia de la gente trabajadora" (Kaunas, 1959, pág. 33). La fe de los educandos tienen que demolerla especialmente los profesores de historia, literatura y ciencias sociales. Los jefes de clase deben necesariamente planificar y dictar conferencias ateístas durante las reuniones de las clases. En las escuelas se organizan conferencias ateístas, consideraciones sobre libros ateístas, pregun­tas y respuestas y veladas para la demostración de los "milagros". Los propagandistas del ateísmo no consul­tan ni a los padres ni a los niños, si ellos quieren ser ateístas, sino que se introducen por la coacción en las conciencias y osan proclamar: "En la Unión Soviética está instaurada la plena libertad de conciencia." (J. Anicas y J. Rimaitis, "Las leyes soviéticas sobre los cultos religiosos y la libertad de conciencia", 1970 pág. 17).

(Los hechos de las falacias ateístas):

Al educar ateísticamente a los niños, se hace caso omiso totalmente de la verdad más elemental. Se

apela a la más grosera calumnia, presentando a la Iglesia como a la mayor propagadora de prejuicios, y a los sacerdotes—como delincuentes. Por ejemplo, en el manual de VI grado "Viduriniu amziu istorija"

(Historia de la Edad Media) se denigra la Iglesia, los papas y los conventos. Sobre San Ignacio de Loyola se escribe que habría enseñado: "Se debe obedecer al Papa sin la menor protesta, aún en nombre del pecado, y se debe pecar si así lo requiere el superior" (1972,pág. 226).

En "Senovės istorija" (Historia de la antigüedad) se escribe que el cristianismo surgió de las leyendas sobre Cristo, y estas han provenido de los mitos sobre Osiris, etc. (1971, pág.225). Mientras tanto, el historiador del siglo primero, Tácito, en el libro décimo quinto de su obra "Anales", escribe: "El iniciador de su nombre, Cristo, siendo gobernador Tiberio, fué condenado a muerte por el procurador Poncio Pilatos . . . (P.K. Tacitas, Obras escogidas, Vilnius, 1972, pág. 224).

En el manual "Visuomenes mokslas" (Ciencia general) destinado para el grado noveno, se escribe: "Las filas de los servidores de la iglesia son compues­tas por elementos parásitos, vividores y sujetos moralmente arruinados" (1971, pág. 212).

Procurando desmerecer los milagros, "los propa­gandistas de la escuela soviética aseveran: "Muy a menudo los santurrones engañan a los creyentes convirtiendo el agua en "Sangre". Los santurrones utilizan también este truco — por la noche las velas se prenden solas en la iglesia" (A. Gulbinskiene y V. Petronis "Mokslinis-ateistinis auklėjimas mokyk­loje" — Educación científico-ateísta en las escue­las — , pág. 28).

Embalados en la mentira, los propagadores del ateísmo, convierten en "ateístas" hasta a Galileo, Copérnico y otros científicos (allí mismo, pág. 64).

El 25 de diciembre de 1971, en el colegio secundario de Prienai, la maestra de historia y ciencias gene­rales, Vaškiene, "instruía" a los del décimo, refirién­doles, que María había sido una prostituta, José — un tontuelo, etc.

(La amenaza de las "características"):

Los alumnos que concurren asiduamente a la iglesia son amenazados de que en la característica se les anotará sobre su fe y, por lo tanto, no lograrán incorporarse a los estudios superiores. Durante todo el período de postguerra, se practicaba anotar en la característica: "No se ha desprendido de los prejuicios religiosos".

Alguna vez escribía Lenín: "Cualquier diferencia­ción entre los ciudadanos, con respecto a sus dere­chos, dependientes de las convicciones religiosas, es absolutamente intolerable. Hasta cualesquier men­ción sobre alguna u otra fe de los ciudadanos en los documentos oficiales debe ser totalmente anulada" (Lenín, Obras, t. 10, pág. 65-68). No es posible permitir que los maestros en las características de los exami­nandos anoten por su iniciativa sobre la religiosidad de estos. Si ello no fuera fomentado por las cumbres del gobierno, en las condiciones del régimen soviético, ningún maestro se atrevería a hacerlo así. Desgracia­damente, los maestros saben que, por las convicciones religiosas, hay muchos que han sufrido, pero, entre los coaccionadores de las conciencias de los cre­yentes — ¡no hay ninguno!

