(Solicitud para que se permita al Obispo Sladkevičius cumplir sus funciones):

Al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos para la República SS de Lituania

Exposición

Nosotros, los abajo firmantes, sacerdotes de la diócesis de Kaišiadorys, por este intermedio solicita­mos que al Obispo de Kaišiadorys Vincentas Sladke­vičius, con domicilio actual en el raion de Biržai, Nemunėlio Radviliškis, se le permita cumplir las funciones de obispo de la diócesis de Kaišiadorys. 30 de julio de 1974.

Remitente: Can. Jonas Dzekunskas, domiciliado en el raion de Kaišiadorys, en Žiežmariai.

Al pie de esta exposición firmaron 45 sacerdotes de la diócesis de Kaišiadorys:

T. Akstinas, A. Alkovikas, A. Anusevičius, A. Arminas, A. Cerna, Z. Cervokas, J. Čiurlionis, J. Danyla, can. J. Dzekunskas, P. Genevicius, P. Gerbutavičius, J. Gylys, Z. Gustainis, can. J. Jonys, A. Jurgilas, J. Kausyla, I. Kavaliauskas, J. Kazlaus­kas, can. St. Kiškis, B. Klimas, E. Kraujalis, P. Leskauskas, J. Matulaitis, J. Masalskas, K. Miknevici­us, A. Milašius, H. Misiūnas, Z. Navickas, Z. Neciuns-kas, M. Petkevičius, can. J. Pilka, V. Pinkevicius, L. Puzonas, S. Smolinskis, Z. Stanciauskas, St. Stankevi­čius, R. Salciunas, P. Žiugžda, J. Tomkus, P. Valadka, P. Venckus, C. Zazeckas, J. Zubrus, J. Zvinys, K. Zilys.

Una exposición análoga fué enviada al Soviet de Asuntos Religiosos en Moscú.

El 5 de agosto de 1974, el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, K. Tumenas, citó al actual cura párroco de Daugai, Can. Jonas Pilka.

 — ¿Por qué estáis desconformes con el actual administrador de Kaišiadorys? — preguntó el Delega­do. — Aquí tengo una nota, en la que también firmasteis Vos. Nosotros tenemos conocimiento que entre los iniciadores de esta nota Vos ocupáis el último lugar.

 — Esta nota no está orientada contra el adminis­trador apostólico, — explicó el Can. Pilka. — Nosotros tenemos al Obispo V. Sladkevičius, a quien los funcionarios del gobierno no permiten que cumpla sus funciones. Por lo tanto, nosotros, los sacerdotes de la diócesis de Kaišiadorys, solicitamos que al obispo se le permita cumplir las funciones, dado que, cuando gobierna la diócesis el administrador, la situación deja de ser normal.

 — Sí, — acordó K. Tumenas, — la situación es realmente anormal, pero vosotros, mediante estas notas, provocáis un enorme malestar al administra­dor de la diócesis de Kaišiadorys.

Seguidamente, K. Tumenas estuvo explicando que V. Sladkevičius había sido consagrado sin el consenti­miento del gobierno y, por lo tanto, no podía cumplir las funciones de obispo de Kaišiadorys.

—       ¿El obispo Sladkevičius pidió que los sacerdotes solicitaran a las autoridades el permiso para que cumpla las funciones? — preguntó el Delegado.

 — No, no lo pidió.

 — Tal vez él no desee cumplir las funciones de obispo, y vosotros, sin su acuerdo, hacéis tales gestiones.

 — Si el obispo aceptó su consagración episcopal, por lo mismo es que desea cumplir las funciones episco­pales.

 — ¿Cuando habéis ideado escribir esta nota?

 — Durante el sepelio del Can. Povilas Bakšys.

 — ¿Por qué en la nota no figura ningún argumen­to, porque deseáis que el obispo V. Sladkevičius ejerza las funciones episcopales?

 — ¡Qué mayores argumentos! — replicó el can. Pilka. — El es el obispo de Kaišiadorys y nosotros, los sacerdotes, solicitamos que se le permita ejercer las funciones.

 — El Vaticano cometió un error, — explicó K. Tumenas, — y que lo repare.

