DIÓCESIS DE VILNIUS

Vilnius

(La seguridad quita arbitrariamente libros):

Al Procurador de la RSS de Lituania Exposición

de Lapienis Viadas, hijo de Antonio, dom. en Vilnius, calle Dauguviečio 5, hab. 11

Consecuentemente con el art. 242 del CPC de la RSSL, informo que empleados de la Seguridad, dirigidos por el teniente primero Gudas, al realizar una inspección en mi vivienda el 20 de noviembre de 1973, violaron el art. 192 del CPC de la RSSL, llevándose a la Seguridad estos libros de índole religiosa, que no inscribieron en el acta de la requisa, ni en la lista adjunta. (V. Lapienis detalla exacta­mente 59 libros de índole religiosa y menciona todavía muchos otros libros, folletos, así como hojas sueltas, tomados por la Seguridad, que no fueron inscriptos en el acta de la requisa ni en el listado adjunto. — Nota de la Red.).

En el art. 192 del CPC de la RSSL se especifica claramente: "todos los objetos y documentos requisa­dos deben ser mostrados a los invitados, así como a las demás personas observadoras y detallados en el acta de secuestro o requisa, o si no en un listado adjunto, especificando su cantidad... y sellados en el lugar del secuestro o requisa." En realidad, haciendo absoluto caso omiso de las disposiciones de este art. 192 del Código, los empleados de la Seguridad se apoderaron arbitrariamente de los libros menciona­dos en esta nota y de muchos otros no mencionados, sin instribirlos en el acta de requisa ni en el listado adjunto, los colocaron en bolsas, que no sellaron, se las cargaron en las máquinas y se las llevaron. Antes de partir, el teniente primero Gudas dijo: "Tal vez devolvamos estos libros".

Los empleados de la Seguridad no solamente violaron el art. 192 del CPC de la RSSL, sino también el art. 10 de la Constitución de la RSSL. (Los libros son de mi propiedad particular, por cuanto fueron adquiridos con recursos de mi trabajo); el art. 97 (donde se les garantiza a los ciudadanos: a) libertad de palabra, b) libertad de imprenta). Además, se viola­ron los acuerdos internacionales: la Declaración universal de los derechos humanos y la Convención para la lucha contra la discriminación en el plano de la educación.

El 30 de noviembre de 1973 me dirigí al presidente del Comité de Seguridad Nacional, solicitando la devolución de los libros. El 21 de diciembre recibí por escrito la siguiente respuesta del Capitán J. Morkevi-cius: "Las cuestiones promovidas en vuestra exposi­ción del 30.XI.1973 serán resueltas en el transcurso del sumario preparatorio".

(La violación de las leyes predispone a los creyentes en contra del orden establecido):

Por lo tanto, consecuentemente con el art. 24 del CPC de la RSSL, solicito la aplicación de medidas para anular las mencionadas violaciones de las leyes y la devolución de los libros, folletos, hojas separadas, libretas de apuntes, los manuscritos de J. Mockevičius y todo aquello que ha sido tomado por la Seguridad. (V. Lapienis recuerda que, entre la tolerancia hacia los creyentes que se advierte en los escritos de Lenín y los funcionarios de la Seguridad, que quitan la literatura religiosa, existe un profundo abismo. De este modo, podría predisponer a los creyentes en contra del orden establecido. — Nota de la Red.).

La pretensión de que la gente creyente no posea ni lea literatura religiosa, es igual a la pretensión de que el comunista no posea ni lea obras de marxismo-leni­nismo, o los ateístas — literatura ateísta.

(No se respeta la Constitución, que garantiza la libertad de palabra y de prensa):

¿Cómo debe interpretar la comunidad creyente el art. 97 de la Constitución Soviética, si casi no se permite ninguna prensa religiosa, a excepción de muy escasos libros de oraciones y un más escaso tiraje de las Sagradas Escrituras, mientras que los libros religiosos, escritos a máquina por los propios creyentes o copiados de otra manera, les son quitados y todavía por ello se los amenaza con sanciones?

Estos y otros hechos similares, obligan a creer a la comunidad creyente, que la afirmación de la libertad de conciencia y la garantización de las libertades de palabra, prensa, reunión y mitines, en la Constitución Soviética, la signatura de la Declaración universal de los derechos humanos, son meramente un vano sonar de palabras, puesto que algunos de la Seguridad (todos — Nota de la Red.) hacen caso omiso de los derechos y libertados fundamentales.

— El respeto al derecho de la ley, — determinó L. Brezhnev en el informe del CC del PC al XXIV Congreso del Partido, — debe convertirse en convic­ción personal de todo hombre. Por lo mismo, ello atañe a la actuación de los funcionarios. Cualesquiera intento de desviación de la ley o su evasión, por cualquier modo que fuera motivado, no puede ser tolerado. No pueden ser toleradas tampoco las violaci­ones a los derechos personales, la humillación de la autoridad ciudadana. Para nosotros, los comunistas, partidarios de los más humanos ideales, es un asunto de principios". ("Tiesa" — La Verdad —, 5.XII.1973).