(Incorporación por la fuerza de los educandos en los octubristas, pioneros y jóvenes comunistas):

Los educandos creyentes son obligados a inscri­birse en las organizaciones ateístas de los pioneros y jóvenes comunistas.

Los alumnos de los primeros grados son inscriptos en los pequeños octubristas y pioneros sin consultar ni a los niños, ni a sus padres. A los niños se les ordena comprarse las estrellitas o las corbatas rojas. Muchos maestros adquieren por sí mismos las estrellitas y las corbatas, y después ordenan traer el dinero. Una vez inscriptos por la fuerza en los pioneros, los maestros ordenan a los niños no ser hipócritas, no concurrir más a la iglesia, pues el verdadero pionero debe ser ateo. Los maestros coaccionan a los niños frecuentemente no por propia iniciativa, pues ellos son coaccionados por el ministe­rio de Educación. En la mayoría de las escuelas de Lituania, el uso de las corbatas rojas no es popular y los niños evitan usarlas.

"La religiosidad de los padres y de los propios niños es el motivo fundamental, sino el único, por el cual los alumnos no quieren incorporarse a la organización de los pioneros. Por consiguiente, en aquellas circunstancias en que el joven adolescente se niega a incorporarse, se puede creer que está educado en una familia religiosa y que, él mismo, en mayor o menor grado, es religioso", así razona B. Bitinas, especialista en ateización de los educandos (Los educandos religiosos y su reeducación, 1969, pág. 128).

En relación con el 50-rio de la URSS, en el primer semestre del curso 1972-73, los estudiantes de las clases superiores eran especialmente obligados a inscribirse en la juventud comunista. Los estudiantes eran convencidos de que a los jóvenes no comunistas les resultaría más difícil entrar en los estudios superiores. En verdad, hay frecuentes casos en que los que se incorporan a los colegios superiores, son rechazados por no ser jóvenes comunistas. En algunos colegios, en el año 1972, los educadores demoraban a los alumnos dos y tres horas después de las clases, y continuamente les hablaban de incorporarse a la juventud comunista. En los últimos tiempos se nota cada vez más el desapego de los estudiantes de pertenecer a esta organización. Algunos lo hacen por motivos patrióticos, otros—por los religiosos, dado que no quieren delinquier contra sus convicciones, y la mayoría no percibe ningún beneficio de la juventud comunista.

Los educadores de las clases deben dar un informe a la sección educación del raion, sobre la cantidad de jóvenes comunistas. Si en su clase hay pocos, la sección educación hace la deducción que esta maestra educa mal a su clase. Los carreristas procuran destacarse por lo menos en esto — mi clase es cien por ciento joven comunista.

En el otoño de 1972 se incorporaron en las escuelas superiores gran cantidad de jóvenes no comunistas. Pareciera, que cuanto más se avance, más dificultoso resultará corporizar el sueño del "ciento por ciento".

La inscripción en la juventud comunista es considerado muy importante en el educar ateística­mente al estudiante. "La decisión de convertirse en joven comunista y la decisión de renegar absoluta­mente de las opiniones religiosas" (B. Bitinas, "Los educandos religiosos y su reeducación", pág. 108).

Al ser inscripto en la juventud comunista, el estudiante no es preguntado si cree en Dios o no, y posteriormente — más de una vez es criticado acerba­mente. Una estudiante de la escuela secundaria de Cedasai, dice: "Yo recuerdo como estaba de avergon­zada, cuando una reunión de la juventud comunista me juzgaba por la concurrencia a la iglesia". Muchos estudiantes católicos, inscriptos en la juventud comunista, procurando no tener dificultades en el colegio, comienzan a evitar la iglesia, viajan más lejos para cumplir con sus prácticas religiosas para que no lo sepan sus compañeros y maestros, y de ese modo dejan lentamente de practicar la fe. En la presente época, cada vez más claro le resulta a la juventud católica de Lituania — la incorporación a la juventud comunista es un gran error.

