EL JUICIO DE A. TERLECKAS

Los días 19-20 de diciembre de 1973, en el Tribunal Popular del raion de Lenin, en Vilnius, fué instruido el proceso por "malversación de fondos fiscales". Lo dirigía el juezStankevičius.

El procurador Dedinas, en el acta de acusación, que leyó durante unas tres horas, inculpó a A. Terleckas según los artículos 160, 157, y la segunda parte del 94 del CP de la RSS de Lituania. La segunda parte de este último artículo se refiere sobre el delito en grupo, aunque en el banquillo de los acusados estaba solamente A. Terleckas. Por el acta de acusación se reveló que A. Terleckas ha terminado estudios superiores — es economista diplomado. Además, había estudiado historia. En el año 1958 fué condenado según el art. 58 del CP por delitos políticos. Se dice que Terleckas habría sido "una gran viga" en los ojos del gobierno soviético y desearon vengarse de él. El desarrollo del proceso aseveró plenamente esta opinión.

Desde el año 1972 A. Terleckas trabajó en el sector confitería que se encuentra bajo la dependencia de la dirección de las casas de comida — restaurantes. Desde el otoño de1972 hasta mediados de marzo de 1973 fué director del sector, y después, hasta el 24 de mayo encargado del depósito de materias primas de producción dėl sector. El 24.V. 1973 es detenido. Después de la detención se hace un registro en su domicilio, cuya finalidad es la de aclarar el delito del que se lo incrimina — malversación de fondos fiscales. Lo raro es que, durante el registro, fueron tomadas las revistas: "Naujoji Romuva" (La Nueva Romuva — antiguo santuario de los prusianos. N. del T.), "Musu Vilnius" (Nuestro Vilnius) y otros. ¿Qué tienen de común con las masitas?

(En el proceso se utilizan medios no permitidos):

En lugar de dilucidar los verdaderos malversa­dores durante el proceso preparatorio, el sumariante utilizó medios no permisibles, buscando obtener de los testigos las declaraciones deseadas, aunque falsas, condenatorias de A. Terleckas. Mientras que A. Terleckas, al ser obligado a firmar al pie de las actas formuladas falsamente, exige la presencia del procu­rador. Pretendiendo quebrantar a A. Terleckas, los sumariantes apelan a medidas extremas — es internado en la filial del hospital psiquiátrico exis­tente adjunto a la prisión de Lukiskis ...

El 19 de diciembre de 1973 el tribunal anuncia el proceso de los "malversadores de fondos fiscales". El juez Stankevičius muchas veces los apremiaba con sus preguntas, para que estos respondieran en el sentido pretendido, los atacaba e ironizaba si no le agradaba su exposición, y cuando el testigo, mintien­do en perjuicio del procesado, se confundía, él no profundizaba o callaba.

El material acusatorio conformó seis tomos.

La acusación del procurador era muy severa, los delitos de lo más pesados: A. Terleckas malversa del depósito la materia prima de la producción: manteca, azúcar, sal, huevos, etc. Según sus indicaciones las cocineras deben producir productos de baja calidad, los repartidores-conductores transportar el producto elaborado sin documentación, y entregar a Terleckas el dinero del contado.

El proceso del juicio demostró algo distinto. El 23-25 de mayo de 1973, funcionarios del OBCHS (Sección del Ministerio del Interior para luchar contra la malversación de los bienes fiscales, detuvieron a los repartidores-conductores Geic y Svirskis, que trans­portaban a los puntos determinados la producción elaborada. Al verificar los documentos, hallaron queparte de los productos carecían de documentación. Se aclaró que ellos vendían esos productos por dinero al contado con fines de aprovechamiento propio. Empe­ro, por cierto modo "feliz" Geic y Svirskis quedaron totalmente inocentes (solo fueron considerados en un tribunal amistoso), mientras que, volcando su culpa sobre A. Terleckas, hasta se convirtieron en los más importantes testigos.

 

(Inculpado injustamente):

El interrogatorio de los testigos demostró, que la falta de mercaderías en el depósito era absolutamente por los mal llevados asientos de contabilidad, a lo cual nadie había demonstrado el menor interés desde la misma creación de dicho sector, es decir, hacía más de diez años. Ninguno de los encargados del sector fué inculpado, a excepción de A.Terleckas, quien en esas funciones trabajó solamente apenas pocos meses. Por la elaboración de la producción, así como de su calidad, son plenamente responsables las cocineras-brigaderas, pero no el encargado del depósito A. Terleckas. Por tal motivo, estas inculpaciones posteri­ormente fueron anuladas. La acusación según el párrafo II del art. 94 del CP (delito en grupo) basado en las declaraciones orales de Geic y Svirskis, no podían tener significación para inculpar a A. Terleck­as. Ellos mismos debían estar sentados en el banquillo de los acusados. Al declarar ellos se confundían sumamente, tartamudeaban, se sonrojaban, con­tradecían sus expresiones recién formuladas, final­mente Svirskis calló totalmente, sin tener lo que contestar a las preguntas formuladas por el defensor. En ocasión de la detención de Svirskis, se le encontraron en su poder también otra clase de productos sin documentación, por ejemplo, embutidos, de los que se carecen absolutamente en el menciona­do sector. Además, esos mismos repartidores-con­ductores transportaban a la vez productos de confite­ría de otro lado, justamente de la misma receptoría y denominación. Por lo tanto resultaba imposible determinar, si los productos hallados en el momento de la detención eran trasladados desde el sector en el cual trabajaba A. Terleckas. Así lo confirmó la encargada del laboratorio en su declaración, luego de realizar el análisis químico.

Sin considerar que, después de las declaraciones de los testigos, quedaba totalmente clara la inocencia de A. Terleckas, lo cual reconoció también el procurador al descartar la mayoría de las acusaciones, empero, fundamentándose en las afirmaciones orales de Geic y Svirskis (totalmente inconvincentes), solicitó la aplicación a A. Terleckas de 4 años de privación de la libertad en condiciones de régimen severo.

(Condenado injustamente):

Al terminar el procurador su discurso final de inculpación, el defensor Kovarskis replicó: ¿acaso las palabras de Geic y Svirskis son tan justas como las de los dioses, si tanto se les cree, cuando por el contrario su verdadero lugar debería ser en el banquillo de los acusados? Confesando ellos al tribunal que habían participado en los delitos de A. Terleckas no arries­garon nada, dado que están justificados y ahora ya nada les amenaza. ¿Por qué no se presta en absoluto ninguna atención a las declaraciones de los demás?

    El 26 de diciembre de 1973, es decir, tras 4 días de intervalo, que fué hecho al terminar los interrogato­rios, el juez Stankevičius proclamó el fallo del tribunal: un año de privación de la libertad en condiciones de régimen severo, considerando el lapso desde el día de la detención. Agregando que la pena debía haber sido más severa, pues era juzgado por segunda vez, el juez manifestó que por "humanidad" (juzgando un hombre inocente) la pena fué suaviza­da, teniendo en cuenta la mala salud del procesado, así como la trágica situación existente en su hogar — la esposa gravemente enferma y 3 hijos menores de edad.

De esta manera es utilizado el tribunal soviético para destruir a las personas que no le agradan a los de la seguridad.