Si al cabo de un mes no recibo respuesta de Usted, me dirigiré al Procurador General de la URSS.
4 de enero de 1974.               V. Lapienis

(La exposición ha sido abreviada. — Nota de la Red.)

En ayudante del Procurador en jefe de la RSSL, Bakucionis, el 14 de enero respondió por nota, que "En vuestra vivienda fué realizada un allanamiento sancionado por el Procurador, en relación a la investigación que se cumple en el proceso penal. La cuestión de la devolución de la literatura que se le ha tomado, la resolveremos durante la marcha del proceso. Una información más detallada de este asunto podemos suministrar a Usted en la Procuradu­ría de la RSSL."

V. Lapienis se quejaba que los de la Seguridad delinquieron por no inscribir los libros en el acta de allanamiento, mientras que Balčikonis respondió que el allanamiento había sido sancionado por el Procura­dor ...

 

Raion de Ignalina

(Por participar en el sepelio de un sacerdote se sanciona con el despido del empleo):

El 30 de octubre de 1973 fué sepultado el cura de la parroquia de Mielagėnai, P. Vincentas Miškinis. En el sepelio participaron muchas personas. Entre ellas se encontraba también la jefa de farmacias de Ignalina Albina Meskenaite y la jefa del laboratorio de Ignalina, médica Vitalija Juzėnai te.

La jefa de farmacias se dirigía por cuestiones de servicio a la farmacia de Mielagėnai, bajo su jurisdic­ción. La encontró cerrada, porque la farmacéutica de Mielagėnai, aunque rusa, se encontraba en dicho sepelio — a todos les resultaba interesante observar como se sepultaba un sacerdote.

A este sepelio concurrió para espiar, la empleada del registro civil de Ignalina, Pivoriūniene y la representante del Comité Ejecutivo del raion, Karoli-uniene, quienes comunicaron sobre la participación de Meskenaite y V. Juozaite en el sepelio.

Al siguiente día, el Comité Ejecutivo del raion de Ignalina citó a la médico en jefe del hospital de Ignalina, Gaigaliene, y a la jefa de farmacias Mesken­aite. Se le ordenó a Meskenaite escribir una declara­ción. Ella escribió que fué comisionada a la farmacia de Mielagėnai, sin mencionar el sepelio. Dicha declaración no resultó del agrado de los funcionarios gubernamentales, y la forzaron que volviera a escribirla. Si no la escribía de nuevo, la amenazaron con informar a la jefatura Superior de Farmacias, lo que hicieron inmediatamente.

La presidenta del Comité Ejecutivo del raion, Gudukiene, clamaba que tales jefes, que participan en el sepelio de sacerdotes, provocan vergüenza. La presidenta preguntó que haría Mikėnaite en lo sucesivo: ¿si con su ideología estaría con ellos o contra ellos? Meskenaite replicó que no era ella la que educaba los cuadros en el espíritu comunista, que había abandonado la labor política en la farmacia, mientras que los jefes, cuya ideología les resultaba contraria, eran unos inútiles en sus funciones.

Ese mismo día, es decir el 1 de noviembre, fué citada por la médico en jefe Gaigaliene, también la médico V. Juzenaite, a la que ordenaron escribiera su declaración. Ante la pregunta, si en el futuro renegaría de sus prejuicios religiosos, la médico Juzenaite respondió negativamente. Entonces la médico en jefe Gaigaliene le sugirió se empleara en otro raion y, además, le prometió crearle tales condiciones en las cuales le resultaría difícil trabajar. También le prometió despedirla de las obligaciones secundarias. (La médico Juzenaite tiene un cargo de horario reducido en la estación epidemiológica del sanatorio de Ignalina).

El 2 de noviembre, habiendo citado a la médico Juzenaite, el médico jefe de la estación Epidemiolo­gía, Andriuska, volvió a ordenarle que escribiera una declaración.

El 1 de noviembre, en el hospital de Ignalina fué convocada una asamblea partidaria de jefes del Comité Ejecutivo del raion, en la cual consideraron como sancionar a la jefa de farmacias A. Meskenaite y a la jefa de laboratario, médica Juzenaite.

El 13 de noviembre llegó a la farmacia de Ignalina el subrogante del jefe superior del Directorio de Farmacias, Sakalauskas, y anunció que la jefa de farmacias A. Meskenaite estaba despedida del empleo sin derecho a emplearse en el raion de Ignalina ni como farmacéutica común. Sakalauskas no quiso escuchar las aclaraciones de A. Meskenaite.

Careciendo con quien suplantar a la médico A. Juzenaite, que cumplía a conciencia sus funciones, se contentaron con exhibir sobre la pared una amones­tación.

 

Vilnius

(Fueron detenidos el P. V. Prokopivas y el P. Mickevičius):

A fines de 1973, en Lvov fué detenido el vilnense sacerdote católico ucraniano Vladimiras Prokopivas. Se comenta, que después de su detención fué llevado al hospital psiquiátrico de Kiev.