 — El obispo J. Steponavičius fué consagrado de acuerdo con el gobierno, empero tampoco se le permite ejercer sus funciones . . .

 — El no respetó las leyes soviéticas.

El Delegado inquirió, quién organizó la nota, quién escribió el texto, recolectó -las firmas, etc. El Can. Pilka se negó a servir de informador.

Finalizando la conversación, Tumenas explicó, que no se iba a responder a dicha nota y le ordenó firmar que se le había puesto en conocimiento el por qué al Obispo Sladkevičiusno se le permitía ejercer las funciones de Obispo.

— Mediante esta nota vosotros provocáis un gran malestar al Administrador, perjudicáis al Obispo, y al gobierno civil le desagradan tales notas.

*   *   *

(Impiden el suministro de los Sacramentos a un anciano):

A S. E. el Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Kaunas y de la Diócesis de Vilkaviškis

Exposición del P. Jonas Babonas

Yo, P. Jonas Babonas, en ejercicio de las funciones de vicario de las iglesias de San Pedro y San Pablo de Šiauliai, así como de la iglesia de Aukstelke, el 30 de mayo de 1974fui llamado para atender enfermos del Hogar de Ancianos Inválidos de Aukstelke. La que me llamara, Eugenija Gudeikyte, me explicó que había muchos enfermos deseosos de recibir el Santísimo Sacramento. Para poder servir más rápidamente a los enfermos y no demorarme mucho, solicité la ayuda del P. Alfredas Vanagas. Luego de las celebraciones litúrgicas vespertinas, concurrimos al Hogar de Ancianos Inválidos y a los ancianos enfermos les suministramos los Santos Sacramentos.

La ropera Dana Mikalajūniene, al notar nuestra presencia, reclamó que el "felcher" Navickas nos echara. Ante su negativa, D. Mikalajūniene informó al director del Hogar de Ancianos Inválidos, Viadas Kačinskas. Ya finalizando la administración de los Sagrados Sacramentos a los ancianos enfermos, llegó el director y, deteniéndome, cual un intruso, desde la puerta comenzó a rezongarme. Al ver en el corredor al "felcher" Navickas y a la enfermera de turno Janina Petrauskiene, el director también empezó a insultarlos y gritarles cuanto puede vociferar un hombre. Mofándose de ellos los mandaba hacer la Confesión, por la única causa de haber permitido la entrada de un sacerdote al Hogar de Ancianos Inválidos.

Al escuchar ese gran estrépito, llegóse E. Gudeikyte que nos había llamado. El directorKačinskas la inculpó de organizadora.

Yo intenté aclarar con el director que nosotros no habíamos infringido ni la Constitución ni las leyes soviéticas, pues ellas permiten al sacerdote suminis­trar los Sagrados Sacramentos en la cárcel, el hospital y el hogar de los ancianos inválidos, siempre y cuando lo pida el propio enfermo. Nosotros concurrimos al Hogar de Ancianos Inválidos de Aukstelke a pedido de los ancianos enfermos, empero el director no nos quiso ni escuchar. Así injuriando, llamándonos insolentes, atorrantes, pérfidos, nos llevó a mí y a Gudeikyte a su oficina.

El director llamó por teléfono al subrogante del presidente del Comité Ejecutivo, Berzinisy a los agentes del Comité de Seguridad, para que detuvie­ran a los sacerdotes invasores. El subrogante manifes­tó que enseguida llegaría y ordenó que no se nos permitiera salir.

A la hora entraron en la oficina el subrogante Berzinis, el jefe de la Seguridad Urbonavičius y, además, dos agentes de la Seguridad.

El subrogante Berzinis preguntó si yo lo conocía y se presentó, diciendo quien era. Después Berzinis me inculpó de que me había citado hasta en tres oportunidades y yo no había concurrido. Le expliqué que no había recibido ninguna citación de su parte. El subrogante me repitió la misma inculpación un par de veces, empero, preguntado cuando me había llamado, no respondió.