(Es obligatorio incorporarse a los grupos ateístas y la acción ateísta):

En los colegios secundarios, junto con otros grupos, debe funcionar también el grupo ateísta. Hay muy pocos que se incorporan, por lo cual los maestros obligan por la fuerza a que los estudiantes creyentes participen en la actividad del grupo ateísta. En este grupo frecuentemente se designan varios represen­tantes de cada clase. A veces, en el grupo ateísta inscriben a todos los jóvenes comunistas, como ser en el colegio secundario de Punía, y a veces hasta a los estudiantes que practican activamente la fe, para que, participando en la actividad ateísta, se "reeduquen". Algunos maestros hasta apelan al engaño para inscribir a los niños en el grupo ateísta. En el primer semestre del año escolar 1972-73, la maestra Dainaus-kaite del colegio secundario de Krosna, invitó a sus alumnos a inscribirse en el grupo, cuyos miembros harían excursiones, "visitarían iglesias", etc. Desco­nociendo la falsía, los niños creyentes se inscribieron en el grupo ateísta, y posteriormente, al enterarse del engaño, renunciaron.

La impopularidad del ateísmo entre los alumnos lo testimonia el hecho de que los grupos ateístas apenas vegetan en casi todas las escuelas de Lituania: actúan apenas lo "necesario".

La inscripción del estudiante creyente en el grupo ateísta es el más grosero delito contra las convicciones del niño y de sus padres.

Una de las maneras de coaccionar la conciencia del estudiante que más se han propagado es obligar al estudiante a responder sobre cuestiones ateístas, responder sobre lecciones de ateísmo, escribir sobre temas de ateísmo, o dictados, participar en la actividad ateísta.

B. Bitinas escribe: "Tocaremos algunas maneras utilizadas para incorporar a los educandos en la acción ateísta. Una de ellas es la manifestación pública del estudiante sobre un tema ateísta (en conversaciones, conferencias de disertantes, conside­rando una película, en el periódico mural, etc.) ... Lo más importante es que el estudiante, con esaapreciación, es estimulado para recibir una defini­ción. Ahora el estudiante debe comportarse de la manera que se expresó, pues caso contrario, sus compañeros de clase lo considerarán un hipócrita. El adolescente, comunmente, es muy sensible a tal acusación" (Los educandos religiosos y su reeduca­ción, pág. 165).

¿Hacen falta más comentarios sobre las palabras de estos baldadores del espíritu de la juventud de Lituania, que testimonian sobre el hacer caso omiso total de la libertad de conciencia de los educandos? Queda por agregar, que el mencionado libro ha sido editado por el ministerio de Educación de la RSSL y está recomendado a los maestros, como instrucciones para la ateización de los alumnos.

Los maestros de dibujo, muy frecuentemente ordenan a los alumnos creyentes que dibujen algo ateísta. Por negarse a dibujarlo, se le pone un dos. Tamaña coacción de los educandos es considerada muy humanitaria, así como correspondiente al programa dispuesto por el ministerio de Educación.

(Burlas y terror):

Los alumnos que concurren a la iglesia más de una vez son objeto de burla y reconvenciones en las

reuniones de la clase, los periódicos murales, etc. En abril de 1972, la alumna del año X del colegio secundario de Aštrioji Kirsna, Lina Galinskaite, concurrió al velorio de un vecino y arrodillándose rezó por el fallecido. La presidenta del comité de profesionales del colegio,Lukoševičiene, y la secreta­ria de la organización partidaria, Valiukoniene, al ver rezando a la alumna en el velorio, se iritaron muchísimo. Al día siguiente, en la clase de L. Galinskaite se convocó una urgente reunión. La educadora recriminó a Lina "por arrodillarse y persignarse".

—          Me arrodillé y me arrodillaré. Me persigné y me persignaré. Esto no me lo podrán prohibir, porque carecen de derecho, — retrucó valientemente la niña creyente.

—          Puedes arrastrarte, pero por ello o habrá que echarte de la escuela, o sino darte un dos en conducta.

Lukoševičiene y Valiukoniene decidieron con­siderar el comportamiento de Lina en presencia de todos los alumnos. Los jóvenes comunistas tendrían que condenar su comportamiento.

—       Nosotros mismos concurrimos a la iglesia y rezamos, entonces como podemos condenar a una compañera, — se desdecían los estudiantes.

La presidenta del comité de profesionales convocó una reunión de trabajo; deseaba que, por lo menos, las mucamas condenaran a la niña, empero las mujeres la defendieron mancomunadamente.