Según parece, los católicos ucranianos de la región de Lvov habían recolectado 1200firmas, solicitando la reapertura de la iglesia católica según las vigentes leyes de la URSS. Estas personas fueron acompañadas por el P. V. Prokopivas. Al regresar de Moscú a Vilnius, halló registrado su domicilio de la calle Mildos 13, hab. 3. Igual destino les cupo a los ucranianos que llevaron la solicitud a Moscú.

La Seguridad detuvo también a otro sacerdote ucraniano, Mickevičius, que actuaba en la ciudad de Strij. Estos dos sacerdotes, más de una vez habían protestado porque los de la Seguridad quitaban el Santísimo Sacramento, guardado secretamente en la casa de algunos creyentes.

El P. VI. Prokopivas, nacido en 1914 en los Cárpatos, había terminado sus estudios teológicos en Roma. Posteriormente ejerció el sacerdocio en Ucrania, fué deportado a Kazhakstan y realizó labor misional en Achmolinsk. Al iniciarse la detención de sacerdotes, se retiró a Lituania y aquí, trabajando físicamente, solamente en forma secreta pudo servir a los creyentes de Vilnius y Ucrania.

El P. Prokopivas es un varón de vida sacrosanta y de sacrificio.

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(Una religiosa carece del derecho al trabajo):

Aldona Matusevičiūte trabajaba en la cuna — jardín de infantes No. 81 de Vilnius como docente. El 27 de septiembre de 1973, en la Sección Educacional de Vilnius la acusaron de ser monja y trataron de obligarla a que escribiera una nota de que dejaba el trabajo "voluntariamente". El 13 de octubre de 1973 A. Matusevičiūte fué despedida del empleo.

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(En los jardines de infantes está prohibido mencionar a Dios):

A fines de mayo de 1973, el profesor de ateísmo, Stankaitis, les explicaba a los estudiantes de IV curso de la sección vespertina de especialidad del magiste­rio de pedagogía y psicología del Instituto Pedagógico Nacional de Vilnius: "Las educadores de jardín de infantes, al oír que un niño menciona a Dios, deben hablar con sus propios padres. Si ello no da resultado, es necesario avisar al lugar de trabajo de los padres, actuar por intermedio de los sindicatos profesionales y las organizaciones partidarias del lugar de trabajo."

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(Juicio por actividades antisoviéticas):

El 18 de febrero de 1974, en el Tribunal Supremo de Vilnius se inició el proceso del juicio a cinco personas: V. Pavilonis, A. Sakalauskas, S. Žukauskas, Rudaitis y Mackevičius. Ellos fueron detenidos en marzo de 1973 y acusados de actividades antisoviéti­cas. El proceso del juicio se prolongará un par de semanas. Ofreceremos una información más detalla­da en el No. 10 de Crónica de la ICL.

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ARQUIDIÓCESIS DE VILNIUS

Kaunas

(La monja M. Gavenaite es despedida del empleo):

El director de la editorial "Šviesa" (La Luz), al conocer que la empleada de su establecimiento, Monika Gavenaite, era monja, manifestó que "lo mejor es no tener relaciones con beatas", y le ordenó escribir una nota de que renunciaba a su trabajo "voluntariamente". El 11 de febrero, M. Gavenaite fué despedida del empleo. Es indudable que el despido del empleo de M. Gavenaite ha sido sanciona­do por los órganos de la Seguridad. (Véase Crónica de la ICL No. 8).

El 7 de enero de 1974, mientras la habitante Valerija Grinceviciute se encontraba en su empleo, en su vivienda cierto miembro de la Seguridad revolvió sus libros, cuadernos, fotocopias. En dicho momento se hallaba en el cuarto un jovencito menor de edad.

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Šiauliai

(A J. Šileikis se le obliga renegar de la fe):

El 18.XII.1973, a lo del siaulense Juozas Šileikis fué enviado S. Kulevicius, para convencerlo de que renegara de la fe, aunque más no fuera ante la vista de la gente. J. Šileikis manifestó que jamás sería hipócrita.

A principios de diciembre de 1973, la docente de la clase XI-B del Colegio Secundario V de Šiauliai, exigió que los jóvenes llevaran notas escritas por sus padres, explicando por qué sus hijos no pertenecían a la juventud comunista. J. Šileikis escribió: "Mi hija Virgilija Sileikyte es creyente y, no deseando ser hipócrita, no se afiliará a la juventud comunista".

El 26 de diciembre de 1973, J. Šileikis fué citado nuevamente a una reunión de padres. De nuevo fué considerada la conducta de J. Šileikis, a causa de que había arrojado volantes antisoviéticos en la ciudad de Šiauliai. (Ver Crónica de la ICL No. 8). La profesora Kauniene le reprochó a J. Šileikis "por haber dicho desatinos" en las reuniones anteriores. La docente se quejó a los padres porque todavía existían muchos estudiantes creyentes. Luego, la docente se refirió al delito de la estudiante de la VII clase, Nijole Martinenaityte. Nijole golpeó a una inocente niña y le aplicó varios puntazos con un cuchillo. La docente habló muy brevemente sobre este delito y, mayor­mente, de como salvar a Nijole de su castigo. La propia delincuente manifestó el deseo de ingresar en la cárcel: ¡por lo menos aprendería a pelear!