Luego de esa introducción, a E. Gudeikyte la llevaron a otra habitación y comenzaron a interro­garme, acusarme, exigirme. El subrogante Berzinis, el director y los de la Seguridad, me inculparon de invadir el Hogar de Ancianos Inválidos. Al recordar­les, que las leyes soviéticas permiten a los sacerdotes visitar a los enfermos en los hospitales, los hogares de ancianos inválidos y hasta las cárceles, el jefe de la Seguridad lo aseveró, pero expresó que en el Hogar de Ancianos Inválidos de Aukstelke existía otra reglamentación. Ante la pregunta, de si la reglamen­tación interna de cualquier repartición estatal podría ser contraria a las leyes estatales, el jefe de la Seguridad nada respondió.

Los funcionarios no prestaron el menor interés a mis preguntas y aclaraciones.

Fui acusado de organizar cierta recolección de firmas entre los ancianos. Parece ser, que un semestre atrás, los habitantes del Hogar de Ancianos Inválidos escribieron una solicitud al presidente del Comité Ejecutivo del raion de Siauliai, solicitando su intervención para que el director Kacinskas permitie­ra la concurrencia de un sacerdote para suministrar los Sagrados Sacramentos a los ancianos inválidos. Ante la denuncia de un anciano, el director les quitó esa exposición y no permitió que se enviara, aunque esa exposición estaba firmada por más de 40 ancianos.

Además, fui acusado de que, trabajando en Kaunas, había organizado una recolección de firmas y, llegado a Siauliai, organicé la conducción de una cruz a la Colina de las Cruces, que, sin autorización de Berzinis, atiendo la iglesia de Aukstelke, que recolecto donaciones entre los fieles, etc.

 

(Es requisada y amenazada Eugenija Gudeikyte):

En el otro gabinete fué interrogada Eugenija Gudeikyte. También fué revisada minuciosamente. Los revisadores le sacaron a Eugenija el pasaporte, el libro de oraciones, las llaves de la iglesia de Aukstelke y todo lo que le hallaron encima.

El subrogante Berzinis, trajo las llaves de la iglesia y, mostrándomelas, vociferaba por qué las llaves estaban en poder de esa mujer, y no del presidente del comité parroquial. Le expliqué que Gudeikyte adornaba la iglesia, cuidaba de las flores, y que el presidente del comité parroquial no podía estar todo el tiempo en la iglesia y realizar esos trabajos. Además, en Aukstelke no hay casa parroquial, ni persona que habite cerca que pueda atender la iglesia. El subrogante exigió le informara a que convento pertenecía Gudeikyte, pues sus acciones demostraban ser monja. Le contesté, que ella carecía de la menor noción de lo que es un convento.

    Exigía de mí que escribiera una nota aclaratoria, del por qué había concurrido al Hogar de Ancianos Inválidos de Aukstelke, por qué había entregado las llaves de la iglesia a E. Gudeikyte, y por qué en la iglesia de Aukstelke recolecto óbolos de los fieles.

La escribí. También exigió que le escribiera al Obispo una exposición, manifestando que "no desea­ba" atender a los fieles de la parroquia de Aukstelke. Finalizando el interrogatorio, el jefe de la Seguridad expresó: "Vosotros perdonáis los pecados, pero estáis obligados a confesarnos los vuestros y obtener nuestro perdón."

Los funcionarios, habiéndome ordenado concurrir el 4 de junio de 1974 al Comité Ejecutivo del raion de Šiauliai, recién después de la hora 2 de la noche me permitieron regresar a casa.

Similares confusiones entre el sacerdote que atendía la iglesia de Aukstelke y el director del Hogar de Ancianos Inválidos, así como el subrogante Berzinis, existieron también anteriormente. Se habí­an dirigido al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, Rugienis, posteriormente a Tumenas, pero la situación no cambió. El director del Hogar de Ancianos Inválidos de Aukstelke ha manifestado, que mientras dure su permanencia, el sacerdote no pondrá el pie en lo de los ancianos. El 24 de marzo de 1974, el sacerdote con el Santísimo Sacramento fué obligado a regresar, pues le impidieron entrar donde los ancianos enfermos. El director Kačinskas le manifestó a la anciana Apolonija Gelminskaite que le daría al sacerdote por la cabeza, cuando apareciera a visitar los ancianos enfermos, y a la propia Gelmins­kaite la metería en el sótano durante varios días, por llamar al sacerdote.