Por lo general, los maestros evitan burlarse ellos mismos de los alumnos religiosos (aunque también aparecen algunos), pero incitan a hacerlo a los demás alumnos. En el libro "Los educandos religiosos y su reeducación" se dice: "Alguien asegura que, educan­do ateísticamente a los alumnos, no se debe utilizar la crítica satirizante con respecto a aquellos alumnos que cumplen con las ceremonias religiosas. Nuestro material acopiado demuestra, que esta afirmación no puede ser aceptada categóricamente, cuando se enfrenta con los jóvenes adolescentes religiosos. En algunas oportunidades, hasta la opinión comunitaria expresada en forma satírica, ayuda a los alumnos religiosos a recibir los fines de la educación ateísta mejor que otras formas de convencimiento ateísta. El adolescente no quiere ser mofado colectivamente, y ello produce mayor influencia que la estimulación de los padres para que cumplan las ceremonias religio­sas" (pág. 122). "El alumno se siente abatido, cuando lo retan por el cumplimiento de los cultos religiosos, especialmente si él es pionero" (allí mismo).

(Contra los que ayudan en la iglesia):

Son especialmente perseguidos aquellos alumnos que ayudan en Misa y participan en las procesiones.

(Ver Crónica de la ICL, Nos. 1, 2, 3, 4). Los maestros reconvienen a los mismos alumnos, para que no participen en las ceremonias religiosas, convencen a los padres para que no dejen a sus hijos junto al altar, mientras los funcionarios gubernamentales atemori­zan a los sacerdotes con sanciones, traslados a parroquias más pequeñas, etc. Los ateístas temen que la participación activa en las ceremonias religiosas pueda crear católicos concientes, y especialmente, que entre los muchachos que ayudan en Misa se encuentren candidatos para el Seminario Eclesiástico.

El estudiante del colegio secundario de Karklenai, E., ayudaba a Misa. Lo llamó el director A. Vilkas, y le preguntó:

—       ¿Verdad que ayudas en Misa?

—       Es verdad.

—       ¿Cuanto te paga por eso el sacerdote?

—       Me pagan de más arriba.

—       Recibirás una característica tal, que no entrarás en ningún lado.

—       Y esos jóvenes comunistas, que por las noches vagabundean alrededor de la casa de cultura, carga­dos con bajas calificaciones, ¿obtendrán ellos buena característica y entrarán a estudiar?

— ¡Beata!

Otro estudiante, P., también era perseguido por la fe. El director Vilkas, llamándolo a su gabinete, le preguntó si asitía a la iglesia.

—       No solamente asisto a la iglesia, sino que toco en el órgano.

—       Conozco, conozco tus trabajitos. Yo destrozaré ese nido de fanáticos, — gritaba el director.

—       Todos nosotros somos fanáticos de alguna clase. Yo creo en Dios, usted también cree . . . ¿Qué hay de malo? Pues hay libertad de conciencia.

— Veremos como estornudarás, cuando por mala característica tendrás que viajar al servicio militar, — lo amenazó el director.

Los maestros ateístas y los funcionarios guberna­mentales se enervan especialmente al conocer que los alumnos visitan al sacerdote y leen la literatura que él les facilita. El contacto del sacerdote con los alumnos está prohibido hasta por ley soviética.

Al observar los maestros que el alumno puede incorporarse al Seminario Eclesiástico, procuran influenciarlo especialmente para derivar su anhelo en otra dirección. Más de una vez se muestra obsecuencia con ese alumno, con la finalidad de ganar sus simpatías. Hay también casos totalmente contrarios — un alumno así se procura apremiarlo durante la época de estudios y en los exámenes.

(Contra los que concurren a la iglesia):

Por la concurrencia a la iglesia, a los estudiantes más de una vez se les rebaja el puntaje, especial­mente la clasificación en conducta.

En el colegio de ocho años de Rageliai (Raion de Rokiskis), la estudiante de primer año Aurelija Racinskaite, en el II trimestre de 1972 tenía cinco en todas las materias, mientras en conducta era: sufi­ciente. Había una anotación bajo la calificación: la calificación en conducta en el II trimestre es suficiente, puesto que asiste a la iglesia.

Frecuentemente los maestros les quitan a los alumnos las crucecitas y las medallitas. Por ejemplo, en esta labor tiene especial experiencia la directora Rimkiene, del colegio secundario II de Kaunas. En enero de 1973, arrebatándole del cuello una medallita a una niña, la directora le expresó: "¡Tengo un cajón de mi escritorio lleno de estos fierros!"