Al atardecer del 26 de diciembre concurrió a lo de J. Šileikis la docente Kauniene, la abogado Petraus­kiene y la juez Norviliene, con pretensiones de "reeducar" a la familia.

 - ¿Cuando fué la última vez que asististe a la iglesia? — preguntaron las visitantes a Leonas. — ¿Lees el Evangelio?

 - El domingo estuve en la iglesia. Allí escuché la lectura del Evangelio.

 - ¿Leíste los libros de Ragauskas? (Un escritor ateísta. Nota del T.).

 - Sí.

J. Šileikis explicó que sus hijos leían, tanto los libros religiosos como los ateístas, y luego ellos mismos encuentran la verdad, por cuyo motivo los ateístas no logran arrancarles la fe.

 - ¿Por qué vosotros creéis tan ciegamente en Dios? — se dirigieron al dueño de casa.

 - En realidad son los ateístas los que ciegamente no creen. Muchos de ellos, hasta sin haber leído ni el catecismo, gritan que Dios no existe.

 - ¿Por qué eres contrario a la línea del Partido y no permites que tus hijos se afilien en lajuventud comunista?

 - No percibo allí ningún ejemplo. Reunid voso­tros a todos los atorrantes del colegio, afiliadlos a la juventud comunista y educadlos en gente buena, entonces recién yo podré confiar a ustedes la educación de mis hijos.

 - ¿Quién te capacitó para mantenerte tan firme?

 - La religión. Segundo, a través de Lituania pasaron muchos transeúntes y, si el lituano hubiera sido una mota llevada por el viento, hubiera resultado difícil que actualmente supiera hablar en lituano. Por consiguiente, mantengámonos en aquello que nos enseñaron nuestros padres.

Jonava

(El estudiante L. Rosinas fué maltratado por asistir a la iglesia):

En el período 1972/73, la profesora educadora Slapkauskiene de la clase IV-A del Colegio Secunda­rio I de Jonava, frecuentemente retaba y humillaba al estudiante Leonas Rosinas por su asistencia a la iglesia. Los demás estudiantes de la clase, siguiendo el ejemplo de la docente, no se comportaban mejor.

En 1973/74, a Leonas comenzó a "educarlo" otra ateísta — la profesora Valeraviciene. Ella denigraba ante la clase a Leonas, porque concurría con su madre a la iglesia. A su regreso del colegio, frecuente­mente se quejaba el jovencito de que los otros jovenzueloslo trataban a empellones y golpes.

Cierta vez, Valeraviciene con su esposo atacaron a la madre de Leonas, tildándola de oscurantista, retardada y creyente en cierto Dios ficticio. Rosiniene explicó suavemente, que estaba profundamente convencida de la existencia de Dios. Entonces la docente dióse a convencerla de que, por lo menos, no llevara a Leonas a la iglesia.

 - Yo soy la responsable de la educación de mi hijo, y si no lo llevara a la iglesia, me haría culpable ante mi conciencia. Mientras mi hijo siga bajo mi custodia, yo lo educaré religiosamente.

 - Si lo haces así, el niño será un oscurantista, será menoscabado y rechazado.

La madre lloró y con angustiado corazón regresó a su domicilio.

El 5 de octubre Leonas regresó de la escuela terriblemente golpeado. Se encontraba pálido y se quejaba de dolor de cabeza. La madre llamó a la asistencia pública, que transportó al hijo al hospital. El médico llamó a la milicia y refirió lo que acontecía en el colegio secundario I. Aunque los agresores menores de edad fueron convocados en el cuarto juvenil de la milicia, empero quedaron sin castigo.

Hasta el 15 de octubre Leonas no concurrió al colegio, y a las clases de educación física— no lo hizo hasta diciembre.

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Jakutiskiai

(Por casarse en la iglesia fué despedida del trabajo):

La directora de la Casa de Cultura de Jakutiskiai en el verano de 1973 recibió el Sacramento del Matrimonio en la iglesia de Dultuva. Inmediatamente después de cometido este "delito", fué despedida de su empleo.

El periódico del raion de Ukmerge, "Gimtoji zeme" (Tierra natal) (10.1.1974) escribió: "Laima Atkočiūnaite (ahora Starkiene) traicionó a la juven­tud comunista, al ingresar en la cual, entre otras cosas, se había comprometido a luchar contra los prejuicios religiosos...El anteaño pasado, de esa misma vergonzosa manera lo traicionó la delegada para el raion de Ukmerge del Banco de la Construc­ción, Vida Pakenaite . ..

Al obligar hasta a los muchachos y chicas creyentes a afiliarse en la juventud comunista, les enseñan a ser hipócritas, y después se enojan porque ellos cumplen con las ceremonias religiosas.

DIÓCESIS DE PANEVĖŽYS

Utena

(Saqueo de la iglesia de Utena):

En la noche del 30 al 31 de enero de 1974, entraron violentamente malhechores en la iglesia de Utena y robaron dos cálices de la Sta. Misa, dos portahostias y dos relicarios. Ultrajaron la hostia, apuñalándola. Los saqueadores no fueron identificados hasta el pre­sente.