El director también promueve variados obstáculos, cuando los familiares o amigos cercanos pretenden sepultar al anciano muerto por la iglesia.

Todo ello demuestra, que también el último ataque y todas las acusaciones, fueron planificados de antemano.

El 3 de junio de 1974, Eugenija Gudeikyte fué citada en el Comité de Seguridad, donde la amenazaron y exigieron dijera a que convento pertenecía. Final­mente, retornándole el pasaporte y el libro de oraciones, la empujaron por la puerta. Las llaves de la iglesia fueron devueltas recién cuando concurrió al Comité Ejecutivo del raion de Siauliai el presidente del comité parroquial, P. Lesinskas.

La delatora Dana Mikalajūniene fué distinguida en el pizarrón de honor, mientras que a la enfermera de guardia Janina Petrauskiene, que le indicara al sacerdote las camas de los enfermos, se le aplicó una severa amonestación.

El 4 de junio de 1974 concurrí al Comité Ejecutivo ante el subrogante Berzinis. Allí me esperaba también un agente de la Seguridad. Volvieron a repetirse las acusaciones y las exigencias, solo que algo más suaves y en forma más culta.

Posteriormente, también fué llamado para aclarar el cura párroco de las iglesias de San Pedro y San Pablo y de Aukstelne, P. L. Mazonavicius. Hasta había concurrido el Delegado K. Tumenas, pero los resultados de dicha visita por ahora son desconocidos.

(Si se es creyente, no se es gente):

Tanto al cura párroco P. Mazonavicius, como a mí, nos reprocharon que la gente estaba disgustada por la concurrencia del sacerdote, pues en las salas había también personas no creyentes. Los funcionarios callaron, cuando les preguntamos si debiendo tener consideración por los no creyentes, ¿entonces no son gente los creyentes puesto que no se debe considerar­los? Es que, según su criterio, si eres creyente, entonces no eres gente.

Todo ello demuestra que, para el suministro de los Sagrados Sacramentos a los ancianos enfermos, existen difíciles y anormales condiciones. Anhelo, que

Su Excelencia, conozca el verdadero curso de este hecho.

Siauliai, 20.VI.1974              P. P. Babonas

(La exposición ha sido abreviada. La Red.)

*   *   *

 

(No se permite invitar sacerdotes a las fiestas patronales):

Al Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos Presidenta del Comité Ejecutivo del raion de Ignalina, A. Gudukiene Curia de la Arquidiócesis de Vilnius

Exposición

del P. K. Zemenas, domiciliado en el raion de Ignalina, N. Daugeliskis

El 19 de junio de 1974 fui citado por la presidenta del Comité Ejecutivo del raion de Ignalina, A. Gudukiene, quien me acusó que no respetaba las leyes y, sin permiso del raion invitaba sacerdotes a las fiestas patronales, y pidió que escribiera una nota aclaratoria del porqué actuaba así.

A ello respondo:

Durante la conversación pregunté a la presidenta, quién y cuando había emitido una ley prohibiendo a los sacerdotes invitar a las fiestas patronales sin autorización. Ella me explicó amablemente, que sobre ella había autoridades superiores, que emitían de palabra diversas disposiciones, y ella también las trasmitía de palabra. Además, yo no debía ignorar que las leyes, que atañen a la iglesia, entre nosotros no se publican. Me aconsejó adquiriera un folleto sobre las leyes soviéticas, que atañen a la religión y la libertad de conciencia, y lo leyera. Hice caso a su consejo, pero, tanto "Tarybiniai istatymai apie religinius kultus" (Las leyes soviéticas sobre cultos religiosos) de A. Vescikovas (Vilnius, 1963), ni

"Tarybiniai istatymai apie religinius kultus ir sazines laisve" (Las leyes soviéticas sobre los cultos religiosos y la libertad de conciencia) de J. Anicas y J. Rimaitis (Vilnius, 1970) nada dicen sobre la premencionada prohibición. Además, los folletos sobre las leyes soviéticas y los cultos religiosos, no son leyes, sino material propagandístico y auxiliar para el lector ateísta. Hasta no resulta claro, por el contenido de los mencionados folletos, por quien y cuando fueron emitidas las leyes y disposiciones que comentan los autores. Ellos hablan sobre lo que se permite y se prohibe a los sacerdotes y a los creyentes, pero en qué leyes se basan para hacerlo, no lo dicen.