Hay ocasiones, en que por la religiosidad de sus hijos, son perseguidos los padres en sus ocupaciones.

Durante las reuniones, se les achaca que están perjudicando a la juventud soviética, entorpeciendo la escuela soviética para criar concientes creadores del comunismo.

La reacción de los alumnos creyentes contra la discriminación

Una parte destacada de los estudiantes se acomo­dan a las condiciones de las persecusiones y, obse­cuentes con los maestros, no deseando tener dificul­tades en su existencia, se inscriben en las organizaciones de los pioneros y juventud comunista, y evitan concurrir a la iglesia. No se los puede denominar ateos, puesto que no han roto totalmente los lazos con la Iglesia.

Parte de los estudiantes claudican ante la parcial propaganda ateísta. Desconociendo la fe, enfrentán­dose solamente con su escarnio y compulsión, los estudiantes, especialmente los de los años superiores, comienzan a ser hipócritas y evitan mostrarse creyentes; algunos hasta se tornan ateos. En esta clase de estudiantes se observa un rasgo común — el desinterés por las cosas ideológicas: ni por el ateísmo, ni por la fe, y solamente por el deporte, la televisión, y, posteriormente — por la bebida y las cosas eróticas. Por lo cual no sorprende nada, que en los campamen­tos de Lituania la mayor cantidad de criminales sean jóvenes...

Muchos estudiantes, incorporándose a las organiza­ciones de los pioneros o juventud comunista, no reparan en cierto mal. Creciendo en una atmósfera saturada de mentiras y deshonestidad, que se formó en los años de postguerra en Lituania, los alumnos no son capaces de interpretar los perjuicios de la hipocresía y la falta de principios.

Muchos estudiantes que responden compulsiva­mente en las clases de ateísmo, que escriben sobre temas ateístas, no perciben en ello el menor mal moral. La no orientación en cuestiones de fe y de moral, la dolorosa compulsión — son los motivos esenciales porque los estudiantes, con respecto a la fe, demuestran mucha gazmoñería y no evitan los errores en nada justificables. Por esta clase de errores y desidia, recae especial responsabilidad sobre la conciencia de lqs padres. Algunos de ellos son desidiosos en cuestiones religiosas, otros temen defender a sus hijos, cuando son coaccionados en las cuestiones de la fe, los terceros hasta les aconsejan erróneamente: "¡Inscríbete, hijito, en la juventud comunista, lo importante es que no reniegues de Dios en tu corazón!"

(La creciente oposición de los hijos y los padres):

Parte de los estudiantes se atreven a oponerse y defienden activamente sus convicciones.

En el primer semestre del año lectivo 1972-73, a los estudiantes de los años 9-11 del colegio secundario de Griškabūdis, les fueron presentadas tres cuestiones, con la finalidad de orientarse en las convicciones de los estudiantes. El 90 por ciento respondió que creían en Dios.

En la escuela de ocho años de Salininkai, el 15-IX-1970, una alumna escribiendo un dictado, escribió algo distinto a lo que se le había dictado. Aunque no había errores, el director le puso un uno a la niña.

En el colegio secundario de Klaipėda, en febrero de 1972 se realizó el siguiente diálogo entre la maestra y la estudiante N. del VII año:

— Me causa vergüenza de que siendo buena estudiante no seas todavía pionera.

— A mí no me causa ninguna vergüenza.

— ¿Por qué quieres destacarte sola de toda la clase?

— No quiero simular. Quiero ser tal, como lo soy en realidad.

La maestra estuvo explicando durante toda la clase sobre la organización de los pioneros. Finalizan­do dijo:

— Existe una organización así. Te mandan incorporarte—así que incorpórate sin pensarlo más.

Cuando las pioneras le quisieron atar por la fuerza una corbata roja, la estudiante no lo permitió: "Yo soy la dueña de mi propio cuello".

En 1971, se publicó en "El pionero de Lituania" la carta de una niña. Ella escribía: "Yo soy pionera, pero me puse la corbata de pionera solamente porque me lo ordenó la educadora . . . concurro a la iglesia. Y no obligada por la abuela, el abuelo o mis padres, sino por propia voluntad. Al igual que casi todos mis compañeros de clase, tomo la Comunión. Estoy firmemente convencida de que Dios existe."