La gente comenta que el museo de ateísmo de Leningrado compra objetos de culto robados. Es que, de otra manera, los ladrones no tendrían donde reducir estos objetos robados.

El museo del ateísmo de Vilnius, también anunció que adquiría diversos objetos religiosos. En los colegios superiores de Lituania, algunos profesores firman puntuaciones por cada libro de oraciones o religioso que se les entregue.

 

Smilgiai

(Ilegal allanamiento en la iglesia de Smilgiai):

Al Procurador de la República de la RSSL Exposición

del ciudadano Balis Babrauskas, hijo de Anupras, dom. en Raion de Birzai, aldea de Smilgiai.

El 20 de noviembre de 1973, funcionarios de la Seguridad del raion de Birzai, dirigidos por el capitán Jasinskis, realizaron un allanamiento en la iglesia, las dependencias de granja, la sacristía y mi propio local de vivienda, que es la sacristía de la iglesia. Vivo allí obligado por las circunstancias, puesto que la vieja y la nueva casa parroquial, edificada por los feligreses para vivienda de los servidores de la iglesia, ha sido despojada por el Comité Ejecutivo del raion de Birzai.

Durante el allanamiento se apoderaron de gran cantidad de mi literatura religiosa, los libros de cánticos, el papel de escribir, así como de las máquinas de escribir, cintas magnetofónicas, vírgenes y grabadas mayormente con cánticos religiosos. También fueron tomados todos los cancioneros de la comunidad religiosa de la iglesia de Smilgiai.

(Allanamiento sin testigos):

Consideró el allanamiento absolutamente ilegal, puesto que:

1.       El allanamiento fué realizado sin ningún testigo, dado que los llamados "invitados" fueron los mismos ejecutores de la requisa, y a mi se me prohibió buscar a ningún testigo.

2. La propiedad de que se me ha desposeído: literatura religiosa y otra, fué tomada ilegalmente, dado que el derecho natural y la Constitución facultan la manifestación de cualquier fe y a utilizar libremente la literatura religiosa, sin tener en cuenta por cuales medios haya sido escrita: lápiz, tinta o mi propia máquina de escribir.

3. En la sanción emitida por Usted no estaba indicado el apoderamiento de esas cosas, lo cual efectuaron los funcionarios del allanamiento, encu­briéndose con el permiso.

Transcurrieron dos meses después del allanamien­to y durante ese tiempo todavía no me devolvieron nada de los objetos quitados. Por consiguiente, me dirijo a Usted, para que les haga recordar las leyes más elementales y para que me devuelvan lo que es propiedad mía, dado que, fundamentándome en la ley, no logro comprender dicha su conducta.

Por qué y para qué tiene culpa la más sencilla literatura religiosa y los cánticos, cuya tenencia y utilización son garantizados por la Constitución y el derecho natural. Basándome en ello, considero robo el acto de apoderamiento de mi literatura religiosa y cánticos.

¿Con qué derecho me quitaron mis cintas magne­tofónicas, que se pueden encontrar en los comercios expendedores? No lo entiendo. Y de que me hayan quitado la cinta magnetofónica con la grabación de viva voz de mi fallecida madre de eterna memoria (sobre el guardacinta estaba una anotación "La voz de mi madre"), que era nuestra más preciada reliquia — una cinta única para los cinco hijos que ella había criado — ese proceder lo considero tan bárbaro comportamiento de los funcionarios, que no encuen­tro palabras para condenarlo.

Qué culpa tiene el papel de escribir en blanco y él papel carbónico, adquiridos en el comercio. A no ser por las palabras pronunciadas por los funcionarios que realizaron la requisa: "Es de difícil adquisición (el papel carbónico). Vendrá bien para varias oficinas". Para los funcionarios les resulta más fácil saquear a un ciudadano, que buscar el papel en los negocios.

Me sorprendieron los diversos comentarios pro­nunciados por los ejecutores: de lo que hallaron y lo que vieron. Todo eso lo considero "chiquilinada" de algún que otro funcionario, carente de la cultura más elemental.

El 22 de enero de 1974 fui citado por el presidente del Comité Ejecutivo del raion de Birzai, A. Tume­nas, quien me amenazó de que se me debería aplicar grandes impuestos a los ingresos, puesto que ello les podría resultar beneficioso, y se dio a detallar lo que habían visto los funcionarios inspeccionantes y le habían trasmitido, comenzando por la libreta de caja de ahorros y terminando por los varios calzoncillos que me habían encontrado. Esto confirmó el derecho predominante no escrito — con la persona creyente, y aún más con el sacerdote, se puede obrar de cualquier modo: atacarlo incultamente, discriminarlo y, como en esta ocasión — saquearlo. Actos así, también me obligan a creer que, contra el sacerdote, ellos pueden cometer cualquier cosa.

(Apoderamiento arbitrario de cancioneros):

El apoderarse de los cancioneros sacros de la comunidad religiosa de Smilgiai — es de absoluta arbitrariedad, puesto que se trata de bienes de la iglesia de Smilgiai. El allanamiento realizado en la iglesia, sin la presencia del representante de la comunidad de Smilgiai, a quien no había que buscarlo a varios kilómetros de distancia, sino a pocos pasos, en la propia aldea de Smilgiai.

