ARQUIDIOCESIS DE KAUNAS

(El aniversario de R. Kalanta):

Kaunas. En oportunidad del aniversario de la tragedia de R. Kalanta, en Kaunas se percibía estado de beligerancia. Los milicianos proliferaban no solamente en la avenida de la Libertad, sino también en todo Kaunas. Fueron vestidos con uniforme de milicianos hasta los soldados. Los milicianos vigilaban "armados" con "bananas" y radio receptores-emisores. Se designó gente de los establecimientos y escuelas para mantener el orden en la calle. El 14 de mayo la avenida de la Libertad estaba llena de gente, empero la milicia no la dejaba estacionarse. La noche en vísperas del 14 de mayo, sobre el Comité Ejecutivo de la ciudad de Kaunas tremoló la tricolor pero fué rápidamente notada y sacada. (Esta noticia fué conocida por uno de los de la seguridad). Todas las personas que se atrevieron a colocar flores sobre la tumba de R. Kalanta, o en el lugar donde se quemó, fueron arrestadas. Cuantos arrestados hubo, no se sabe. Para conmemorar brevemente el aniversario de R. Kalanta, la juventud se concentró en el boulevard Central. El aniversario de R. Kalanta transcurrió sin incidentes especiales.

En esta oportunidad, los manifestantes fundamen­tales fueron los soldados y los milicianos, habiendo demostrado evidentemente como el gobierno soviéti­co teme al pensamiento libre. En esos días, muchos estudiantes, por diversos motivos fueron llevados fuera de Kaunas. En algunos colegios las "ocupacio­nes" duraron desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, para que los estudiantes no pudieran salir a la ciudad. Además, a los que concurrieron a clase el 14 de mayo se les ordenó no frecuentar la avenida de la Libertad, y hasta se les prohibió concurrir a los negocios.

(El juicio por el saqueo de iglesias):

El 5-VI-1973, el tribunal popular del raion de Kaunas consideró el juicio de Dambickiene, por el saqueo de las iglesias de Babtai y Vandžiogala. Presidía el tribunal J. Martuseviciute. En el decreto se decía que la culpabilidad de Dambickiene estaba plenamente demostrada, puesto que saqueó las iglesias de Babtai y Vandžiogala, y, además, robaba de los cementerios toallas artísticias y cirios, que estaban asegurados a las coronas. Todos estos objetos fueron hallados en su poder durante la requisa. Por cuanto la acusada está enferma de esclerosis es atendida en un hospital psiquiátrico, entonces se la libró de la condena. Como demandante fué citada porel tribunal una simple mujer aldeana, que no era capaz de formular ni la más sencilla pregunta. El concubino de la acusada, Savickas, que vivió con la inculpada durante 10 años, participó en el tribunal no como acusado, sino como testigo.

Este juicio no es una excepción en la práctica de los tribunales soviéticos. En el verano de 1964 fué asaltada la iglesia de Kaišiadorys, El asaltante fué detenido cuando intentó introducirse en la iglesia de Vieviai. Se aclaró que era "un profesional de gran amplitud" —ya había asaltado un templo ortodoxo en Riga.

La procuración comenzó a formular el juicio desganadamente, y en el juicio que tuvo lugar el 9 de octubre, el juez Kasperavičius intentó justificar al asaltante de todas las maneras. "Sus pobres condi­ciones materiales ... Al ver los campanarios de la iglesia, pensó, si allí no habría dinero que no se utilizaba ..." Y como si esto fuera poco, el juez aprovechó la oportunidad para acusar a la iglesia y a los sacerdotes. No pudiendo contenerse, el P. Salciu-nas le replicó al juez: ¿Quién, finalmente, es aquí el acusado: este asaltante, o nosotros, los representantes de la iglesia?

Condenaron el asaltante en forma condicional y lo dejaron inmediatamente en libertad. La prisión preventiva fué anulada antes del juicio.

Juicios semejantes lo que hacen es animar a los delincuentes para robar en la iglesias. He aquí que en el mes de julio de 1973, dos atorrantes irrumpieron por la noche en la iglesia de Alytus II y, a golpes de pedruscos, golpearon al sereno nocturno hasta que perdió el sentido.

(Ni en la iglesia, ni con el enfermo):

Šventybrastis. La sección Cultura del raion de Kėdainiai despidió del trabajo a la encargada de la biblioteca de Šventybrastis, Janina Rutkunaite, por un serio "delito" — ¡en Pascuas asistió a la iglesia!

Girdžiai. Se ofrece la comunicación del cura párroco de esta parroquia a S.E. el ObispoJ. Labukas:

El 30 de mayo de 1973, el esposo de Petre Klimiene, con un automotor liviano alquilado, me llevó a mí, (cura párroco de la parroquia de Girdžiai), a Smalinin­kai para atender a su gravemente enferma esposa, internada en la sección infecciosos. Llegamos a las 18 hs. Dejaron entrar a su esposo en la sala, a mí, sacerdote, me lo impidieron. La médica me dijo que telefoneara a Jurbarkas y obtuviera permiso del raion. De esta manera, regresé, sin poder conferirle los sacramentos a la enferma grave.

Cuando un condenado a muerte solicita fumar o cualquier otra cosa, se le concede la última voluntad. Allí estaba internada no una criminal, sino una leal ciudadana soviética, a la que no se le demostró humanidad. Si permitieron que su esposo entrara en la sala, ¿entonces, por qué no me lo permitieron a mí?

Similares actuaciones de los empleados soviéticos, lo único que hacen es irritar a los ciudadanos y predisponerlos contra el orden establecido.

Si alguna vez, Excelencia, conversas con el delegado de Asuntos Religiosas, tal vez valdría informarlo sobre esto.

Girdžiai, l-VI-1973.