En la escuela de medicina de Klaipėda, en 1969 las conferencias ateistas eran dictadas por B. Juškevičius, director del teatro de Klaipėda. Para obtener la debida certificación, había que responder a varias cuestiones de la concepción del mundo. El instructor de ateísmo quedó muy confundido al hallar los siguientes pensamientos en el escrito de una niña:

"Se dice que las diversas religiones proceden de la impotencia e ignorancia de la gente, pero no es verdad. La etimología de las religiones es más grandiosa . . . Los científicos encuentran diversidad de reglas, y ello nos obliga a pensar quién creó esas reglas. El hombre encuentra solo aquello, que Dios ha creado hace mucho. El hombre es algo más que un pedazo de carne y un montón de huesos.

El hombre posee un alma inmortal. Jesucristo existió realmente. Los años se cuentan desde Su venida ... Si todos fuesen verdaderos y firmes católicos, que ideal y hermosa sería la existencia — similar al Paraíso. No habría necesidad de ejército, ni de milicia, ni de cárceles, pero ahora . . . Yo pienso que solamente la religión católica es la justa. Así lo pensaba desde antes, pero me he convencido más firmemente durante las conferencias . . ."

Últimamente se siente cada vez más entre los estudiantes el deseo de defender sus convicciones y de no inclinarse ante las compulsiones. La mayor ayuda la obtienen los estudiantes creyentes de sus padres religiosos.

La niña N., del colegio secundario de Kapsukas, confesó públicamente en clase que era creyente. La educadora le ordenó que trajera a su padre. Este defendió valientemente a su hija:

— ¿Acaso desean ustedes que el hombre venda sus convicciones por un plato de lentejas?

En la parroquia de Karklėnai una madre supo que sus hijos tendrían que representar y cantar durante la época de Cuaresma. La madre decidida se llega hasta la directora de la escuela y le manifiesta que ella no permitirá a sus hijos representar y cantar en Cuaresma.

— A ustedes les interesa hacer pasar de cualquier manera por la clase al niño, pero a mí me interesa toda la vida y la eternidad de mi hijo. No deseo que mis hijos sean unos atorrantes . . .

En una parroquia de Žemaitija (Samogitia) los padres supieron que, vueltos sus hijos de la escuela, estaban aprendiendo cierta representación ateísta. Al día siguiente la madre visita al director y le manifies­ta:

— Mis hijos no representarán contra Dios. ¡Si los obligas a representad, mañana no vendrán a la escuela!

Los niños no tuvieron que representar ateística­mente.

Una madre escribe a la redacción del "Pionero de Lituania": ". . . por que ahora, cuando hay tanta luz de ciencia, ¿los hombres no perciben la mayor luz: a Dios? Me causa mucha lástima aquellas madres que no les enseñan a sus hijos conocer a Dios. Yo realmente creo en Dios, y deseo que también crean mis hijos. Me parece, que si me tocara alguna vez escuchar decir a mis hijos de que no hay necesidad de Dios, entonces prefiero morir ahora mismo."

Los ateístas tildan de fanáticos a los padres que defienden la fe de sus hijos. En realidad, fanático es aquel que odia a los que piensan distinto. ¿Acaso no surge del fanatismo la actual persecusión de los educandos creyentes?

A lo largo de estos últimos años, los padres hasta colectivamente comenzaron a defender a sus hijos perseguidos por la fe. Podemos mencionar las denuncias colectivas de los padres: la exposición del 10-X-1971 de los padres de la parroquia de Valkininkai al gobierno del raion (ver Crónica de la ICL, No. 2); la exposición del mes de agosto de 1971 al gobierno de la URSS de los padres de la parroquia de Simnas; la exposición del mes de febrero de 1972 al procurador republicano de la RSSL de los padres de la parroquia de Lukšiai (ver Crónica de la ICL, No. 2); la exposición del 20-IV-1972 a L. Brezhnev de los padres de la parroquia de Adutiškis (ver Crónica de la ICL, No. 4). En todas las denuncias colectivas se puntuali­zan los hechos de la persecusión de los educandos y se exige la reparación de la situación. Las exposiciones colectivas demuestran la creciente conciencia católica y, que, en el futuro, los padres habrán de defender más enérgicamente a sus hijos de todos los menosca-badores de la libertad de conciencia.