Al no encontrar los cancioneros sacros el domingo después del allanamiento, los representantes de la comunidad de la Iglesia de Smilgiai se me apersona­ron exigiéndome explicaciones sobre donde habían desaparecido. Se sorprendieron sobremanera y se indignaron por la arbitrariedad de los representantes gubernamentales. Iniciaron una recolección de fir­mas para denunciar tamaño saqueo de la iglesia. Les pedí que esperaran y confiaran en el apoyo de Usted, Procurador, puesto que la nación está ordenada por lasleyes, y no por el arbitrio de sus representantes.

Basándome en ese mismo fundamento, y creyendo todavía que la nación está ordenada por las leyes, es que formulé esta exposición, dirigiéndome a Usted para que se me resarza el daño que se me ha causado y obligarlos a la devolución de toda la literatura religiosa, los cancioneros, las cintas magnetofónicas, el papel y las máquinas de escribir.

Al mismo tiempo, en el deseo de evitar la irritación de la gente, su molestia en la recolección de firmas y al reaüzar viajes de sus delegaciones — solicito, también, que se devuelvan los cancioneros sacros.

Smilgiai, 24.1.1974.          P. B. Babrauskas

A esta exposición, el ayudante del Procurador de la RSSL, J. Bacikonis, respondió en su estilo: "En respuesta a vuestra exposición del 24.1.1974, le comunico que la requisa, realizada en vuestra vivienda el 20 de noviembre de 1973, fué sancionada por el Procurador de la República, en relación al proceso penal en marcha".

Por cuanto en la exposición del P. B. Babrauskas se hacía mención de la sanción del Procurador de la República, por lo tanto la respuesta de J. Balčikonis no deja de ser una mera burla de un ciudadano, lo cual confirma aún más las ideas expresadas en la exposición de que, con el sacerdote vale comportarse de cualquier modo.

Salos

(Se rectifica la noticia sobre el P. Nysktus):

Crónica de la ICL No. 8 escribió sobre la persecu­sión del párroco de Salos, P. P. Nykstus, por la preparación de los niños para la Primera Comunión. El Comité Ejecutivo del raion de Rokiskis, aunque había decidido sancionar al P. P. Nykstus con una multa de 50 rublos, pero, para evitar la irritación de los creyentes, en una reunión vespertina de la comisión administrativa la revocó, y, de esta manera, el párroco quedó sin sancionar.

DIÓCESIS DE TELŠIAI

Šilale

(El sacerdote no puede hacer colectas en la iglesia):

El 8.1.1974, el vicario de la parroquia de Šilale, P. A. Šeškevičius, envió una exposición al Delegado del Soviet de Religiones, solicitando explicaciones del por qué el subrogante del presidente del Comité Ejecuti­vo de Silale le prohibió que cooperara con el presidente del comité parroquial en la recolección de óbolos.

"¿Acaso el presidente del comité parroquial no puede elegir a cualquier ciudadano para que lo secunde a colectar óbolos? — pregunta el P. Šeškevi­čius. — ¿Acaso el sacerdote no es un ciudadano?"

"Se me dijo que el sacerdote puede participar en la colecta, pero de ningún modo llevar los platillos. Sin obligaciones, al sacerdote no le conviene "coope­rar" en la colecta de óbolos, pues se convertiría en simple inspector, lo cual irritaría a los creyentes."

"¿Cómo conformar dichas prohibiciones con el artículo 96 de la Constitución de la RSSL — separa­ción de la Iglesia del Estado? Y aquí el Estado dirige la colecta de óbolos en la Iglesia. Tales cosas, ¿acaso no le revuelven el cerebro al pensante hombre del siglo XX? (La exposición fué abreviada. La Red.).

Upyna

(Los oscurantistas de Upyna):

Ante la proximidad del día de la URSS de 1973, la profesora del colegio secundario de Upyna, Jurgai-tiene, preguntó a los alumnos de una clase:

—       ¿Qué día se aproxima?

— La Santa Natividad, — respondieron los alum­nos.

La profesora se ruborizó y masculló:

— En ningún otro lugar, como en Upyna, hay tantos padres y alumnos ignorantes.

DEL ARCHIVO DE CRÓNICA DE LA ICL

(La exposición del P. SIevas a Kosygin):

El 7 de septiembre de 1968, el párroco de Adakavas P. V. SIevas envió al presidente del Consejo de Ministros de la URSS, camarada Kosygin, la siguiente exposición:

"La RSS de Lituania es un país creyente. Actual­mente habitan en él unos 3 millones de personas. Unos 2 millones creen en Dios y utilizan los servicios religiosos. Tanto los sacerdotes, como los creyentes, no están en contra del orden estatal establecido. (Expresión diplomática. La Red.). La gente lituana es trabajadora, honrada, tenaz, así como amistosa y respetuosa. Empero siente ciertas limitaciones y faltas por parte de los representantes del gobierno de nuestra República. Por consiguiente, me dirijo a Vos, Estimado Primer Ministro, pidiendo amparo en nombre de todos los sacerdotes y creyentes.