 

(¿Poseen validez las leyes no publicadas?):

Al referirnos a las leyes, se debiera recordar, que es lo que son. "Dabartinis lietuviu kalbos zodynas" (Diccionario de la actual lengua lituana) (Vilnius, 1972) la palabra "ley" la define así: "Ley — es el acto del supremo gobierno del Estado, que regula legal­mente cualesquiera relaciones de la comunidad", mientras la Constitución de la RSSL dice claramente: "El Soviet Supremo de la RSSL es el único órgano para la emisión de las leyes de la RSS de Lituania" (art. 21), y que solamente "el Presidium del Soviet Supremo de la RSSL emite decretos" (art. 31), que "Las leyes son publicadas en los idiomas lituano y ruso" (art. 25). Significa, que si son leyes, estas deben ser emitidas por el Soviet Supremo de la RSSL o de su Presidium y proclamadas públicamente. La ley o el decreto no publicados no son válidos. ¿Quién emitió tal ley o decreto que prohiba a los sacerdotes invitar a otros sacerdotes a colaborar en las fiestas patronales sin autorización del raion? ¿O, acaso, los emisores de esas leyes son los autores de los mencionados folletos y artículos ateístas?

El decreto del 23 de enero de 1918 de Lenin "Del baznycios atskyrimo nuo valstybes ir mokyklos nuo baznycios" (Por la separación del Estado de la Iglesia y la Escuela de la Iglesia), compuesto de 13 puntos, no habla absolutamente sobre la obligación de los sacerdotes de pedir a los comités ejecutivos de los raion el permiso de invitar sacerdotes a colaborar, sino, por el contrario, en el punto 22 de este decreto se dice: "Dentro de los límites de la República se prohibe emitir cualesquiera leyes locales, que limiten o coarten la libertad de conciencia .. ." ¿Acaso no es limitación de conciencia, si el sacerdote hasta no puede ayudar a otro sacerdote en las fiestas patro­nales sin permiso del gobierno civil?

Además, débese recordar, que también la Iglesia posee su Código jurídico, las diócesis sus Sínodos, que facultan a los sacerdotes invitar a más sacerdotes en oportunidades de mayores reuniones de gente, para satisfacer las necesidades espirituales de los creyentes. Como ejemplo, pueden verse los artículos 22o, 381o y 389o de las disposiciones del Sínodo de la Arquidiócesis de Vilnius.

Solicito al muy considerado Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos explicar, si la superioridad del raion de Ignalina, exigiendo la autorización para invitar sacerdotes a las fiestas patronales, procede de acuerdo a las leyes. Si fuera así, ¿de acuerdo a cual, y emitida por quién y cuando?

P. K. Zemenas

N. Daugeliskis, 22.VI.1974.

P.S. La presidenta del Comité Ejecutivo del raion de Ignalina, A. Gudkiene, me pidió escribiera una aclaración el 19 de junio y la entregara ese mismo día antes de las 17 hs. La escribí el día de hoy, pues quise tomar conocimiento de los folletos por ella recomen­dados.

(Crónica de la ICL aún no conoce, que respondió al P. K. Zemenas el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos. — La Red.).

(Sin autorización no se pueden refaccionar iglesias):

A L. Brezhnev, Secretario General del CC de la URSS,

Soviet de Asuntos Religiosos de la URSS, Presidium del SS de la RSSL, Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos en la RSSL,

Administrador de la Arquidiócesis de Vilnius

Exposición

del P. Vladas Černiauskas domiciliado raion Ignalina, Mielagėnai

En la parroquia de Mielagėnai trabajó durante más de treinta años el P. V. Miškinis. Estaba absolutamente viejo y enfermo, por lo cual se encontraba imposibilitado para dirigir los trabajos de refacción de la iglesia. El comité parroquial carece totalmente de facilidades para ocuparse y realizar la refacción de la iglesia: unos trabajan en empleos estatales, en los cuales no se les permite faltar ni un día tan siquiera, especialmente por cuestiones eclesi-ales, los otros son agotados ancianos jubilados. A solicitud del comité parroquial deMielagėnai, yo podría ayudar en la refacción, pero el gobierno civil lo entorpece tanto, que resulta impracticable realizar las reparaciones.

