RESPUESTA A LAS EXPOSICIONES DE LOS CREYENTES

(Después de que los creyentes se dirigieran al Ministerio de Educación y al delegado del soviet de Asuntos Religiosos sobre la discriminación de los creyentes—hubo interrogatorios y requisas con amenazas).

Raion de Panevėžys. El 6 de abril de 1973, en la aldea de Steponiskiai, llegó a lo de Julijus Rudis, el delegado Ilicevicius de la milicia de la región de Miežiškiai, la presidenta regional R. Smetoniene, los koljosistas Glebavičius y P. Drilinga del koljose "Nevezys" y un funcionario desconocido.

(Es interrogada Rudiene):

R. Smetoniene con Ilcevicius exigieron que Rudiene les entregara los escritos con las firmas (ver Crónica de la ICL, No. 6) y amenazaron: si no los entregas se te hará una requisa. Procurando evitar la requisa, Rudiene entregó las exposiciones con 40 firmas, entre las cuales figuraban las firmas de la familia Rudis. Los "visitantes" le dejaron a Rudiene una citación para que el 7 de abril concurriera al comité de seguridad de Panevėžys. Allí fué interroga­da por ese mismo "desconocido", que estuvo durante la requisa. Rudiene fué interrogada sobre quien le había entregado los textos de las manifestaciones. El interrogador le explicó que todo era un desatino, puesto que dificultaba la instrucción de los niños, la intimidó con retirarle la patria potestad y entregar a los niños para que fueran educados por el Estado. Señalándole los manifiestos con las firmas, el intega-dor inquirió sobre los nombres de aquellas personas, cuyas firmas resultaban ilegibles.

Una semana después, Rudiene fué interrogada nuevamente por la seguridad, de donde había obtenido las exposiciones. El interrogador la amenazó con promoverle un juicio penal por calumniar al gobierno soviético, si Rudiene no les decía de donde había obtenido los textos de las exposiciones.

(Es interrogada su hija):

Del colegio secundario de Miežiškiai, fueron citadas a la oficina del soviet regional, las estudiantes E. Skrebyte y J. Rudyte, de XI año. Allí fueron verificadas sus firmas. Skrebytefué interrogada si tenía amistad con Rudyte, si en lo de Rudis no frecuentaban sacerdotes desconocidos, si general­mente no se rezaba. A J. Rudyte le preguntaron quien le había dado las exposiciones a su madre, si no eran visitados por sacerdotes desconocidos, si hacía mucho tiempo que no había estado en su casa el cura párroco K. Balsys de la parroquia de Miežiškiai, que dicen los sacerdotes durante la confesión. Le explica­ron a Rudyte que su madre era una fanática y que su hija debería reeducarla, solicitarle que su madre le confesara quien le había entregado las exposiciones.

(Rudiene es detenida):

El 23 de mayo hicieron la requisa en lo de Rudis el fiscal de la procuración de la RSSL para casos es­pecialmente importantes, J. Vilutis, acompañado por el delegado de la milicia Ilcevicius y dos milicianos. La requisa duró tres horas. En su transcurso se apoderaron de una estatua de la Madre de Dios de Siluva y varias estampitas de la ordenación del P. Sungaila, y direcciones de los parientes de Rudis. Terminada la requisa, Rudiene fué llevada al comité de seguridad. Durante la requisa se examinó su escritura y firma, sentada, de pie y hasta de cuclillas. El interrogador J. Vilutis estuvo preguntando de donde había obtenido las exposiciones, si no tiene religiosos conocidos. La amenazó, por no decirlo, que la meterían en prisión, y a su hija no se le permitiría terminar el colegio secundario o se le anotaría una mala característica. Se interrogó el esposo de Rudiene y hasta su hijo Stasiukas de once años. Le pregunta­ron al varoncito si en su familia no frecuentaban hombres desconocidos, si él cree en Dios, si sabe rezar, ¿por qué no es pionero?

(Otros son interrogados):

A las casas de las personas firmantes en las exposiciones para el Ministerio de Educación de la RSSL y el delegado del soviet de Asuntos Religiosos, K. Tumenas, se apersonaron el director Valaitis del sovjose, la tercera secretaria J. Kalacoviene, el redactor Kance de "Tevyne" (La Patria) y otros. Estos concurrentes reconvinieron porque la gente había firmado las exposiciones, pidieron que les mostraran los libros de oraciones, los rosarios. Al observar colgados de las paredes cuadros religiosos, inquirieron donde los habían obtenido. Preguntaron si asistían a la iglesia, si practicaban las confesiones pascuales. Aquellos, que respondían afirmativamente, los tilda­ban de oscurantistas, retrógrados.

El presidente A. Sukys del comité parroquial de la parroquia de Miežiškiai, fué reprendido por no percibir lo que sucede en la iglesia, y no haber avisado que se estaban recolectando firmas.

Griteniene agasajó a esos visitantes.

— ¿Cómo nos agasajas, si somos tus enemigos?

—       Nuestra fe nos enseña que debemos amar hasta a nuestros enemigos, — respondió la mujer.