1. En la RSS de Lituania hay más de 800 iglesias, que son servidas por sacerdotes. Empero, sobre un total de seis diócesis quedó apenas un solo Seminario Eclesiástico. Antes, había tres. En ese único Semina­rio se admite una limitada cantidad de seminaristas— unos 30. Anualmente se consagran apenas 5-6 sacerdotes. ¿Qué significa ese número para las seis diócesis? Anualmente mueren o por falta de salud abandonan sus puestos unos 25-30 sacerdotes. Sufren enormemente las parroquias por la falta de sus dirigentes. Esta limitación, sin el menor fundamento, restringe la libertad de la fe católica, lo cual no permiten las leyes de la Unión Soviética.

Además, a los seminaristas que están por finalizar los estudios del Seminario Eclesiástico, los correspon­dientes representantes del gobierno les oponen obstáculos para recibir la consagración. Sin su permiso, ello no pueden conferir nuestras autori­dades espirituales (es decir, conferir la consagración. La Red.). Es inadmisible, es arbitrario.

(Tarifa de la corriente eléctrica: para el koljosista 4 kopeks, para la Iglesia 25 kopeks):

2. En las iglesias de la RSS de Lituania, al igual que en otras instalaciones, el alumbrado es eléctrico. Solamente nosotros no sabemos el por qué la tarifa del consumo eléctrico es extraordinariamente eleva­da para la Igelsia. Los koljosistas abonan 4 kopeks por kilowatt, los koljoses por el uso común pagan a razón de 1 kopek por kilowatt, mientras que la iglesia, que es mantenida por esos mismos koljosistas y otra gente, debe pagar hasta 25 kopeks por kilowatt. Ignoramos los motivos de por qué se procede así.

3. Los creyentes lituanos carecen de qué orar. Unos libros de oraciones han envejecido, otros se gastaron. Ahora se ha preparado para su impresión un buen libro de oraciones ("Liturginis maldynas" — Libro de oraciones litúrgico — La Red.), se ha conseguido el permiso para editarlo, empero van varios años de tardanza y la impresión se está postergando con el pretexto de la falta de papel.

Creo en Vuestra cordialidad y amistad hacia nuestra nación y los creyentes. Por lo tanto espera­mos Vuestra cordial cooperación. Creemos que no habrá limitaciones para los candidatos al Seminario Eclesiástico, que la tarifa eléctrica será conformada a los 4 kopeks por kilowatt que pagan los koljosistas, y también creemos sinceramente que muy pronto habrá de ser impreso el libro de oraciones y difundido entre la Lituania creyente.

Expreso mi respeto, mi agradecimiento y mi esperanza.

P. V. SIevas.

Una exposición similar también fué enviada al gobierno de la URSS por el párroco de Batakiai, Alfonsas Pridotkas.

El 5 de octubre de 1968, el presidente regional de Skaudvile le avisó al P. V. SIevas para que concurrie­ra el 7 de octubre ante el Delegado del Soviet de Asuntos Religiosos, Rugienis.

El 7 de octubre, ambos "culpables": el P. V. SIevas y el P. Alf. Pridotkas, concurrieron de Rugienis. Este los recibió airadamente, los rezongó, los amenazó.

Enseguida tras la "visita" a Rugienis, ambos sacerdotes fueron trasladados a otras parroquias.

En la época que aparecieron las primeras exposicio­nes de los sacerdotes al gobierno soviético por la restricción de la fe en Lituania, los sacerdotes y los creyentes de todas las diócesis apoyaban la idea — hay que luchar por la fe. Muchos lamentaron que se había esperado demasiado y no se hizo nada.

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DIÓCESIS DE KAISIADORYS

Jieznas

(Un coro de niños en la iglesia — gravísimo delito):

El 23 de octubre de 1973, el organista de la parroquia de Jieznas, Mykolas Jaudegis, fué citado por el Comité Ejecutivo del raion de Prienai. La comisión administrativa (presidente Stakionis, subro­gante Arbaciauskas, sekretario Ramanauskas, vo­cales: Mickiene y Svezauskas) sancionaron al organis­ta con una multa de 30 rublos por "violación de las leyes de culto". Según parece, los niños cantan en el coro, y eso es un "grave delito".

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El 20 de agosto de 1973, fué citado por al Comité Ejecutivo de Jieznas, el vicario de esa parroquia, P. K. Zilys (consagrado sacerdote en 1973). Los funciona­rios gubernamentales exigieron que el vicario echara a los niños del altar.

— La obligación de un sacerdote no es la de rechazar a los niños del altar, sino atraerlos hacia él, — explicó el P. K. Zilys.

Algo más tarde, el P. K. Zilys fué nuevamente educado. El director del colegio secundario de Jieznas lo culpó por haber organizado a los niños en un coro religioso, asegurando que no permitiría la educación religiosa de los niños. Por cuanto los creyentes solicitaron se enseñaran cánticos a los niños, entonces él aceptó hacerlo.