En enero de 1974, el subrogante del presidente del raion de Ignalina, J. Vaitonis, entregándome el certificado de registración, me dijo: "Si refaccionáis algo, detalladlo y enviádnoslo. Nosotros lo conside­raremos y autorizaremos." Así lo hicimos. El 5 de marzo de 1974 le escribimos a Vaitonis una nota exposición, en la cual detallamos todo lo que pensa­mos reparar. No solamente que no obtuvimos la autorización, sino tampoco la contestación a dicha exposición. Por cuanto el piso de la iglesia está podrido en sectores, y se hacía peligroso caminar — lo reparamos. Al tener noticias de nuestros trabajos, en abril de 1974 vino el subrogante del Soviet de Asuntos Religiosos, el subrogante del presidente del raion de Ignalina, J. Vaitonis y el presidente de la regional de Mielagėnai, Švarcas. Ellos nos reprocharon, porque sin autorización reparamos el piso.

Poco después, el Comité Ejecutivo del raion de Ignalina envió una nota para que la firmaron el presidente del comité parroquial de Mielagėnai y el cura párroco. En la nota se decía que estaban prohibidos cualesquiera reparaciones de la iglesia sin autorización.

Transcurrido más o menos un mes de la promesa del Delegado Tumenas, el presidente de la regional de Mielagėnai, Švarcas, recibió la autorización para algunos trabajos de refacción de la iglesia. Se difundió el rumor, que el Soviet de Mielagėnai ahora permitiría refaccionar de acuerdo a su criterio — lo que es posible y lo que no.

Nuestra iglesia es de ladrillo. Cuando llueve, al correr el agua del techo lava los cimientos de la iglesia; las paredes se humedecen hasta en el interior de la iglesia. Se debe reparar sin pérdida de tiempo, salvar a la iglesia. No conceden la autorización, pero no se puede esperar más. Comenzamos a trabajar sin autorización. Los creyentes trabajaron solamente por las tardes, luego de terminada su jornada en el koljose y en los días no hábiles — los sábados. Cierto sábado, apenas iniciada la labor, llegóse el presidente del koljose "Naujas kelias" (Camino nuevo) Matkenas y reprochó y amenazó a los trabajadores, de que en el futuro no obtendrían medios de transporte del koljose, por cuanto se negaban a trabajar horas de más en el koljose, mientras trabajaban en la iglesia.

Los jubilados e inválidos (Jonas Bacelis — inváli­do, Adolfas Kisielius y D. Girdziunas —jubilados) construían bancos para la iglesia. Al enterarse la dirección del koljose, les asignó ocupaciones para que no pudieran trabajar para la iglesia.

(Prohiben electrificar la iglesia):

En una exposición del 6 de diciembre de 1963, los habitantes de la aldea de Krikoniai escribieron al presidente del Consejo de Ministros de la RSSL, Sumasukas: "La dirección de montaje de Construccio­nes de Anykščiai está finalizando la electrificación de la totalidad de la región de Mielagėnai, pero exceptuaron a la iglesia, no la electrificaron... Poseen electricidad las granjas de vacunos y porcinos, y se prohibe instalarla en la iglesia... El comité parroquial de Mielagėnai, según manifiesta, ha formulado hasta cinco solicitudes, pero no ha recibido ninguna respuesta de nadie . .." Así padecieron los mielageneses unos 10 años: escribiendo exposiciones y yendo ellos mismos ante las diversas instanciassuperiores gubernamentales. Solamente en 1971, después de escribir una exposición al jefe de montaje de Construcciones de Anykščiai, el comité parroquial viajó a Anykščiai seis veces, hasta que obtuvo autorización a fines de diciembre de 1972.