Los hijos de Turauskas fueron interrogados si conocían las verdades de la fe. Los niños les explicaron todo perfectamente. Los funcionarios gubernamentales intentaron avergonzar a los padres, por ser retrógrados.

—       Mientras nosotros vivamos, nuestros hijos serán siempre así. Todos cumpliremos nuestros deberes religiosos, — respondieron valientemente los Turaus­kas.

Los funcionarios intentaron llevarse de una familia el "Misijų metraštis" (Anuario de las Misio­nes), empero un hijo, estudiante, persiguió a los que se iban y se lo quitó.

J. Pinigiene fué interrogada largamente sobre las firmas y obligada a firmar muchas veces su apellido: sentada, y de pie, y con el papel colocado en el suelo. Es que los funcionarios gubernamentales, de cual­quier manera, pretendían demostrar que las firmas en su mayoría eran falsas.

(Obligaron a Svireliene a renunciar "voluntaria­mente" del empleo):

Panevėžys. El 24 de mayo de 1973 se hizo una requisa en lo de E. Svireliene, inspectora de la sección finanzas de la ciudad de Panevėžys. Por cuanto en el momento de la requisa esta mujer se encontraba curándose en Druskininkai, entonces para participar en la requisa, fué llamada su hija Irma. Durante la requisa se encontró un papelito con las intenciones del rosario viviente, el libro "El Carácter del Jóven" de J. Toth, impreso por el sistema electrográfico, y una foto de Svireliene. Irma fué interrogada si leía libros religiosos. ¿Quién visita a su madre? ¿A qué organización religiosa pertenece su madre? ¿Asisten frecuentemente a la iglesia? ¿No vió escritos con firmas? ¿No le dió la madre nada para firmar? Amedrentaron, que a la madre le promoverían un sumario penal.

También hicieron una requisa en el lugar de trabajo de Svireliene, pero no hallaron nada. El 25 de mayo, el interrogador J. Vilutis fué a Druskininkai y, en la habitación de Svireliene (en el sanatorio) hizo otra requisa. Fueron requisadas varias cartas. Cuan­do regresó del sanatorio, E. Svireliene fué interroga­da por la seguridad de donde había obtenido y a quién le había entregado las exposiciones con las firmas. El interrogador la asustaba diciéndole que sería despedi­da del empleo y condenada. A principios del mes de junio, E. Svireliene fué considerada en una reunión del Comité Ejecutivo y acusada de concurrir a la iglesia y participar en las procesiones. Quisieron obligar a la "culpable" a dejar "por su voluntad" ese empleo, empero la valerosa mujer no accedió.

(Similares requisas, interrogatorios, amenazas a Grinceviciute):

Kaunas. En el mes de marzo de 1973, la corista V. Grinceviciute de la catedral-basílica de Kaunas, le mostró a varias personas el texto de cierta exposición. El 29 de marzo llegóse hasta su casa un funcionario de la seguridad y sin la sanción del procurador, le hizouna requisa. Buscaba el texto de la exposición que Grinceviciute había mostrado a varias personas. Al no hallar el texto, V. Grinceviciute le dijo que ella misma había escrito la exposición, solicitando se editaran más ejemplares de las Sagradas Escrituras. En el comité de seguridad la interrogaron a V. Grinceviciute sobre muchísimas personas, amenaza­ron con promoverle un juicio penal.

Al día siguiente, en la casa de V. Grinceviciute, siempre sin la sanción del procurador, se hizo otra requisa y se requisó el libro "Ieskau Tavo veido" (Busco Tu rostro). La dueña de casa volvió a ser interrogada de donde había obtenido los textos, etc.

Una tercera "revisación" en la casa de V. Grincevi­ciute, los funcionarios de la seguridad la realizaron el 2 de abril.

El 11 de mayo, con la sanción del procurador, se hizo una minuciosa requisa en la casa y el lugar de trabajo de V. Grinceviciute. Se revisó hasta el rollo de papel higiénico. La requisa fué dirigida por el fiscal J. Vilutis para casos especiamente importantes de la Procuración de la RSSL. La finalidad de la requisa recoger la literatura y los textos de las exposiciones que calumnian el gobierno soviético. Desgraciadamente, no se halló ninguna clase de exposiciones ni de literatura calumniosa del gobierno. En el transcurso de la requisa se tomaron todas las encontradas direcciones, notas, cartas, postales y varios impresos, entre ellos "Tragedija Dainavos salyje" (Una tragedia en el país de Dainava). Durante los interrogatorios V. Grinceviciute fué enfrentada a un careo con el organista Beinorius, quien atestiguó que ella le había mostrado el texto de la exposición al Ministerio de Educación. V. Grinceviciute refutó este testimonio.

Después de infinidad de interrogatorios, chantages en el lugar de trabajo, amenazas de que sería condenada, finalmente V. Grinceviciute es citada por la procuración de la República y allí se le comunica que no se le ha promovido juicio, pero que podría reanudarse si se atreviera a seguir enseñando a los niños las verdades de la fe.

¡Cuánto tiempo perdido, cuánta salud disipada, a causa de que solamente una ciudadana concibió solicitar a su gobierno que editara más Sagradas Escrituras!