 

(El sacerdote no debe respetar las leyes dirigidas contra la Iglesia):

El 31 de octubre de 1973, fueron citados por el Comité Ejecutivo del raion de Prienai los dos sacerdotes de Jieznas: el P. V. Sidaras y el P. K. Zilys. Se le advirtió al vicario que cesara de violar las leyes soviéticas: no realizara ensayos del coro y no enseñara en grupo a los niños. El P. K. Zilys manifestó que él no podía respetar tales leyes que estaban dirigidas en contra de la Iglesia. No firmó la advertencia por escrito. Los funcionarios del raion lo amenazaron que ellos no soportarían un sacerdote así en su raion, que tal conducta terminaría mal.

El 29 de octubre de 1973, el subrogante del presidente del Comité Ejecutivo del raion de Prienai, K. Morkvenas, envió a K. Zilys una advertencia por escrito:

"Se ha comprobado que en la iglesia de la parroquia de Jieznai, durante los oficios religiosos secundan niños y adolescentes. Con ello se violan las leyes soviéticas. Se advierte a Usted para que, en lo sucesivo, no se repitan estas acciones ilegales de educación de los niños y que se ponga fin a las violaciones de las leyes de culto".

El director del colegio secundario de Jieznas inició una furiosa acción contra aquellos estudiantes que ayudan a Misa o cantan en el coro de la iglesia. Los niños fueron obligados a escribir explicaciones sobre quien les enseñaba a cantar. El director hizo compa­recer a la estudiante L. Kvedaravičiūte, y la intimidó diciéndole que haría meter a su padre en la cárcel, lo sancionaría con una multa de 50 rublos. Además, también le tocaría al sacerdote. El director citó también a los padres de los niños, amenazando con disminuir el puntaje en conducta de sus hijos, expulsarlos del colegio de Jieznas, etc. El activo apóstol del ateísmo hasta comenzó a visitar los domicilios de los estudiantes, pero, al ser reprobado por uno de los padres, renunció a esta práctica.

El 2 de enero de 1974, los sacerdotes de Jieznas nuevamente fueron citados por el Comité Ejecutivo de Jieznas. Por cuanto la citación fué verbal, el P. V. Zilys no concurrió. El párroco recibió una reprimen­da por no reformar al vicario.

El 20 de enero de 1974 los fieles de Jieznas organizaron la despedida del vicario en la vivienda del párroco, pues el P. V. Sidaras era trasladado a Vievis. Los feligreses llevaron también a sus hijos, que entonaron varias canciones y cánticos. En dichos momentos deambularon alrededor de las ventanas del vicario varios inspectores: el director del internado, el director del colegio secundario y la profesora del internado, Kacergiene. Dichos controladores tomaron cuenta de varios alumnos. Al siguiente día, el director del colegio secundario atacó a varios niños por haber estado con el vicario. Los niños fueron reprendidos por cantar en el coro de la iglesia. Los más temerosos escribieron aclaraciones, de que el vicario les había enseñado a cantar. Surgieron hasta padres asaz va­lientes, que manifestaron: "¡Nuestros hijos seguirán cantando en el coro y ayudarán en Misa!"

El 23 de enero de 1974, en el Comité Ejecutivo de Jieznas, se reunieron el director del internado, el director del colegio secundario, el presidente del Comité Ejecutivo, Aganauskas, y, una vez más, pretendieron reeducar al vicario.

—       Nosotros hemos sancionado al organista, aunque el culpable eras tú, que habías organizado todo... Pero tú prosigues entorpeciéndonos para que eduquemos ateístamente a los niños, — expresó el director del colegio.

El P. K. Zilys observó, que no se veían resultados de la educación ateísta. Los estudiantes de Jieznas cuatro veces violentaron y saquearon la iglesia de Jieznas. Fué descubierto un grupo de once ladrones-estudiantes.

Le reprocharon al vicario por desobedecer especi­almente al gobierno, por lo visto pretende que la Iglesia lo proclame santo.

El vicario np firmó el acta de la comisión.

El 1 de febrero de 1974, la comisión administrativa del Comité Ejecutivo del raion de Prienai, sancionó al P. K. Zilys con una multa de 50 rublos, por violación de las leyes de culto religioso. El P. K. Zilys explicó que él, como sacerdote, carece de derecho para rechazar a los niños del órgano o del altar. Además, el decreto del PCS de la RSSL del 12.V. 1966, prevé condenas por la organización de los niños sin relación con el culto, mientras que los cánticos son parte del culto.

—       Por qué tenemos que explicarte. Quéjate al tribunal, allí te explicarán. Nosotros nos hemos reunido no para explicar, sino para condenar, — espetó un miembro de la comisión.

 

(Palabras de los editores de Crónica):

Estimados lectores:

A pesar de las represiones gubernamentales, Crónica de la ICL seguirá editándose también en el futuro. Recién dejará de aparecer, cuando el gobierno otorgue a la Iglesia y a los creyentes por lo menos tanta libertad, como lo garantiza la Constitución de la URSS.

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Los editores de Crónica de la ICL.

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