Los electricistas de la red eléctrica de Ignalina — P. Stukenas y M. Černiauskas —trabajaron un par de días en la iglesia y después no aparecieron más, posteriormente se negaron, pues su jefe los conminó: "Si deseáis trabajar en la iglesia, escribid exposicio­nes de renuncia del empleo, — entonces quedaréis libres y podréis trabajar donde se os antoje."

Nuestra iglesia era, hasta el presente, un monu­mento arquitectónico de importancia local. Esto lo testimonia un letrero colocado sobre una de sus paredes: "Dirección de Arquitectura MT de la RSS de Lituania, la iglesia de Juan es monumento arquitec­tónico, 1779, al cuidado del Estado. Dañar el monu­mento es penado por la ley."

De como le interesa al gobierno la protección de los monumentos arquitectónicos, lo expresan clara­mente los hechos mencionados precedentemente: no dan autorización para las reparaciones más impres­cindibles y entorpecen los trabajos. Además, al resolver sobre la arquitectura de las iglesias, los subrogantes de los presidentes de los comités ejecuti­vos de los raion, son mayores autoridades, que la Dirección de Asuntos Arquitectónicos. En abril de 1974, el subrogante Vaitonis manifestó que la iglesia de Mielagėnai no es monumento arquitectónico: solo ciertos detalles pertenecerían a la arquitectura.

¿A quién beneficia este modo de lucha ideológica, dirigido contra el hombre de trabajo creyente, con cuyo pan amasado con su sudor se fortalecen todos los hijos de la Nación, mientras él con corazón dolorido observa su santuario, imposibilitado de repararlo o embellecerlo? ¿A quién beneficia esta discriminación del hombre creyente?

Hace ya casi un año que procuro instalar agua corriente en mi vivienda desde las cañerías del pueblo pero hasta hoy no la tengo. Mientras tanto, en la casa parroquial expropiada, donde habita la jefe del almacén, la comunista-ateísta Kaveckiene hace mu­cho tiempo que posee agua corriente sin ninguna dificultad. Verdad es, que el presidente del koljose "Naujas kelias" permitió la instalación del agua corriente, pero Kaveckiene lo protestó — y todos se silenciaron.

(Saquearon la iglesia de Mielagėnai):

En la noche del 16 al 17 de julio de 1974 irrumpieron violentamente malhechores en la iglesia de Mielagėnai: rompieron la ventana, violentaron el tabernáculo y se llevaron unas 600 hostias consagra­das. Acerca de ello lo comunicamos al Delegado de la Milicia de Mielagėnai, Dedele, quien, recién al día siguiente llamó al teniente de la milicia de Ignalina, Rimiskis. Al concurrir no fotografió nada, no sacó impresiones digitales, no realizó inspecciones y todavía nos reprochó porque no habíamos retirado la escale­ra, con cuya ayuda los asaltantes salieron de la iglesia, y otras cosas, relacionadas con el atraco. El teniente de la milicia miraba esta hecho con total indiferencia. En su opinión, se había causado muy poco daño material.

Ultrajar tan terriblemente el Santísimo Sacra­mento sólo pudieron realizarlo los ateístas más fanáticos. Más terrible era, que los funcionarios de la milicia no los buscaron — quiere decir, los apoyaban.

El profesor de trabajos en madera del colegio secundario de Mielagėnai, Bernardas Misiūnas, de la aldea de Buckunai, participó en la procesión de Pentecostés llevando un estandarte. Después de ello se le ordenó escribir una exposición, de que volunta­riamente renunciaba al empleo. Desde ese entonces, Bernardas no trabaja en el colegio.

(Los creyentes son discriminados):

¿Acaso estos hechos nada dicen sobre la discrimi­nación de los creyentes y los privilegios de los ateístas? Así es no solamente en Mielagėnai, sino en la totalidad de "Lituania. Para ilustración de lo expuesto, en el agregado recordaré los hechos de S. Trakai, donde me tocó ser cura párroco desde 1970 a 1973.

Con esta discriminación de los creyentes están conformes hasta las altas reparticiones gubernamen­tales. Todas las exposiciones, enviadas a las altas reparticiones de Moscú y Vilnius, son devueltas a los raion y hasta a las regionales. Resulta incomprensi­ble, para qué finalidad existen las reparticiones superiores del gobierno, si todos los asuntos eclesiásti­cos son encomendados a los comités ejecutivos, los soviets regionales y hasta los ateístas locales. Practica-mente, los creyentes no pueden quejarse a nadie — son cual esclavos de los comités ejecutivos de los raion y de los soviets regionales: los funcionarios actúan como les parece a ellos.

Solicitamos al Secretario General del CC de la URSS disponer para que podamos confesar nuestra fe libre y públicamente y que nadie nos interfiera en la reparación de la iglesia.

Administrador de la iglesia de Mielagėnai P. Vladas Černiauskas

Mielagėnai, 14.XI.1974.

Adjunto a la exposición del 14.XI.1974.

*   *   *

(Aunque es monumento arquitectónico — impiden la refacción de la iglesia):

En 1970 fui designado administrador de la iglesia de S. Trakai. Hallé totalmente agujereado el techo de la iglesia: cuando llovía, en el interior se formaban lagunas. El comité parroquial solicitó a los dirigentes del raion de Trakai la autorización para reparar la iglesia. No dieron autorización por escrito, pero el 10 de mayo de 1971, el presidente de la regional de Trakai, Jasiulevicius, notificó que podía repararse. Cuando arrancamos parte del techo, ese mismo presidente comenzó a ahuyentar a los trabajadores, y me ordenó firmar una advertencia, en la que se prohibían cualesquier refacciones. Después, una tras otra, comenzaron a llegar diversas comisiones: el 18 de mayo de 1971 llegó una comisión de cinco personas, encabezada por el subrogante del presidente del CE del raion, Akanovicius, el 19 de mayo una comisión de tres personas, el 20 de mayo — una comisión de cuatro personas, encabezada por Akanovicius, el 21 de mayo — esa misma comisión junto con el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, Rugienis. Y ningún resultado. Solamente que Akanovicius amenazó a los trabajadores con suspensiones y a mí me quitó el contrato de trabajo, que habían firmado los trabaja­dores con el comité parroquial. Después, el comité parroquial viajó dos veces a lo del Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, una a la Sección Arquitectura del Ministerio de Cultura y tres veces al raion, pero sin obtener nada, solo que no se sabe por qué, la iglesia de S. Trakai se convirtió en monumento arquitectónico. Hasta el momento de las reparaci­ones, en ninguna clase de documentos había sido considerada monumento arquitectónico. Adjunto a la iglesia, casi bajo el mismo techo, se encuentra la casa de la cultura — que anteriormente fuera convento de los benedictinos. Dicho edificio, los funcionarios lo modificaron a su criterio, sin considerar ninguna ley de arquitectura. Los portones, que se encontraban frente a la iglesia y el convento, fueron destruidos; no quedó ni la huella de ellos.

Los órganos gubernamentales, al enterarse de la reparación de la iglesia, incluyeron a la iglesia de S. Trakai entre los monumentos arquitectónicos. Hasta las reparaciones nadie se había ocupado de este "monumento". ¿Por qué esas comisiones no frecuen­taron antes, sino que lo notaron recién cuando nos preparamos para las obras de reparación? Es posible conjeturar, que la finalidad de tal "protección" sea el de esperar hasta que la iglesia comience a destruirse, para que, debido a su estado averiado, resulte necesario clausurarla.

Por cuanto parte del techo ya estaba arrancado, el otoño de 1971, el subrogante Akanovicius dio la autorización de reparación.

Terminada la reparación del techo, en abril de 1973 enviamos una solicitud al jefe de la Dirección de Museos y Conservación de Monumentos del Ministe­rio de Cultura de la RSSL, J. Glemza y al Director del Instituto de Conservación de Monumentos, G. Gailiu-sis, para el repintado exterior e interior de la iglesia, pues la iglesia hacía más de cincuenta años que no había sido pintada. No obtuvimos respuesta de ninguna de dichas reparticiones.

P. VI. Cerniauskas. (La exposición y el adjunto fueron abreviados. — La Red.)